viernes, 16 de enero de 2015

Una condena con muchos matices

MADRID.- El arco conformado por los países en los que la fe musulmana es mayoritaria resulta demasiado amplio y diverso como para extraer unas conclusiones generales sobre su respuesta al atentado yihadista perpetrado contra la revista Charlie Hebdo en París. 

Sin embargo, sí parece posible destacar algunos elementos recurrentes en las actitudes de los líderes políticos, los medios de comunicación (muy a menudo controlados por los primeros) y el sentir general de las sociedades. La condena al ataque a la revista es prácticamente generalizada, pero también lo es la reprobación a las caricaturas que reproducen al profeta en el último número de la publicación
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, sintetizó este jueves un sentimiento muy extendido: “La libertad de expresión no significa la libertad de insultar”. Significativamente, durante su gira en Asia, el papa Francisco expresó conceptos cercanos a los del dirigente turco. “Hay un límite. No se puede provocar. No se puede insultar la fe de otros. No se puede bromear con la fe de los demás”.
La crisis de Charlie Hebdo pone en evidencia pues la extrema debilidad de las voces liberales en las sociedades de tradición islámica. La esperanza suscitada en Occidente por el desarrollo de las primaveras árabes a principios de esta década encuentra en esta circunstancia la triste constatación de su fracaso. Incluso en Egipto, donde la contrarrevolución del mariscal Al Sisi ha derribado a los Hermanos Musulmanes, la dirigencia muestra extrema sensibilidad a las quejas que expresan el sentir mayoritario entre los musulmanes.
Afortunadamente, a diferencia de la crisis desatada por las viñetas publicadas por el diario danés Jyllands-Posten en 2006, de momento no se han registrado incidentes de relieve alimentados por el rechazo a la reproducción del profeta.
La periodista libanesa Diana Mukalled sostiene en la cadena Al Arabiya que el mundo árabe aún está “atrapado en tratar de resolver si el crimen [el atentado contra Charlie Hebdo] es absolutamente condenable o no”. Menciona que “a pesar de la ausencia de datos precisos sobre la opinión pública, no es difícil detectar un atrevido tono general en la cobertura de los medios, los titulares, los debates y las redes sociales que refleja una innegable tendencia a justificar y rebajar el odioso crimen”.
En definitiva, que detrás de las condenas siempre hay un “pero”.

La protesta contra las viñetas deriva en disturbios en varios países islámicos

DUBAI.- Las protestas contra las nuevas caricaturas de Mahoma en la revista satírica francesa Charlie Hebdo han dejado este viernes cuatro muertos y 45 heridos en Níger y dos heridos de bala en Pakistán, entre ellos un fotógrafo de la agencia France Presse

