lunes, 2 de julio de 2012

La ONU saca de la lista de terroristas de Al Qaeda a un disidente saudí

NUEVA YORK.- El Comité de Consejo de Seguridad para las Sanciones contra Al Qaeda ha aprobado retirar de la lista de sancionados al disidene saudí Saad al Faqih y al grupo al que pertenece, el Movimiento para la Reforma Islámica en Arabia, pese a la oposición de Arabia Saudí y su aliado, Estados Unidos.

   "Tras intensas consultas, el Comité ha retirado hoy de la lista de Sanciones contra Al Qaeda los registros relacionados con Saad Rashed Mohamed al Faqih" y su grupo, ha explicado el embajador alemán ante la UE, Peter Wittig.
   "La cuestión clave que ha tratado el Comité es si hay suficiente información que sirva de base razonable y creíble para concluir que un individuo, grupo, empresa o entidad está asociada con Al Qaeda", ha indicado Wittig, quien ejerce como presidente de turno del Comité, un organismo creado en 1999 y formado por los representantes de 15 países.
   Un diplomático ha explicado a Reuters en declaraciones bajo condición de anonimato que Faqih "puede que no sea un santo, pero no pertenece a esta lista". La retirada de Faqih y su grupo de la lista es efectiva desde las 4.00 horas GMT (6.00 en la España peninsular).
   El propio Faqih ha declarado desde Londres, donde vive exiliado, que ha sido "una batalla laboriosa".
 "Todo lo que ha ocurrido en los últimos ocho años ha sido que un activista inocente y pacífico, que actúa conforme a la ley, ha sido víctima de una conspiración de los tiranos del Golfo, apoyados por las superpotencias", ha afirmado.
   Antes de la retirada de Faqih y su grupo había 252 individuos y 69 entidades o grupos, todos ellos sometidos a la paralización de activos y a una prohibición para viajar.

Los embajadores de España e Italia visitarán a Timoshenko en la cárcel

MADRID.- Los embajadores de España e Italia en Kiev visitarán en la cárcel a la exprimera ministra y dirigente opositora Julia Timoshenko, que cumple una condena de siete años por la firma de unos acuerdos gasísticos con Rusia que habrían perjudicado a Ucrania y por los que fue juzgada en un proceso que la UE califica de ejemplo de "justicia selectiva". 

   Así lo ha confirmado el ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, en declaraciones a los medios de comunicación tras participar en los Cursos de Verano de la Universidad Rey Juan Carlos en Aranjuez.
   España e Italia, a través de sus respectivos embajadores en Kiev, enviaron ayer al Ministerio ucraniano de Exteriores, justo antes de que comenzara el partido de la final de la Eurocopa de fútbol, una carta firmada por los jefes de Gobierno de los dos países, Mariano Rajoy y Mario Monti, en la que anunciaban la intención de sus embajadores de visitar a Timoshenko en la prisión y de seguir los contactos con la oposición.
   Esa misiva, ha dicho García-Margallo, no es "ninguna compensación" por la presencia de ayer de ambos dirigentes semanas después de que los líderes europeos amagaran con boicotear políticamente los partidos de la Eurocopa que se jugaran en Ucrania por la situación de Timoshenko y de otros disidentes políticos.
   El ministro ha reiterado que España ya había manifestado su "disgusto" con la situación de Timoshenko y de otros opositores no enviando delegación a los partidos de cuartos de final y semifinales disputados por 'la Roja'. Pero la final, ha subrayado, era un acontecimiento "estrictamente europeo que casualmente se celebraba en Ucrania" y en el que la presencia del presidente del Gobierno acompañando a la Selección española de fútbol era "obligada".
   García-Margallo ha recordado que él tuvo oportunidad de viajar a Ucrania siendo eurodiputado y que ya entonces manifestó su oposición al juicio contra Timoshenko, pues se basa en un artículo de la época soviética que deja "prácticamente manos libres a un gobierno para encarcelar a quien quiera" pues permite condenar con la privación de libertad a todo aquel que haya causado un "perjuicio a la nación".
   Que la legislación ucraniana tenga un "concepto jurídico" tan "abierto e indeterminado" que permite "cualquier interpretación no es asumible en un país que quiere acercarse a la UE", ha advertido.

