viernes, 6 de enero de 2012

Indignados, democracia y las élites / Miguelito del Ritmo

Para afilar las ideas de los indignados, debemos dejar las medias tintas. Es decir, dejar los reformismos pro-ballenas, a favor de lo 'diet' y 'light'

Hoy se llenan portadas de diarios, revistas, noticieros televisados, y hasta programas periodísticos especiales, dedicados al hastío de los “indignados”. Esta columna no espera criticar su accionar para negarle su potencialidad política, cultural y práctica, mas bien, espero generar una crítica para afilar sus ideas, y apuntar con claridad al corazón de la bestia que provoca esta indignación.


Este planteamiento surge debido a la intencionalidad de la élite, que busca persuadir a los indignados de las soluciones. Al minoritario grupo dominante, que pasea su sombra por los pasillos del poder, le gusta creer lo que sus Think Thank’s le mencionan, y por lo mismo, cree que “los indignados” son más o menos, los mismos en todas partes. El problema no es que lo crea la élite; de hecho, su confusión puede convertirse en una oportunidad política para los manifestantes; el problema es que los grupos dominantes saben difundir sus presuposiciones de manera hegemónica, y, por lo mismo, saben enchufarle a los pobres, las propuestas de solución que sean más convenientes a su aletargada existencia.


Esto es aún más increíble. Primero, como ya hemos mencionado, los grupos en el poder, fabrican la solución que permita prolongar su presencia; segundo, difunde su propuesta de solución para que los “indignados” la tomen en cuenta, y; tercero, lo que nos parece más grave y profundo, logra que gran parte de los manifestantes la exijan con ansias, la necesiten con desesperación, perpetuando al grupo dirigente en el poder, o al menos, manteniendo la legitimidad del sistema, su gobernabilidad y sus estructuras.


Digámoslo claro: Para afilar las ideas de los indignados, debemos dejar las medias tintas. Es decir, dejar los reformismos poco esclarecedores, que se presentan con el tufillo desalineado pro-ballenas, a favor de lo 'diet' y 'light', y que promueven el capitalismo verde. Pero que no destruye lo más profundo del sistema político, económico y social.


He aquí la madre de las desgracias. El capitalismo. Eso parece que se nos olvida, “los indignados” surgen en todas partes porque están artos de aguantar el sistema que los oprime. Es un proceso que esta germinando por el mundo, que no comenzó hoy, pero que sin duda, se masificó con rapidez en los últimos años. A mi parecer, el problema es que la capacidad de respuesta del capitalismo fue rápida, y que el control hegemónico es mucho más amplio de lo que pensábamos. Don Capital estaba escuchando detrás de la puerta cuando nos juntábamos a rezar nuestra indignación. Por tanto, se adelantó en las propuestas, masificó nuestra rabia, nos vendió soluciones, a pesar de mostrarse opuesto a nosotros cuando llegaban las cámaras televisivas. Y vaya, en este periodo ha logrado que le compremos las propuestas.


En la revista Times -que no se caracteriza, precisamente, por ser la más “indignada”, popular, comunista, anarquista o libertaria-, salió hace muy poco, publicada en su portada, la cara de un manifestante encapuchado, titulándolo como “el personaje del año”, con un aire festivo y ganador. Con lo cual, estamos de acuerdo, pero inmediatamente, enganchó la indignación de este manifestante “mundial”, con la demanda de “más democracia” y el fin de las dictaduras de medio oriente… ¡Epa! ¿Más democracia?... ¿Cuál democracia? ¿Qué parte me perdí? Ante esto, creo que debemos pensar varias cosas.


Primero, tengo la impresión de que agrupar la indignación bajo un solo título, es no entender, que las expresiones, motivos, repertorios de acción, contextos, oportunidades políticas, etc, son distintas en todas partes, no necesariamente opuestas, pero si distintas. Caminan a sus propios ritmos. Prefiero mirar estos procesos como “manifestaciones de las indignaciones”, más que de “la indignación” como unicidad. Ahora bien, si es que se le quiere denominar bajo esta unicidad, pues, me da la impresión, que cada movimiento tiene maneras de nombrarse, o al menos, de concebirse.


Como segunda idea, creo que a veces, al interior de la indignación, de un solo movimiento, se construyen propuestas distintas. Realidades y concepciones heterogéneas, no se puede pensar que todo el movimiento estudiantil chileno tiene las mismas ideas de Camila Vallejos o Gabriel Boric, representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. En el amplio movimiento estudiantil chileno que se ha desplegado en el último año -pero cuyo origen es más lejano temporalmente-, persisten ricas y profundas diferencias entre sus actores, que no están mal. La gracia está, justamente en un movimiento diverso.


Tercero, las luchas de los movimientos sociales a lo largo y ancho del mundo, ciertamente, no se generan a partir de los mismos motivos. Si bien es cierto, existen movimientos en medio oriente que han promovido la democracia, no sé si la práctica de aquellos movimientos se dirige a aplicar la misma democracia neoliberal y occidentalizante que tanto le gusta a los medios norteamericanos como la revista Times. De la misma forma, no sé si los manifestantes Griegos estarán a favor de aquella propuesta democrática, pues ha sido justamente esa democracia la que ha generado la crisis económica que los obligó a levantarse.


Fue la crisis generada por “esa democracia” la que los tiene hoy en las calles, esto, sin contemplar que las propuestas sobre “¿qué hacer?” en Grecia son variadas, contemplando incluso los aprendizajes provenientes de los núcleos anarquistas e insurreccionalistas. Entre los manifestantes norteamericanos también se puede ver una fauna amplia de propuestas populares, que dejan entrever una extensa diversidad de “izquierda extraparlamentaria” (como le gusta llamarnos a la élite en el poder), que contempla Zapatistas, Troskistas, Anarquistas, Ecologistas, etc. En Inglaterra, es increíble como los saqueos nocturnos han dado que hablar, cuestionando la defensa de la propiedad privada, dirigiendo la recuperación justamente hacia los supermercados y tiendas comerciales, donde se acumulan los alimentos y los productos tecnológicos que las élites venden como necesidades, a través de la televisión, pero que para los pobres, están vedados.


Creo que “los indignados” que se multiplican por el mundo, no deben perder sus identidades plurales, no deben sumergir sus movimientos para encajar en “la indignación mundial”, más que como propuesta de acción práctica. Sin embargo, si es que quieren encajar en aquel movimiento mundial, no deben olvidar afilar las ideas, la autocrítica, identificar con claridad quien es el enemigo, despojarse de los reformismos tibios, de las propuestas a medias, que no tocan las estructuras, que no destruyen pilares, sino que los hacen más amigables.


Hay que definirse. En lo personal, según lo que planteo, el enemigo que une a “los indignados” -si es que pueden unirse bajo un solo título- de una u otra manera, es el capitalismo, en cualquiera de sus formas y expresiones. Por ende, no creo en la propuesta de los trink thank’s neoliberales, de que la alternativa que buscan todos los indignados sea “la” democracia (liberal, occidental, representativa o presidencialista).


Creo que el capitalismo, y aquella formula de democracia están ubicadas justamente, en los profundos pilares del sistema de dominación, por ende, hay que superarla. Ambas propuestas están unidas, y lo que teme la élite en el poder, es justamente, que alguien se indigne en serio, que se vuelva un ludita y que quiera destruirle los engranajes a la máquina de dominación, para construir otro mundo, otra propuesta, otra alternativa. En definitiva, los grupos en el poder buscan desviar la atención, para que los indignados no se indignen de verdad, o para que al menos, su indignación sea de corto alcance.

EEUU pide que se investigue la paliza a un activista en Bahréin

WASHINGTON.- Un alto cargo del Gobierno estadounidense ha manifestado su preocupación por la paliza recibida hoy por un conocido activista de Derechos Humanos bahreiní, Nabeel Rajab, que habría sido golpeado por efectivos de las fuerzas de seguridad.
  
