jueves, 5 de septiembre de 2013

Madrid no conseguirá los Juegos / Isaac Rosa

Aunque pasado mañana sábado me comeré las uñas hasta oír al presidente del COI, hoy estoy más tranquilo que hace unos días: Madrid no conseguirá los Juegos de 2020. Ya pueden apostarse el bigote, una cena, o lo que quieran, que pese al triunfalismo oficial de esta semana, no hay nada que hacer.

La delirante encuesta del 91% de apoyo popular es la que ha terminado de convencerme. Es la prueba de algo que ya sospechaba: que todas las cifras que rodean la candidatura son irreales, fantásticas, imposibles.

El 91% de apoyo popular –que se desmiente con un rápido sondeo informal en tu barrio, centro de trabajo, bar, diario o red social- es tan increíble como el resto de números que nos han dado en los últimos meses. No digo que no haya un apoyo alto, incluso superior al 50%, pues todo lo deportivo tiene mucho tirón popular –yo mismo me trago todo lo que echan en cada Olimpiada-; el recuerdo de Barcelona 92 todavía no ha perdido brillo para toda una generación; y sobre todo, no ha habido debate público sobre los pros y los contras de organizar los Juegos. De ahí que el apoyo sea seguramente alto, pero ni de lejos es un 91%. Por algo será que han preferido no comprobarlo con una consulta popular. Ni siquiera una concentración de apoyo en los días previos.

Pues con el resto de cifras pasa lo mismo: ese legendario 80% de infraestructuras ya terminadas, pese a no haber estadio olímpico, ni villa, ni centro acuático, y teniendo que poner más dinero en las ya sobrepagadas como la carísima Caja Mágica, que todavía exigirá más millones para acondicionarla.
Qué decir de los 1.500 millones de euros que “solo” tendrán que gastar las administraciones. Si lo habitual es que los Juegos acaben duplicando el presupuesto inicial, en España, patria del sobrecoste en obras públicas, multipliquen esa cantidad por tres o cuatro como mínimo.

Lo mismo, por supuesto, con los puestos de trabajo, para los que ni siquiera hay una sola cifra, unas veces son 80.000 y otras 300.000. Seguro que se crearán puestos de trabajo, pero efímeros como los propios Juegos, como todo el empleo que se creará en los próximos años en España, como los pocos creados en el último mes, precarios, de pocas horas y poco sueldo.

Pero dirán ustedes: ¿qué importa que todas esas cifras sean irreales, si al final la decisión está en manos de un órgano tan estrambótico como el COI? ¿Por qué estás tan tranquilo, Isaac, es que crees que solo porque una encuesta esté inflada o un presupuesto menguado no nos van a dar los Juegos? ¡Como si le importasen algo al COI el sobrecoste, la deuda o los puestos de trabajo!

Mi tranquilidad ni siquiera se basa en motivos objetivos, todas esas razones que ya apuntan algunos y que explicarán pasado mañana la derrota madrileña: la crisis, la mala imagen exterior, el declive de Madrid en el escaparate internacional, el disparate de que un país medio rescatado se meta en montar algo así cuando no tiene dinero para educación, el rechazo de los miembros del COI procedentes de la Commonwealth por todo el griterío de Gibraltar, la seriedad de los japoneses, o que dos cenizos como Rajoy y Wert vayan a Buenos Aires…

No, no, a mí nada de eso me acaba de convencer. Yo solo me he quedado tranquilo después de ver la última cifra que han dado los propagandistas de la candidatura española: el número de votos que aseguran tener ya comprometidos en el COI. Según publicaban ayer varios medios, fuentes de la candidatura aseguran que alrededor de 50 miembros del COI han prometido que votarán por Madrid, lo que garantizaría no ya la victoria, sino incluso arrasar en la primera ronda, ganar por mayoría absoluta.

Ah, bueno, me dije. Si esos 48 o 50 votos prometidos son tan ciertos como el 91% de apoyo o los 1.500 millones de inversión, al final verás como hasta caemos en la primera ronda. No habrá Juegos Olímpicos. Fin del cuento de la lechera.