La Policía británica espera nuevos disturbios ante la inestabilidad social

LONDRES.-   La Policía británica ha señalado que espera otra serie de revueltas en Londres este verano --como las ocurridas en agosto de 2011 en algunos barrios de la capital que se extendieron a otras ciudades de Reino Unido-- ante la inestabilidad social provocada por la crisis, lo que podría coincidir con la celebración de los Juegos Olímpicos. 

   Miles de jóvenes se lanzaron a la calle en algunos barrios de Londres y saquearon tiendas y quemaron vehículos tras la muerte de un hombre de raza negra por los disparos de la Policía. Posteriormente se extendieron a otras ciudades de Inglaterra.
   Según un estudio del diario 'The Guardian' y de la London School of Economics basándose en entrevistas a 130 agentes de Policía, las fuerzas de seguridad han indicado que esperan que haya más disturbios y que su forma de gestionarlos se puede ver deteriorada ante las medidas de austeridad del Gobierno británico.
   El Ejecutivo pretende reducir el presupuesto para la Policía en un 20 por ciento para los próximos dos años a través de la congelación de sueldos y el aumento de los impuestos sobre la renta. "La Policía espera que se repitan los disturbios que se extendieron por toda Inglaterra el pasado año y están preocupados por si no tendrán suficientes recursos para hacer frente a ese tipo de manifestaciones", ha indicado el estudio.
   "Los agentes indican que es probable que haya más disturbios, muchos mencionan la situación económica y social como la principal causa", afirma el estudio. Londres está aumentando la seguridad en toda la ciudad ante el inicio de los Juegos Olímpicos que comenzarán el 27 de julio.
   El documento asegura que los entrevistados creen que los disturbios podrían ser "inminentes". Un alto mando de la Policía de Manchester asegura que espera nuevas protestas "en un año".
 "Creo que si pasas por un mal momento económico, hace mucho calor, una serie de actos que lo provocan (...) Mi respuesta es: sí, podría pasar", reconoce el alto mando que destaca que nada ha cambiado desde el año pasado y que muchas personas se quedaron con la idea de que los "disturbios son divertidos".
   La economía británica se encuentra en recesión y el desempleo entre las personas de entre 18 y 24 años se encuentra en el 19,9 por ciento. Además, un estudio de la consultora HMIC ha señalado este lunes que unos 5.800 agentes de las fuerzas de seguridad serán despedidos como parte del plan de recorte del Gobierno.

Los delegados del TPI han sido liberados

ZINTAN.- Los cuatro delegados del Tribunal Penal Internacional (TPI) encarcelados en Libia --entre ellos el español Esteban Peralta Losilla-- han sido liberados, según informó el viceministro de Asuntos Exteriores. Poco antes, el presidente del Tribunal, Song Sang Hyun, había pedido "disculpas" ante las autoridades libias en Trípoli por las "dificultades" que había causado el equipo del TPI. 

   "Me gustaría agradecer a las autoridades libias por haber tomado hoy las medidas necesarias para liberar al personal del TPI a fin de que puedan reunirse con sus familias", declaró Song durante una rueda de prensa en Libia.
   El viceministro de Exteriores libio ha precisado que los cuatro ya no se encuentran en poder de las autoridades de Libia y saldrán hacia Europa esta próximo noche en un vuelo fletado por Italia, según informó la Embajada libia.
   La abogada australiana Melinda Taylor y la intérprete libanesa Helene Assaf fueron detenidas en la ciudad de Zintan el pasado 7 de junio y acusadas de filtrar documentos a Saif al Islam, hijo del derrocado y ejecutado dictador Muamar Libio y, al igual que éste, acusado de crímenes contra la Humanidad. Otros dos miembros de la misión, entre ellos el español, fueron detenidos.

