MADRID.- Francisco Nicolás Gómez Iglesias, de 20 años, volvió a la televisión este fin de semena. Lo hizo en “Un tiempo nuevo”,
de Telecinco, donde ya hablara hace un par de semanas, contando su
versión sobre unos supuestos hechos que no se sabe si son verdad o
mentira, pero que han provocado que las más altas instancias desmientan
cualquier relación con el joven y que el asunto llene portadas en los
medios.
Como en ocasiones anteriores, el “pequeño Nicolás” dejó caer acusaciones muy graves, refiriéndose a personas del PP y del Gobierno, así como al propio Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que esta semana presentó una querella contra él por injurias. “Está claro que hay guerras internas en el propio CNI”, en el Ministerio de Interior y en el Gobierno, afirmó, sin detallar cuáles son esas supuestas disputas.
También afirmó que la Alcaldesa de Madrid y esposa del expresidente Aznar, Ana Botella,
temía por su seguridad, porque se filtraba los lugares a los que
acudiría. “Había gente de su escolta de la policía municipal que no era
honorable”, afirmó, y ésta le habría pedido al joven Nicolás que se
hiciera cargo de este asunto.
Confrontado con la versión de la Alcaldesa, Nicolás le retó
públicamente a que respondiera cómo se cerró el encuentro en el que le
habría pedido su intermediación, porque “fue ella quien me mandó los
mensajes”, afirmó. “Me pidió que me reuniera con ella por un tema de su
seguridad personal y de gente no honesta que estaba en puestos de mucha
responsabilidad”, aseguró. Un trabajo que habría llevado a cabo con
éxito, informándole después de las personas de las que debía desconfiar.
Pretendiendo confirmar su relación con Botella, llegó a afirmar que
“una vez nos quedamos tirados con el Prius que llevábamos”. Y volvió a
arremeter contra ella: “Con el tema de Ana, no puede ser nada sensible”.
“La información es poder; tenía y tengo muy buenas fuentes y ayudo”.
Supuesta reunión con la Vicepresidenta del Gobierno
Antes de hablar de la Alcaldesa de Madrid, Nicolás había centró muchas de sus palabras en la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría,
hablando de la relación que, según él, tenían, y que ésta también ha
negado. Según la versión de Nicolás, al menos una vez se habrían reunido
en un bar de la calle Francisco Silvela.
Siempre según su relato, la Vicepresidenta –encargada política
del CNI- le habría animado hace un año a dar el salto a ligas mayores y
empezar a realizar una labor de mayor alcance. “Soraya me decía que a
ver cómo podía ayudar, porque podía pasar desapercibido”; “hablamos de
la posibilidad de que yo empezara una labor más profunda”, añadió, al
tiempo que aclaró que no trabajaba en el CNI, sino que únicamente colaboraba.
Acerca de qué tareas habría desempeñado, y quizá para restar
importancia a anteriores apariciones televisivas, en las que daba a
entender que habría jugado un papel primordial en asuntos de primer
orden como el problema catalán o la propia situación legal de la Infanta Cristina, afirmó que él era “uno más”, no el encargado de solucionar esos temas.
Sus presuntas pruebas, en poder de “gente de confianza”
Una de las mayores críticas esgrimidas a Nicolás es que no haya
presentado pruebas claras que respalden afirmaciones de tanto calado, a
pesar de haber asegurado tenerlas. Más allá de fotografías con políticos de primera línea
y algún mensaje telefónico publicado en los medios, poco ha
trascendido. En su entrevista en Telecinco, reconoció no tener
grabada(s) la(s) conversación(es) con la Vicepresidenta, pero sí otras
con gente de Vicepresidencia, Casa Real y el propio CNI.
También afirmó que le constaba que se habían “lavado pruebas”. Ordenador, teléfono… Y sobre sus supuestas pruebas, aseguró tenerlas “con gente de confianza”.
“Pido que me dejen vivir tranquilo. Tengo 20 años, me quedan muchos
años por delante. Quiero trabajar mi carrera y pasar lo más
desapercibido posible”, continuó.
“Quiero que este proceso judicial
termine lo antes posible, y que tenga todas las garantías que todo
proceso judicial debe tener”, añadió un Nicolás que poco antes había
afirmado sentirse desprotegido porque se siente vigilado.
“He tenido seguimientos a mi familia”, afirmó, al tiempo que
denunciaba “cosas muy extrañas”. No reconoció estar protegido por la Guardia Civil,
pero tampoco lo negó explícitamente. Y de nuevo recurrió al argumento
de cómo “gente importante de organismos te apoyan, y otros te reniegan”.