"Estamos muy preocupados por este caso", ha señalado la fuente bajo condición de anonimato. Ha señalado además que un representante de la Embajada estadounidense ha visitado ya a Rajab, director del Centro para los Derechos Humanos de Bahréin.
"Los hechos están en disputa, pero estamos, y así lo hemos expresado al Gobierno, verdaderamente preocupados por el caso. Lo que pedimos al Gobierno es que haya una investigación completa y que si la Policía hizo un uso excesivo de la fuerza, los responsables asuman su responsabilidad", ha añadido.
Según la oposición, los agentes tiraron a Rajab al suelo y le golpearon en la cabeza, el cuello y la espalda durante una manifestación celebrada este viernes. Sin embargo, el Gobierno niega esta versión y sostiene que los policías hallaron a Rajab "tumbado en el suelo" y le llevaron a un hospital para que recibiera asistencia médica.
Las autoridades de Bahréin han reprimido con dureza las protestas contra la oposición, lo que ha provocado la condena internacional, incluida la de Estados Unidos, cuya Quinta Flota tiene su base en este pequeño país-isla del golfo Pérsico.

La foto de la indignación / Leonardo Rearte *

Dicen que el dolor es trepidante. Que pasa a través de los globos oculares y hace que el cerebro se paralice un segundo. El gas pimienta en la cara de esta chica de Portland, EEUU, no la hizo callar. No cerró la boca. Ni la cerrará. (La foto es de Randy L. Rasmussen)
Los Indignados, los  Occupy de Wall Street, los estudiantes de Chile y Colombia, los activistas de Asia o África, los cacerolazos que nosotros escuchamos en 2001 y que hace algunos días resonaron en Grecia...

Los movimientos de protesta social (que fueron elegidos por la revista Time como el hecho de 2011) son difíciles de englobar porque la mayoría de ellos responden a diferentes causas (¿o podríamos arriesgar que todos ellos reclaman que “dejen de empujarlos del mundo”?). Pero tienen, estas protestas globales, un denominador común: la asimetría de la fuerza. ¿A qué me refiero? Vamos por parte:


Ellos, por un lado, se sientan a esperar en paz, como forma de reclamo (eso pasó en Wall Street); o, a lo sumo, animan los pasos de "Thriller" de Michael Jackson (como sucedió con los estudiantes en Chile); o se abrazan en Colombia (el original “abrazatón”: los protestantes estrechaban sus brazos, con cariño, incluso, a los agentes de la fuerza policial); o...  de espaldas, dejan ver el pálido color de las nalgas (en Estados Unidos) frente a los oficiales.

Y los de enfrente, soldados o policías armados, escupiendo agua o gas por las fauces. Cuanto menos.

La mayoría de las imágenes que nos llegan de todo el mundo sobre los “indignados” muestran postales similares. Hablan por un lado de violencia. Y por el otro, de cómo superarla con creatividad e inteligencia. ¿De qué lado creen que se pondrán las audiencias?


Como la foto del héroe desconocido de China, que no dejaba pasar la prepotencia de los tanques (1989); como las fotos sesentistas de los rifles y las flores; como la niña vietnamita que lloraba y corría desnuda entre soldados sin voz; muchas de las fotos de los occupy han sido elegidas como las mejores de 2011 y ya tienen estatura de quedar en la historia como marca de fuego de la época. Es el destino de la fotografía de la chica de Portland: no dejarán de reproducirse. Ella seguirá gritando.


Las imágenes pueden ser grandes armas contra la violencia. Las balas atraviesan los cuerpos, las fotos perforan los imaginarios colectivos.


Por todo lo dicho, queda a las claras cuál es la asimetría de las fuerzas: los que intentan reprimir las ideas con palos no tienen ninguna oportunidad frente a la opinión pública que mira y piensa; los "indignados", todas. 

(*)  Editor del suplemento de Cultura del diario 'Los Andes'

Jorge Majfud: 'El capitalismo no es el orden más longevo'


SANTIAGO DE CHILE.- En sus artículos anteriores, usted (escritor, arquitecto y profesor uruguayo radicado en Estados Unidos) plantea una suerte de continuidad entre los procesos de Oriente y Occidente mediante una cita a Cronel West sobre "la continuidad entre la primavera árabe y el otoño americano". Sin embargo, parecería que los orígenes de las protestas son distintos. Me arriesgaría a decir que, en el fondo, existe una suerte de "lag" o retraso temporal en las demandas. Es decir, mientras Occidente plantea sus dudas y desilusiones con el régimen capitalista actual y su desarrollo, en Oriente se plantea una suerte de acercamiento al paradigma occidental, comenzando por la consideración de la democracia como sistema político a implementar. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Se pueden analizar las situaciones en naciones tan heterogéneas como si estuvieran interrelacionadas?

Jorge Majfud: No. Precisamente, no creo que puedan ser equiparables. Están inevitablemente interrelacionados, pero no son lo mismo. En concreto, tienen orígenes diferentes. Unos protestan por mayores libertades y otros por cierta frustración económica y social. No había movimientos occupy antes de la crisis económica de los últimos tres años. Por otra parte, ambos movimientos, uno nacido en el mundo Oriental y el otro en el mundo Occidental, uno en países pobres y otro en países ricos, tienen algo en común: ambos luchan o resisten una tiranía, una injusticia. Uno pelea contra las tiranías personalistas; el otro, contra la de las elites capitalistas o financieras, representadas por ese ahora famoso eslogan del “Somos el 99%”. Ambas luchas serían, desde el punto de vista social, movimientos que reivindican una determinada justicia, aquella de las mayorías débiles, sometidas o gobernadas por las minorías más fuertes. Consecuentemente, ambas luchan por formas diferentes de libertad; ambos representan el otro elemento del par de opuestos que están en el centro de cualquier civilización: la lucha entre el poder y la libertad, la moral del oprimido contra la moral por el oprimido. Tienen otro aspecto en común: como no podía ser de otra forma, la mayoría de los participantes son jóvenes. Eso los asemeja a los levantamientos de los años ‘60, aunque mucho menos ideológicos en el sentido libresco de la palabra. Mucho antes de la crisis de 2008, en pleno apogeo de las fuerzas conservadoras, publicamos que el próximo decenio serían los nuevos años ‘60 que pondrían fin a los ‘80. Ahora estamos en ese momento de definición. Los dos son movimientos ideológicos desde el momento en que no carecen de ideas, aunque la idea de la primavera árabe es muy simple y los occupy son más emocionales que racionales. Todo lo cual no los desmerece, obviamente. Por el contrario, los occupy son tan necesarios como cualquiera de los grupos que desde hace décadas vienen luchando por los derechos de las minorías o de las mayorías débiles (débiles por el capital o por una cultura, como en el caso de las mujeres). Es una tradición moderna que no nace pero proviene de las primitivas luchas sindicales del siglo XIX. Es una lucha de fuerzas, pero es algo más. Cada vez estoy más convencido de que lo que alguna vez desarrollamos en una tesis académica sobre la lucha de los campos semánticas (2005) es mucho más determinante de lo que parecía en un principio. Es decir, si bien las fuerzas económicas y productivas pueden definir un discurso o una moral, no es menos real el poder que puede tener una narrativa que haya logrado el éxito en la lucha semántica. Basta con observar el caso de los negros y de los homosexuales. Su lucha dialéctica ha logrado tantas o más victorias que cualquiera de sus luchas por la fuerza. Una vez impuesto un sistema de valores, es muy difícil revertirlo simplemente a fuerza de dinero. En cuanto a la segunda parte de tu observación, sobre un “acercamiento” al paradigma occidental, podemos reiterarlo una vez más: existe una americanización del resto del mundo. La idea de “economías emergentes” se refiere a valores básicamente cuantitativos: acelerados (aunque sospechosos) incrementos anuales de los PIBs, etc. Pero la idea de “países emergentes” se refiere a un movimiento o tendencia que sigue un canon: se “emerge” y se tiene “éxito”, según los valores del capitalismo tardío que básicamente están resumidos en la sociedad de consumo: más producción y más consumo significa éxito social, a nivel nacional y a nivel individual. Pero hay otro punto: las sociedades islámicas tienen dos opciones claras y en conflicto: el giro hacia sociedades estructuradas en las tradiciones religiosas o hacia el secularismo que inauguró la Ilustración francesa y la Revolución americana; en el caso de Occidente, las opciones parecen más improbables: un socialismo (¿real?) que no tiene modelos brillantes como paradigmas y un capitalismo que se ha revelado insostenible hasta para los más ricos que comienzan a pedir que les suban los impuestos. A finales del siglo pasado, soñábamos con que una democracia directa reemplazaría a las anacrónicas democracias representativas. Pero esta realidad parece todavía muy lejana por dos motivos: las viejas estructuras se resisten a ceder terreno, y las nuevas herramientas digitales continúan distrayendo a los “ciudadanos” que persistimos en conductas obsesivas e intrascendentes. Sospecho que hoy en día, el instrumento más poderoso seria aquel que el activista americano Cesar Chávez resumió como “every dollar is a vote”. Bien, si los ricos pueden hacer lobbies, y por otras razones, tienen más poder político en esta democracia sin un sistema alternativo a corto plazo, entonces cada ciudadano deberá tomar conciencia de cómo actuar de forma colectiva para que “su dólar” junto al de otros, cuente para un cambio o para cambios puntuales.

