martes, 23 de septiembre de 2014

Sobre Gallardón / Joaquín Abad *

La reciente dimisión de ese niño repelente y protagonista que se llama Alberto Ruiz Gallardón, como ministro de Justicia, es sólo un paréntesis en su carrera política. Porque Gallardón, hijo de un importante miembro de Alianza Popular, José María Ruiz Gallardón, que se ganó a pulso su hueco en la dirección cuando saltó el escándalo Naseiro en tiempos de José María Aznar y supo darle carpetazo, quizá por sus conocimientos de ex-fiscal. Un feo asunto que puso en jaque el primer gobierno de Aznar. El joven Alberto lo salvó.

Después pasó por la Comunidad de Madrid y por la alcaldía de la capital, donde despilfarró con proyectos faraónicos, se llevó a Cibeles la sede, con mayordomo incluido... Han sido muchas y muy sonadas las salidas que este rival de Esperanza Aguirre, siempre haciéndose el rojillo dentro del pepé. Incluso quien le sigue de cerca vislumbra cierto complejo por no estar en un partido de la izquierda, de la que ha lamentado en muchas ocasiones que no le entiendan.

La retirada de la reforma de la Ley del Aborto donde se quemó a lo bonzo con un proyecto que a pocos gustaban, ha sido la justificación de su salida, de su dimisión. Pero desde hacía años que no encajaba. No se hablaba con el Fiscal General, se llevaba mal incluso con sus subordinados. Porque lo que de verdad pretendía era llegar a la presidencia del gobierno. Y como ha visto que el propio Partido Popular va a la deriva, pues abandona el barco, como las ratas. Esa imagen de dignidad dimitiendo ante las cámaras es falso. Quien lo conoce, quien lo conoce bien, destacan su inmensa ambición política. Se va porque le conviene no hundirse con el PP. A Gallardón lo que le gustaría es ser el Pablo Iglesias de Podemos. 

(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com

Llegan los federales / Ramón Cotarelo *

No es el séptimo de caballería, pero se da un aire. Aquel aparecía en el momento en que los colonos y sus familias, refugiados en el fuerte asediado por los indios, iban a ser masacrados. Sonaba el clarín, se iniciaba la carga y los atacantes huían despavoridos. Actualmente son los federales quienes se hacen cargo de la lucha contra el crimen allí donde las autoridades del Estado están desbordadas. ¿Tan mal está la situación?

La crisis ha golpeado duramente la economía y la cohesión social. Los indicadores de desigualdad y pobreza se han disparado. Ha aparecido una movilización social, cristalizada en ejemplos como Democracia Real, el 15-M y, últimamente, Podemos, que pretende replantear de modo radical la gestión económica y social de este desastre. El radicalismo siempre asusta, pero la clase dominante, el capital, la Iglesia, cree saber que, inserta como está en Europa, España no determina su política económica y, por lo tanto, serán los dioses de los mercados quienes marquen los límites a estos jóvenes ilusos. En el terreno exterior España no es soberana, lo cual tranquiliza mucho a los conservadores, que van por ahí, sin embargo, presumiendo de soberanía, liderazgo europeo y de ser una "gran nación".

La soberanía, esa que la Contitución atribuye al pueblo, se ejerce hacia el interior. Y no todo porque se excluyen Portugal y Gibraltar, llaga permanente del nacionalismo español. En uso de esa parca soberanía se espera que España resuelva como pueda la endemoniada cuestión catalana. Esta pone en jaque la tal soberanía al prever la posibilidad de que una parte del territorio español se declare en rebeldía. Habría que ver si no se producirán amagos de intervención exterior que recibirán, claro es, otro nombre. España espera la solidaridad de los demás Estados europeos en su preservación de la integridad territorial y todo lo que recibe es un ejemplo absolutamente contrario a sus intereses en el caso de Inglaterra.

