domingo, 15 de marzo de 2015

Francisco: "Es una injusticia que los profesores estén mal pagados"

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco indicó que "enseñar es un trabajo bellísimo y de gran responsabilidad" por lo que calificó de "injusticia" que "los profesores están mal pagados", al recibir en el Vaticano a miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores.

"Esto es una lástima porque no solo es el tiempo que destinan para crear en la escuela, sino que deben prepararse, pensar en cada uno de los alumnos, en cómo ayudarles a continuar hacia delante. Es una injusticia", dijo Francisco, que cumplió el segundo aniversario de su pontificado, lo que generó el aplauso de los docentes reunidos en el aula Pablo VI.

El Papa dijo basarse en Argentina porque es el caso que conoce mejor al afirmar que "los profesores, para tener un sueldo adecuado, deben al menos hacer dos turnos ¿Cómo logran hacer dos turnos?". Jorge Bergoglio explicó que "en una sociedad a la que le cuesta encontrar referentes, es necesario que los jóvenes hallen en la escuela un ejemplo positivo".

Así, subrayó la necesidad de contar con "profesores capaces de dar un sentido a la escuela, al estudio y a la cultura, sin reducir todo a la simple transmisión de conocimientos técnicos sino tratando de construir una relación educativa con cada estudiante, que debe sentirse acogido por lo que es, con sus límites y virtudes".

"Enseñar es una gran responsabilidad, un compromiso serio que solo una personalidad madura y equilibrada puede asumir. Una tarea así puede infundir temor pero conviene recordar que ningún profesor está solo: comparte siempre su trabajo con otros colegas y con toda la comunidad educativa", apuntó.

El Papa, un experto en lidiar con el poder y los poderosos / Leandro Darío

Cautivó a Barack Obama, el presidente de la mayor potencia del mundo. Recibió a Vladimir Putin y también a las autoridades de Ucrania, en pleno conflicto bélico. Tendió lazos y cruzó telegramas con China, país con el que el Vaticano no tiene vínculos diplomáticos. Fue anfitrión del histórico restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Cuba y los Estados Unidos. Y, además, logró que Cristina Fernández de Kirchner cambiara en pocos días su fría posición inicial y se abrazara con el “papa del fin del mundo”. Sólo por esas gestiones, Francisco podría ser calificado como un experto en deambular por la cocina del poder.

Por eso, sorprendieron sus palabras a la prensa mexicana. “A veces me he sentido usado por la política del país. Sé que mucha gente, sin quererlo la mayoría, algunos queriéndolo, usan venir acá o una carta mía o un llamado”, confesó a Televisa, en referencia a las fotos con muchos de los candidatos presidenciales en la Argentina.

“A Francisco lo definiría como un hábil político. Es uno de los mayores políticos actuales. Sabe hacia dónde va y qué es lo que quiere”, aseguró a 'Perfil' Rubén Dri, profesor de Sociología de la Religión en la UBA. Según el exponente de la Teología de la Liberación, el Papa asumió con “la misión primordial de recuperar a la Iglesia como factor de poder”. Otro aspecto que Dri remarca es la estrategia política que utiliza Jorge Bergoglio para conseguir ese objetivo: “Tiene una manera populista de acercamiento, de contacto con los sectores populares”.

Quien concuerda con esa visión es Fortunato Mallimaci, investigador del Conicet. “Así como hay una utilización política de los religiosos, hay una utilización católica de los políticos en la Argentina. Hemos pasado del sueño del obispo propio al sueño del papa propio. Acá nadie es ingenuo, nadie desconoce los intereses del otro”, sostiene el sociólogo que estudia la religión.

Para Daniel Bilotta, profesor titular de Planificación Comunicación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, las palabras de Francisco son una consecuencia de la exposición que tiene al frente de la Iglesia.

 “No es que el Papa sea un ingenuo pero pasaron dos años para comprender que el cargo que ocupa lo expone, como quedó demostrado con la infinidad de fotos que se sacó en el Vaticano y aquí fueron puestas al servicio de intereses casi particulares”, sostiene el académico. Bilotta marca una diferencia del ejercicio del poder durante su etapa en el Arzobispado de Buenos Aires, donde contaba con menor visibilidad, y su Pontificado, donde “no pudo permanecer fuera del enfoque de los medios por la necesidad de consolidar su liderazgo dentro de la Iglesia”.