Analía Gómez Vidal: Desde la crisis que comenzó en 2008, hemos escuchado voces muy dispares respecto a la situación del capitalismo y sus estadíos. Algunos sostuvieron que estábamos ante el fin del capitalismo. Otros negaron fervientemente que el capitalismo fuera a terminar. Los más moderados se han centrado en la tesis del "fin del capitalismo tal como lo conocemos hoy". En definitiva, tres años después mantenemos nuestro viaje vertiginoso en un sistema que poco tiene de control y mucho de incertidumbre y especulación. Esto nos permite pensar que estamos ante un panorama donde, incluso por omisión, se realimenta el sistema original en una suerte de "statu quo consentido" por los actores principales a nivel internacional. De ser cierta esta resistencia al cambio, ¿Son realmente las protestas actuales una vía hacia la solución? La notable amplitud de demandas de los indignados a nivel global, ¿pueden plantear realmente una alternativa a lo actual? ¿Cómo se puede pasar del “caos” reinante a estructuras de base que permitan cambiar de dirección?

JM: Recuerdo una conversación que tuve por entonces con Eduardo Galeano y él, con el sentido poético, metafórico y conciso que tiene del lenguaje y de las ideas mismas, me dijo algo como “he sido invitado muchas veces al funeral del capitalismo”. Claro que la historia nos enseña que todos los grandes sistemas sociales y paradigmas históricos tienen un ciclo. Tarde o temprano, se agotan. El problema es que no hay forma de calcular cuánto puede durar cada ciclo. El capitalismo no es el orden más longevo pero se las ha arreglado para sobrevivir en diferentes momentos cruciales de la historia, como en la Segunda Guerra Mundial (que fue la primera guerra global en realidad). Luego, el suicidio del bloque soviético le dio una bocanada de oxigeno. Es de esperar que un sistema sea reemplazado por otro. Pero cuando no hay otro como alternativa clara entonces no estamos en un tiempo de revolución sino de crisis, marcado por derrumbes y revueltas. La primavera árabe es una revolución política trascendente. Pero, medido en un marco más amplio, es apenas una revuelta internacional, ya que de ella no surgen nuevos paradigmas sino la consolidación del paradigma hegemónico, obviamente más moderno (aunque no menos rapaz) que las anacrónicas dictaduras personales, verticales y patriarcales, con sus previsibles tendencias a volver la mirada a un orden teocrático como forma de consolidar una identidad y una reacción a los viejos dictadores seculares. En el mundo más “contemporáneo” (medido en una escala de valores humanista-ilustrado), en el mundo occidental, las protestas no son la solución ni pueden cambiar ningún paradigma hegemónico sino confirmarlo a través de una reparación. Es decir, este sistema está agotado, pero en vista de que no hay una alternativa clara y su crisis general representa crisis individuales y sufrimientos concretos, entonces nos conformaremos con que sea más estable, próspero y justo (en lo posible). El centro reconocerá sus errores y la periferia aparecerá para repararlos, lo cual es, como dices, una forma de statu quo, con diferentes colores, con países que suben y otros que bajan y luego vuelven a subir. Es decir, ninguno de esos cambios nos sugieren un cambio de paradigma histórico. Insisto, ese cambio habría que buscarlo en los indicios de una democracia directa y global. Pero me temo que los instrumentos y la cultura que podría hacer posible una “profundización de la democracia (directa)” están ahora ocupadas en una “trivialización de la democracia”. Tarde o temprano se producirá.

Nóos encargó un estudio por 11.600 euros y premió a la empresa con 2.000

PALMA.- El Instituto Nóos encargó, en el marco del segundo foro sobre turismo y deporte celebrado en Baleares en 2006, un estudio sobre turismo deportivo y competitividad por el que abonó 11.600 euros y que posteriormente premió con 2.125 euros, que percibió la misma empresa a la que había solicitado el informe, tal y como consta dentro del sumario de la pieza del caso Palma Arena que indaga las supuestas irregularidades en torno a la entidad que presidió el Duque de Palma, Iñaki Urdangarin.

   En este sentido, la Policía Nacional destaca la incongruencia de que Nóos encargase a la Fundación Universidad-Empresa Illes Balears que realizase el informe que posteriormente premió, y al respecto pone de manifiesto que "no tiene sentido que una de las participantes del estudio a la que se le abona después recibe un premio por los mismos clientes que le han encargado éste".
   En concreto, se trata del estudio 'El papel de los residentes en el desarrollo del turismo deportivo como segmento de competitividad en un destino turístico', que fue presentado mediante una ponencia en el foro balear.
   Por otro lado, en relación al primer foro que tuvo lugar en 2005 en el archipiélago aparece una factura por valor de 6.896 euros por la intervención del experto José Ernesto Amorós en el evento, a pesar de que su colaboración hace referencia no sólo al Illes Balears Forum sino también al Valencia Summit, por lo que 3.448 euros habrían sido facturados al Govern balear a pesar de corresponder al evento llevado a cabo en la Comunidad Valenciana.
   La colaboración de Amorós se tradujo en un resumen de un folio de la sesión en la que participó en el foro balear y que aparece en el libro relativo a la agenda del IB Forum 2005, mientras que en el referido al Valencia Summit se refleja la intervención que efectuó en esta celebración. Por ambas aportaciones, el experto cobró del Instituto Nóos, de los fondos procedentes del Govern balear, un total de 6.896 euros.

Urgencias climáticas / Ignacio Ramonet

La grave crisis financiera y el horror económico que padecen las sociedades europeas están haciendo olvidar que –como lo recordó, en diciembre pasado, la Cumbre del clima de Durban, en Sudáfrica– el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad siguen siendo los principales peligros que amenazan a la Humanidad. Si no modificamos rápidamente el modelo de producción dominante, impuesto por la globalización económica, alcanzaremos el punto de no retorno a partir del cual la vida humana en el planeta dejará poco a poco de ser soportable.