Sobre indignidades nacionales e integración europea / Rafael Poch *

El Capital está desintegrando la Europa social. La noticia de la cumbre de ayer en Bruselas no es el efímero consuelo italo-español, sino el arrollador triunfo del Pacto Fiscal, la mordaza legal que atenaza la vía neocón en la eurocrisis. Mientras la recesión y el desempleo se extienden casi por todas partes, mientras las deudas aumentan junto con los recortes sociales, seguimos sin cambio del vector neoliberal. Si uno compara el peso del Pacto Fiscal, que dicta concretamente la línea a seguir en Europa (Autoridad, Desigualdad Austeridad), con la vaga calderilla destinada al crecimiento, el resultado es inequívoco. No ha habido derrota de Berlín, donde se ratificó, sin problemas ni mayor debate, el Pacto Fiscal.
La crisis del euro resquebraja inevitablemente la Unión Europea. Las cosas están sucediendo muy rápido. En apenas dos años Alemania ha perdido gran parte del prestigio que supo ganarse desde la posguerra. Vuelve a ser vista con desagrado y antipatía por media Europa.
Se lo ha ganado a pulso pues ha sido ella, su gobierno, quien ejerce el liderazgo del programa de la Gran Desigualdad en Europa y quien preside el atropello de Grecia.
Que tantos europeos se hayan dejado engañar por la leyenda de que Grecia era la culpable, el cuento que nos arrojaron para sacar del banquillo de los acusados al poder financiero-político que ocasionó esta crisis, es inaudito. Una crisis, hay que repetirlo, que es internacional, en la que Wall Street, Londres, Berlín y París son centro king size y las chorizadas de Bankia, Marbella, Camps y Millet, cutre periferia.
Ha sido indigno participar en el pateo de Grecia. Desde un punto de vista de país, el “nosotros no somos Grecia” lanzado desde Madrid, no es más que la miserable actitud del esclavo que ignora el sufrimiento de su hermano para ganarse el favor del patrón. Ahora, cuando los pateados somos nosotros, habrá que sumar esa indignidad a lo mucho que llevamos tragando ya, como país y sociedad.  En esta España de nuevos ricos, hijoputecada e intelectualmente asfaltada, aún está por ver si el espíritu del Quijote no ha fallecido irremediablemente, como constatan nuestros parientes latinoamericanos. Ojala que  el largo periodo de vacas flacas que se nos viene encima sirva para devolvernos algo de nuestras antiguas virtudes ibéricas, incluido el orgullo y la solidaridad de los anticuados.
Y en el peldaño inferior de la indignidad aparece, como no, nuestra autonomía que pretende ser la “Alemania de España”. Lo es sólo en su contribución negativa: por mezquindad, no por los méritos habitualmente asociados con Alemania.
El gobierno de Cataluña no sólo afirma que no es Grecia, sino que pretende no ser España. Su alegato alternativo viene rotundamente desmentido por el mapa de la corrupción, de la burbuja inmobiliaria, del oportunismo chaquetero y del patrioterismo carrerista del 3%: formamos parte, más que nunca, de aquella unidad de destino en lo universal, que decía Franco. Y de qué manera.
La Catalunya institucional y su entorno neocón-pa-amb-tomàquet busca con orgullo una alianza con los gángsteres de Las Vegas. De paso la vende como eje geopolítico con el Estado gamberro de Oriente Medio, sin escándalo ni conmoción. Construir casinos, hoteles y vender para ello el último solar junto a su sobredimensionado aeropuerto barcelonés, es su reacción instintiva a la quiebra universal del casino inmobiliario. Ese es el último pulso que mantiene la superior Barcelona con el perverso Madrid. Ladrillo y puticlubs son la respuesta del proto Estat catalá, regado con independentismo vergonzante, y quien sabe si algún día hasta con desafío a la monarquía, ahora que, debilitada y de capa caída, es fácil objetivo. Este gobierno acabará levantando una casa de citas en el mismo Fossar de les Moreres, que es solar edificable, y lo hará pasar por patriotismo catalán. Y si no al tiempo.
En esta Europa de naciones indignas no se salva nadie. Y sin embargo, Europa, la Unión Europea, vale la pena. Aunque haya que reconstruirla de abajo arriba.
Como se ha dicho tantas veces, es la mejor alternativa a lo que había antes: naciones que guerreaban unas con otras sin cesar y que protagonizaron las mayores carnicerías de la historia de la humanidad, no sólo en el viejo continente sino también allí donde llegaron con su civilizador colonialismo. La guerra no es algo del pasado. Ahora mismo hay una veintena de ellas en marcha, con diversa intensidad, casi todas vinculadas a recursos naturales.
La perspectiva de esta eurocrisis es su ensamblaje con la crisis global y con la vana ilusión deresolverla mediante una posible nueva gran guerra en Oriente Medio que acabe con los últimos regimenes independientes de Occidente en la región. Que sean dictaduras o no, es lo de menos. Lo que cuenta es la disciplina de su alineamiento, como es archiconocido: amarrar el control energético y subyugar de paso a grandes países autónomos -ellos mismos temerosos de ser algún día víctimas de los cambios de régimen- que, o bien se abastecen de combustible en los pozos de esos regímenes, como China, o bien tienen intereses en ellos, el caso de Rusia. Un 1929 con traca bélica en Irán y repercusiones en Asia, una gran guerra, no es ninguna alucinación de visionario.
Cuando el Zar se vuelve loco, se va de guerra al Cáucaso”, dice un viejo proverbio persa. Ahora que el Capital está enloqueciendo quién sabe si acabará yendo a guerrear precisamente a Persia.
Si no se quiere acabar marcando el paso o aclamando a nuevos belicosos caudillos (las señales de la agresividad y el desprecio a los débiles y vulnerables, ya están instaladas entre nosotros), las sociedades europeas tendrán que levantarse. La juventud europea sin futuro tendrá que abandonar su rebeldía “on line” , pasar a otro estadio de organización y compromiso, crear nuevas economías locales basadas en la utilidad y el apoyo mutuo, y pelar por Europa.
Para ello no hace falta ni siquiera cambiar las consignas que ofrece Bruselas: Más Europa, sí, pero para afirmar otra Europa. Más  integración, sí, pero de la protesta civil europea.
No puede ser que los griegos hagan huelga el lunes, los italianos el miércoles, los portugueses el martes, mientras los alemanes y los belgas se manifiestan en domingo. Esa es la única integración europea válida y realista. Uno de estos días hay que armarla en toda Europa para acabar con tanta indignidad.
(*) Periodista corresponsal del diario español La Vanguardia en Berlín. Antes fue el corresponsal en Moscú y en Pekín. Previamente trabajó para el diario alemán Tageszeitung, la agencia de noticias alemana DPA y como periodista independiente en Europa central.