Junto a los aspectos económico-sociales de la crisis los de la organización territorial del Estado, amenazado, incluso, de una Declaración Unilateral de Independencia. De pronto, esta cuestión se sitúa en el proscenio. Llevaban años minimizándola, ignorándola, sin entenderla y ahora les ha estallado en el rostro. Y era un problema de Estado; de constitución del Estado. Todavía en 2012, Rajoy llamaba a la Diada algarabía, mostrando fina percepción y gran entendimiento. Así ahora todos hablan de reformar la Constitución. Ni el PP hace ascos a la idea, si bien ha de tratarse de una reforma tasada y escueta. Para los conservadores, la reforma federal propuesta por Pedro Sánchez en "El País", en realidad es una novación constitucional y a tanto no llegan ellos ni de broma. Pues sí, el federalismo requeriría una revisión profunda de la Constitución, total, como la llama el propio texto (art. 168). ¿Y qué otra cosa puede ser una "revisión total" sino otra Constitución? Por eso mismo se propone con frecuencia un proceso constituyente, sobre todo en la izquierda y en ciertos nacionalismos, aunque con otro alcance.

En realidad, el desconcierto es absoluto. Siempre que se tocan los cimientos de una casa hay riesgo de derrumbe, lo que más temen los habitantes del inmueble. A todo ello debe añadirse la persistencia de la corrupción que, a fuer de generalizada, no abandona los noticiarios, cuando no es porque el delincuente Fabra elude de momento la cárcel a la espera de un indulto del gobierno de su partido, es porque el caso Gürtel podría ser juzgado por una magistrada perfectamente recurrible. Este desprestigio de la honorabilidad de los gobernantes, corroe su escasa legitimidad a la hora de adoptar decisiones públicas.

El próximo capitulo en la confrontación política será el de las elecciones municipales y autonómicas. El resultado de las pasadas europeas hace pensar que las locales puedan tener uno explosivo. Se trata de saber si la tendencia al fin del bipartidismo allí apuntada, se mantiene y/o amplía ahora. Si se mantiene, el PSOE podría vivir horas aun más bajas, con ecos del PASOK y malos augurios para la candidatura de Sánchez a La Moncloa. Si se rompe por cuanto, por ejemplo, el voto en elecciones europeas guarda relación negativa con las internas, retornaremos a una situación de bipartidismo más o menos modificado, con Podemos ocupando el lugar de IU con más apoyos pero también un techo claro.

En medio de este temporal, surge la figura de Pedro Sánchez con evidente propósito y mandato de recuperar el músculo perdido del PSOE. Y lo hace en el estilo Podemos, esto es, multiplicando sus apariciones públicas, solo limitadas por carecer del don de la ubicuidad, como buen mortal, aunque le anda cerca. Raro es el día en que Sánchez no nos habla desde una radio, una televisión o un periódico. Casi parece dominado por una verborrea incontenible. Pero su línea de comunicación es consistente y muy clara: hablar mucho, muy seguido, en todas partes, pillar cámara y, en su defecto, micrófono, pero insistir siempre en dos ejes: la panacea federal y la equidistancia entre el radicalismo populista de Podemos y el conservador, pero también radicalismo, del PP. La opción centrista es el radiante y confuso grial que se divisa entre las glorias del triunfo. El PSOE quiere ser el "partido de izquierda que atrae al centro"; incluso, porqué no, el centro derecha. Así el PSOE se construye con tres tercios: un tercio de centro derecha, otro de centro centro y otro de centro izquierda. Aporías aparte, el centro.

La larga connivencia de los dos partidos dinásticos hace que haya menos distancia entre el PSOE y el PP que entre el PSOE y Podemos. Los dos primeros comparten el respeto por la Monarquía, grosso modo también la actitud frente a la Iglesia y en cierta medida el acuerdo con el consenso de Berlín. Frente a un Podemos que es ambiguo en relación con la Monarquía y la Iglesia, pero propugna la ruptura del consenso de Berlín o de Bruselas, que viene a ser lo mismo. Por eso el PSOE ataca menos al PP y hasta le ofrece "pactos de Estado", con ánimo de resaltar su voluntad cívica mientras que se enfrenta cerradamente a Podemos, con quien no quiere saber nada y al que tacha de populista.