Y no, yo no lo celebraré. Solo respiraré aliviado, porque al día siguiente Madrid continuará siendo la misma ciudad endeudada, con las instalaciones deportivas de barrio abandonadas pese al espíritu olímpico, y con un ayuntamiento que tendrá que inventar otra cosa para disimular su pésima gestión. Que no sea Madrid 2024, por favor.

¿Estamos para Juegos? / José Oneto

Gran parte de la clase política, y también de amplios sectores de la población Mariano Rajoy se ha volcado con la esperanza de encontrar un proyecto capaz de ilusionar al país para que los Juegos vengan a Madrid, en unos momentos de desilusión colectiva por la crisis política y económica que vive el país, que por otra parte, según muchos no está para unos Juegos que, digan lo que digan, al final terminarán, costando un dinero que no tenemos.
andarán pendientes este sábado de la reunión que el Comité Olímpico Internacional (COI) celebra en Buenos Aires, para elegir la sede de los Juegos Olímpicos del 2.020, sobre los que el Gobierno de

Una capital europea, Madrid, se la juega, frente a dos asiáticas, Tokio y Estambul, y una situación económica deteriorada, con un índice de paro de un 27 por ciento, tendrá que competir con las dificultades políticas que está atravesando Estambul y con los problemas medioambientales que está teniendo Tokio, que no termina de controlar los efectos del reactor nuclear de Fukushima, una auténtica bomba de relojería, cuyos efectos contaminantes nucleares pueden llegar en las próximas semanas, según los expertos, a las costas de Estados Unidos.

Turquía es el único de los tres países finalistas que no ha tenido nunca una Olimpiada (Tokio ya la tuvo en 1964) y, por eso la delegación turca confía en el éxito y ser el primer país (a horcajadas entre Europa y Asia), de mayoría musulmana, que obtiene la organización de los Juegos, después de que ellos presionaran a favor de Río como primera sede en América Latina. Turquía está dispuesta a invertir 17.000 millones de euros en infraestructuras, pero han sido los últimos acontecimientos en Estambul, con fuertes contestaciones populares, los que han ofrecido la imagen de un país inquieto, inseguro que puede influir negativamente en la candidatura.

Madrid se centra en los Juegos de la austeridad, con un presupuesto de 4.000 millones de euros, tratando de demostrar que las Olimpiadas no son un lujo, sino una oportunidad para todos los países que deseen participar. La capital de España lo intenta por cuarta vez. La primera vez fue para la edición de 1972; luego no pudo conseguir ni los Juegos de 2012 ni los de 2016. Punto de fuerza de Madrid es un gran número de instalaciones ya listas; falta sólo el barrio olímpico; sin embargo, el punto débil está representado por una crisis económica que no ha sido aún superada, aunque las autoridades sostienen que en el 2020 esteremos en plena recuperación económica.

Queda Tokio. Que, según las apuestas, es la ciudad favorita, tras haber sido rechazada para la edición de 2016. La ciudad japonesa acogió ya con gran éxito los Juegos en 1964, y una parte de las instalaciones, serán construidas o reestructuradas precisamente en la zona donde se encontraban las construidas hace 49 años. Una idea, ésta, que le gusta al COI.

Sin querer estropear eso que llaman “espíritu olímpico”, no estoy seguro que estemos para Juegos y no es excusa intentar vender unos juegos low cost, austeros, para convencer a una población de esa gran gesta olímpica que podemos conseguir este sábado, cuando la principal preocupación de esa población, de esos ciudadanos, es el paro, el deterioro económico familiar que están sufriendo y la deuda de un Ayuntamiento, como el de Madrid, que tendrán que terminar pagándola sus nietos.

Porque, además, no es verdad, que todo sea low cost, como dice ahora, y que todas las infraestructuras estén ya realizadas. El Comité Olímpico Internacional ha dejado claro en un dictamen, que de las 36 instalaciones deportivas necesarias, sólo 22 están acabadas, mientras que cuatro requieren obras de importancia y diez quedan por hacer desde cero.

Si el sábado hay Juegos, lo primero que hay que hacer es constituir una Comisión imparcial que controle todos los gastos al céntimo, para que esos Juegos no se conviertan, de nuevo, en un valioso botín económico.