Sadismo económico / Ignacio Ramonet *

¿Sadismo? Sí, sadismo. ¿Cómo llamar de otro modo esa complacencia en causar dolor y humillación a personas? En estos años de crisis, hemos visto cómo –en Grecia, en Irlanda, en Portugal, en España y en otros países de la Unión Europea (UE)– la inclemente aplicación del ceremonial de castigo exigido por Alemania (congelación de las pensiones; retraso de la edad de jubilación; reducción del gasto público; recortes en los servicios del Estado de bienestar; merma de los fondos para la prevención de la pobreza y de la exclusión social; reforma laboral, etc.) ha provocado un vertiginoso aumento del desempleo y de los desahucios. La mendicidad se ha disparado. Así como el número de suicidios. 

A pesar de que el sufrimiento social alcanza niveles insoportables, Angela Merkel y sus seguidores (entre ellos Mariano Rajoy) continúan afirmando que sufrir es bueno y que ello no debe verse como un momento de suplicio sino de auténtico júbilo. Según ellos, cada nuevo día de castigo nos purifica y regenera y nos va acercando a la hora final del tormento. Semejante filosofía del dolor no se inspira en el Marqués de Sade sino en las teorías de Joseph Schumpeter, uno de los padres del neoliberalismo, quien pensaba que todo sufrimiento social cumple de algún modo un objetivo económico necesario y que sería una equivocación mitigar ese sufrimiento aunque sólo fuese ligeramente.

En eso estamos. Con una Angela Merkel en el rol de “Wanda, la dominadora”, alentada por un coro de ­fanáticas instituciones financieras (Bundesbank, Banco Central Europeo, ­Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, etc.) y por los eurócratas adictos de siempre (Durao Barroso, Van Rompuy, Ollie Rehn, Joaquín Almunia, etc.). Todos apuestan por un masoquismo popular que llevaría a los ciudadanos no sólo a la pasividad sino a reclamar más expiación y mayor martirio “ad maiorem gloria Europa”. Hasta sueñan con eso que los medios policiales denominan “sumisión química”, unos fármacos capaces de eliminar total o parcialmente la conciencia de las víctimas, convertidas sin quererlo en juguetes del agresor. Pero deberían ir con cuidado, porque la “masa” ruge.