En Irán se suspendió sin explicaciones la manifestación de cólera. En Argel hubo choques entre manifestantes y policías, varios de los cuales resultaron heridos y, además, hubo decenas de arrestados. También hubo disturbios en Ammán, la capital jordana, donde miles de personas participaron en las protestas por las viñetas convocadas por grupos islamistas frente a la Gran Mezquita de Huseini. Uno de los organizadores dijo que la policía dispersó a los manifestantes y arrestó al menos a cuatro de ellos, posteriormente liberados.
Mientras, en Turquía su presidente, Recep Tayyip Erdogan, advertía del riesgo de que se produzca un “choque de civilizaciones” a raíz de la última oleada de ataques yihadistas en Occidente. Durante un encuentro con empresarios en Ankara, Erdogan dijo que seguía con “gran preocupación” los “ataques contra el islam” tras la matanza de París. El mandatario turco, que impulsó en 2005 junto al entonces presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero la iniciativa de Naciones Unidas de la Alianza de Civilizaciones, considera una provocación que el último número de Charlie Hebdo incluya caricaturas de Mahoma. En la portada del semanario aparece un dibujo del profeta con lágrimas en los ojos que dice “Yo soy Charlie”, el lema de solidaridad con la revista tras el atentado contra su redacción que dejó 12 muertos.
Al menos tres civiles y un policía fallecieron y otras 45 personas resultaron heridas en las protestas en la ciudad de Zinder, en el sur de Níger, donde también fueron incendiadas 10 iglesias y otros edificios. Según testigos, más de 4.000 personas salieron furiosas a las calles después de que en la oración de mediodía los imanes animasen a los fieles a protestar contra la participación del presidente, Issoufou Mahamadou, en la manifestación del domingo en París, donde, según ellos, “se insultó al profeta”.
Dos de los civiles murieron por balas de la policía uno por gases lacrimógenos cuando, según la versión oficial, una turba asaltó la comisaría local y los agentes cargaron contra ellos. El Instituto francés, una escuela de misioneros y la sede del Partido Nigeriano Para La Democracia y el Socialismo, formación del presidente, también fueron atacados.
El Gobierno ha prohibido las reuniones convocadas hoy en las mezquitas de la capital por varios grupos islamistas para continuar con las protestas. En el vecino Mali, decenas de miles de personas convocada por el Consejo Supremo Islámico salieron a las calles para condenar la publicación de las viñetas con la imagen de Mahoma, pero mantuvieron la calma en todo momento.
Las movilizaciones en Karachi apenas congregaron a unos centenares de personas -la gran ciudad portuaria y comercial del sur de Pakistán, donde viven 23,5 millones de almas- y a unos miles en la capital argelina. Apenas dos centenares de personas se congregaron ante el Consulado de Francia en la ciudad paquistaní. Armados con palos, y según un periodista, algunos también con pistolas, los congregados respondieron con piedras y disparos cuando la policía impidió su aproximación al Consulado francés utilizando gases lacrimógenos y cañones de agua.
En el rifirrafe al menos dos personas han resultado heridas de bala, el fotógrafo de France Presse Hasif Asam y un miembro de una de las organizaciones convocantes, según fuentes médicas. Además, un policía recibió una pedrada, pero estaba fuera de peligro. 
No obstante, la reacción ha sido mucho menor que en 2006, cuando las protestas por la publicación de caricaturas de Mahoma en un periódico danés provocaron decenas de muertos en todo el mundo. El primer ministro, Nawar Sharif, y el Parlamento condenaron el jueves al semanario francés, mientras que los líderes religiosos han pedido abiertamente que se cuelgue a sus periodistas.
Mientras tanto, en Irán, donde existe una especial prevención hacia Occidente, la manifestación de cólera prevista para después de la plegaria ha sido anulada sin explicaciones. No obstante, los estudiantes islamistas (miembros del Basij) han anunciado que se celebrará el lunes ante la Embajada de Francia, si obtienen el permiso de las autoridades, según la agencia Fars. Significativamente, el ministro iraní de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, se encontraba en París, parte de una gira por varias capitales europeas, antes de reanudar las negociaciones nucleares el próximo domingo en Ginebra.
No obstante, el ayatolá Movahedi Kermani ha condenado durante el sermón del viernes la publicación de las viñetas de Mahoma que ha calificado de “sacrílegas”. El predicador, que ha evitado mencionar el nombre de la revista, ha asegurado que el motivo de tal forma de actuar es que el islam está creciendo y haciendo notar su presencia en Occidente.
 La portavoz de Exteriores, Marzieh Afkham, calificó de “ofensa a los musulmanes” la decisión de Charlie Hebdo. Pero Kermani, y los medios iraníes que se hicieron eco de sus palabras, se centró sobre todo en criticar la presencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la marcha anti terrorista de París. “Es sorprendente que estos criminales participen en una manifestación y condenen el terrorismo, cuando ellos no son sólo los verdaderos terroristas, sino que fomentan el terrorismo”, declaró el clérigo jaleado por las habituales consignas de “Muerte a América, Muerte a Israel, Muerte a Inglaterra”.

Rajoy, cuidado con los Ciudadanos / Manuel Molares do Val *

“¿Quieren los españoles que presentemos para los combates municipales, autonómicos y generales de este 2015 a políticos jóvenes?”, le preguntó Mariano Rajoy al sociólogo Pedro Arriola, su Oráculo de Delfos. 

“Los dioses me indican que tus enemigos de la izquierda, el pequeño Pablo Manuel Iglesias y Pedro Sánchez no te derrotarán, pero cuídate del catalán Albert Rivera, el de Cuidadanos, C's, que se agiganta en toda España robando votos a izquierda y derecha”, auguró Arriola. 

“¿UPyD no cuenta ya?”, y el Oráculo, que salió de Delfos para profetizar este fin de semana en Toledo ante la dirección nacional del PP, le dijo: “UPyD está en ligera cuesta abajo; quien cae rápido es Izquierda Unida”. 

“Necesitamos caras nuevas que compitan con el pequeño Pablo, contra Pedro Sánchez, que está muy despistado, y sobre todo contra Rivera, el mejor articulado de ellos”. 

