miércoles, 27 de febrero de 2013

Muere Stéphane Hessel, autor de 'Indignaos'


PARÍS.- El escritor y pensador Stéphane Hessel ha muerto esta madrugada a los 95 años de edad en su casa de París, según informan este miércoles varios diarios franceses, como Le Monde o Liberation. La noticia ha sido dada a conocer por su esposa, Christiane Hessel-Chabry.

   Hessel nació en 1917 en Berlín y llegó a Francia en 1925. Durante la Segunda Guerra Mundial fue capturado y deportado a los campos de concentración nazis de Buchenwald y Dora-Mittelbau, de donde pudo escapar, para posteriormente desarrollar su carrera diplomática, de embajador y escritor, faceta en la que destaca su obra 'Indignaos', según recuerda el movimiento 'indignadosspanishrevolution', con quién mantuvo vínculos a raíz del denominado 15-M.
   Así, tras la guerra, convertido en diplomático, Hessel colabora con las Naciones Unidas y, en 1948, forma parte del equipo redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Más tarde ocuparía el puesto de embajador de Francia ante la ONU en Ginebra y, tras retirarse, seguiría colaborando como miembro de la Comisión Nacional Consultiva de Derechos Humanos, hasta 2005.
   También tuvo relación con partidos europeos de izquierdas. En concreto, en el año 2009, mostró su voluntad de apoyar las listas del partido Europe Écologie para las elecciones europeas de ese mismo año, durante la convención nacional de los comités locales del grupo político.
   Su faceta activista es quizás la más recordada por los jóvenes, tras la edición de sus libros 'Indignaos' y '¡Comprometeos!' Defensor de la causa palestina, en los últimos años ha viajado varias veces a la zona para denunciar la situación en la Franja de Gaza. Asimismo, ha mostrado en reiteradas ocasiones su apoyo a los movimientos sociales, como el 15-M, que han surgido en toda Europa a raíz de la crisis económica.
   En 2011, durante la presentación de su obra '¡Comprometos!', lanzaba un llamamiento a la juventud indignada: "Comprometerse significa abrirse al mundo que nos rodea. Supone decidir, contra el determinismo histórico, que existe algo que inventar. Es lo contrario del derrotismo y de la resignación".
   El escritor y pensador insistía en que los ciudadanos "debían preguntarse" si los Gobiernos europeos aplican los "valores fundamentales" de la democracia. "Las grandes, enormes presiones que ejercen las fuerzas económicas sobre nuestros Gobiernos impiden que estos escuchen a sus pueblos. Hoy, las fuerzas populares de España Francia, América o Italia pueden reunirse para hacer presión sobre sus Gobiernos y desprenderse de este vasallaje de las fuerzas económicas", sentenciaba.
   La influencia de sus palabras y la importancia de su figura para movimientos sociales como el 15-M han provocado que, este miércoles, su muerte sea uno de los temas más comentados en la red de microblogging Twitter.  

A los 95 años, en su casa de París, ha muerto Stéphane Hessel, intelectual, diplomático, humanista y autor de «¡Indignaos!», santo y seña de las revueltas sociales de los jóvenes europeos en estos tiempos de crisis. Con él se va una inspiración y un espíritu libre que conoció en directo «el horror puro y absoluto» del siglo XX.
 
Nació en Berlín en 1917. Emigró a Francia de niño. Fue capturado por la Gestapo en la Segunda Guerra Mundial. Estuvo preso en los campos de concentración nazis de Buchenwald y Dora-Mittelbau. El día que cumplía 27 años se libró de la horca al cambiar su identidad por la de otro preso fallecido. Tras la guerra, en 1948, participó en la redacción de la Declaración de los Derechos Humanos y comenzó su carrera diplomática en las Naciones Unidas. 

A pesar de estos episodios, relatados con maestría en sus memorias «Mi baile con el siglo» (Ed.Destino) y en las que aseguraba conoció el «horror puro y absoluto», Hessel fue un fiel devorador de la vida, cazador avezado de momentos de paz y felicidad. Quizá sea por eso por lo que el diplomático siempre dijo que «¡Indignaos!» (Ed.Destino), el manifiesto político publicado en Francia en 2010, era lo que había cambiado su vida para siempre, haciéndole pasar de ser un jubilado más a ser un símbolo de libertad y autonomía. «Todo el mundo me para por las calles de París para darme las gracias. Es maravilloso», decía Hessel en los meses posteriores a la presentación del texto. 