En España, donde el Gobierno de Mariano Rajoy está aplicando políticas salvajes de austeridad al límite precisamente del “sadismo” (1), las expresiones de descontento social se multiplican. Y eso en un contexto de enorme desconcierto, en el que, de repente, los ciudadanos constatan que a las crisis económica y financiera se suma una grave crisis de gobernación. Simultáneamente, varios pilares fundamentales del edificio del Estado se resquebrajan: la Corona (con el tétrico asunto de la caza del elefante en Bostwana), el Poder judicial (con el cochambroso caso Dívar), la Iglesia (que no paga el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, IBI), el sistema bancario (del que nos afirmaban que era el “más sólido” de Europa y constatamos que se desmorona), el Banco de España (incapaz de alertar sobre Bankia y otras quiebras espectaculares), las Comunidades Autónomas (sumidas algunas de ellas en abismales escándalos de corrupción), los grandes medios de comunicación (excesivamente dependientes de la publicidad y que ocultaron las calamidades por venir)... 

Sin hablar del propio Gobierno cuyo Presidente, en un momento en el que España (con Grecia) se ha convertido en el eje de los problemas del mundo, parece avanzar sin brújula. Y quien, frente a preguntas fundamentales, o da la callada por respuesta o contesta con expresiones surrealistas (“Vamos a hacer las cosas como Dios manda”), o sencillamente sostiene contraverdades (2). Mariano Rajoy y su equipo económico tienen una gran responsabilidad en el desastre actual. Han dirigido la crisis bancaria con evidente torpeza; han dejado descomponerse el caso de Bankia; han transformado una clara situación de quiebra en un pulso con Bruselas, el Banco Central Europeo y el FMI; han practicado el negacionismo más necio, pretendiendo hacer pasar un rescate de consecuencias gravísimas para la economía española como un crédito barato y sin condiciones (“Es un apoyo financiero que no tiene nada que ver con un rescate”, declaró Luis de Guindos; “Lo que hay es una línea de crédito que no afecta al déficit público”, afirmó Rajoy).

Todo esto da la penosa impresión de un país que naufraga. Y cuyos ciudadanos descubren de pronto que tras as apariencias del “éxito económico español”, pregonado durante lustros por los gobernantes del PSOE y del PP, se escondía un modelo (el de la “burbuja inmobiliaria”) carcomido por la incompetencia y la codicia. 

En cierta medida, comprendemos ahora –muy a expensas nuestras– uno de los grandes enigmas de la historia de España: ¿cómo fue posible que, a pesar de las montañas de oro y plata traídas de América por el Imperio colonizador y explotador, el país se viese convertido, a partir del siglo XVII, en una suerte de “corte de los milagros “llena de mendigos, desamparados y pordioseros? ¿Qué se hizo de tamaña riqueza? La respuesta a estas preguntas la tenemos hoy ante los ojos: incompetencia y miopía de los gobernantes, codicia infinita de los banqueros.

Y el castigo actual no ha terminado. Después de que la agencia Moody’s, el pasado junio, rebajara la nota de la deuda española en tres escalones, desde A3 hasta Baa3 (uno por encima del “bono basura”), la prima de riesgo llegó hasta límites insostenibles. La solvencia española está en la pendiente que conduce a un rescate. Y tanto el rescate de la banca como el rescate de la deuda pública tendrán un ­coste social terrorífico. En su informe anual sobre España, el Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, ya está reclamando que el Gobierno suba el IVA y que apruebe lo antes posible una nueva disminución del sueldo de los funcionarios para reducir el déficit. Además, en un documento de trabajo, los expertos del Fondo recomiendan a España que rebaje aún más el despido, reclaman el contrato único y que se evite la actualización automática de los sueldos (3).

La Comisión Europea recomienda igualmente la subida del IVA, y la adopción de nuevas medidas “austeritarias”: el retraso de la edad de jubilación, el control del gasto en las Comunidades, el endurecimiento de las prestaciones por desempleo, la eliminación de la desgravación por vivienda y la reducción del volumen de la Administración Pública. Todo antes de 2013. Ya que no se puede devaluar el euro, se trata de devaluar a todo un país, rebajando su nivel de vida de un 20 a un 25%...

Por su parte, la canciller alemana exige que España continúe con las profundas reformas económicas y fiscales. A pesar de la canina fidelidad que le manifiesta Rajoy, Merkel se opone con uñas y dientes a cualquier medida del Gobierno que suponga para España ceder en el camino de la austeridad y de las reformas estructurales. 