En el plano de la política internacional, Francisco se destacó por su oposición al bombardeo norteamericano a Siria, sus gestos de paz y fraternidad ante el Muro de los Lamentos en Jerusalén, y su oposición a una “guerra fratricida” entre Ucrania y Rusia. Pero allí no se agotaron sus desafíos en la escena mundial.

 “En el plano político, el gran desafío de Francisco es Estado Islámico. Y ciertas formas de fundamentalismo musulmán que podrían significar muchísimo derramamiento de sangre y persecución de cristianos. Además, está pendiente la relación del Vaticano con China y también con Rusia”, consideró José María Poirier, director de la revista Criterio.

Francisco también demostró su cintura política en los últimos Colegios Cardenalicios, donde primero sorprendió y, luego, se alzó con el trono de San Pedro. Nada mal para un sacerdote de las periferias.

Arrecia la verborragia desde Atenas / A. R. Mendizabal

Panos Kammenos no es tan rollizo como Evangelos Venizelos, el antiguo ministro de Finanzas del PASOK en plena tormenta del euro en Grecia en 2012. Tres años después, Venizelos y los socialistas han desaparecido del mapa, la tormenta amenaza con degenerar en ciclogénesis explosiva y en la cartera de Finanzas está Yanis Varufakis, todo un fenómeno. Pero como ministro de Defensa figura, y de qué manera, un energúmeno orondo y con la lengua más suelta que nadie. Y ya es decir.

En menos de una se­mana, Kammenos la ha ar­mado buena con su dia­léc­tica de trueno con Berlín. Primero ame­nazó con en­viar a Alemania miles de re­fu­giados e in­mi­grantes con pa­peles en re­gla, y si eran yiha­distas o algo así, allá pe­lí­cu­las. Luego in­sistió en que si la UE no ayuda, Grecia tendrá que mirar a Rusia porque no puede perder un gran cliente para sus ex­por­ta­ciones agrí­colas y su primer mer­cado tu­rís­tico. Y este sá­bado se lanza a tumba abierta en una en­tre­vista con el Bild, el pe­rió­dico que más está ha­ciendo por su parte para enervar a los ale­manes contra las pro­vo­ca­ciones del Gobierno de Alexis Tsipras y su par­tido iz­quier­dista Syriza.

Dos acla­ra­cio­nes. Una: este fin de se­mana el asunto de Grecia se está ace­le­rando, con todo tipo de acon­te­ci­mien­tos. Desde el sondeo que re­vela que el 52% de los ale­manes ya quieren la Grexit hasta el es­pec­ta­cular re­por­taje de Varufakis en Paris Match, con inex­pli­ca­bles fotos me­losas de prensa del co­ra­zón. Desde la de­cla­ra­ción del alemán Wolfgang Schäuble de que tal como están las cosas po­dría pro­du­cirse una ‘Grexident’ o sa­lida des­or­de­nada de Grecia del euro por ac­ci­dente, hasta la de co­mi­sario de Economía, Pierre Moscovici, en el sen­tido de que la sa­lida de Grecia sería ‘el prin­cipio del fin’ del euro.

Segunda acla­ra­ción: Kammenos no es de Syriza, sino de Griegos Independientes, que se formó tras una es­ci­sión en el an­tiguo par­tido go­ber­nante Nueva Democracia. Da igual: po­pular y po­pu­lista, el mi­nistro de Defensa con­testa a todo lo que le pre­guntan Kai Diekmann, Julian Reichelt y Paul Ronzheimer. Responde con mi­si­les, para algo es mi­nistro de Defensa. Por ejem­plo, con la frase que es­coge el diario para ti­tu­lar: ‘Los ale­manes se in­mis­cuyen en lo que no les con­cier­ne’. Es una re­fe­rencia a su­puestas in­je­ren­cias del em­ba­jador en Atenas que ha­bría in­ten­tado hacer nau­fragar la coa­li­ción con Syriza.