Hace unas semanas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció el nacimiento del ser humano número siete mil millones, una niña filipina llamada Dánica. En poco más de cincuenta años, el número de habitantes de la Tierra se ha multiplicado por 3,5. Y la mayoría de ellos vive ahora en ciudades. Por primera vez los campesinos son menos numerosos que los urbanos. Entre tanto, los recursos del planeta no aumentan. Y surge una nueva preocupación geopolítica: ¿qué pasará cuando se agrave la penuria de algunos recursos naturales? Estamos descubriendo con estupefacción que nuestro “ancho mundo” es finito...

En el curso de la última década, gracias al crecimiento experimentado por varios países emergentes, el número de personas salidas de la pobreza e incorporadas al consumo sobrepasa los ciento cincuenta millones...(1) ¿Cómo no alegrarse de ello? No hay causa más justa en el mundo que el combate contra la pobreza. Pero esto conlleva una gran responsabilidad para todos. Porque  esa perspectiva no es compatible con el modelo consumista dominante.

Es obvio que nuestro planeta no dispone de recursos naturales ni energéticos suficientes para que toda la población mundial los use sin freno. Para que siete mil millones de personas consuman tanto como un europeo medio se necesitarían los recursos de dos planetas Tierra. Y para que consumieran como un estadounidense medio, los de tres planetas. 

Desde el principio del siglo XX, por ejemplo, la población mundial se ha multiplicado por cuatro. En ese mismo lapso de tiempo, el consumo de carbón lo ha hecho por seis... El de cobre por  veinticinco... De 1950 hasta hoy, el consumo de metales en general se ha multiplicado por siete... El de plásticos por dieciocho... El de aluminio por veinte... La ONU lleva tiempo avisándonos de que estamos gastando “más del 30% de la capacidad de reposición” de la biosfera terrestre. Moraleja: debemos ir pensando en adoptar y generalizar estilos de vida mucho más frugales y menos derrochadores.

Este consejo parece de sentido común pero es evidente que no se aplica a los mil millones de hambrientos crónicos en el mundo, ni a las tres mil millones de personas que viven en la pobreza. La bomba de la miseria amenaza a la humanidad. La enorme brecha que separa a los ricos de los pobres sigue siendo, a pesar de los progresos recientes, una de las características principales del mundo actual (2). 

Esto no es una afirmación abstracta. Tiene traducciones muy concretas. Por ejemplo, en el tiempo de lectura de este artículo (diez minutos), 10 mujeres en el mundo van a fallecer durante el parto; y 210 niños de menos de cinco años van a morir de dolencias fácilmente curables (de ellos, 100 por haber bebido agua de mala calidad). Estas personas no fallecen por enfermedad. Mueren por ser pobres. La pobreza las mata. Mientras tanto, la ayuda de los Estados ricos a los países en desarrollo ha disminuido, en los últimos quince años, un 25%... Y en el mundo se siguen gastando unos 500.000 millones de euros al año en armamento... 

Si en las próximas décadas tuviésemos que aumentar en un 70% la producción de alimentos para responder a la legítima demanda de una población más numerosa, el impacto ecológico sería demoledor. Además, ese crecimiento ni siquiera sería sostenible porque supondría mayor degradación de los suelos, mayor desertificación, mayor escasez de agua dulce, mayor destrucción de la biodiversidad... Sin hablar de la producción de gases de efecto invernadero y sus graves consecuencias para el cambio climático.

A este respecto, conviene recordar que unos 1.500 millones de seres humanos siguen usando energía fósil contaminante procedente de la combustión de leña, carbón, gas o petróleo, principalmente en África, China y la India. Apenas el 13% de la energía producida en el mundo es renovable y limpia (hidráulica, eólica, solar, etc.). El resto es de origen nuclear y sobre todo fósil, la más nefasta para el medio ambiente.

En este contexto, preocupa que los grandes países emergentes adopten métodos de desarrollo depredadores, industrialistas y extractivistas, imitando lo peor que hicieron y siguen haciendo los actuales Estados desarrollados. Todo lo cual está produciendo una gravísima erosión de la biodiversidad. 

¿Qué es la biodiversidad? La totalidad de todas las variedades de todo lo viviente. Estamos constatando una extinción masiva de especies vegetales y animales. Una de las más brutales y rápidas que la Tierra haya conocido. Cada año, desaparecen entre 17.000 y 100.000 especies vivas. Un estudio reciente ha revelado que el 30% de las especies marinas está a punto de extinguirse a causa de la sobrepesca y del cambio climático. Asimismo, una de cada ocho especies de plantas se halla amenazada. Una quinta parte de todas las especies vivas podría desaparecer de aquí a 2050.

Cuando se extingue una especie se modifica la cadena de lo viviente y se cambia el curso de la historia natural. Lo cual constituye un atentado contra la libertad de la naturaleza. Defender la biodiversidad es, por consiguiente, defender la solidaridad objetiva entre todos los seres vivos. 

El ser humano y su modelo depredador de producción son las principales causas de esta destrucción de la biodiversidad. En las últimas tres décadas, los excesos de la globalización neoliberal han acelerado el fenómeno.

La globalización ha favorecido el surgimiento de un mundo dominado por el horror económico, en el que los mercados financieros y las grandes corporaciones privadas han restablecido la ley de la jungla, la ley del más fuerte. Un mundo en el que la búsqueda de beneficios lo justifica todo. Cualquiera que sea el coste para los seres humanos o para el medio ambiente. A este respecto, la globalización favorece el saqueo del planeta. Muchas grandes empresas toman por asalto la naturaleza con medios de destrucción desmesurados. Y obtienen enormes ganancias contaminando, de modo totalmente irresponsable, el agua, el aire, los bosques, los ríos, el subsuelo, los océanos... Que son bienes comunes de la Humanidad. 

¿Cómo ponerle freno a este saqueo de la Tierra? Las soluciones existen. He aquí cuatro decisiones urgentes que se podrían tomar:
— cambiar de modelo inspirándose en la “economía solidaria”. Ésta crea cohesión social porque los beneficios no van sólo a unos cuantos sino a todos. Es una economía que produce riqueza sin destruir el planeta, sin explotar a los trabajadores, sin discriminar a las mujeres, sin ignorar las leyes sociales;
— ponerle freno a la globalización mediante un retorno a la reglamentación que corrija la concepción perversa y nociva del libre comercio. Hay que atreverse a restablecer una dosis de proteccionismo selectivo (ecológico y social) para avanzar hacia la desglobalización;
— frenar el delirio de la especulación financiera que está imponiendo sacrificios inaceptables a sociedades enteras, como lo vemos hoy en Europa donde los mercados han tomado el poder. Es más urgente que nunca imponer una tasa sobre las transacciones financieras para acabar con los excesos de la especulación bursátil;
— si queremos salvar el planeta, evitar el cambio climático y defender a la humanidad, es urgente salir de la lógica del crecimiento permanente que es inviable, y adoptar por fin la vía de un decrecimiento razonable.

Con estas simples cuatro medidas, una luz de esperanza aparecería por fin en el horizonte, y las sociedades empezarían a recobrar confianza en el progreso. Pero ¿quién tendrá la voluntad política de imponerlas?

NOTAS:
(1) Sólo en América Latina, como consecuencia de las políticas de inclusión social implementadas por gobiernos progresistas en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Venezuela y Uruguay, cerca de ochenta millones de personas salieron de la pobreza.
(2) En el mundo, unos 100 millones de niños (sobre todo niñas) no están escolarizados; 650 millones de personas no disponen de agua potable; 850 millones son analfabetas; más de 2 000 millones no disponen de alcantarillas, ni de retretes...; unos 3 000 millones viven (o sea se alimentan, se alojan, se visten, se transportan, se cuidan, etc.) con menos de dos euros diarios.