Cien millones de euros gastados en el sueño olímpico

MADRID.- En medio de la peor crisis económica de España, hablar de fastos olímpicos lleva asociado, irremediablemente, la coletilla de las cifras que se van en este estipendio. La candidatura de "la austeridad" como promulgan desde el Ayuntamiento de Madrid, supone un desembolso en infraestructuras de casi 6.000 millones de euros

Pero a esta brocha gorda de gastos acompañan otras partidas que, aunque menores, cuentan. Los costes de competir, tres veces, por el sueño olímpico se ha llevado al menos 100 millones de euros, aunque las cifras exactas son difíciles de dar por el continuo baile entre lo que se anunció, lo que apareció en los presupuestos y lo que finalmente se ejecutó. La mitad habría salido de las arcas municipales.
La mayoría de estos presupuestos se van en publicidad, hacer lobby, márketing, viajes de prensa o en apostar por otras competiciones deportivas que sirvan de tarjeta de presentación para la ciudad. Es decir, un gasto a fondo perdido. Aunque según el exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, este dinero no ha sido gasto, sino "inversión" en promocionar la ciudad por el mundo y en mejorar su imagen.
La candidatura de Madrid 2012 es la más opaca, también la más alejada en el tiempo, ya que su presupuesto se remonta al año 2003. Según publicaron los medios de la época, la fase I (ciudad solicitante) se presupuestó en 7,5 millones de dólares y la fase II (ciudad candidata), en algo más de 8,1 millones. Al cambio unos 11,8 millones de euros. Pero la cifra de gasto público realizado en el programa "Madrid 2012" ascendió a 25,6 millones de euros, según un informe resumen del director general de Deportes de Pablo Buján fechado en 2005 y que recorría "la gestión deportiva del Ayuntamiento de Madrid entre 1951 y 2005".
Según varias fuentes municipales, es casi imposible saber con certidumbre cuánto se gastó en aquella candidatura, ya que se dio "barra libre" a la organización de la primera carrera olímpica y la preparación se trufó de ingeniería financiera. Algunos medios elevaron el coste aspiracional de Madrid a hasta 60 millones de euros, aunque la diferencia la habría puesto la financiación privada.
La aportación privada es clave en las aspiraciones de la villa, que para Madrid 2016 se gastó 37,8 millones de euros en preparar una misión casi imposible. De aquella cifra, 16,8 millones de euros corrieron a cargo de las arcas públicas del Ayuntamiento de Madrid, diez millones enteros desembolsados en el primer año de crisis, 2008.
Madrid 2020 redujo drásticamente el apoyo a la campaña de las candidaturas. En los presupuestos municipales de 2012 se destinaron siete millones de euros públicos a dotar de recursos la Fundación que se encarga de gestionar la candidatura y en el año siguiente las arcas municipales desembolsaron otros 3,9 millones de euros. A esta aportación de 11 millones de euros pública hay que sumar la parte privada que no está claro a cuánto asciende finalmente ya que se abrió el plazo para acoger nuevos patrocinadores hasta el 1 de septiembre.
La suma está en línea con lo presupuestado al inicio de la candidatura, que elevaba el precio de participar en la competición a 38,6 millones de dólares (casi 30 millones de euros), y en la que se aseguraba que el 38% saldría de fuentes públicas, lo que supondría que las empresas deberían aportar alrededor de 18 millones de euros.

