NUEVA YORK.- Occupy Wall Street ha prometido un día de manifestaciones en Nueva York y en todo Estados Unidos el martes, en una prueba crucial sobre su poder unos ocho meses después de surgir como un movimiento conra la avaricia corporativa y las desigualdades económicas.
El movimiento populista "al 99 por ciento", que comenzó como un
campamento de 24 horas en el bajo Manhattan en otoño pasado y se
extendió por ciudades de todo el país, se sumará a las organizaciones
laboristas en las protestas del 1 de mayo.
En todo el país se esperan docenas de acciones, aunque hay algo
de escepticismo sobre la concurrencia y sobre si supondrá un resurgir de
Occupy. La jornada fue calificada en principio de "huelga general",
pero las organizaciones laborales no quisieron rubricar ese lema.
Inspirado por la Primavera Árabe y por el movimiento de los
"indignados" en España, los manifestantes de Wall Street atacaron el año
pasado las políticas financieras estadounidenses, a las que
responsabilizan de la brecha de ingresos entre ricos y pobres - entre el
1 y el 99 por ciento de la población, como ellos dicen.
Pero desde el otoño pasado, cuando decenas de manifestantes
establecieron una vigilia en el parque Zucotti de Manhattan y Occupy se
jactó de tener 500.000 dólares en el banco, las donaciones se han ido
reduciendo hasta un punto en el que Occupy se quedó sin fondos a
principios de este año.
También hay pruebas de fatiga mediática, dado que las menciones
al término "Occupy Wall Street" han caido un 75 por ciento este mes
frente al año pasado.
Chris Hedges, ex periodista y en el pasado seguidor de Occupy
Wall Street, dijo que la iniciativa se ha visto plagada de problemas
internos a medida que crecía. Añadió que no esperaba que el Primero de
Mayo "resucitara el movimiento".
"Si miras de cerca los movimientos, no siguen un tipo de
trayectoria recta y hacia adelante. Se tambalean, caen, tienen reveses -
algunas veces, se derrumban", dijo. Pero Hedges advirtió contra la idea
de dar por acabado Occupy en función del resultado del Primero de Mayo.
La policía no quiso decir si estaban previstas medidas de
seguridad no habituales, pero la comunidad financiera de Nueva York sí
se había preparado. En el edificio de Deutsche Bank en el bajo
Manhattan, cuyo atrio fue usado buena parte del invierno como lugar de
reunión de Occupy, dijo que el espacio en la planta baja quedará cerrado
hoy.
"La gente está defendiendo la idea de que la situación en este
país exige acciones desesperadas, acción significativa, que pueden
realmente capturar la imaginación del país", dijo Ed Needham, miembro
del equipo mediático de Occupy Wall Street.
Pero rechazó la idea de que el Primero de Mayo debería ser una prueba que indique la durabilidad del movimiento.
"Un acto no define lo que es el movimiento", dijo Needham. "Este
movimiento está dirigido también por ideales, por el hecho de que
estamos en una economía que ya no nos trata de forma justa, que las
cartas nos las marca el uno por ciento (de la población)".
En Nueva York, el movimiento perdió fuerza en noviembre cuando se
disolvió el campamento en Zuccotti Park antes del amanecer. En Oakland,
California, la policía lanzó gases lacrimógenos contra los
manifestantes, 200 de los cuales fueron arrestados.
En las últimas semanas, pequeños grupos de manifestantes
neoyorquinos han acampado en diferentes puntos, entre ellos la calle del
mercado de valores de la ciudad.
Occupy Wall Street tiene en la actualidad menos de 100.000
dólares de fondos. A finales del año pasado, el organismo que gestiona
el grupo votó dejar ese dinero apartado para posibles gastos de defensa,
lo que habitualmente se traduce en dinero para los arrestados en las
protestas.
"Tuvimos una pequeña crisis de fondos para comprar comida e
imprimir", dijo Christine Crowther, que ocupa el comité financiero de
Occupy. Añadió que el problema se había visto aminorado por nuevas
donaciones y el dinero de fianzas que les ha sido devuelto.
Pero pese a la floja respuesta a actos recientes, los
observadores dicen que Occupy Wall Street ha influido ya en el discurso
político, en un año en el que los votantes estadounidenses elegirán
presidente en las urnas. Legisladores demócratas y el presidente Barack
Obama han adoptado algo del lenguaje de Occupy Wall Street.
Mitt Romney, que se perfila como candidato presidencial
republicano, ha criticado lo que dice es el mensaje de división y
envidia de Occupy.
"Creo que han tenido un enorme impacto en la forma en la que el
partido demócrata ha llegado a reconocer el desafío que supone la
reforma fiscal", dijo Mitchell Moss, profesor de política urbana de la
Universidad de Nueva York.