Hasta ahora Sánchez no ha respondido al reto de Iglesias a debatir en la tele. Obviamente, está pensándoselo. Hace bien porque se juega mucho. Hay ante todo una cuestión de ceremonial, protocolo y jerarquía. Sánchez es alternativa de gobierno y debate con su igual, el presidente en el cargo. No lo hace con un recién llegado, aunque sea una revelación. Además, pensará Sánchez, un político de convicciones no debate con un populista por la misma razón por la que un caballero no justa con un villano.

Pero no aceptar un reto televisivo en la era mediática es siempre un error. Máxime cuando Rajoy no está dispuesto a debatir con Sánchez ni por todos los Bárcenas del mundo. Así que el socialista se queda en dique seco, mientras Iglesias luce su cabellera en Fort Apache. Y la presencia mediática es esencial en darse a conocer a los posibles votantes y ganarse su confianza. Es obvio que el PSOE tiene la sangría por la izquierda. La obsesión de Sánchez será radicalizar la palabra y moderar el hecho mientras que la de Podemos es la inversa: moderar la palabra y radicalizar el hecho.

Por eso chocan y por eso es interés del PSOE marcar claramente los límites. Le va en ello la hegemonía en la izquierda y su condición de partido de gobierno. Si no lo hace con sabiduría y buen tino, la carga será, sí, de caballería, pero de la caballería ligera.
 
(*) Catedrático de Ciencia Política de la UNED

UPyD y Ciudadanos no descartan formar una coalición electoral

MADRID.- Unión, Progreso y Democracia (UPyD) y Ciudadanos han abierto el camino paraexplorar futuras vías de colaboración, sin descartar posibles coaliciones electorales u otras fórmulas de alianza, según han acordado en una reunión que han mantenido las direcciones de ambas formaciones este martes en Madrid.

Delegaciones de UPyD y C's, encabezadas por Rosa Díez y Albert Rivera, han mantenido un primer encuentro en el que, según han asegurado, no han entrado en detalles sino que se han limitado a constatar que existe voluntad de acuerdo y están dispuestos a abrir diferentes formas de colaboración "sin límites", desde el trabajo conjunto en las instituciones que comparten como "otras más ambiciosas como las coaliciones".

Esta labor avanzará en un grupo de trabajo que se reunirá próximamente "sin prisa pero sin pausa" y sin tener la vista puesta en citas electorales concretas, aunque el responsable de Regeneración Democrática de UPyD, Andrés Herzog, ha reconocido que no son ajenos a la actualidad y circunstancias como un posible adelanto electoral en Cataluña podría variar el ritmo de las negociaciones.

También Albert Rivera ha defendido que lo importante es "hacer política con mayúsculas" y estudiar si ambos partidos comparten un proyecto común, pese a lo que no se puede "obviar" que se trata de formaciones políticas y se aproximan diversas citas electorales.

Herzog --encargado de ofrecer la versión de UPyD junto a su portavoz en Cataluña, Ramón de Veciana-- ha insistido en que existe "un amplio margen" de pasos que ambos partidos pueden hacer juntos y ha garantizado que su formación no ha puesto "ningún límite", exceptuando que el acuerdo sea útil para los ciudadanos y no pensando sólo en un reparto de cargos.

En este sentido, ha emplazado a esperar el resultado de las reuniones para ver hasta dónde puede alcanzar esta colaboración y, aunque la posibilidad de la fusión está sobre la mesa, ha insistido en que "las opciones son muchas" y este martes "no se ha entrado a analizar la táctica". 

"No era momento ni lugar de táctica electoral, era la hora de definir una estrategia común", ha subrayado.