El manifiesto de Hessel llegó en el momento en el que millones de personas, en su mayoría jóvenes con las ilusiones truncadas por la actual crisis económica y de valores, necesitaban apoyo. Él no sólo se lo dio públicamente, si no que les argumentó con toda la experiencia de su paso por los acontecimientos más escabrosos del siglo pasado, por qué debían indignarse y por qué debían reclamar sus derechos... y cuando alguien como Hessel te invita a la «insurrección pacífica» y a la desobediencia civil, hay que atender a sus palabras. 

32 páginas, traducido a 30 lenguas y más de 4 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo confirman que el texto de Hessel era necesario. «La peor actitud es la indiferencia. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso que sigue», decía Hessel en su manifiesto. Y sus palabras las tomaron al pie de la letra, sobre todo, movimientos como el 15-M español, los «indignados de la Puerta del Sol», y aquellos que siguieron su ejemplo por todo el mundo. 

Lo que pocos saben es que renunció desde el principio a sus derechos de autor porque su lugar, quisiera o no, fue y será la resistencia. 

Tras el éxito de «¡Indignaos!» se publicó «¡Comprometeos!» (Ed.Destino), una entrevista a Stéphane Hessel en la que denunciaba los huecos helados de la sociedad del bienestar, la tiranía de los mercados financieros, el culto al dinero, las mentiras políticas y el desprecio a los más débiles. Filósofo y filántropo, su principal ideología fue la defensa de los derechos inalienables del individuo y buscó sin descanso un sentido a la Humanidad. 

Hessel conectó como pocos con las inquietudes que remueven la segunda década del siglo XXI y dejó guías para moverse en esta penumbra: «Os corresponde a vosotros, amigos de España -país en el que la diversidad cultural es mundialmente reconocida-, ciudadanos del mundo, a cada uno de vosotros individualmente, y a todos colectivamente, encontrar las pistas a través de las cuales la internacional ciudadana podrá dotar de vida al siglo. No para lograr el mejor de los mundos, sino un mundo viable». Es nuestro turno.

La intolerancia religiosa amenaza la paz mundial

VIENA.- La conferencia de la ONU destinada a promover la tolerancia, la pluralidad y la inclusión mundial advierte de la amenaza que supone la intolerancia religiosa y étnica. También se ha mostrado la preocupación de que muchos países siguen adoptando leyes y prácticas que restringen la libertad de culto, marginando a comunidades enteras. 

La Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas (Unaoc), creada para promover el diálogo y el entendimiento intercultural, incluye a más de 130 países y cientos de miles de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo. En el V Foro Mundial de la Unaoc, líderes de la ONU, incluyendo a su secretario general, Ban Ki-moon, y al nuevo alto representante de la Alianza, el qatarí Nasser Abdulaziz Al-Nasser, han alertado sobre los peligros de la intolerancia y del extremismo.
Al Nasser ha dicho que «vivimos en un mundo de xenofobia, conflictos e intolerancia. Algunas sociedades ven la cultura como una fuente de división en vez de un camino a la inclusión y la paz». «Vemos una peligrosa intolerancia religiosa. En algunos países se denigran los símbolos religiosos y se quema la literatura religiosa. Debemos trabajar (para prevenir esto) y promover la paz y la tolerancia», explica.
Mientras, otros participantes han expresado su preocupación por leyes aprobadas en muchos países, incluyendo algunos con representantes en la conferencia, que iban en contra de los ideales de la ONU. «Lo que se debe hacer es revisar el estado de derecho en cada país de la Unaoc para ver si va de acuerdo con las cartas de derechos humanos de la ONU», explica el presidente de la Fundación del Llamado a la Conciencia, el rabino Arthur Schneier.
Líderes religiosos que participan del encuentro mencionan la persecución de cristianos en Medio Oriente y la violencia contra musulmanes en países occidentales. También hacen referencia a ataques documentados a templos, iglesias, mezquitas y sinagogas. Pero además advierten sobre el grado de apoyo a la opresión religiosa por parte de los propios estados, tanto a través de leyes como políticas.
Brian Grim, del Centro de Investigaciones Pew, explica que un tercio de los países del mundo imponen restricciones altas o muy altas a la libertad de culto. Añade que el Centro había identificado una fuerte correlación entre ciertos tipos de acciones de gobierno contra la libertad de religión y la hostilidad social.
Y esas restricciones muchas veces van más allá de fronteras, indica Grim, citando como ejemplo el caso de un saudí que huyó de su país acusado de blasfemia por una opinión que publicó en su cuenta de la red social Twitter. Fue detenido en Malasia y extraditado a Arabia Saudita. Algunos estados son famosos por sus leyes religiosas represivas. Arabia Saudita es quizás la nación con las normas más estrictas sobre la observancia del Islam. En ese país se castiga con la pena capital, la blasfemia y la conversión a otras confesiones de fe. También está prohibida la observancia de cualquier otra religión.
Pero similares restricciones, si bien no tan severas, son aplicadas en muchos otros estados. En Malasia, autoproclamada como una sociedad abierta y multicultural, la Constitución enfatiza la posición elevada de la población malaya, la etnia mayoritaria del país, y establece que el Islam es la religión oficial. El Estado malasio destinó policías especiales para desalentar cualquier actividad religiosa que no sea musulmana y para promover el Islam. Además, prohíbe la construcción de iglesias cristianas y templos de otras confesiones.
En Indonesia, la situación para las minorías es quizás peor. Según el Instituto Wahid, solo en 2011 hubo 93 violaciones a la libertad religiosa instigadas por el propio gobierno, contra 64 el año previo, y hay casos documentados del cierre de templos e iglesias, así como restricciones a la construcción de casas de adoración de otras confesiones.
Mientras, en Kazajastán, país que envió representantes de alto nivel a la conferencia en Viena, aprobó una ley en 2011 que redujo de 46 a 17 las religiones reconocidas por el Estado. La ley obliga a todas las denominaciones religiosas y organizaciones de fe a volver a registrarse. Además, toda la literatura religiosa debe ser aprobada por un organismo estatal antes de que pueda ser distribuida.
Pero este tipo de restricciones no solo ocurren en países menos desarrollados o predominantemente musulmanes. Suiza prohibió la construcción de minaretes, y en Austria, sede del foro de la Unaoc, se discute una prohibición similar a nivel regional.
Todos estos países son miembros de la Alianza y suscriben sus ideales.
No obstante todo esto, varios de los presentes en Viena subrayan que ven progresos en materia de libertad religiosa en el mundo. «Aunque muchos países tienen altos o muy altos niveles de restricción religiosa, en tres cuartas partes del mundo los gobiernos toman acciones para reducir esas restricciones», explica Brian Grim, del Centro de Investigaciones Pew.
Por su parte, el rabino Schneier a explicado que «el hecho de que esos países hayan adherido a la Unaoc muestra que están, al menos en espíritu, de acuerdo con lo que defendemos. Las cosas no pueden cambiar de la noche a la mañana. Se trata de un proceso». «Unirse a la Unaoc es el primer paso. Es la forma que tiene un país de adoptar los estándares de la comunidad internacional».

Gallardón le hace un favor a Rajoy: elimina a los rivales de su registro de la propiedad en Santa Pola

MADRID.- Alberto Ruiz Gallardón ha eliminado la ‘competencia’ que suponía para Mariano Rajoy la creación de un segundo registro de la propiedad en la localidad alicantina de Santa Pola, tal y como dictaba un real decreto de 2007. Cinco años después, el Ministerio de Justicia ha rechazado la creación de este organismo, dejando así únicamente el registro del que es titular el presidente del Gobierno.
Según anunció el Boletín Oficial del Estado el pasado 16 de febrero, el Ministerio de Justicia ha decretado dar marcha atrás en la modificación del mapa de las oficinas registrales, que suponía la creación de más de 300 nuevos registros.

“De la totalidad de esos nuevos registros, más de una tercera parte sigue en la actualidad sin registrador titular”, se asegura en esta orden publicada por el BOE. Por ello, Gallardón ha decidido dar marcha atrás en la creación de una decena de estos organismos, ya que muchas de estas oficinas registrales son “inadecuadas e insuficientes” que llegan a “carecer no solo de titular, sino también de personal, de un local físico y de medios tecnológicos y materiales para desarrollar su función pública”.

