sábado, 24 de septiembre de 2011

Goytisolo, emocionado ante la ´rebelión´ de los jóvenes

SANTA CRUZ DE TENERIFE.- El escritor Juan Goytisolo, que siempre se ha movido en el abismo del mundo musulmán y Occidente, ve con emoción el "movimiento imparable" de rebelión emprendido por la juventud. "Son los jóvenes los que están transformando todo en todos los países", aseguró Goytisolo en un encuentro informativo en el marco del Salón Internacional del Libro Africano (SILA), que se desarrolla en Santa Cruz de Tenerife hasta hoy, según recoge 'La Opinión'.

La aparición de Wikileaks, que sacó a la luz "la hipocresía de la política norteamericana", un cansancio general de la población y los medios de difusión, ha empujado a las sociedades del mundo a crear ese movimiento que Goytisolo pensó "que no podría ver en vida". A pesar de que cada país es diferente, a su manera de ver, este movimiento "es imparable".

El que fue corresponsal de guerra en Chechenia y Bosnia para El País, siente que si hubieran existido en aquella época los teléfonos móviles, las redes sociales y Facebook, "aquel asedio medieval con armas que duró tres años y medio no hubiera durado un mes". El autor de Cuadernos de Sarajevo sacó a la luz aquellas realidades de la trinchera que no llegaban a los medios, como el hecho de que la ONU no distribuía la comida porque quería que se rindiera el gobierno Bosnio. "Ahora quien se ha rendido es Gadafi, aquel que llamaba rata a su pueblo, está escondido como un ratón", comenta.

Goytisolo participó en una charla sobre el papel de la mujer en el Mediterráneo, que al contrario de lo que ocurre en África, "es un mar cerrado en el que solo hay las religiones monoteístas y el papel de la mujer desde la fábula de Adán y Eva queda completamente determinado como inferior". Goytisolo, para el que es mejor tener "dos lenguas y dos culturas que tener una", no sabe lo que es un libro digital y ni falta que le hace. Se ha acostumbrado al papel, en el que ahora escribe un ensayo sobre las revueltas árabes. Estas revueltas existen también gracias a la pérdida del miedo. En Marruecos, donde el autor vive, ve que ya todo el mundo habla de política, sin miedo.

A pesar de que hace muchos años que no vive en España está muy de acuerdo con lo que defienden los ´indignados´, porque "no vivimos en una economía, ni un capitalismo global sino que estamos viviendo en un casino global, son los mercados los que deciden todo", por lo que no entiende el papel que juegan los partidos políticos. "¿Quien descubrirá el fármaco que calme el nerviosismo y la crisis de histeria de los mercados?", quien descubra este fármaco, asegura, habría que darle todos los premios nobeles habidos y por haber.

La crítica impregna siempre sus palabras, por lo que para algunos se ha convertido en un autor incómodo, de esos que abren la boca y dicen lo que no deben. Nunca ha querido entrar en la Academia, ser próximo a ningún poder, ni saber de protocolos. Es su personalidad, la misma que asegura que no se puede juzgar la literatura según un criterio ético. De hecho afirma "Quevedo era un canalla total que ha escrito los sonetos más bellos de la lengua española".

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