sábado, 22 de junio de 2013

La corrupción, según Francisco, papa

MADRID.- "La corrupción no es un acto, sino un estado personal y social en el que uno se acostumbra a vivir". Estas palabras tan vigentes en la sociedad actual las escribió el propio Papa Francisco cuando todavía era cardenal de Buenos Aires.

El libro del Pontífice se trata de una obra inédita en España en la que a lo largo de 72 páginas –encuadernadas en tapa dura– el lector podrá conocer la opinión del Papa sobre uno de los males que acechan a la Iglesia.

'Papa de los pobres', contra los corruptos

  • "Toda corrupción crece y -a la vez- se expresa en atmósfera de triunfalismo"
  • "El corrupto tiene cara de yo no fui"
  • "Ante cualquier crítica el corrupto descalifica a la persona"
  • "El corrupto se erige en juez de los demás"
  • "El corrupto se siente un ganador"
  • "El corrupto no conoce la amistad, sino la complicidad"
  • "El corrupto no tiene esperanza. El pecador espera perdón"
  • "La corrupción lleva a perder el pudor que custodia la verdad"
  • "El corrupto no conoce la fraternidad o la amistad, sino la complicidad"
Como en una premonición, Francisco se adelantó a su destino al escribir en 2005 'Corrupción y pecado', una obra en la que profundiza precisamente en el gran reto de su Pontificado: la limpieza de la Curia, donde él mismo ha reconocido la existencia de un 'lobby gay'.
Respecto a los religiosos, Bergoglio asevera: 'Corruptio optimi, pessima' (no hay nada peor que la corrupción de lo mejor). "Esto puede aplicarse a la corrupción de las personas consagradas. Que los hay, los hay. Que los hubo, basta con leer la Historia", recalca Bergoglio en el libro.
En esta obra, Bergoglio desentraña los falsos 'tesoros' -–dinero, poder, lujuria-– que corrompen el corazón humano y que lentamente se apoderan de las personas e instituciones provocando la destrucción de los valores que conducen a Dios.
La edición especial realizada por El Mundo cuenta con una presentación elaborada por el padre Ángel García, presidente de Mensajeros de la Paz y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que al igual que Francisco es conocido por su humildad y sencillez.
En este análisis de la corrupción el Papa emplea un lenguaje llano y didáctico para explicar la diferencia entre pecado y corrupción. "El pecado se perdona; la corrupción, sin embargo, no puede ser perdonada", advierte.