miércoles, 21 de diciembre de 2011

Egipto vuelve a las urnas en calma tras los enfrentamientos

EL CAIRO.- Los egipcios volvieron el miércoles a las urnas en unas elecciones por etapas, tras cinco días de violencia en El Cairo que han arrojado una sombra sobre la transición a la democracia y provocado críticas de EEUU a las fuerzas de seguridad egipcias.

La plaza de Tahrir y las calles circundantes estuvieron tranquilas por la noche por primera vez en una semana. La noche anterior, policía y soldados emplearon porras y gases lacrimógenos para expulsar de la plaza a los manifestantes que pedían el fin del Gobierno militar.
Los últimos enfrentamientos, en los que han muerto 13 personas, han sido un oscuro telón de fondo de las primeras elecciones en el país desde que Hosni Mubarak fue derrocado en febrero. Ya antes de que comenzaran las votaciones, un 42 personas murieron en enfrentamientos en Tahrir.
Nueve provincias, la mayoría alejadas de la capital, celebran votaciones el miércoles y el jueves en unas elecciones que se celebran en etapas durante seis semanas, terminando el 11 de enero.
El consejo militar gobernante, que tomó las riendas tras la caída de Mubarak, ha dicho que no dejará que la transición descarrile y ha prometido entregar el poder a un presidente electo para julio. Pero los manifestantes de la plaza quieren que el Ejército vuelva a los cuarteles mucho antes.
"Dios mediante, completaremos la revolución el 25 de enero derribando el consejo militar", dijo Mahmud, un manifestante de 25 años que declinó dar su nombre completo. Las revueltas contra Mubarak comenzaron el 25 de enero de 2011 y duraron 18 días.
Cerca de donde hablaba Mahmud, las autoridades han alzado muros con bloques de cemento cortando el acceso a la plaza en las calles que llevan al Parlamento, el gabinete y el Ministerio del Interior, donde la violencia ha sido más intensa.
Unos pocos cientos de manifestantes de línea dura seguían en la plaza y sus alrededores el miércoles, rodeados de calles salpicadas de rocas intercambiadas entre ellos y las fuerzas de seguridad. Algunos manifestantes mostraban balas y casquillos que dijeron se utilizaron contra ellos.
El tráfico pasaba por otras partes de la plaza.
Los enfrentamientos han producido una división entre los que están decididos a quedarse en las calles y otros egipcios frustrados por los altercados, que han dañado la economía y asustado a los turistas extranjeros, y ahora están desesperados por un regreso al orden. Muchos dicen que el Ejército es la única institución capaz de conseguirlo.
"Todas las manifestaciones deben detenerse para poner fin a esta violencia hasta que terminemos las elecciones y elijamos a un presidente, entonces todos los manifestantes podrán expresar sus preocupaciones a través de los miembros del parlamento", afirmó Erian Saleeb, de 64 años, que trabaja en un sector turístico que lucha por mantenerse a flote.
Pero muchos están impactados por las imágenes de policías y soldados golpeando a manifestantes con porras incluso en el suelo y, en un caso, arrastrando a una mujer por el suelo agarrándola por la ropa, mostrando su sujetador y después dándole patadas.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, se refirió esta semana a ese incidente como "especialmente impactante" y citó otros casos de mujeres manifestantes que habían sufrido agresiones sexuales.
EEUU, para el que el Egipto de Mubarak era un aliado crucial, entrega 1.300 millones de dólares al año en ayuda militar al país.
El ministro egipcio de Exteriores respondió el jueves que Egipto no aceptará intromisiones en sus propios asuntos.
Miles de mujeres marcharon el martes a Tahrir vestidas de negro y flanqueadas por hombres manifestantes que prometieron protegerlas de acoso, coreando "las mujeres de Egipto son una línea roja".
En un comunicado, el consejo militar se disculpó diciendo que "respeta y aprecia a las mujeres egipcias y su derecho a protestar y participar por completo en la vida política". Un militar del Ejército dijo que había sido un caso aislado y estaba siendo investigado.
Pero otros generales y sus asesores han condenado a los manifestantes pro democracia, a los que acusan de sembrar el caos.

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