Beneficios fiscales para empresas y negocio

La aportación privada es indispensable en estos eventos que, por supuesto, tienen contraprestación para las empresas. Los que se consideren patrocinadores pueden desgravarse hasta un 15% de su inversión en publicidad si se adhieren a este evento que, al igual que otros muchos como el Xacobeo por ejemplo, son declarados de interés público.
Un reciente cambio de la ley pone tope a esta deducción fiscal, que no puede superar el 90% de lo aportado a patrocinar al evento. En este caso, la aportación máxima de empresas como la de Telefónica, cuyas facturas publicitarias son ingentes, es de 800.000 euros, por lo que se podrían desgravar en impuestos hasta 720.000 euros. Hay que tener en cuenta que estas empresas patrocinan muchos eventos a la vez, y estos cheques fiscales se van sumando.
En la estructura de la Fundación Madrid 2020 se puede ser patrocinador socio (800.000 euros), preferente (400.000 euros), oficiales (200.000 euros) colaboradores (50.000 euros) y amigos (10.0000 euros). También hay un listado de "donantes" que no tienen obligación de hacer publicidad del acto (y viceversa, ya que no aparecen en el listado de patrocinadores oficial). Son BBVA (800.000 euros), El Corte Inglés (400.000), Iberdrola (300.000) y Renault (200.000).
Se da el caso de que estos patrocinadores y/o donantes pueden además optar a hacer negocios con la Fundación Madrid 2020. Así, la última licitación pública fue la de los trajes que llevará el comité español el sábado en Buenos Aires y que se presupuestaron en casi 43.000 euros. La firma encargada de su provisión es El Corte Inglés. La consultora "Bovis", que es patrocinador oficial, se llevó también la realización del dosier de presentación de la candidatura, presupuestado en 720.000 euros (puso 200.000 en el patrocinio) y el despacho de abogados Garrigues se quedó con la representación jurídica por más de 300.000 euros pese a ser patrocinador socio. Con todo, la licitación más elevada de esta última candidatura ha sido la de la agencia de comunicación internacional que se adjudicó el servicio por 2,4 millones de euros.

La Policía municipal de Madrid desaloja un mercadillo vecinal de trueque de libros de texto

MADRID.- Una mesa con unos cuantos bolígrafos y gomas, unos cuadernos de Música, unos libros de texto y una mujer ecuatoriana con sus dos hijas repasando el material. Este es el panorama que se han encontrado los dos policías municipales que han desalojado el mercadillo de trueque de material escolar que habían organizado los vecinos de Barrio del Pilar en Lucha, en la zona norte de Madrid, según publica www.eldiario.es

La idea había surgido de un grupo de residentes al ver que muchas familias no pueden asumir el gasto que supone la vuelta a las aulas. "Es una vertiente solidaria, no caritativa. Las personas que tengan libros de años anteriores lo pueden dejar aquí, y ver si necesitan algo. También puedes coger material aunque no hayas traído nada. No hay límite, no pedimos nombres, hay libertad absoluta", contaba Quique, uno de los organizadores, poco después de montar la mesa, sobre las 11 de la mañana. Pero la iniciativa no les ha durado ni media hora.
Enviados por la Junta de Distrito de Fuencarral-El Pardo, dos policías municipales han ordenado a los vecinos que plegasen la mesa y se marchasen a casa. Los organizadores habían pedido permiso con tiempo, pero la Junta se lo ha denegado."Nos han dicho que no, argumentando que como el trueque es una materia no reglada por las ordenanzas, la decisión quedaba en manos del concejal", señalaban los organizadores. Y el concejal, José Antonio González de la Rosa, ha dado la negativa por respuesta.
"Tenéis que tener una licencia como cualquier otro puesto de venta callejera, como los que hay en el mercadillo de artesanía", argumentaba un policía. Los vecinos le escuchaban perplejos. "Pero si es solo una mesa, si no hay ánimo de lucro, es trueque", respondía una mujer. Los agentes intentaban empatizar con el grupo, diciendo que ellos saben lo que supone el gasto escolar pero que tenían que cumplir órdenes. "¿Y si nos vamos al parque?", preguntaba una mujer. "Peor, es zona verde", contestaba un agente. "¿Y a un banco de la calle?", decía otra. "Estamos en las mismas, es zona pública", seguía el policía. Así que los vecinos han cogido la mesa, han metido los libros en bolsas y se han ido calle abajo en busca de algún local asociativo donde puedan quedarse. Pero la cita, hoy y mañana, era en la calle, en un cruce del Barrio del Pilar muy conocido por sus vecinos donde hay una churrería. Carteles por todo el barrio así lo indicaban. Mañana domingo ya han encontrado un sitio donde poder quedarse: El centro social La Piluka (Plaza de Corcubión, 16).
Hasta el mercadillo de trueque se ha acercado Inés, ecuatoriana con tres hijas de 19, 14 y 9 años y que está sola con ellas y con el único ingreso de su trabajo cuidando a personas mayores. "Sólo el año pasado me gasté en el material de la pequeña 200 euros. Me acabo de encontrar a una señora que me ha dicho que me bajaba los libros de su hijo del año pasado. A ver si nos sirven. Ojalá", contaba esta mujer, que ante la llegada de la policía se ha sentado en un banco cercano a esperar a su benefactora.
Otra mujer, Vanessa, también está al límite. "No trabajo, mi marido tiene un subsidio de 700 euros y tengo un hijo en 5º de Primaria", explicaba, con el niño de la mano. Ella, como muchos otros vecinos, marchó en comitiva detrás de los organizadores en busca de un sitio donde no les apliquen la normativa municipal que dice aducir la Junta para desmantelar esta iniciativa popular.