Contra la teoría de la conspiración en Siria / Ussama Jandali *

Mientras escribo estas líneas estamos sufriendo en Siria lo que esperamos sean los últimos coletazos de la feroz represión de este régimen sanguinario, pero aun así, este texto no va a hablar de muertos. No mencionar a los muertos ni a los desaparecidos ni a los torturados responde a que para las personas a las que estas líneas van dirigidas todo eso no vale nada, en Siria al menos. Así que no, no les propongo una reflexión de conciencia sino un ejercicio de lógica, fría y cruel lógica maquiavélica. Bajo esta visión de no hay muertos y si los hubiese no son lo importante, os pido analizar lo acontecido hasta ahora en Siria desde la óptica antimperialista exclusivamente.
La versión de los que defienden al gobierno de Bachar al Assad es que agentes extranjeros (de la CIA y Salafistas principalmente) han provocado muertes de civiles en distintas regiones de Siria con el fin de que el pueblo las atribuyese al régimen y así ponerlo en su contra. En las manifestaciones, estos agentes se posicionaban en los tejados disparando sobre la muchedumbre. Cuando las manifestaciones han sido multitudinarias estas no han sido más que manipulaciones de la CIA usando escenarios ficticios fuera de Siria y cuando las muertes registradas en infinidad de videos en Youtube aparecían,  provenían realmente de países como Irak o Afganistán o eran simplemente falsas. Esta gran manipulación mundial esta orquestada para que en Occidente se cree el clima necesario para una intervención de la OTAN. Si hasta ahora en Siria no se ha dado es porque Rusia y China la han frenado evitando caer en el mismo error que cometieron en Libia. EEUU busca el caos en Siria y poner un régimen islámico similar al Saudi con el cual Israel se sienta seguro. Es un plan largamente elaborado que incluye a otros países que sucederán a Siria en la “ruta” imperialista. La conspiración es tan grande que sólo Prensa Latina, Telesur y Red Voltaire son fuentes fiables de información. La izquierda debe reaccionar para defender la República Árabe Socialista Laica de Siria.
Esta es la versión de esos “antimperialistas”… bien, esta versión ha sido rebatida en innumerables ocasiones siguiendo la lógica de “miren ustedes con sus propios ojos, tengan videos, textos de intelectuales árabes, llamamientos de nuestros hermanos en Siria”, pero nada, eso no funciona, porque en última instancia a los que apoyamos la revolución Siria en España nos acusan de ser agentes de la CIA (con un presupuesto infinito al parecer). Por eso este texto no busca caer en la misma piedra si no confrontar usando la lógica y los hechos que cualquiera puede consultar por su cuenta, a esa versión “antimperialista”.
1) Conociendo la larga historia de imperialismo de los EEUU su intervención en el conflicto Sirio podría haberse dado desde el primer mes de la revolución. ¿Cuántos muertos hubo en Libia hasta que se produjo la intervención? Si un defensor de la versión “antimperialista” lee esto, dirá automáticamente que ninguno o casi ninguno, ok, entonces más a favor de mi argumento, si no considera tampoco los muertos sirios como reales que ese lector los llame muertos ficticios reconocidos por la ONU o muertos propagandísticos. En Libia no llegaron a 1000 ni de cerca, en Siria habría 5200. Entonces… ¿Por qué no estamos ni si quiera cerca de esa agresión pasados 10 meses? El “antimperialista” dirá que eso lo ha frenado Rusia y China pero hay algo que falla ¿cuantas guerras ha realizado USA sin resolución de la ONU de por medio? ¿Desde cuándo es la ONU un freno al imperialismo yanqui?
2) Una vez empezó esa “conspiración” el régimen Sirio reacciono expulsando a los periodistas internacionales. Desde entonces solo aquellos que sean invitados por el régimen pueden entrar en el país, sin que ello suponga tampoco libertad de movimiento. Si tú estas como país, sufriendo una infiltración y una conspiración extranjera de la que tú eres victima, ¿no te interesará más que todos los medios que puedan vengan a Siria a retrasmitir al mundo lo que pasa? ¿No se pone universalmente en los sitios susceptibles de ser atacados el máximo de cámaras posibles con el fin de que los atacantes no gocen de impunidad? En cambio el régimen Sirio hizo todo lo contrario…¿por qué? El “antimperialista” que a duras penas sigue leyendo estas líneas dirá que los expulsaron para evitar la manipulación de la falsimedia y aunque esto no tiene sentido (ya que es más fácil manipular sin estar grabando desde el país que hacerlo con cámaras en directo), pensemos que fuese así, ok. ¿Entonces por qué no son los medios antimperialistas los que ocuparon ese vacío? ¿Por qué no las cámaras de Telesur se apostaban un viernes con protección del ejército en la plaza nueva del reloj de Homs? ¿Por qué no retrasmiten los medios rusos y chinos en cada región atacada por esa conspiración?
3) Pasados dos meses de la conspiración el Régimen Sirio inició el que ha sido calificado por medios “antimperialistas”  como un profundo programa democratizador que cuenta con el respaldo de la población y que avanza inexorablemente. Todas las semanas hay en esos medios una noticia sobre el gran programa de reformas del régimen. Sin entrar en esas supuestas reformas, mi duda principal es ¿por qué ahora? ¿Qué nación inicia una serie de reformas encaminadas a democratizar el país en respuesta a una conspiración internacional que se disfraza de peticiones prodemocráticas? Obviando esto el “antimperialista”   dirá que el pueblo en manifestaciones multitudinarias ha expresado su apoyo al programa de reformas. Dichas manifestaciones tienen un toque curioso…seguramente que sólo por casualidad, no se dan nunca los viernes cuando a priori es el día donde más personas pueden ir a una manifestación de forma libre ya que los viernes son los días festivos en Siria y no se trabaja…¿Por qué nunca los viernes? ¿Acaso los organizadores son torpes y las convocan en días laborables a horas laborables para que vaya menos gente? Muy raro.
4) Pero siguiendo con esta “visión” la conspiración se extiende internacionalmente, muchos países la forman, estados como España lacayos de USA acatan sus órdenes al pie de la letra siguiendo el plan trazado hace ya años. ¿Entonces por qué mando Zapatero a Bernardino León a Siria con una oferta de exilio en España para todo el clan de los Assad?  Si tú como estado eres cómplice de una conspiración para derrocar un régimen con la entrada de un ejército internacional y con la esperanza de hacer negocio con la reconstrucción del país necesitas que ese dictador siga en el poder de la forma más cruenta posible… ¿no? Además políticamente no te sale rentable ofrecer asilo al mismo que están demonizando todos tus compañeros de conspiración, y a tu jefe que le dejes sin el malo de la película no le gustaría nada ¿no?
5) Otros países toman la iniciativa: Turquía. El “antimperialista” sufre con Turquía en los meses de finales de verano y principios de otoño una especie de poltergeist que le lleva por un lado a aplaudir las palabras y actos de Turquía hacia la entidad sionista, a la vez que por el otro se reafirma en la participación y papel protagonista de los turcos en la conspiración que cuyo fin último no tiene más que complacer a Israel…¿contradictorio?
6) Los aliados de la República Árabe Socialista Laica de Siria: Irán. Irán es el principal aliado de Bachar al Assad, el “antimperialista” si todavía sigue leyendo esto, lo sabe bien, es más, se vanagloriaba cada vez que Ahmadineyad avisaba al mundo de que Irán defendería a Siria. Sin embargo este amigo fiel ha tenido un par de deslices: si tu defiendes a muerte al país que está sufriendo esa conspiración defiendes al 100% su versión de todo, ¿no? y lo último que harías sería hablar con esos terroristas conspiradores o pedir a tu gobierno amigo que escuche las reclamaciones del pueblo cuando el pueblo no está levantado sino que el gobierno en cuestión sufre un complot ¿no? Queda muy mal porque decir eso sería como llamarle mentiroso a tu amigo o pedirle que haga caso a terroristas conspiradores que quieren acabar con el…umm raro…muy raro.