Entre estos registros de la propiedad que se van a paralizar cinco años después de anunciarse será el de Santa Pola 2 y se volverá a estudiar el proyecto en 2015. Esta oficina suponía la ‘competencia’ del otro organismo que existe en esta localidad alicantina y del que es titular el presidente del Gobierno.

Según han asegurado algunas malas lenguas en los pasillos del Congreso, con esta decisión, Gallardón garantiza que Mariano Rajoy sea en el futuro el ‘mandamás’ del registro de Santa Pola ante un futuro retiro del mundo de la política.

Stéphane Hessel habló, sufrió, sonrió y no dejó de resistir / Paco Audije *

«La indignación que preconizo es la que debe expresarse cuando hay violación de valores fundamentales», decía Stéphane F. Hessel hace año y medio. Hacía esa precisión en una entrevista con Jean-Claude Matgen, del diario La Libre Belgique. Y precisaba: «No es la indignación de los populistas, de los xenófobos y de los nacionalistas. La indignación sólo se justifica cuando conlleva valores fundamentales que sean maltratados, como la apertura de nuestros países (europeos) hacia los que escapan de la miseria. Las juventudes europeas no están, hasta ahora, suficientemente indignadas contra los nuevos reflujos de lo que representaron nuestros enemigos nazis, fascistas, etcétera». Hessel los consideraba fenómenos inquietantes en la actualidad. 

Con él muere un anciano de casi 96 años, un icono de los medios, una figura popular, un antiguo resistente, un diplomático. También un gran europeo. Él era un defensor de Europa como idea política progresista. Nació en Berlín, de padre y madre muy intelectuales, amigos de Duchamp y Picasso. Murió en París, se hizo resistente en Londres. Fue prisionero en el campo de concentración nazi de Buchenwald, de donde pudo evadirse tras cambiar la identidad con otro preso muerto víctima del tifus. Iban a ahorcarlo cuando se cambió por el difunto y asumió su nombre, Michel Boitel, fresador antes de la guerra. 

De esa situación, no extrajo sólo una aureola heroica, sino también una polémica agria sobre los métodos de las distintas resistencias y sus diferencias con Jorge Semprún en aquellas circunstancias excepcionales. Los interesados pueden bucear ese aspecto terrible, duro y áspero, desolador, en los libros del propio Semprún, de Marguerite Duras, en los caminos singulares de François Mitterrand desde su juventud derechista a su entrada (auténtica, verdadera) en la resistencia. Ahí, hay que volver a Hessel y a sus críticas a los comunistas. 

Leer la memoria de aquellos tiempos inhóspitos que escribió otro superviviente, Robert Antelme, que tituló significativamente «L’espèce humaine». Semprún, acusado de dar preferencia de vida a los comunistas en el campo de Buchenwald, respondió: «Lo que yo pretendo es que se vea el documento de Antelme, en el que se me acusa, es un documento típicamente estaliniano en el que él se cubre de inocencia, como en otros documentos estalinianos a otros se les acusa de culpabilidad» (El País, 19 de diciembre de 2010). No es fácil tener las manos siempre limpias. 

Hessel asumió su parte y el pensamiento de Jean-Paul Sartre: «Sois responsables como individuos». Él lo calificó de «máxima libertaria». Dejó claro que la indiferencia era lo peor, lo más negativo. Se refería a las diferencias entre ricos y pobres. Entre poderosos y víctimas de los tiranos. Entre totalitarismo y democracia. Expresó su indignación cuando visitó Palestina («mi indignación principal», dejó escrito). Eso no evitó que criticara a Hamas por lanzar cohetes que podían matar gente anónima, inocente, pero señaló: «A veces, el terrorismo es una forma de exasperación». Decía que «comprender» a veces a los terroristas, no significaba excusarlos, ni perdonarlos. Estimaba que la esperanza produce mejores resultados. Y preconizaba la no violencia gandhiana. 

