sábado, 1 de octubre de 2011

El éxito de las protestas en Wall Street es difícil de medir

NUEVA YORK.- El grupo de personas en camisetas con corbatas pintadas y ropa interior llena de estrellas (en alusión a la bandera estadounidense) ha acampado en una plaza de granito en el Bajo Manhattan durante casi dos semanas y media, y no muestran signos de que se vayan a ir.
 
Duermen en colchones inflables, utilizan computadoras Mac y tocan los tambores. Van al baño en un local de la cadena de hamburguesas McDonald's. Unas veces al día marchan hacia Wall Street gritando "¡Así es como se ve la democracia!".
Se siente como una clásica protesta callejera, aunque con una excepción: No se sabe con exactitud qué es lo que quieren los manifestantes.
"Cuando todo el dinero del rescate financiero se utilizó en bonos y cosas así todos estaban indignados, pero nadie hizo nada porque nadie creía que podía", dijo Jesse Wilson, un manifestante de 22 años, esta semana cuando se le pidió que articulara la causa. "Es tiempo de que nosotros nos unamos para darnos cuenta que somos las masas, y podemos hacer que las cosas pasen".
Pero no pudo decir qué, exactamente, quería que pasara. Letreros hechos a mano que mostraban algunos de los manifestantes ("Menos es más" y "El capitalismo es malvado") tampoco lo dejan muy en claro.
El sábado, el grupo cerró parte del puente de Brooklyn desde Manhattan durante una de sus muchas marchas. La policía arrestó a decenas al tratar de despejar el camino y volver a abrir el tráfico.
Pero, ¿importa que la protesta sea vaga?
Los académicos y activistas experimentados dan diversas opiniones.
"Muchas de estas revueltas giran en torno de la justicia económica, quién obtiene qué en esta sociedad, quién tiene una red de seguridad, quién no y cuánta influencia corporativa existe en Washington", dijo Bill Dobbs, activista involucrado en manifestaciones en 2004 en la Convención Nacional Republicana y muchas otras.
Dobbs y otros dijeron que la falta de precisión en el grupo sirve a un propósito, porque invita a los indignados en un amplio espectro de motivos de queja. De hecho, algunos manifestantes dicen que están en contra de la codicia de Wall Street, otros dicen que protestan contra el calentamiento global y otros protestan contra "el hombre".
El manifestante moderno también espera una respuesta inmediata, gracias en parte a la tecnología, dijo Gabriella Coleman, profesora de medios, cultura y comunicación en la Universidad de Nueva York, que ha estudiado a algunos grupos afiliados con la protesta.
"Estamos en un momento cultural en el que la gente piensa que el dictador se caerá mañana, luego de cuatro días de protestas, y también los medios van a saltar para prestar atención", dijo Coleman.
Ha habido una amplia cobertura en medios, pero ha habido muchas quejas de que la causa no ha sido coronada lo suficientemente rápido, o de la manera en que quieren los manifestantes.

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