lunes, 2 de marzo de 2015

Hablar de Grecia con dureza no bastará para impulsar a Irlanda y España en casa

DUBLÍN/MADRID. - El duro tratamiento de Europa al nuevo gobierno de Grecia ha aliviado algo la presión anti-austeridad en Irlanda y España, pero Madrid y Dublín podrían necesitar algo más que eso para recuperar las perspectivas de reelección. 

Elegidos en 2011 cuando las crisis financieras envolvían sus respectivos países, las esperanzas de los dos gobiernos de centro-derecha de ser elegidos para una segunda legislatura corren el riesgo, entre otros desafíos, de verse empañadas por los contrarios a la austeridad alineados con el partido griego Syriza.   
Ambos siguieron la línea marcada por Alemania al pedir que Grecia se adhiriese a los compromisos de su rescate, lo que supuso un golpe para Atenas, que había esperado algo de apoyo de países que también sufrieron mucho durante la crisis de la deuda.
Todo esto quedó expuesto el pasado sábado cuando el primer ministro griego Alexis Tsipras acusó a España y Portugal de liderar una conspiración conservadora para derrocar a su gobierno porque temían el surgimiento de fuerzas anti-austeridad en sus propios países.
Madrid y Lisboa se quejaron de la acusación ante la Comisión Europea.
Irlanda evitó la ira de Alexis Tsipras, pero el país ha adoptado una de las líneas más duras respecto a Grecia. A diferencia de Portugal, se enfrenta a un desafío contra la austeridad similar al encarnado por Syriza en Grecia y por Podemos en España. En su caso, viene del partido de izquierda Sinn Fein.
Después de que el nuevo gobierno griego fuese incapaz de poner fin al rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional para el que había sido elegido y tuviese que dar marcha atrás, Irlanda, recién salida de su propio rescate, fue uno de los primeros países en explotar el repliegue heleno.
"En 2016, el pueblo tendrá una opción clara: entre gobierno estable y coherente; o el caos y la inestabilidad", dijo el primer ministro irlandés Enda Kenny en la conferencia anual de su partido Fine Gael el mes pasado, un dardo directo al Sinn Fein, el rival político más cercano en las encuestas.
Kenny se despertó al día siguiente con un editorial del Sunday Times que proclamaba que "la tragedia griega del Sinn Fein es una victoria para el Fine Gael".
Después de empuñar dolorosas medidas de austeridad, las esperanzas electorales de los gobiernos español e irlandés dependen en gran medida de que los votantes sientan los beneficios de la recuperación económica de economías en recuperación. Los pronósticos apunta a que Irlanda será el país europeo con un crecimiento más rápido este año a un tasa cercana al 4 por ciento, mientras que España, con una economía seis veces más grande, crecería al 2,4 por ciento.
Por el momento, el paralelismo con Grecia ha servido para enfatizar los primeros mensajes de campaña del presidente español Mariano Rajoy, que han sido golpes velados a Podemos, el movimiento antiausteridad que se ha autodenominado como partido hermano de Syriza.

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