El pequeño Pablo, la sorpresa política de 2014, encontró campo fértil: muchos españoles creen estar peor que nunca, y es porque gastaron durante muchos años como nuevos ricos y ahora deben pagar sus deudas, y él ha sabido crear odio y deseos de venganza contra los políticos veteranos, sobre todo porque un buen número de ellos los estafó. 

Por eso el PP busca gente limpia, sabiendo que el pequeño Pablo y los suyos son frágiles: vienen con corruptelas de contratos, becas y endogamias del género de buitre universitario. 

Limpio está Albert Rivera y a él hay que oponerle jóvenes populares también sin tacha, al menos mientras no se descubra alguna. 

Y parece que tienen a dos recién nombrados portavoces para combatir en tertulias y mítines. 

Atentos a estos nombres de magníficos polemistas: el palentino Pablo Casado y el catalán José Luis Ayllón, que debatirán en nombre del PP y del Gobierno.

(*) Marino, ingeniero, periodista ex corresponsal de la agencia Efe en México, Bélgica, China y EE.UU.

¿Puede ser Ciudadanos el Podemos de la derecha? / Ignacio Escolar *

Es la sorpresa en las encuestas. Según los últimos sondeos publicados, el partido liderado por Albert Rivera estaría hoy en cuarto lugar, por delante de IU y UPyD, conseguiría hasta un 8% de los votos y sigue subiendo. Ciudadanos es un 'atrápalotodo': ya saben, ni de izquierdas ni de derechas. Se reivindica como la tercera vía liberal que nunca existió en España, entre PP y PSOE, y se ha convertido en un refugio para aquellos votantes de ambos grandes partidos que comparten el diagnóstico de Podemos sobre la casta y el bipartidismo, pero que ven a los de Pablo Iglesias demasiado radicales para su gusto. Es la rebeldía dentro del sistema, o el reformismo rupturista, o el cambio tranquilo y sin coleta. Es una opción que en Catalunya le ha pegado un bocado mortal al PSC y que en el resto de España preocupa al PP porque podría dinamitar su estrategia contra Podemos: esta consigna de "o Rajoy o el caos" con la que quieren salir vivos del año donde puede cambiar todo.

En 2015, la campaña electoral no terminará nunca. Comienza dentro de un par de semanas en las griegas –de claras consecuencias para España–, sigue en mayo con autonómicas y municipales, continuará con las catalanas y acabará en las generales. Es un menú de cuatro platos en el que, de postre, tampoco se puede descartar que también haya adelanto electoral en Andalucía. 

Las armas de Mariano Rajoy para sobrevivir a un 2015 del que el PP sin duda saldrá con menos poder del que hoy tiene –más es imposible– son dos. Por un lado, la recuperación económica. Por el otro, la polarización contra Podemos y el voto del miedo.

La recuperación, esta vez, no parece tan voluntarista, al menos para las grandes cifras macroeconómicas (de las que a corto plazo no se come). El año 2015 arranca para España con bastante mejor pinta de lo habitual en estos años, a pesar de la deflación. El desplome en el precio del petróleo es un regalo. La depreciación del euro, una excelente noticia para el turismo y para las exportaciones. Y la probable compra de deuda pública por parte del BCE –al fin determinado a actuar, si no lo impide Alemania– es otra buena noticia para el sur de Europa. ¿Se acabó la crisis? 

No tan rápido: el desastre seguirá para esa mayoría de españoles que se han empobrecido en estos años y que van a seguir muy lejos de la situación que tenían cuando empezó esta pesadilla. Pero sin duda la economía española empieza 2015 con varias bazas buenas, a pesar de que este cambio en las expectativas tiene muy poco que ver con un milagro Mariano o con esa virgen del Rocío a la que se encomienda Fátima Báñez. 

Más allá del trompeteo sobre la recuperación económica –que por otro lado cabreará a esa mayoría que no vea tanto brote verde en su vida cotidiana–, la otra gran apuesta electoral del PP es la polarización: o Rajoy o el caos. O el PP o Podemos. Es una estrategia burda, pero la historia electoral demuestra que funciona. Consiste en movilizar el voto a la contra para compensar la ausencia de voto a favor; movilizar al electorado cabreado con el miedo a que gobierne Podemos, en vez de con la (poca) ilusión que hoy provoca el PP, incluso entre el votante de derechas. A esto responde esa estrategia del PP de hablar exclusivamente de Podemos. Tras comparar a los de Pablo Iglesias con Hitler, Mussolini, la ETA y hasta "la caca", parece complicado que los portavoces del PP puedan mantener este nivel durante todo el año. No se apuren. Con Rajoy es posible. 