Sobre la querella del CNI, opinó que tiene “cero posibilidades de que
prospere”, empleando como argumento que si se querellan contra él por prácticas alegales, como denunció en sus primeras apariciones en medios, “entonces que se querellen por lo que dice Mas todos los días”, afirmó.
Zarzuela y Cospedal
Nicolás también fue confrontado con las recientes afirmaciones de
Javier Ayuso, exportavoz de la Casa del Rey, quien dijo que Nicolás
“utiliza medias verdades”, negó relación entre La Zarzuela
y Nicolás y explicó cómo los claros y contundentes desmentidos de las
principales instituciones del país son motivo de peso para no creer su
versión. “Hay que creerles porque las instituciones de España
nunca nos han mentido”, afirmó Nicolás con ironía, poco después de
referirse a Ayuso en términos de “ex amigo”. Nuevamente afirmó que el Rey Juan Carlos le llamó, para con quien tuvo como en ocasiones anteriores palabras de respeto y reconocimiento por su labor al frente de la Monarquía.
Sin embargo, esa presunta cercanía con la Monarquía poco después perdió fuelle al referirse a Carlos García Revenga,
secretario personal de las infantas Elena y Cristina. Según su versión,
éste le habría llamado “cuatro o cinco días” antes de que le
detuvieran, y le habría dicho que su teléfono estaba intervenido.
También habría afirmado tener prohibido desde Zarzuela hablar con él.
Dijo que Revenga no sabía qué había hecho, pero que se dedicara a
estudiar.
Nicolás también habló de otros altos cargos, como María Dolores de Cospedal. “Estoy seguro de que en el Consejo de Ministros del viernes hablaron mucho de mí”, afirmó. Y mencionó al marido de la presidenta de Castilla-La Mancha, por un tema que querían hacer con unos egipcios. Según su relato, habrían “coincidido” en el restaurante de Arturo Fernández, ex presidente de la CEOE.
En cualquier caso, reconoció no tener relación con Cospedal: “No me
conoce; tenía más relación con Soraya”, a quien afirmó conocer desde que
era “muy pequeñito”, desde 2006 ó 2007, con 12 ó 13 años. Según
explicó, aquel era el momento en el que le “gustaba” asistir a los
eventos políticos. “Entonces no me subió en su coche”, dijo.
García-Legaz no sabría que Nicolás cobraba comisiones
La conversación que Francisco Nicolás mantuvo con los invitados por
Telecinco a la entrevista se centró también en su relación con el Secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, que esta semana ha estado en la portada de los medios por ser supuestamente uno de sus grandes valedores. Carlos Zapata,
un empresario que podría haber sido extorsionado por Nicolás, dijo que
“parecía más el despacho del niño que del jefe”, en referencia a
García-Legaz.
Francisco Nicolás afirmó sin ambages cobrar comisiones cuando los
negocios de los cuales era intermediario llegaban a buen puerto. Lo hizo
justificando que todo el mundo lo hace, amparándose en la legitimidad
de obtener lucro por un negocio. Dijo que si tiene contactos
internacionales “muy fuertes”, “¿por qué voy a ser menos” que los demás?
Contactos que “pueden venir de muchos sitios”: amigos de amigos, o
empresarios que saben que puedo serles más útil.
“El deber de los políticos es recibir a todas las empresas” que pueden ser beneficiosas para España,
explicó. Al parecer, algunos negocios intermediados por él culminaron.
Nicolás habló de un mexicano que vino a España a invertir y compró un hotel. En este capítulo, Nicolás también se refirió a unos mexicanos que querían comprar El Corte Inglés de Sanchinarro.
Según su versión, celebraron una comida con un representante de dichos
posibles inversores, el propio García-Legaz y él. Encuentro del que,
según reflejaba la cadena televisiva, García-Legaz había dicho que
Nicolás no participó.
En cualquier caso, según la versión de Nicolás, García-Legaz nada sabría de dicho lucro, imposibilitando que incurriera en delito de tráfico de influencias.
De todas formas, forzado por los periodistas en este punto, rehusó
poner la mano en el fuego por él. “Sólo pongo la mano en el fuego por
mí”, explicó.
Nicolás negó que la Secretaría de Estado de Comercio le hubiera pedido ayuda alguna vez. Según su relato, únicamente ayudó con el tema de Eurovegas.