Berlín quiere aprovechar el “shock” creado por la crisis, y la posición dominante de Alemania para conseguir un viejo objetivo: la integración política de Europa a las condiciones germanas. “Nuestra tarea hoy –declaró Merkel en un discurso ante el Parlamento alemán– es compensar lo que no se hizo [cuando el euro fue creado] y acabar con el círculo vicioso de la deuda eterna y de no cumplir las normas. Sé que es arduo, que es doloroso. Es una tarea hercúlea, pero es inevitable”. Algunos comentaristas hablan ya del IV Reich...

Porque, si se produce el “salto federal” y se avanza hacia una unión política, eso significa que cada Estado miembro de la UE tendrá que renunciar a considerables partes de su soberanía ­nacional. Y que una instancia central podrá interferir directamente en los presupuestos y los impuestos de cada Estado para imponer el cumplimiento de los acuerdos. ¿Cuántos países están dispuestos a abandonar tanta soberanía nacional? Si ceder parte de la soberanía es inevitable en un proyecto de integración político como la Unión Europea, existe sin embargo una diferencia entre federalismo y neocolonialismo... (4).

En los Estados sometidos a rescates –España, entre otros– estas importantes pérdidas de soberanía ya son efectivas (5). Desmintiendo a Rajoy, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, afirmó que la troika (BCE, Comisión Europea y FMI) controlará la reestructuración de la banca en España (6). Esa troika gobernará la política fiscal y macroeconómica para ­seguir imponiendo reformas y recortes y para asegurar la prioridad del cobro de la deuda que los bancos españoles tienen con la banca europea, y principalmente alemana (7). España dispone pues, desde junio pasado, de menos libertad, menos soberanía de su sistema financiero y menos soberanía fiscal.

Todo ello sin ninguna garantía de salir de la crisis. Al contrario. Como lo recuerdan los economistas Niall Ferguson y Nouriel Rubini: “La estrategia actual de recapitalizar los bancos a base de que los Estados pidan prestado a los mercados nacionales de bonos –o al Instrumento Europeo de Estabilidad Financiera (IEEF) o a su sucesor, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)– ha resultado desastrosa en Irlanda y Grecia: ha provocado una explosión de deuda pública y ha hecho que el Estado sea todavía más insolvente, al tiempo que los bancos se convierten en un riesgo mayor en la medida en que más parte de la deuda pública está en sus manos” (8).

Pero entonces, si no funcionan ¿por qué se mantienen esas sádicas políticas de “austeridad hasta la muerte”? Porque el capitalismo se ha puesto de nuevo en marcha y se ha lanzado a la ofensiva con un objetivo claro: acabar con los programas sociales del Estado de bienestar implementados después del final de la Segunda Guerra Mundial y de los que Europa es el último santuario. 

Pero, como decíamos más arriba, debería ir con cuidado. Porque las “masas” están rugiendo... 

NOTAS:

1) Léase Conn Hallinan, “Spanish Austerity Savage to the Point of Sadism”, Foreign Policy in Focus, Washington DC, 15 de junio de 2012. http://www.fpif.org/ blog/the_pain_in_spain_falls_mainly_on_the_plain_folk
(2) Léase Ignacio Escolar, “Las siete grandes mentiras sobre el rescate español”, Escolar.net, 11 de junio de 2012. http://www.escolar.net/MT/archives/2012/06/las-siete-grandes-mentiras-sobre-el-rescate-espanol.html
(3) El País, Madrid, 15 de junio de 2012.
(4) Léase Niall Ferguson, Nouriel Roubini, El País, Madrid, 10 de junio de 2012. Léase también, Ignacio Ramonet, “Nuevos protectorados”, Le Monde diplomatique en español, marzo de 2012.
(5) Una prueba de la mentalidad de neocolonizados es el esperpéntico proyecto Eurovegas que se disputan las Comunidades de Madrid y de Cataluña, basado en la especulación urbanística y financiera, y asociado al “aumento del blanqueo de capitales, la prostitución, las ludopatías y las mafias”. Consúltese la plataforma Aturem Eurovegas:  http://aturemeurovegas.wordpress.com
(6) El País, Madrid, 14 de junio de 2012.
(7) Vicenç Navarro, Juan Torres, “El rescate traerá más recortes y no sirve para salir de la crisis”, Rebelión, 15 de junio de 2012. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=151370
(8) Ver la nota 4.