Desde el PP, según sus encuestas y análisis internos, aseguran que hoy están en el 26% o 27% de los votos. Pero confían en salvarse de la quema y mantenerse en La Moncloa si superan el 30%. Hace unos años, un porcentaje así era derrota segura para cualquiera de los dos grandes partidos. Pero el voto se va a fragmentar tanto que aquel que supere el 30% es probable que sea el más votado. Además, la ley electoral ayudará a que ese porcentaje de los sufragios se convierta después en una mayoría más holgada en los escaños. 

¿El gran escollo en este plan que en el PP cree insumergible? Sin duda, Ciudadanos: el atractivo que este partido tiene para votantes conservadores que ya no pueden con el PP, que desprecian a Mariano Rajoy y desconfían de su palabra, pero que tendrían que volver a nacer para votar a Pablo Iglesias o al PSOE. Es evidente: aunque haya un porcentaje para nada desdeñable del voto del PP que se va a pasar a Podemos o también al PSOE, la derecha no va a volatilizarse en España de un día para otro. Gran parte de ese voto que le ha desaparecido al PP en las encuestas está hoy en la abstención. Y de la abstención es más fácil recuperar a los desencantados (con el espantajo del miedo). Otra cosa, claro está, es cuando esos exvotantes se largan a otro partido, como bien sabe hoy el PSOE ante ese amplio porcentaje de sus electores que se han pasado a Podemos.

¿Conseguirá Ciudadanos convertirse en el Podemos de la derecha o, al menos, fragmentar el voto conservador? Ya veremos; la historia reciente de la política en España demuestra que es arriesgado hacer pronósticos a largo plazo. Pero sin duda Ciudadanos tiene muchas más papeletas para dar ese campanazo que el intento fallido de Vox, o que UPyD, que llega a este año electoral con una debilidad notable. Además, el calendario ayuda para que pueda pasar como con las europeas, donde un partido que logró cinco escaños y quedó en cuarta posición hoy es recordado como el gran triunfador de esas elecciones y aparece en primer lugar en las encuestas. Si Ciudadanos queda en cuarto lugar en las plazas más clave de las autonómicas y municipales de mayo –especialmente en Madrid y Valencia–, esa posibilidad quedará abierta. 

(*) Director de www.eldiario.es

Croacia vota eliminar la deuda de sus ciudadanos más pobres

ZAGREB.- El gobierno croata votó ayer jueves un mandato que eliminaba la deuda de sus ciudadanos más pobres, con un programa que podría costar a los acreedores hasta 2.100 millones de kunas, unos 273 millones de euros según los tipos de cambio actuales.

Bajo la ley, las deudas de hasta 35.000 kunas serán eliminadas para aquellos ciudadanos que o bien reciban ya subsidios del Estado o sus ingresos mensuales no superen las 1.250 kunas por miembro de la familia. No pueden tener otras propiedades o ahorros.
"Estimamos que esta medida será aplicable a unos 60.000 ciudadanos", dijo el viceprimer ministro Milanka Opacic en una reunión del Consejo de Ministros. "Tendrán la posibilidad de empezar de nuevo sin la carga de la deuda".
El programa del gobierno incluye a los principales bancos locales, las mayores empresas de telecomunicación, las cuatro ciudades más grandes del país y a varias compañías de servicios públicos. El gobierno no pagará las deudas: los acreedores las absorberán.
A finales de julio del año pasado, hasta 317.000 de los 4,4 millones de habitantes de Croacia tenía su cuenta bancaria bloqueada por facturas impagadas.
"Es la primera vez que un gobierno (croata) intenta solucionar este difícil problema y estamos orgullosos de ello", dijo el primer ministro Zoran Milanovic.
Croacia ha sufrido una recesión que ya se prolonga durante seis años consecutivos. La mayoría de las predicciones sitúan el crecimiento para este año en cifras que no superan el 0,5 por ciento.

El Movimiento Nacional / Ramón Cotarelo *

Sabido es, el franquismo descansaba en el ejército, la Iglesia y un confuso ente llamado Movimiento Nacional ideológico a la par que institucional, que contaba con una Ley de Principios de carácter constitucional. Un partido único, en definitiva, con un secretario general que era a la vez ministro y un jefe nacional, a modo de presidente, que era el Jefe del Estado, caudillo de España por la gracia de Dios. 