La Fiscalía denuncia al ex ministro socialista Narcís Serra por cobros exagerados en Caixa Catalunya

BARCELONA.- La Fiscalía Anticorrupción de Barcelona ha denunciado y pide imputar al expresidente de Caixa Catalunya Narcís Serra, al exdirector general Adolf Todó y a otros 52 miembros del consejo de administración de Catalunya Caixa en 2010 por "retribuciones e indemnizaciones desproporcionadas y ajenas a su situación real de solvencia".

Concretamente, el fiscal Fernando Maldonado denuncia a los miembros que adoptaron los acuerdos que constan en las actas del 19 de enero de 2010 y del 13 de octubre de 2010 donde se suscribieron fondos de pensiones, seguros, pólizas e indemnizaciones que pudieron suponer una "administración desleal", según la denuncia.
"Retribuciones e indemnizaciones que merecen ser investigadas máxime cuando se han producido en un entorno de grave crisis económica imperante en nuestro país" y cuando la entidad había pedido la inyección de dinero público de fondos del Frob, reza el escrito.
El fiscal cree que Serra y Todó son los principales beneficiados de las presuntas irregularidades, que abusaron de sus cargos y "utilizaron los fondos de una entidad con connotaciones y trascendencias públicas en beneficio propio y con claro perjuicio para la entidad, lo cual contribuyó a su grave crisis financiera".
"Todo ello denota un reprochable y espúreo manejo de los fondos de una entidad cuyo único objetivo debe ser procurar un adecuado beneficio para destinarlo a obra social y evitar un despilfarro de dichos fondos en beneficio de altos directivos", añade el Ministerio Público.
En una situación económica crítica, a principios de 2008 Serra acordó la contratación de Todó como director general y de Jaume Massana como directo general adjunto, cuyos sueldos no dejaron de subir durante los años 2009, 2010 y 2011.
Todó cobró en estos años 4,07 millones de euros y Massana 2,89 millones, en ambos casos sumando retribución fija y variable, a lo hay que añadir dietas por ir a las reuniones del consejo de administración.
Mientras tanto, dada la situación económica de la entidad, el Frob inyectó 1.250 millones de euros en 2010; 1.718 más en 2011, y nuevamente 9.084 millones en 2012, con lo que el Frob constituía el 100 por cien del capital.
En este contexto, algunas de las cláusulas del contrato de Todó son una prejubilación a partir de los 60 años por el que cobraría hasta los 67 una renta mensual del 90% de la retribución fija.
La retribución anual fija se estableció en 600.000 euros y una variable del 35% por objetivos; además, a partir de los 67 se le reconoce una renta vitalicia del 80% de la retribución percibida el año anterior.
Los privilegios de Todó van más allá, y se incorpora un documento que establece que en caso de su muerte en activo, su hija puede elegir entre recibir el fondo acumulado de la póliza de seguro de pensiones o bien una pensión vitalicia del 50% de la retribución percibida el último año.
Massana tiene idénticas cláusulas de rescisión anticipada y de prejubilación que Todó, si bien en su caso la renta mensual del 90% de la parte fija del contrato es hasta los 65.
También se suscribieron pólizas para cubrir fondos de pensiones cuya cantidad aportada entre 2008 y 2012 fueron de 4,1 millones de euros para Todó y 1,03 millones para Massana.
Por su parte, Narcís Serra tenía un cargo representativo "a pesar de lo cual tenía elevados emolumentos en concepto de dietas"; además, cobró 236.808 euros en 2007; 260.440 en 2008; 260.380 en 2009 y 246.393 en 2010.
El fiscal ha pedido también la imputación de otros 52 miembros del consejo de administración donde se aprobaron las subidas de sueldo, y que según han explicado fuentes de Catalunya Caixa ya no forman parte del mismo.