A estas alturas de la tercera recesión
europea, el PP está convencido de que ya no puede enarbolar la bandera
de la recuperación económica y la creación de un empleo basura y
precario. Y acometerá las próximas elecciones generales, municipales y
autonómicas de 2015 con la corrupción por delante: ese es el actual
buque insignia del PP, no el crecimiento económico. Teme, por ello, que
en esas elecciones pierda más de un millón de votos.
Para que se amortigüe el hartazgo de los partidos políticos y se debilite la memoria sobre la corrupción de los dirigentes del PP, están sacando, un día sí y otro también, escándalos políticos, casos de corrupción, de todos los partidos e incluso suyos. Así esperan alejar de la memoria del votante en la campaña electoral el asunto corrupción del PP. Eso de que a río revuelto de la corrupción de unos y de otros crea un caos informativo, en la que todos los partidos políticos son malos. Entonces, o te abstienes "que también les favorece en el peor de los casos", o te olvidas ya de lo que ha pasado hace meses. Y la idea machacona de Arriola que inculca a todos los dirigentes: fuera del PP no hay solución para España. Si el PP es malo los otros partidos son peores y más corruptos.
La encuestas de Metroscopia, CIS, El Mundo, La Sexta, etc., dan la mayoría de intención de voto a Podemos contra el bipartidismo PPSOE. Esto ha afianzado a Arriola en su idea de que «el sistema se está autodestruyendo, lo que da oportunidades a los extremos, pero esos extremos no van a durar porque no tienen experiencia y se van a arañar votos unos a otros».
Algunos analistas afirman que Arriola y su equipo de gurús de campañas electorales, a pesar del plan B, tienen incluso un plan C. éste consiste en que si las cosas se ponen muy feas, con Podemos en plan ganador, se activará un pacto del bipartidismo PPSOE, con o sin ayuda de los nacionalistas vascos y catalanes. En esta maniobra del PP, la vicepresidenta del actual gobierno, Sáenz de Santamaría, y la ex presidenta de la Comunidad madrileña, Aguirre, se postulan como activos muy sólidos del partido de la gaviota azul.
Todo esto tiene un coste y un gran peligro. Y es que esta estrategia del PP, del plan B y C, ni resulte ni tenga éxito, como ha pasado ya con el plan A (no hay recuperación ni crecimiento económico; hay más empleos basura, sueldos más bajos, menos cotizantes a la Seguridad Social). Y entonces se llegará a las elecciones de 2015 con el mismo o más hartazgo y cabreo que ahora, contra el PP, o contra el partido socialdemócrata si éstos han sido incapaces de aligerar la carga de corrupción de un sistema clientelista y caciquil, y del engaño de que los ciudadanos decidimos algo.
El resultado ya se sabe: debacle del PP, evaporización del electorado del PSOE, mengua de IU y otros partidos, voto del miedo, insultos y descalificaciones contra Podemos, Ganemos y sus dirigentes. Y luego los partidos clásicos del bipartidismo hablarán de populismo, de por qué ha sucedido esta debacle electoral. Pues sí, señor, así millones de españoles decidieron presentarse como ciudadanos con derecho a una democracia más participativa y real. Una muchedumbre de aspecto cabreado, sí, y harta de tantas mentiras, de promesas electoralistas incumplidas, hastiada de corruptelas, pero también de la inutilidad de las reformas y legislaciones de las siglas del bipartidismo.
Los que sigan queriendo mantener „a toda costa de corrupción y prebendas„ el Régimen del 78, una Transición ya caduca e ineficaz, serán los responsables de la posible hecatombe social y económica de nuestro país. Esos politiquillos de varios partidos que debieron ´blindar´ la sanidad, la educación y el sistema público de pensiones como ´derechos fundamentales´ en la Constitución, y no lo hicieron.
Pues a las muchas calamidades del país, ahora nos enteramos que se suma la subida del precio de muchos alimentos, productos, y servicios públicos básicos, la bajada de pensiones y sueldos. ¿Qué cree el Brujo de Arriola que se votará en el 2015, a pesar de las mentiras y del miedo que nos estarán metiendo?
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