KIEV.- Una nueva era se abre en Ucrania tras la loca jornada
del sábado, que casi simultaneó la destitución de facto del presidente
Viktor Yanukovich y la inopinada puesta en libertad de la opositora
Yulia Timoshenko, que de inmediato regresó a Kiev y fue aclamada en el
Maidan.
"¡Ustedes son héroes, son los mejores de Ucrania!", declaró con
lágrimas en los ojos la opositora, peinada con su emblemática trenza en
forma de corona y sentada en una silla de ruedas, ante unas 50.000
personas congregadas en Maidán, la plaza de la Independencia de Kiev y
centro neurálgico de las protestas.
La ex primera ministra, figura de la Revolución Naranja en 2004, en
prisión desde 2011 acusada de abuso de poder, pidió a la multitud seguir
el combate.
"Si alguien les dice que todo ha terminado y que pueden irse a sus
casas, no les crean ni una sola palabra, ustedes deben terminar el
trabajo", exhortó.
Al menos 80 personas murieron en Kiev esta semana, en choques entre
manifestantes y fuerzas del orden. Un nivel de violencia inédito para
este joven país que se independizó de la Unión Soviética hace 22 años.
Durante una jornada desaforada, el Parlamento decidió el sábado la
"liberación inmediata" de la opositora. Poco después, los diputados
votaron lo que presentaron como un vacío del poder que justifica de
facto la destitución del jefe de Estado y la celebración de elecciones
presidenciales anticipadas el 25 de mayo.
El presidente Yanukovich "ya no ejerce sus funciones", indica la resolución adoptada por los diputados.
Sin embargo, Yanukovich, elegido en 2010 y cuyo mandato se extiende
hasta marzo de 2015, aseguró que no tiene la intención de dimitir.
"Hay un golpe de Estado en el país. No tengo la intención de
presentar mi dimisión. Soy un presidente electo legítimamente", declaró
desde Jarkov (este de Ucrania), en un discurso televisivo grabado en
fecha desconocida.
Si bien el acuerdo que firmó el viernes prevé la adopción de las
medidas votadas en el Parlamento en vista de la formación de un gobierno
de unidad nacional, Yanukovich dijo que "no firmará nada con los
bandidos que aterrorizan al país".
El sábado por la noche se desconocía su paradero. Según el presidente
del Parlamento, Olexandre Turchinov, Yanukovich se encuentra
actualmente escondido en alguna parte en la región de Donetsk, una
región pro-rusa en el este de Ucrania, en donde nació.
"Intentó tomar un avión hacia Rusia, pero guardias fronterizos se lo impidieron", aseguró el flamante presidente del parlamento.
Las reacciones a esta jornada no se hicieron esperar.
"Yanukovich fue noqueado", celebró uno de los principales
responsables de la oposición ucraniana, el campeón mundial de boxeo
Vitali Klitschko, quien podría jugar un papel político importante en los
próximos meses.
Rusia, en cambio, acusó a la oposición de no haber cumplido "una sola
de sus obligaciones" del acuerdo suscrito el viernes con el presidente y
denunció a "extremistas armados y saqueadores que representan una
amenaza para la soberanía de Ucrania".
Del lado europeo, el tono era totalmente diferente. "No hay un golpe
de Estado en Kiev. Los edificios oficiales fueron abandonados. El
presidente del Parlamento fue electo legítimamente", tuiteó el ministro
polaco de Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, que participó esta
semana en las negociaciones entre oposición y gobierno.
Por su parte, la Casa Blanca saludó la liberación de Yulia Timoshenko
y afirmó que son los ucranianos quienes deben "decidir su propio
futuro".
El ambiente estaba más tranquilo en Kiev, después de la adhesión de
la policía a la causa de los manifestantes y la "neutralidad" anunciada
del ejército.
Un inmenso embotellamiento se formó en cambio en las afueras de la
capital, provocado por curiosos que acudieron masivamente a la lujosa
residencia presidencial, completamente abandonada.
No obstante, Ucrania no ha salido de apuro, según la opinión general.
En Jarkov, una ciudad al este del país, responsables locales de las
regiones pro-rusas del este pusieron en duda la "legitimidad" del
Parlamento ucraniano, que según ellos está actualmente "bajo la amenaza
de las armas".
"La integridad territorial y la seguridad de Ucrania están
amenazadas", estimaron. Ucrania, con 46 millones de habitantes, está
dividida entre el este de habla rusa, mayoritario, y el oeste
nacionalista, en donde se habla ucraniano.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, estimó el sábado por la noche
que existen fuerzas que amenazan la integridad territorial de Ucrania,
aunque no dio más detalles.
La titular de la diplomacia europea, Catherine Ashton, instó a los
responsables políticos ucranianos a actuar "de manera responsable" para
mantener la "integridad territorial" y la "unidad" del país.
"Saludamos la liberación de la señora Timoshenko", declaró en un
comunicado el ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, en viaje
oficial a Pekín, y añadió que "Francia, junto con sus socios europeos,
hace un llamamiento para preservar la unidad e integridad del país, así
como abstenerse de la violencia".
Ucrania se encuentra al borde de la bancarrota y necesita urgentemente ayuda financiera.
Rusia prometió a Yanukovich un crédito de 15.000 millones de dólares y
una rebaja importante en el precio del gas. A finales de diciembre le
entregó 3.000 millones, pero esta semana anuló un nuevo tramo de 2.000
millones, y la entrega del monto restante es ahora más que incierta.
La Unión Europea (UE) prometió una ayuda financiera, mucho más modesta, de alrededor 610 millones de euros.
El ministro británico de Exteriores, William Hague, indicó que se
puso de acuerdo con su colega alemán para conseguir desbloquear una
"ayuda financiera vital del Fondo Monetario Internacional".
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