Ese ente magmático estructuraba la carrera política de los franquistas, igual que el cursus honorum de los romanos, e iba siempre sobre dos carriles, el del partido y el del Estado. Se empezaba como jefe local del Movimiento y, por ende, alcalde; se seguía como jefe provincial y, en consecuencia, gobernador civil y, ya lo hemos visto, se terminaba como jefe nacional y, como es lógico, caudillo de España. Una carrera política en un partido que era el Estado y un Estado que era el partido.

Lo que está haciendo el PP, ya desde su refundación en 1989, si no antes, es reproducir el modelo franquista. La pertenencia al partido es una carrera política. Los militantes son también cargos públicos. Son alcaldes, presidentes de comunidades autónomas, consejeros, diputados, senadores, ministros. Son profesionales de la política como en el franquismo. Pero, a diferencia de la Dictadura, que garantizaba a los militantes los cargos institucionales porque Franco los nombraba a todos, incluidos los alcaldes, la democracia introduce un elemento de incertidumbre si, por ejemplo, se pierden unas elecciones. Los partidos no solo acusan las derrotas electorales en descensos de sus presupuestos, sino también en el aumento de las cesantías. Para evitar esta desagradable situación de los políticos "en suspenso", por así decirlo, el PP parece haber generalizado el cobro de sobresueldos. El sobresueldo ayuda a llevar los tiempos de sequía en cargos públicos.

Luego, cuando se retorna a los cargos públicos se supone que se renunciará al cobro de sobresueldos, entre tanto, objeto de indagaciones judiciales por su naturaleza sospechosa. A veces no es así. En realidad, los sobresueldos son la corrupción institucionalizada de unos profesionales que tienen el partido como una empresa para repartir beneficios. 
Y ¿qué produce esa empresa? Esencialmente ideología que se articula luego en políticas de desmantelamiento de todo lo público. Basta con escuchar al nuevo alevín a quien Rajoy ha puesto de portavoz de la campaña, ese petimetre heredero de Mont Pelerin pasado por algún think tank de descerebrados cuando dice que Papa Estado no tiene que decirme nada o algo así de ingenioso. 
A él, en concreto, tiene todo que decirle por cuanto, si mis datos no son falsos, lleva toda su vida cobrando sueldos públicos excepto dos meses que estuvo en algún banco suizo. Y no es broma. Como no lo es el caso de este jardín de flores neoliberales que pasan la vida entrando y saliendo de puestos públicos o semipúblicos, como son los del partido. 
Es el caso de Hernando, Báñez, Mato, Arenas, Casado, etc. Por no hablar de Cospedal, Aguirre, Ruiz Gallardón, Aznar o el propio Rajoy, todos ellos altos funcionarios o fedatarios públicos que llevan toda la vida en política en cargos desde los que predican y actúan en contra de lo público, del Estado al que juraron (estos son todos de jurar) servir.

Esa reproducción del Movimiento Nacional es la causa de la corrupción generalizada. Los casos de Matas, Fabra, Baltar, Bárcenas, la Gürtel, Pandora, etc no son "casos aislados". Son pruebas de una corrupción institucionalizada, estructural, una forma ordinaria de actuación del partido del gobierno. De hecho, hay algún juez que ya imputa un comportamiento ilícito al partido como tal, que se ha lucrado de presuntos delitos. Sin ningún tipo de límite. 
Hasta ayer mismo muchos se escandalizaban de que la corrupción valenciana hubiera llevado a pegar mordidas con motivo de la visita del Papa. Hasta ayer, cuando se supo que el PP podría haber financiado su edificio de Bilbao con dinero de donaciones a favor de la lucha contra el terrorismo. Como cuando Roldán estafó a los huérfanos de la Guardia Civil o Urdangarin, al parecer, a una asociación de discapacitados o algo así.

Realmente, hay una conciencia de indignación ciudadana notable. Es la que ha llevado al gobierno de la derecha a pertrecharse material y jurídicamente para reprimir las manifestaciones posibles de descontento popular. La Ley Mordaza es literalmente un abuso. La tendencia autoritaria insoportable. Esas medidas de seguridad por decreto contra el terrorismo yihadista que el PSOE está negociando con el gobierno preanuncian represión indiscriminada de musulmanes.