 Podemos decir que Hessel se indignó pronto, en 1940, con la primera oleada de resistentes franceses, los que respondieron a De Gaulle. Pasó al norte de África, entonces administrada por Francia, de allí a Lisboa y luego a Londres. Participó en la organización del espionaje en territorio francés.  Fue detenido en 1944, en el cruce de la calle Edgar Quinet y la avenida Raspail, cerca de Montparnasse, cuando los aliados ya estaban en Francia. En 1948 participó en la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Diplomático, agitador, autor de panfletos, ha muerto fiel a su trayectoria, dando preferencia a los métodos no violentos, no excluyendo empuñar las armas cuando el nazismo no dejó otra opción. De sus días bajo la tortura, relataba su experiencia en un calabozo parisino de la avenida Foch: 

«Les hablaba en alemán. Muchos camaradas me dijeron después que había cometido una locura, que era mejor fingir que no les entendía. Pero yo les hablé. Me metían la cabeza en una bañera llena de agua hasta que estaba a punto de ahogarme, y luego me levantaban y me preguntaban. Yo les dije en alemán que la guerra estaba terminándose y que la iban a perder, que nos les convenía torturarme mucho porque les podría denunciar yo luego. Quién sabe. Tal vez eso me salvó la vida». Después, en la edición inicial de su famoso panfleto (Indignez-vous!) dijo que no había tampoco que perseguir a un torturado que hubiera terminado hablando. 

 Fue miembro de la Alta Autoridad para la Comunicación Audiovisual (defendía los medios audiovisuales públicos) y del Consejo sobre la Inmigración, en gobiernos de izquierda. Para Hessel, el europeísmo y la izquierda eran partes de un mismo cuerpo ideológico, opuesto a todos los nacionalismos. 

Denunciaba la deriva actual: «El mundo va mal, gobernado por poderes financieros que lo quieren todo». En la misma entrevista citada para La Libre Belgique (13 de mayo de 2011), no dudaba en pensar que la eliminación de Bin Laden era positiva, a pesar de las dudas sobre la forma en que tuvo lugar. Y pensaba en el pluralismo como vía para oponerse a la imposición: «¿Por qué no hablar varios idiomas entre nosotros? Hay que aspirar a esa solución. Así surgirían valores comunes. Vuestras crispaciones (les diría a ciertos políticos) me parecen anacrónicas. Hay que buscar la reconciliación, porque lo que hay que temer es la disociación, ese «regionalismo» que se opone a lo que podría ser la aportación de Europa». Stéphane Hessel no rehuyó mirar de frente a lo tenebroso, ni los combates más agrios; pero disfrutó de la vida cuando pudo.  Amó y se paseó por las ciudades que le dieron energía. También como método de resistencia, sonrió siempre que pudo. 

(*) Periodista

Los recortes avivan la imaginación de los portugueses


LISBOA.- La indignación de la ciudadanía portuguesa por el crecimiento galopante del desempleo y la reducción de salarios, jubilaciones e indemnizaciones por despido, acompañados de una carga fiscal en aumento, ha hecho que los portugueses encuentren formas innovadoras de protesta de gran convocatoria. El común denominador es no optar por la violencia. Una mezcla de ingenio, humor y nostalgia de un pasado mejor constituyen la fórmula que han encontrado grandes de la sociedad para mostrar su indignación ante la debacle económica y social.
 
En poco más de un año y medio de gestión del gobierno conservador, el desempleo ha subido del 11 al 16,9 por ciento de la población económicamente activa, el producto interior bruto se redujo un 3,2 por ciento en 2012 y un cuarto de los 10,6 millones de portugueses ya bordean la línea de la pobreza y de la exclusión social.
Pintar murales, un hábito muy difundido hace tres décadas y posteriormente abandonado, ha cobrado fuerza nuevamente. Centenas de jóvenes utilizan la pintura y las paredes de edificios urbanos de norte a sur del país como forma de protesta a las opciones de políticas de corte neoliberal a las que apeló el gobierno del primer ministro Pedro Passos Coelho. «La democracia no es solo votar cada cuatro años», arguyen.
Un ejemplo es la avenida Marquês da Fronteira, una de las principales arterias de Lisboa, donde decenas de personas convocadas por la Associação de Combate à Precariedade (Asociación Combate a la Precariedad) y Precários Inflexíveis (Precarios Inflexibles) se congregaron el domingo 24 para pintar grandes murales alusivos a la crisis en un ambiente de fiesta y solidaridad. También esas dos organizaciones de la sociedad civil llaman desde grandes murales a manifestarse este sábado 2 de marzo, sin intervención de partidos políticos ni sindicatos.
Otra forma de protesta se inició en las galerías del edificio del parlamento el 15 de este mes, cuando un grupo de personas que asistían a los debates, encabezadas por el conocido cantautor Carlos Mendes, de improviso comenzaron a entonar «Grândola Vila Morena», la canción símbolo de la revolución democratizadora del 25 de abril de 1974, que depuso la dictadura instaurada en 1926.
«Grândola Vila Morena» fue escogida por los capitanes izquierdistas del ejército portugués para avanzar sobre Lisboa y deponer a Marcello Caetano, sucesor de António de Oliveira Salazar y del general Manuel Gomes da Costa, las tres cabezas de la más larga dictadura europea del siglo XX (1926- 1974).
La acción en el parlamento fue producto «de un grupo de activistas el día del plenario quincenal, que interrumpimos el discurso del primer ministro cantando 'Grândola' en el preciso momento en que estuviese respondiendo el partido de gobierno», dijo Mendes a IPS. «Todo comienza en el cuadro de acciones programadas para llamar la atención del pueblo contra la austeridad criminal impuesta», añadió.
Mendes hizo especial hincapié en que «no hubo insultos ni palabras de orden, solamente se cantó, y el representante máximo del gobierno debió callarse ante la fuerza de un coro de voces que entonaban 'Grândola Vila Morena'».
En los 10 días trascurridos desde la acción en el hemiciclo, todas las actividades del primer ministro y de los miembros del gobierno, en cualquier punto del país, encuentran manifestantes que interrumpen sus discursos entonando esa canción símbolo.
Otra modalidad de protesta se cristalizó hace dos semanas, cuando el fisco comenzó a recibir facturas electrónicas conteniendo el nombre y número de identificación fiscal (NIF) del ciudadano contribuyente Pedro Passos Coelho, una acción posible, ya que la ley no faculta a los comerciantes a pedir identificación al emitir el documento.
Esta ha sido la respuesta al decreto del gobierno, que obliga desde este año a pedir factura personificada, con NIF y nombre completo, hasta para los consumos mínimos, tales como un café o un refresco. Antes solo existía el recibo fiscal, que al ser emitido desde una máquina registradora servía como declaración automática de impuestosde los comerciantes. Ahora se trata de recaudar el máximo de impuestos también al consumidor.
A fines de la semana pasada, el sitio en Internet de recaudación fiscal comenzó a colapsarse debido a que en las últimas dos semanas ingresaron miles de facturas electrónicas con el nombre y NIF del primer ministro y, al parecer, nada detendrá esa catarata de envíos.
La operación de protesta fue lanzada en las redes sociales a través de una página en Facebook (as faturas do coelho), y también circula por correo electrónico y mensajes de texto en los que se incluyen los datos de Passos Coelho y de los ministros Vítor Gaspar, de Finanzas, Miguel Relvas, de la Presidencia del Consejo, y Paula Teixeira da Cruz, de Justicia.
La cuenta «as faturas do coelho» (las facturas de Coelho) es consecuencia «de un movimiento mucho más grande y que va mucho más allá de una página en Facebook», señala uno de los organizadores. Sus integrantes declinan identificarse como personas singulares, porque «nosotros no tenemos un nombre por detrás de esta página y, por lo tanto, no prestamos declaraciones a título individual».
Este portavoz explicó que «la cuenta no personaliza la acción ni otorga mérito a quien se le ocurrió crearla, sino a toda la ciudadanía, la que todos los días protesta de esta forma creativa, acabando por contribuir también con el combate al déficit». «Esta página de Facebook continuará contribuyendo con humor, para que esta acción prosiga», añadió, para luego revelar que los registros de las máquinas de las grandes superficies comerciales están bloqueados por el uso excesivo de NIF de gobernantes, ya que en esos lugares «uno de cada tres clientes realiza compras en nombre del primer ministro».
La acción es «un movimiento mucho más representativo de los ciudadanos de lo que el primer ministro quiere hacer creer en su discurso», describió, si bien «él tiene razón al decir que un árbol no hace un bosque». «Sin embargo, nosotros, el pueblo indignado, somos cada vez más el bosque».