7) Los aliados de la República Árabe Socialista Laica de Siria: Rusia. Este amigo del pobre país que sufre la conspiración puede realmente ayudarlo, es más, es la única garantía para evitar la entrada de la OTAN en Siria con su veto en la ONU. El “antimperialista”, que ya ha cerrado esta página hace un rato, se motivó extra manera al conocer que Rusia mandaba barcos de guerra a los puertos Sirios para defenderla, llegó incluso a pensar que se acercaba la III Guerra Mundial y que esta solo sería culpa de aquellos que osaron atacar a la República Árabe Socialista y Laica de Siria. Sin embargo, de nuevo el “antimperialista” sufre un taque de confusión al oír que el CNS era recibido en Moscú y que desde ahí se ha pedido el fin de la violencia a ambas partes. ¿Pero cómo les piden nuestros “amigos” rusos el fin de la violencia al régimen si está sufriendo una conspiración occidental, como van a frenar la violencia si se están defendiendo? El “antimperialista” no entiende esto muy bien… ¿acaso Rusia se está haciendo de los malos?
8) Los aliados de la República Árabe Socialista Laica de Siria: Venezuela. Menos mal que ante tanta traición, dudas y cosas raras, nos queda el liderazgo venezolano. Desde Caracas se ha defendido al pie de la letra la versión del “antimperialista”. De la mano de Red Voltaire y otros focos de contra información han distribuido entre la izquierda occidental la grave agresión hacia la República Árabe Socialista Laica de Siria. Lo han hecho sin interés alguno más allá del de frenar la cruel maquinaria imperialista que lleva 10 meses camino de Siria. Sin interés alguno… ¿¿no??
Aprovechando que el “antimperialista” ya no está entre nosotros dejo un par de matizaciones a su versión y a sus dudas sobre La Republica (que alguien me diga en que tiene de republica un país en el que el Jefe del Estado delega el poder en su hijo sin mediar votación o referéndum alguno, llegando a enmendarse la constitución en tiempo record para permitir que un menor de 40 años sea presidente, eso me suena más a Monarquía Absoluta) Árabe (que el termino árabe aparezca en la denominación del estado es racista para con los kurdos, turcomanos, circasianos y armenios que viven en el país y no responde a una política panarabista abandonada desde hace muchísimo tiempo) Socialista (desde la llegada de Bachar al Assad se produjo una serie de liberalizaciones en el país con el fin de “modernizar” la economía, el resultado ha sido una población rural tremendamente empobrecida y una caída del bienestar generalizada a la vez que el régimen ha pasado a controlar bajo sus manos el 60% de la economía destacando entre los principales mafiosos del país Rami Majlouf, el superprimo) Laica (tan laica que su constitución establece como principal fuente de jurisprudencia la Sharia, cuenta entre sus figuras relevantes con el gran Mufti como siervo del régimen llegando a decir que sembraría Europa de atentados con terroristas que ya están preparados, y además para ahondar en su laicismo el presidente de gobierno ha de ser siempre Musulmán según la constitución) de Siria:
1) EEUU no pinta nada en esta revolución y si actúa en alguno momento será para intentar frenarla. Los yanquis y su imperialismo no son bienvenidos en suelo sirio. El pueblo sirio en sus cánticos revolucionarios acusa a Bachar de ser un agente Americano y le piden que vaya con sus perros al Golán a luchar contra los que hay que luchar. Escuchen los cánticos.
2) El régimen es culpable de todo lo que ha sucedido, su fe ciega en que con represión y muerte el pueblo se rendiría le ha llevado hasta aquí. No querían testigos y han hecho todo lo posible para evitarlos incluso si estos provienen de países amigos: el caso del reportero Brasileño retenido durante días justo cuando Brasil se abstenía en el Consejo de Seguridad de la ONU es muestra de ello. Compruébenlo.
3) El programa de reformas fue desenmascarado desde su inicio por el pueblo y rechazado como una burda zanahoria cuyo único fin era ganar tiempo sin tocar el poder máximo de la cúpula dictatorial del país. El ejemplo del rechazo que provoca está en el fracaso que supusieron las elecciones municipales del mes de diciembre. A las manifestaciones que organiza el régimen han de ir todos los funcionarios bajo amenaza de ser despedidos, a primera hora del día se pasa lista de plantilla, se les meten en autobuses y han de volver en los mismos pasándose lista de nuevo…el que falte sabe a lo que se expone. En Empresas ligadas al régimen  y en institutos y colegios se sigue esta misma metodología. El caso de un chico de 14 años que se negó aludiendo que solo quería irse a casa es especialmente duro… Compruébenlo.
4) España como muchos otros países tenía de amigo al dictador, el Rey y los distintos gobiernos le visitaban y le hacían buenos regalos, pero no se puede tener a un amigo con la manos manchadas de la sangre de su propio pueblo, al menos no durante mucho tiempo, el estado Español tardó al menos 5 meses en abandonar esa relación. La propia ministra de exteriores estaba visitando Siria cuando todo empezaba. Reflexionen.
5) Turquía quiere intervenir desde hace tiempo, desde que abandonó al régimen sirio al darse cuenta de que no escuchaba ni se frenaba ante nadie. Ante la ceguera de su vecino del sur y siendo de su agrado la alternativa que más veces se nombra como principal candidata a ocupar el poder una vez caiga el régimen, están dispuestos a ayudar decisivamente a los revolucionarios. Sin embargo EEUU bajo mandato de Israel frenan esta posibilidad, al fin y al cabo Turquía es un lacayo más. Lean las declaraciones en Israel sobre ese supuesto enemigo o las que hizo el propio Rami Majlouf a medios extranjeros sobre la conveniencia para Israel de mantener estable el régimen.
6) Irán está jodida, sin duda lo que está pasando en Siria le tiene de cabeza, por eso ha hecho todo lo posible para ayudar en la represión. Ahora busca contactar con la oposición viendo venir que el final del régimen que tan bien le ha servido en estos años vaya a suponer el fin de los tratos especiales con los persas. El pueblo sirio ya le ha dado la espalda al régimen iraní por sus actos. Compruébenlo en la hemeroteca.
7) Rusia ha peleado duro por mantener al régimen, saben que con el régimen el imperialismo ruso en Siria en forma de bases militares podría permanecer durante muchos años, además el jugoso contrato de 4000 millones en armas rusas, que fue firmado antes de la revolución era un incentivo más para frenar cualquier embargo de armas internacional que pudiese alterar el trato. Sin embargo también ven que el régimen se tambalea y que tal vez se han equivocado al apostar por el caballo perdedor. Compruébenlo en la hemeroteca.
8) Chávez y Red Voltaire son también y aunque cueste creerlo, parte interesada en todo esto. El interés del primero radica en defender a alguien a quien considera amigo y aliado y con el que tiene un importante acuerdo para la construcción conjunta de una refinería en suelo sirio, el segundo es mucho más descarado ya que cualquiera puede ver en donde reside el creador de esta página web desde que fuese expulsado de Francia en el 2008. Compruébenlo en la red.
Termino ya, ya que hace media hora que la persona que debía leer esto ha dejado de hacerlo. Al fin y al cabo al ser humano lo que más le cuesta es reconocer su error, este es uno de los grandes males del mundo. Solo pedir antes de despedirme que se verifique todo lo dicho, vivimos con las herramientas suficientes para buscar y hallar la verdad y la simple sospecha de que esto pueda ser cierto debería llevar al “antimperialista” a buscarla con ahínco, ya que de lo que hablamos es de una Revolución que está siendo maltratada por muchos de los que deberían defenderla. Un consejo dirigido especialmente para él, ante todo y sobretodo NO OLVIDEN NUNCA que han sido, son y serán los pueblos árabes los Antimperialistas, NO sus dictadores.
VIVA SIRIA LIBRE