Según ha insistido, la primera fase es una colaboración institucional, que cree que se puede empezar a "materializar ya" en el Parlamento Europeo, y después se abre una segunda fase de coalición electoral que puede ser muy diversa y con múltiples variables.

"Hay que intentar sumar, ser estadistas más que partidistas", ha coincidido Rivera en su declaración ante los medios en una sala propiedad a UPyD pero fuera de la sala de prensa oficial. Rivera ha dicho que el encuentro ha sido "franco y sincero" pero ha aprovechado para recordar en diversas ocasiones que esta negociación llega después de "siete años de negativas de UPyD a escuchar hablar de sumas ni ningún tipo de alianzas".

Y aunque ha asegurado que no es momento de "reproches", ha insistido en esta "rectificación" de la formación magenta y ha dejado en manos de UPyD el resultado de las negociaciones. "Por parte de Ciudadanos no hay límites ni condiciones, no hemos venido con ningún documento aprobado previo ni ninguna condición", ha apuntado sobre un encuentro al que UPyD sí que ha aportado el documento que aprobó su Consejo Político con las condiciones que debe cumplir cualquier alianza.

"Creemos que tiene que haber una tercera vía constitucionalista y democrática para las próximas citas electorales --ha expuesto el presidente de C's-- Si en ese objetivo UPyD se suma y cree que es mejor ir justos y somos más fuertes y ágiles para cambiar el país, estaremos encantados. Si UPyD decidiera que no quiere sumarse a esa tercera vía, nosotros garantizamos a los españoles que tendrán una tercera vía constitucionalista y democrática en las próximas municipales, autonómicas y generales".

Durante este proceso ha insistido en la necesidad de poner el acento en las coincidencias y no en las diferencias ante la necesidad de abordar "grandes reformas" en el país, como una reforma del sistema de partidos, de la ley electoral o un pacto nacional por la educación.

En este camino, para Rivera es posible "cualquier fórmula" que permita esa tercera vía, ya sea una coalición electoral o incluso una posible fusión de partidos. Aunque ha recordado que esta última opción es más compleja y en último caso estaría en manos de los militantes, ha reconocido que él "nunca" la descartaría "porque en esta vida no se puede descartar nada".

Además, ha descartado que la exigencia de UPyD de pactar con un partido de ámbito nacional pueda ser un escollo para el acuerdo, ya que ha recordado que en las últimas elecciones al Parlamento Europeo Ciudadanos obtuvo 500.000 votos en todo el país con un porcentaje importante de votos en comunidades como Murcia, la Comunidad de Madrid o la Comunidad Valenciana, además de Cataluña.

Pese a esta visión común sobre la necesidad de explorar futuros acuerdos, el primer punto discordante ha llegado sobre la colaboración más inmediata en el Parlamento Europeo. Herzog ha expuesto que UPyD ha ofrecido a Ciudadanos la opción de trabajar juntos para evitar el nombramiento del español Miguel Arias Cañete como comisario de Acción Climática y Energía.

Sin embargo, Rivera ha limitado la colaboración a que los cuatro eurodiputados de UPyD y los dos de C's creen una delegación española dentro del grupo europeo del que forman parte --ALDE-- y estudiar si comparten un proyecto para España y para Europa. "El debate de hoy no era para poner o quitar a Cañete, España tiene cosas más importantes de eso", ha respondido.

Rajoy y Pedro Sánchez se reunieron este lunes en Moncloa

MADRID.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se reunieron este lunes en La Moncloa para hablar fundamentalmente de Cataluña, según ha adelantado la Cadena Ser.

Según informa esta emisora, además de hablar sobre la crisis con Cataluña, el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición también trataron otros asuntos referentes a política exterior y defensa.

Sánchez y Rajoy se vieron por primera vez el 28 de julio, sólo un día después de que el PSOE confirmara en su congreso la elección del diputado madrileño como secretario general. Entonces, ambos coincidieron en que la consulta soberanista no se puede celebrar, porque es ilegal, pero discreparon sobre la reforma constitucional que los socialistas ven imprescindible para atajar el desafío soberanista.