La en­tre­vista da para dar y to­mar. Sobre la exi­gencia de in­dem­ni­za­ción por la II Guerra Mundial: 'Todos los demás países eu­ro­peos fueron com­pen­sados por los crí­menes nazis menos Grecia. No es nada contra Alemania, sino una obli­ga­ción his­tó­rica, y no es una dis­cu­sión teó­rica sobre si son mil o cien mil mi­llo­nes, sino sobre el valor real’. Hasta ahora se ha lan­zado la cifra de 162.000 mi­llones de eu­ros, pero la co­mi­sión creada al efecto po­dría subir la fac­tura. De todas for­mas, Berlín ya ha dicho que no, aunque desde la opo­si­ción han sur­gido en el Bundestag voces com­pren­sivas con la re­cla­ma­ción.

Sobre Schäuble: ‘No com­prendo por qué un día sí y otro tam­bién hace de­cla­ra­ciones contra Grecia. Es como una guerra psi­co­ló­gica. Schäuble está en­ve­ne­nando las re­la­ciones entre los dos paí­ses’. Sobre el res­cate y la deuda: ‘No ne­ce­si­tamos un tercer pa­quete de res­cate, sino una quita, como Alemania la re­cibió en 1953 en la con­fe­rencia de deuda de Londres. La aus­te­ridad es el ca­mino equi­vo­cado: mis pi­lotos de com­bate ganan 1.200 euros al países por arriesgar sus vi­das, cuando antes de la crisis co­braban 2.400 eu­ros’.

Sobre el coste de la vida, las de­sigual­dades en Europa y Rusia: ‘La gente no tiene tra­bajo, pero los pre­cios si­guen su­biendo. No puede ser que un café cueste tres euros en nuestro más y sólo 1,20 en Viena. Hemos per­dido mucho di­nero por las san­ciones a Rusia. Casi el 70% de nues­tras ex­por­ta­ciones agrí­colas iban allí. Y el tu­rismo tam­bién es muy im­por­tante, porque el 25% son ru­sos’.

Y sobre la Grexit: ‘Es im­po­sible que nos va­yamos de euro. Si Grecia es­ta­lla, el pró­ximo será España, Italia, y en al­guna me­dida Alemania. Por tanto, de­bemos en­con­trar una ma­nera de quedar dentro del euro. Pero esa fór­mula no puede ser que los griegos tengan que se­guir pa­gando más y más’.

La en­tre­vista de Moscovici en el nú­mero de Der Spiegel que sale este fin de se­mana añade pi­cante al guiso que se está co­ci­nando en las ne­go­cia­ciones eu­ro­peas con Grecia. Se ve claro que se alinea con el miedo al Grexit: ‘Esto es más que una zona de libre cam­bio, es una unión mo­ne­taria Si un país se va de la unión, el mer­cado se pre­gun­tará in­me­dia­ta­mente qué país será el si­guiente, y eso po­dría ser el prin­cipio del fin’. Con estas de­cla­ra­ciones sigue al pre­si­dente de la Comisión, que dijo el do­mingo en Welt am Sonntag que ‘no habrá sa­lida de Grecia’.

Entre unas cosas y otras, y ante los ven­ci­mientos de deuda este mismo mes, las pos­turas pa­recen bien de­fi­ni­das: Grecia chan­tajea con la Grexit sa­biendo que si se va se hunde, y los so­cios eu­ro­peos ame­nazan con la sa­lida sa­biendo lo mismo. Es de­cir, farol con farol se neu­tra­liza, aunque la ad­ver­tencia de Schäuble in­cor­pora el ele­mento de una po­sible sa­lida de tono o ese ‘accidente’ que lo eche todo a ro­dar.

Pero in­cluso así, el pro­fesor Nouriel Roubini, el fa­moso ‘Dr. Catástrofe’ que an­ti­cipó la crisis cree que ni por esas. Que hay una va­cuna: es tan fatal la pers­pec­tiva de la Grexit que es casi su mejor se­guro. En una en­tre­vista con Blooomberg TV, apunta: ‘No tiene sen­tido echar a Grecia, ha­bría un con­tagio ma­si­vo’. El coste de la fi­nan­cia­ción de Italia y España se dis­pa­raría y los ciu­da­danos eu­ro­peos se lan­za­rían a re­tirar sus de­pó­sitos de los ban­cos. De modo que va a ser que no, según Roubini.