(*) Corporate Solutions Specialist at Syriatel

Thomas Coutrot: 'La gente ha renunciado a resignarse'


PARÍS.- Hace diez años, Bin Laden y su socio carnal, el ex presidente norteamericano George W. Bush, globalizaron el terrorismo de masas y la represión a escala mundial. El Plan Cóndor aplicado al universo. Exactamente una década después, el movimiento de los indignados globalizó la protesta social y el hartazgo ante un modelo de depredación social, de abuso y de consumo cuyo control está reservado a una elite violenta e impune. Las protestas que sacaron a la calle a decenas de miles de personas en el mundo vienen a darle cuerpo a una corriente moral y política cuyos precursores llevan años proponiendo modelos alternativos al sistema de destrucción neoliberal. Si Sthéphane Hessel y su libro Indígnense logró aunar a un planeta indignado, hay autores cuyos ensayos ya contenían muchas de las consignas que ahora se escuchan en las calles del mundo.

El economista francés Thomas Coutrot es uno de ellos. En 2005 publicó un libro que está en el corazón de la crítica formulada por los indignados: Democracia contra capitalismo. En 2010 salió otra obra que representa muy bien la esencia de lo que los indignados reclaman en París, Londres, Nueva York, San Pablo, Tel Aviv o Berlín: Terrenos para un mundo posible: volver a darle raíces a la democracia. Economista y estadístico, vicepresidente de la ong Attac desde 2009, miembro de la Red de alerta sobre las desigualdades, Thomas Coutrot rescata un hecho central en la emergencia de esta revuelta globalizada: ante el agotamiento del modelo capitalista y neoliberal y el descrédito de los dirigentes políticos, los pueblos salen a la calle y encarnan así una suerte de retorno a la raíz de la democracia. Para Coutrot, la sublevación del mundo occidental no hubiese sido posible sin las revoluciones árabes que las precedieron.

Eduardo Febbro. Para usted, el movimiento de los indignados significa un retorno a las fuentes de la democracia. Pero hasta ahora los responsables políticos del planeta hacen oídos sordos a los reclamos de este movimiento mundial.

— Thomas Coutrot. El retorno a las fuentes de la democracia significa la intervención del pueblo. Es entonces casi normal que los dirigentes políticos se hagan los sordos porque no están de acuerdo con ello. Consideran que son los representantes del pueblo y que, por consiguiente, les corresponde a ellos gestionar los asuntos del pueblo. De hecho, los dirigentes políticos no quieren ver que en el movimiento actual hay una crítica fundamental contra el sistema tal y como funciona hoy. Será necesario mucho tiempo y mucho trabajo para que la clase política acepte ver que su papel ha sido puesto en tela de juicio. Por eso, lo esencial de todo esto no está tanto en la crítica al sistema financiero. Esto no es nuevo. Lo novedoso está precisamente en la crítica radical de la representación política, ese grito mundial que dice “¡ustedes no nos representan!”. La gente está diciendo: no es porque votamos por ustedes que van a hacer lo que les da la gana entre dos elecciones en contra de nuestra opinión. Esa es la innovación fundamental. El reclamo de un retorno a las fuentes de la democracia, a la democracia real, es histórico.

Muchos analistas critican a los indignados porque carecen de líderes visibles. Ese no es su análisis
– No, desde luego. Hay que ver esto desde una perspectiva histórica. Estamos recién al comienzo de una crisis muy profunda, una crisis a la vez del sistema capitalista y, más fundamentalmente, del modo de civilización y del llamado capitalismo parlamentario. Este capitalismo parlamentario está en una fase terminal y el movimiento de los indignados, que tiene resonancia mundial, es uno de los primeros signos que la sociedad está emitiendo. Las sociedades humanas están trabajando, creando alternativas para un modelo democrático que está agotado. No se trata entonces de un movimiento coyuntural que se vaya a apagar así nomás, o que se calmará con la próxima reactivación económica. Hay que verlo en una perspectiva más amplia, es decir, cara a los próximos diez años.

Esto equivale a decir que la reprobación actual va más allá del confort y de un hipotético crecimiento recuperado o de la recuperación de la actividad económica
– Sí, desde luego. Vemos muy bien que lo que está en tela de juicio es mucho más fundamental que la dominación de la finanza y que la misma dominación de la clase política. Lo que está en tela de juicio es un modo de desarrollo basado en el enriquecimiento permanente y el crecimiento constante, independientemente de toda finalidad humana. Por eso creo que este movimiento, que explota en plena crisis del modelo democrático, está llamado a madurar en los próximos años.

Lo que vemos hoy es, de hecho, la explosión de todo un conjunto de ideas e iniciativas que ya estaban postuladas desde hace tiempo, tanto en el tercer mundo como en los países emergentes, en las comunidades indígenas. Esos discursos penetraron las democracias occidentales
– Sí, es cierto. En el seno del movimiento alter mundialista ya se veía la emergencia de estos componentes así como la crítica radical del modelo de desarrollo, no sólo capitalista sino también occidental. Este modelo se caracteriza por estar basado únicamente en el bienestar material, independientemente de los valores y de la solidaridad. Hoy, ese movimiento ha logrado desarrollar sus críticas en el mismo corazón de Europa.

¿Acaso el sistema capitalista no llegó ya al final de su propia barbarie social?
– No creo que haya llegado al final, pienso que aún tenemos para un rato y que todavía veremos desarrollos terribles. La crisis económica y social no se acabó. Aún no llegamos al final de la barbarie social. Me temo que lo que viene será muy feo con, por ejemplo, el desencadenamiento de los nacionalismos y el desgarramiento entre las naciones. Ya vemos hoy el ascenso de las tensiones dentro de la misma Europa, entre Estados Unidos y Europa, entre la China y Estados Unidos. Las rivalidades se afilan. Las elites intentarán prolongar su dominación, buscarán legitimarla recurriendo como siempre a un enemigo exterior, al nacionalismo.

Sin embargo, la emergencia de un movimiento mundial como el de los indignados es un signo de que lo peor no es una garantía. La acción de la sociedad civil puede ser un muro de contención. Estamos en una carrera mundial entre soluciones autoritarias, que implican la xenofobia y el repliegue sobre sí mismo, y, del otro lado, la afirmación de una sociedad civil internacional en torno a los valores de la democracia. Lo curioso es que estos valores son los valores oficiales de las elites. De allí el hecho de que el movimiento de los indignados sea a la vez poderoso y peligroso para las elites, porque reposa sobre la ideología oficial de las elites. Pero esas elites se han vuelto incapaces de preservar esos valores.

Es una paradoja: se hace una suerte de Revolución en nombre de los valores de la elite dominante
– Sí, esa es la gran paradoja de esta crisis y de este movimiento, que defiende los valores supremos de la sociedad. Las elites que se proclaman democráticas están renunciando a la democracia para preservar su dominación.

Muchos indignados reconocen la influencia determinante que tuvieron las revoluciones árabes en la posterior revuelta occidental
– Las revoluciones árabes fueron una chispa fundamental porque demostraron que, incluso las situaciones más bloqueadas, que incluso los regímenes menos democráticos en donde las elites lo tenían todo controlado, podían desembocar en una situación revolucionaria increíble e inesperada. Las revueltas árabes aportaron un aliento de esperanza, un impulso, una dinámica. El mundo se dio cuenta de que las elites dominaban porque nosotros permitíamos que dominen. Hacen lo que quieren porque nosotros las dejamos hacer y, además, a menudo votamos para que lo hagan. Las revoluciones árabes fueron un mensaje de esperanza y un llamado a la sublevación de los pueblos. Hoy, la gente ha renunciado a resignarse.