La reunión de este lunes no fue anunciada, porque se trató de un encuentro privado, según La Ser. Ambos dirigentes mantienen una relación cordial y hablan con frecuencia sobre el problema catalán.

Iglesias admite dificultades para ´controlar´ candidaturas de Podemos

MADRID.- El líder de 'Podemos', Pablo Iglesias, ha admitido que su formación política tendría "dificultades organizativas" para "controlar" las candidaturas a las elecciones municipales. Pero el eurodiputado ha justificado su propuesta de no presentarse con sus siglas a estos comicios alegando que su prioridad son las elecciones generales y que apuesta por "el protagonismo popular y ciudadano" en las municipales.

"El hecho de que todavía no tengamos una organización formal porque no hemos llevado a cabo nuestra gran asamblea hace que sea cierto que tendríamos dificultades organizativas, o así lo entiendo yo, para controlar candidaturas en más de 8.000 municipios y seríamos unos imprudentes y unos arrogantes si no tuviéramos eso en cuenta", ha dicho Iglesias en declaraciones a la prensa.

No obstante, el líder de 'Podemos' ha negado que el motivo para no presentarse a las municipales seael miedo a que sus listas se llenen de corruptos. "El que tiene que tener miedo a tener las listas llenas de corruptos es el PP, entre otras cosas porque tiene las listas llenas de corruptos y tiene las instituciones en las que está llenas de corruptos. En nuestro caso ha habido, hay y va a haber tolerancia cero a ese respecto", ha zanjado.

"Los firmantes de ese documento, ha sostenido Pablo Iglesias, entendemos que 'Podemos' puede ser un instrumento político que nos sirva para ganar las elecciones generales y que el cambio político empieza ahí".

A su juicio, 'Podemos' contaría con un "enorme apoyo popular" de cara a las municipales, pero no tiene "ningún patriotismo de siglas ni ningún patriotismo de partido y quiere atender a la "complejidad" de los ayuntamientos. "Pensamos que podemos ser útiles compartiendo fórmulas de protagonismo ciudadano a nivel municipal, que podrán tener muchos nombres y a veces serán posibles y otras veces no", ha dicho.

En todo caso, Pablo Iglesias ha dejado claro que no está defendiendo un "frente de izquierdas" para las municipales. "La solución a este país no pasa por un frente de izquierdas ni por acuerdos entre partidos, sino por el protagonismo popular y ciudadano", ha afirmado. Por ello, la condición de 'Podemos' será "que las listas tendrán que ser abiertas y sometidas a la participación popular". 

"El que esté en una lista estará ahí no porque le haya puesto ningún partido sino porque los ciudadanos han decidido que sea así", ha subrayado.

"Si hay listas que se configuran a través de la participación popular, si el método de 'Podemos' se impone independientemente de que se llame 'Podemos' o de otra forma, lo que nosotros hemos propuesto habrá tenido éxito. Nosotros no hicimos 'Podemos' para que exista un nuevo partido político en España sino para que el cambio político sea posible", ha insistido el eurodiputado.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha calificado este martes al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de "decepcionante" por utilizar "palabra por palabra" los mismos argumentos contra su partido que la "extrema derecha".

"No parecía el secretario general de los socialistas, parecía un tertuliano de 13TV", ha criticado en declaraciones a Cuatro después de que Sánchez criticara las medidas que propone Podemos y asegurara que no pactarían con el populismo.

Algunos de los reproches de Sánchez iban dirigidos al apoyo de miembros de Podemos al Gobierno de Venezuela de Hugo Chávez, por este motivo Iglesias le ha recordado al líder del PSOE que cuando murió el expresidente venezolano, a un homenaje celebrado en Madrid asistieron "varios dirigentes socialistas".

 "No sé qué va a hacer con ellos el señor Pedro Sánchez, decepcionante", ha lamentado.