“Aportaba mi opinión cuando me dejaban hablar, porque hay mucha
burocracia en España”, y desatascarla requiere mucho sentido común y
horas de trabajo, explicó.
Más allá de lo profesional, desde el programa televisivo recordaron
cómo García-Legaz había recomendado a Nicolás al Instituto de Empresa. Y
cómo éste habría aclarado que su amistad había terminado en febrero de
2013, cuando le pidió que dejara de utilizar su nombre y se dedicara a
estudiar.
Telecinco también sacó a relucir unos supuestos mensajes de Whattsap
entre García-Legaz y Nicolás, en los que se mencionaban unos “tomates”
que vendrían a ser una palabra clave de algo que Nicolás no concretó.
Nicolás en todo momento defendió a García-Legaz, y denunció la “campaña”
que se está haciendo en su contra. “No me gustaría que mis palabras
pusieran en duda la honorabilidad del Secretario de Estado”, añadió.
Aunque lo cierto es que, tras su intervención, probablemente le haya
puesto García-Legaz en una situación aún más complicada de lo que ya lo
estaba; sobre él planea la sombra de la sospecha de si utilizó su cargo
para facilitar cuestiones con el Ayuntamiento de Madrid, quizá por encargo del propio Nicolás, tal vez consecuencia de esos mismos negocios que dice haber facilitado.
Arturo Fernández, cansado tras comer, se habría echado la siesta
Sobre Arturo Fernández, quien al parecer se refería a Nicolás como su
“sobrino”, reconoció como en veces anteriores tener una relación de
colaboración. Colaboración que, por ser profesional, justificaría que
una persona de 60 años vaya con una de 20, en su opinión.
Acerca de la fotografía publicada de Fernández recostado en un sofá del chalé del barrio de El Viso,
donde Nicolás tenía su “oficina”, éste lo justificó alegando que
después de comer es normal que entre sueño. Al parecer, Fernández le
habría pedido ayuda para salvar su imperio hotelero.
Nicolás también se refirió al propio chalé, otro de los focos de la polémica en torno a su caso. Afirmó haber trabajado para Edinor,
la empresa propietaria del inmueble, pero negó que la constructora
recibiera contratos, se entiende que públicos, por ello. En cualquier
caso, Nicolás sí habría intermediado en algún negocio entre dos partes
privadas, al parecer con un empresario que venía de Conakri. Y habrían
sido recibidos por García-Legaz. “Son dos empresas privadas a las que
les recibe el Secretario de Estado de Comercio”. “No hay tráfico de
influencias”, afirmó. “Jaime dio apoyo institucional a la empresa”.
Nicolás, un “pequeño” con mucha “ironía”
El “pequeño Nicolás” se encontraba cómodo en el plató, y a pesar de
la gravedad de los asuntos tratados, de vez en cuando recurrió a la
ironía. Respondía con habilidad las preguntas esgrimidas, hablando sin
hablar, diciendo sin decir, golpeando a diestro y siniestro. “De eso ya se encargaba Luis”,
afirmó en un momento dado en referencia a Bárcenas sobre si alguna vez
se llevó algún sobre por sus servicios de intermediación.
Su “ironía” también incluyó al CNI, al que no dudó en comparar con “la TÍA de Mortadelo y Filemón”.
Y cuando le sigue el CNI, les comunica que le están siguiendo, afirmó
con descaro. Antes, más serio, había dicho que admira la labor de
“muchísimas personas que están trabajando y jugándose la vida, pero hay
otras que no” deberían seguir ahí, afirmó.
Y lanzó otras “perlas”, como que “caía bien un niño inocentón, que lo
sigo siendo”, en referencia a cómo su “labor” podría ser desempeñada
mejor precisamente por su edad. A medio programa, Nicolás había sido
informado de que estaba siendo trending topic mundial en Twitter.
Ni un euro de Telecinco
Sobre la propia entrevista y sus apariciones en Telecinco, negó haber
cobrado un solo euro de la cadena. “La gente que dice que he cobrado es
para descalificarme”. “Lo que me importa es que la gente de mi
confianza sepa la verdad, y que la gente de España sepa la verdad”,
afirmó.
Y continuó afirmando que “si vengo otra vez [a Telecinco] es porque
me siento tranquilo, he visto cómo ha seguido la cadena mi asunto y es
muy plural”. Y explicó cómo en otras, que no detalló, había visto cómo a
los presentadores a través del pinganillo les decían qué decir.
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