Otra paradoja radica en el hecho de que Francia, el país de la Revolución por antonomasia, el país de donde es oriundo el autor del libro a través del cual se plasmó el movimiento –Indígnense, de Stéphane Hessel– sea en la actualidad el más pasivo, el menos movilizado
– Se trata de una auténtica paradoja. Hay varias razones para explicar esto. Tal vez la primera sea el fracaso del movimiento social contra la reforma del sistema de jubilaciones impulsado por el presidente Nicolas Sarkozy. Fue un movimiento muy profundo y mayoritario en la sociedad, que no logró que el gobierno retrocediera con su reforma. Eso ha pesado mucho en la disponibilidad mental de los ciudadanos para emprender otra acción colectiva. También tenemos la campaña electoral en curso, que polariza mucho los debates y lleva a que mucha gente se diga: vamos a sacarnos de encima a Sarkozy y después ya veremos. El último elemento es el hecho de que Francia no conoce por el momento una ola de austeridad tan brutal como Grecia, España o Portugal. Las políticas de austeridad en Francia están muy por debajo de las aplicadas en otros países, incluso Gran Bretaña o los Estados Unidos. Estos factores explican por qué, por el momento, la población no se siente tan agredida como en otros países.

Sorprendió el surgimiento de un movimiento social en la cuna del liberalismo: Estados Unidos
– La crisis social es la consecuencia del ultraliberalismo más dogmático, pero fueron los ultraliberales quienes cristalizaron un movimiento de masa como el Tea Party. Ahora bien, el despertar del movimiento de los indignados en los Estados Unidos muestra que la sociedad civil democrática empieza a organizarse, a actuar, a plasmarse en un movimiento de masa y popular.

La primavera árabe como reflejo del desarrollo mundial / Fiódor Lukiánov *

La primavera árabe centró la atención del mundo durante todo el año 2011. Esto es lógico, pues en la política internacional no hubo un precedente cuyas consecuencias fueran tan multifacéticas y traspasaran  tanto las fronteras regionales. El proceso, iniciado a finales del 2010, provocó el cambio de regímenes en cuatro países (Túnez, Egipto, Libia, Yemen).

Al mismo tiempo, afianzó el aspecto político del islam, propició  la competencia entre las potencias regionales en la que se combinan las ambiciones geopolíticas y la oposición interconfesional entre sunitas y chiítas, motivó la  revalorización del papel de la OTAN. En fin, volvió a plantear la cuestión de la democratización como medio para resolver problemas y de la esencia de la democracia en el mundo contemporáneo.

Los países que se vieron en el epicentro de los sucesos (excepto Yemen) no pertenecen a los más pobres y atrasados, por lo cual no se pueden atribuir las convulsiones a  causas meramente económicas. Los modelos autoritarios que no sufrieron cambios desde mediados del siglo XX fueron considerados como los únicos posibles para Oriente Próximo durante mucho tiempo, pero los últimos decenios mostraron que no son sino un anacronismo. Tanto más en cuanto la revolución mediática dio a las masas árabes el acceso a experiencias internacionales. Y estas masas llegaron a representar una parte de la sociedad lo bastante numerosa como para provocar cambios.

Su legitimidad es el aspecto clave. Así, las monarquías conservadoras del Golfo Pérsico, donde la ley prevé el traspaso de poder de padre a hijo, apenas quedan afectadas. Mientras tanto, las repúblicas autocráticas, donde los presidentes elegidos formalmente se disponían a transferir el poder a sus hijos, no soportaron la disconformidad de las masas.

En Egipto y Túnez, donde este año ya se celebraron elecciones, los partidos orientados al islam político han cosechado mucho éxito. En Libia, Yemen y Siria, donde por ahora los comicios no se celebraron, la actividad de los islamistas va creciendo. No es para asombrarse: tras varios decenios de gobierno de una persona o, en el mejor de los casos, de un solo partido, no queda otra base para la consolidación.

La democracia seguirá desarrollándose en Oriente Próximo sólo a condición de que, además de los partidos islamistas, aparezcan los laicos, y en tanto las corrientes religiosas predominantes se muestren interesadas en crear instituciones modernas. De lo contrario, la primavera democrática legitimará un nuevo modelo antidemocrático, esta vez, el islamista.
La lucha por el liderazgo regional la encabezan dos monarquías: Arabia Saudita y Qatar. 

Gracias a sus esfuerzos, la Liga Árabe, siempre calificada como un club de dictadores, se convirtió en un instrumento de cambio de regímenes (a excepción de Bahréin, cuando la injerencia de los sauditas ayudó a aplastar el movimiento chiíta de protesta) y de justificación de intervenciones (la operación de la OTAN en Libia fue realizada, en buena medida, gracias al apoyo de potencias árabes).

La combinación de los tres procesos -la competencia entre Arabia Saudita e Irán, la oposición interconfesional entre los chiítas y sunitas y la creciente preocupación internacional por el programa nuclear de Irán- genera una situación nueva. El riesgo de una operación militar en 2012 se incrementa, entre otras cosas, debido a la coincidencia de los intereses objetivos de países tan diferentes como Arabia Saudita e Israel, y todo esto en el contexto de la campaña electoral en EEUU.  En el conflicto en torno a Siria se promueve al primer plano el elemento chiíta iraní: la presión del mundo árabe sobre el régimen alavista sirio parece cada vez más una guerra subsidiaria contra Irán.

La intervención de la OTAN en Libia ha mostrado, primero, que la adaptabilidad operacional de la alianza es bastante limitada, y además, que esta organización no está tan cohesionada como antes. Sus operaciones parecen no tanto una acción de la OTAN sino la de ciertos países que actúan en sus propios intereses. Francia y Gran Bretaña sacaron provecho de su liderazgo en la campaña, mientras que EEUU ensayó en la misma el protagonismo europeo.

Resumiendo los resultados del año 2011, es difícil decir algo concreto sobre el destino de la democracia. La operación libia empezó oficialmente como imposición de una zona de exclusión aérea sobre el país magrebí “para ayudar a proteger a los civiles”. Pero en realidad fue una operación para reemplazar el régimen. Los bombardeos presentados como apoyo a las fuerzas democráticas, que fueron una de las partes de la guerra civil de la que hasta aquel momento no se sabía nada, representó un hecho escandaloso, independientemente de nuestra actitud hacia el régimen de Gadafi.

Los conceptos de democracia y ayuda humanitaria han ido perdiendo así su original contenido noble y desinteresado, convirtiéndose en una herramienta cínica desde hace 20 años, y esta transformación alcanzó en Libia su  apogeo, desacreditando dichos conceptos.

A pesar de ello, la democracia, o más bien la idea de la necesidad de alternancia del poder e inadmisibilidad de su extensión ilimitada, ha echado raíces por todo el mundo. Las intenciones de los líderes de Egipto y de Libia de transferir el poder a sus hijos, provocaron indignación y protesta pública. Algo semejante, aunque en formas distintas, ocurrió en otras partes el mundo. Por ejemplo, en las recientes elecciones en Transnistria la población se negó a votar por el gobernador que llevaba ya muchos años en el poder, y tampoco por el candidato prorruso. El mismo fenómeno se observa en Rusia, donde el ambiente político ha cambiado tras la decisión de Vladimir Putin de volver a postularse para la presidencia.

Aunque la imposición la democracia surte un efecto contrario, resulta imposible ya contener el deseo de la población de expresar su opinión política. Pero este progreso no se debe tanto a los procesos del año 2011, sino a los operados en los 20 años después de terminada la Guerra Fría y de la desintegración de la URSS.

(*) Fiódor Lukiánov, es director de la revista “Rusia en la política global”, una prestigiosa publicación rusa que difunde opiniones de expertos sobre la política exterior de Rusia y el desarrollo global. Es autor de comentarios sobre temas internacionales de actualidad y colabora con varios medios noticiosos de Estados Unidos, Europa y China. Es miembro del Consejo de Política Exterior y Defensa y del Consejo Presidencial de Derechos Humanos y Sociedad Civil de Rusia. Lukiánov se graduó en la Universidad Estatal de Moscú.