No se puede ganar siempre sin dar nada a cambio / Eduardo Punset *

Ahora resulta que nada es verdad y todo es mentira. Durante más de un siglo se nos vendió la idea de que el comportamiento humano es racional e interesado. Miles de dirigentes fueron educados con la idea de que el móvil de nuestros actos era conseguir no solo el reconocimiento, sino el consiguiente interés propio. En las instituciones sociales, en el Congreso, en las grandes empresas… nos dotamos de los mejores personajes racionales e interesados.

Es más, los psicólogos experimentaron en el laboratorio hasta el punto de demostrar que las descargas de testosterona durante el embarazo conseguían que el dedo anular de los hombres fuera más largo que el índice, en promedio, que el de las mujeres, siendo ello un dato inédito e incontrovertible de la mayor ambición de los primeros con relación a las segundas. No solo eso, sino que se pudo demostrar que los agentes de la Bolsa con el anular superior al índice acababan ganando más dinero que nadie. Había pruebas concretas de que, cuanto más racional e interesado, mejor le iba a ir a uno.

Nuestra clase política está atiborrada de personajes que están negociando siempre a su favor; que están en un duelo constante del que tienen que salir triunfadores, incluso cuando defienden el interés general. Los negociadores de las empresas importantes no hacen otra cosa que sobreponer el interés particular al deseo íntimo de ser de utilidad a los demás. Se le ha enseñado a la gente que nos dirige que el ser humano es, por encima de todo, racional e interesado. Es paradójico, pero eso es lo que estamos viendo todos los días en el curso de la actual discusión o negociación en la Unión Europea.

¿Alguien ha podido identificar algún dirigente que defienda, por encima de todo, la necesidad de que él o su país pueda ayudar a los demás? Si no se tiene obligación alguna de mostrar que uno confía en los demás y nadie sabe si Rajoy o Merkel son de fiar, ¿en nombre de qué se podría premiar la confianza mostrada por un extranjero con una dosis recíproca e idéntica de confianza que puede costarte dinero? Si nadie lo va a saber, no hay problema en comportarse como un gusano venenoso, explotando al otro hasta que no pueda resistir más. Según la teoría económica que ha regido durante la mayor parte del siglo XX, esa ha sido la manera real de comportarse de las autoridades competentes tanto nacionales como de los organismos internacionales.

Los dirigentes del mundo que hemos conocido se enamoraron de la teoría que llamaban «del interés propio racional», en virtud de la cual cada individuo tomaba decisiones en función de su propio interés o solo de su país. En el mundo del videojuego lo denominaban el «juego de la confianza», sin darse cuenta de que no iba en absoluto con la gente real.

Mira por donde, nuestros dirigentes no se han enterado de que todo está cambiando. Los científicos que se han puesto a comprobar la supuesta inexistencia de la confianza en los demás basada en la persecución del interés propio están descubriendo que las cosas no funcionan así. Ahora resulta que las dosis de comportamiento positivo aumentan el bienestar de los colectivos considerados; los científicos están demostrando, además –aunque pocos les hagan caso todavía–, que factores biológicos como la oxitocina, pero no solo ella, están desempeñando un papel importantísimo a la hora de responder a un gesto de confianza desprendiéndose de dinero.

Dentro de muy poco tiempo se considerarán alumnos extraviados los preparados para triunfar cueste lo que cueste; aquellos cuyo comportamiento está regulado por el puro racionalismo y la consecución del propio interés. Porque las nuevas competencias estarán demostrando claramente que no se puede ganar siempre sin dar nada a cambio.

(*) Pensador y divulgador

Padre Ángel: «En España el hambre alcanza ya a los niños»


MADRID.- El padre Ángel se acerca a los poderosos porque su ONG Mensajeros de la Paz trabaja desde hace medio siglo como un imprescindible vaso comunicante entre quienes manejan los recursos y quienes los necesitan, con enorme eficiencia y dúctil capacidad de adaptación a las circunstancias. Su despacho, parcialmente reconvertido en comedor infantil para atender a críos del barrio (zona Cascorro, en el corazón de Madrid), está forrado de fotografías que le muestran, más o menos encanecido, junto a Papas, presidentes del Gobierno o miembros de la Familia Real.Lo entrevista 'Abc', de Madrid.