Sánchez ha estado especialmente desafortunado al ofrecer su apoyo al gobierno en nombre de la doctrina de la seguridad. Lo primero que hizo Bush Jr., fue formular una doctrina de la seguridad nacional que propugnaba políticas preventivas, con las cuales llevó a su país a la guerra del Irak. A su país y a medio mundo. Eso de la seguridad es demasiado serio para dejarlo en manos de gente con pocas luces.

¿O va a apoyar Sánchez también en nombre de la seguridad esta nueva vuelta de tuerca dictatorial de dar plenos poderes a Rajoy? Porque de eso se trata. 


Paseando la bandera


Efectivamente, los griegos han podido escuchar a Pablo Iglesias por la televisión, pidiendo en inglés el voto para Alexis Tsipras, de Syriza, porque es un candidato griego (la otra es Angela Merkel por intermedio de ND y el PASOK) que devolverá al país la soberanía nacional. Esa expresión traerá cola en España. Los nacionalistas españoles pedirán la misma contundencia en favor de la soberanía nacional española y los catalanes en favor de la catalana. Porque, dirán, no está bien proclamar fuera lo que no se defiende dentro. Eso es lo que hace Rajoy cuando acude a luchar por la libertad de expresión en París pero la reprime en Madrid.

Iglesias se ha dirigido a los griegos en inglés correcto, directo y sintético. Ha sido una aparición en plasma, como la famosa de Rajoy, pero con fuerza presencial. Ni en plasma puede Rajoy dirigirse a los griegos porque no es que no hable inglés; es que tampoco lo lee. Así que, nada, a tomar un avión y presentarse en Atenas, abrazarse a Samaras, arengar a la población en ese español que el presidente se gasta y decir las cosas que dice. Ha dicho a los griegos que prometer imposibles solo genera frustración. Podría haber añadido que lo sabe por experiencia porque tiene al país rabiando. Incluso en su partido. Si Iglesias ha ido a decir a los griegos algo que le pueden cuestionar en casa, la advertencia de Rajoy suena directamente a pitorreo.

Lo cual demuestra que el auditorio en el que piensan los oradores es español. Pedir el voto para Tsipras es pedírselo a los españoles para su alter ego peninsular. Decir a los griegos que no voten a Syriza, es decir a los españoles que no voten a sus primos hermanos los adanes de los imposibles. Uno puede pensar lo que quiera del razonamiento de Iglesias, pero lo que dice es bastante razonable. Lo de Rajoy, en cambio, es un dislate porque si alguien ha prometido imposibles ha sido él. Admitido por él mismo. Pero no concluye que haya generado frustración sino, al contrario, optimismo, ilusión, sano crecimiento, raíces vigorosas. O sea, una misma promesa genera frustración u optimismo, según lo decida Rajoy. Un dislate.

Los dos discursos en el ágora han sido opuestos en todo. El de Iglesias fue positivo, pidiendo el voto para Syriza y, de rebote, para Podemos. El de Rajoy, negativo, pidiendo que no se vote a Syriza.

El tercer político con aspiraciones, Sánchez, está en Washington, entrevistándose con la directora del FMI. También fuera. Pero no en Grecia en donde los socialdemócratas acaban de escindirse y es probable que ni siquiera sepa aún de qué lado caerán los españoles. De todas formas, antes de salir, ha dejado un regalito envenenado en forma de acuerdo con el PP para legislar ad hoc contra el terrorismo yihadista. Envenenado para los suyos, obligados a defender lo indefendible, esto es, que se colabore con un gobierno que restringe las libertades y derechos cuanto puede, solo por ese prurito de dar imagen de sentido de Estado. Es que es de risa. Terrorismo yihadista, cuando nadie sabe qué quiere decir eso ni por aproximación y, por lo tanto, puede significar cualquier cosa y encubrir cualquier atropello.

La subalternidad de la socialdemocracia frente a la derecha española más cerril es lamentable. Ahora que el Tribunal Supremo puede abrir una línea sucesoria de bastardía en la Corona es un buen momento para que Sánchez precise hasta dónde llega su adhesión a la monarquía frente a esa República que dice llevar en su corazón y que, podrá ser nefasta, oligárquica, mediocre, lo que se quiera, pero no ridícula, porque la sucesión en la máxima magistratura depende de la voluntad de la gente y no de los lances amatorios del Jefe del Estado.

(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED