domingo, 12 de febrero de 2012

Los atenienses se levantan con decisión contra los mercados


ATENAS.- Al menos 54 personas han tenido que ser atendidos en centros hospitalarios debido a los disturbios entre manifestantes y policías ocurridos este domingo en Atenas, según ha informado la televisión Skai TV citando fuentes del Ministerio de Sanidad.

   Anteriormente la propia Policía había informado de que 40 de sus agentes habían resultado heridos, dos de ellos de gravedad, durante los enfrentamientos violentos.
   Los policías heridos formaban parte del dispositivo de unos 5.000 agentes desplegados en las inmediaciones de la plaza Syntagma, donde se encuentra la sede del Parlamento, para controlar a las decenas de manifestantes convocados por los sindicatos, ha informado el diario 'Athens News' en su edición digital.
   Grupos de encapuchados han lanzado cócteles molotov y piedras contra los policías, que han cargado con porras y han empleado gases lacrimógenos. De hecho, la televisión privada Skai TV, afín a la derecha, ha informado de que se han agotado las reservas de gas lacrimógeno y los mandos policiales ya han solicitado más suministros.
   Durante los disturbios han sido incendiados más de una decena de inmuebles, incluidos una cafetería de la cadena Starbucks, una sucursal del banco griego Eurobank y el cine Attikon, uno de los más antiguos de Atenas.
   Varias personas han tenido que ser atendidas por los servicios médicos, incluido el héroe de la resistencia antifascista de la Segunda Guerra Mundial Manolis Glezos, afectado por los gases lacrimógenos.
   "¿Se pueden imponer estas medidas usando gas lacrimógeno? Estas medidas no han sido votadas por el pueblo griego", ha afirmado Glezos mientras era atendido en plena plaza Syntagma.
   En estos momentos, ya entrada la noche, la Policía mantiene un importante despliegue en la plaza Syntagma, con hileras de agentes ataviados con equipo antidisturbios custodiando la sede del Parlamento. Cientos de manifestantes continúan en la emblemática plaza, muchos de ellos sentados, y no hay atisbos de violencia.
   Mientras, dentro del Parlamento, el primer ministro, Lucas Papademos, ha advertido que esta violencia "no será tolerada".
"El vandalismo, la violencia y la destrucción no tienen cabida en un país democrático y no serán tolerados", ha afirmado.
   Sin embargo, el líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), Alexis Tsipras, ha elogiado a los manifestantes, unos 500.000 según sus datos, y ha denunciado que la Policía ha cargado contra los participantes en la protesta, pero no impidió los incendios, por lo que cree que la violencia es responsabilidad de elementos "paraestatales".

Unas 100.000 personas


Unas 80.000 personas se manifestaban este domingo por la noche en Atenas y 20.000 en Salónica (norte) contra las medidas de rigor dictadas por la UE y el FMI, que los diputados votaron favorablemente hacia medianoche hora local en el Parlamento, informaron fuentes policiales.
En Atenas, decenas de miles de personas habían comenzado a acudir a las 15.00 GMT a la plaza Sintagma ante el parlamento, y horas después seguían haciéndolo pese a los gases lacrimógenos lanzados por la policía para dispersar a la muchedumbre.
En la capital, decenas de personas resultaron heridas y fueron hospitalizadas, durante enfrentamientos entre fuerzas antidisturbios y grupos de jóvenes en calles adyacentes a la plaza Sintagma, según fuentes del ministerio de Salud.
Los incidentes estallaron cuando un grupo de manifestantes ejerció presión para romper el cordón policial dispuesto en torno a la Asamblea Nacional, y la policía replicó de inmediato lanzando gases lacrimógenos, según las imágenes difundidas por el portal Zugla.
El objetivo de los manifestantes era expresar su rechazo a la adopción del nuevo plan de ajuste, exigido por la UE y el FMI para mantener la ayuda financiera al país y asegurar su permanencia en la zona euro.
En el interior del Parlamento, custodiado en el exterior por unos 3.000 policías, el debate político se desarrollaba con incidentes frecuentes entre las filas gubernamentales y las de la oposición de izquierdas.
"Antes de este domingo por la noche, el Parlamento debe haber adoptado" el nuevo programa de austeridad dictado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el país "pueda recibir el visto bueno del Eurogrupo, eventualmente el miércoles" al desbloqueo del segundo plan de rescate, advirtió el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, al iniciar la sesión.
"Si esto no se produce (...) antes del 17 de febrero no podremos lanzar oficialmente la operación de cambio de títulos" para borrar 100.000 millones de deuda griega. "Y no podremos proceder al intercambio a tiempo, hasta el 5 de marzo, para solucionar el problema del reembolso de las obligaciones que llegan a término entre el 14 y el 20 de marzo" por un monto de 14.500 millones de euros, insistió.
"Si esto no ocurre, el país quebrará", amenazó. "Esto significará un país sin sistema bancario", comenzó a relatar con voz tensa antes de ser interrumpido por los abucheos de la oposición comunista, a la que el ministro acusó de llevar al país a la "catástrofe".
El debate, que se preveía concluyese con un voto poco después de medianoche, en virtud de un proceso de urgencia denunciado por la oposición de izquierda, fue abierto a las 14.29 locales (12.29 GMT) por el presidente del Parlamento, Philippos Petsalnikos, quien subrayó que el momento era "crucial".
En un solemne mensaje televisivo a la nación, el primer ministro, Lucas Papademos, advirtió el sábado que el país, al borde de la quiebra, se jugaba con este voto su supervivencia financiera y su mantenimiento en la zona euro, para evitar el "caos".
El Parlamento, donde el ejecutivo de coalición socialista y conservadora disponía de una mayoría de 236 votos de 300, deberá asumir una "responsabilidad histórica", añadió.
Sin el aval del plan de austeridad, Grecia no recibirá la ayuda de la UE y el FMI para evitar una suspensión de pagos incontrolada en marzo.
La adopción del proyecto de ley es exigido por la zona euro para desbloquear préstamos públicos de 130.000 millones de euros y la reducción de 100.000 millones de euros de su deuda con los bancos y fondos.
Los diputados debieron votar un texto que prevé la reducción del 22% del salario mínimo, que se queda en 586 euros bruto en 14 meses, la supresión en el año de 15.000 empleos públicos y nuevos recortes en algunas jubilaciones.
La votación también atañía a un programa de cambio de obligaciones para reducir su deuda del 160% actual a un 120% del PIB de aquí a 2020 mediante la emisión de nuevos títulos de derecho británico cuyo valor se reducirá a la mitad, así como el esquema de recapitalización de los bancos griegos.
El acuerdo gubernamental anunciado el jueves en torno al plan se quebró rápidamente, con la dimisión al día siguiente de seis miembros del gabinete, dos socialistas y cuatro dirigentes de la formación de extrema derecha Laos, que se unió a la coalición de gobierno en noviembre. El Laos llamó a sus 16 diputados a votar en contra del texto.

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