-Al venir me he topado con una enorme cola en un comedor social. ¿Tenemos conciencia real de la situación? ¿La tienen los políticos?
-Estamos en una situación muy delicada en la que es cierto que hay que poner pies en tierra. Porque igual que antes se criticaba mucho a los políticos que no querían pronunciar la palabra crisis, ahora no oigo a nadie, ni en el Congreso ni en los parlamentos autonómicos, hablar de hambre en España, cuando es una realidad que ha llegado ya a los niños, algo que en las últimas décadas nunca había sucedido. Hoy hay cientos de miles de personas en nuestro país que están pasando hambre, que sólo comen una vez al día. Aunque fueran trescientos, ya sería para echarse a temblar, pero es que son muchísimos más... 

-Y no necesariamente de sectores sociales marginales.
-En el mismo barrio de Salamanca estamos pensando en montar un comedor porque ya están pasando hambre los de la clase media alta. Hay personas con título que no comen. Y por eso también aquí, en la plaza Vara de Rey, hemos quitado oficinas, mesas y ordenadores para habilitarlas como comedor. Lo hemos hecho después de comprobar que aquí, en pleno centro, había niños de tres a once años que se iban a la cama muchas veces sin merendar o sin cenar. 

-¿Cabe que las cosas vayan aún a peor, en lo referido a primeras necesidades?
-Un crío me conmovió el otro día, en este mismo comedor. Vi cómo se guardaba un trozo de pan y una salchicha y, cuando le pregunté qué hacía, me dijo que era para su abuelo, que no había comido nada en todo el día. Me pregunto qué va a pasar en septiembre y octubre cuando empiecen los colegios y (ojalá no ocurra) desaparezcan becas de comedor escolar. Porque hasta ahora los niños comen a mediodía en los colegios. Siempre criticamos a los políticos y a los organismos públicos, pero en España ha habido verdadero bienestar social ¡Pero el día que quiten eso no sé lo que puede ocurrir!
 
-¿Cuánto le debe el Estado a la Iglesia en el territorio de la solidaridad?
-Sobre el papel de la Iglesia se crean cortinas de humo como el del IBI. ¡Si eso es lo de menos, como plantearse si paga la luz o el teléfono! La Iglesia, aunque pague el IBI, el teléfono y la luz, va a seguir ayudando a la gente. Que no se preocupen ni tengan miedo, seguirá dando de comer. La Iglesia ha sido siempre pionera en ayuda. ¿Que cuánto le debe el Estado? Pues mucho, pero también le debe la Iglesia al Estado. Yo no estoy de acuerdo cuando se dice que la Iglesia está perseguida en España. No es verdad que haya malas relaciones entre la Iglesia y el Estado. ¡Si nada más nos hace falta besarnos!

-Ha tenido que cambiar el chip y reforzar su labor dentro de España.
-Sí. Cuando ocurrió el terremoto de Haití nos centramos allí y la gente se volcó, pero hace poco más de un año, alguien nos hizo reflexionar. Y, sin olvidarnos de Haití ni de nuestro trabajo en otros países, hemos empezado a montar estos comedores y hemos puesto en marcha un proyecto que es una preciosidad, el Banco Solidario. ¡Eso sí, es un Banco peculiar y sin primas de riesgo! No es trueque. Consiste en «coge lo que necesitas, y deja lo que puedas». Y nos ha desbordado. Entran peticiones a mansalva, pero hay aún más donaciones de ropa, de objetos, de alimentos... Yo sabía que nos iba a desbordar, porque tengo mucha fe. El hombre no es un lobo para el hombre. Es bueno por naturaleza.

-Se mueve usted bien (siempre lo ha hecho) en los círculos del poder.
-Alguien decía que hay que quitarles algo a los ricos para dárselo a los pobres, y yo digo: no hay que quitárselo, hay que pedírselo. Y si no te lo dan, ya se lo quitarán otros. Si en España empiezan a acabarse los ricos, malo. Pero te puedo decir que yo no me he encontrado a nadie que me haya dicho que no, sean de un partido o de otro. 

-A veces le han acusado de banderías.
-Han intentado significarme. Si estaba con Ana Botella era del PP, si con Felipe o con Zapatero, del PSOE. Y no es verdad. Si fuera verdad lo diría, no tendría ningún problema sobre eso. No estoy afiliado a ningún partido. o, mejor, soy solo de uno, que es el de la Iglesia, aunque a veces me haya llevado algún coscorrón por esta frase. Pero ya dijo el cardenal Amigo lo que es la verdadera política: el noble oficio de trabajar por los demás.

Muy personal