domingo, 19 de febrero de 2012

Fuerzas de seguridad siria tratan de impedir la contestación en Damasco

DAMASCO.- Fuerzas sirias se desplegaron este domingo en Damasco para impedir cualquier manifestación tras el llamado a la "desobediencia civil" lanzado por la oposición a los habitantes de la capital, al tiempo que en algunos barrios los comercios permanecieron cerrados.

En Homs (centro), bautizado por los militantes como la "capital de la revolución", se reanudaron los intensos bombardeos sobre Baba Amr y tropas de refuerzo se dirigían hacia la ciudad, lo que hace temer a la oposición una ofensiva masiva en este barrio rebelde.
En Damasco, escenario el viernes y el sábado de las manifestaciones más importantes contra el régimen desde el inicio de la revuelta, a mediados de marzo pasado, las tropas patrullaban el barrio de Mazé, donde cinco personas murieron por los disparos de las fuerzas de seguridad contra las manifestaciones organizadas esos dos días.
"Importantes fuerzas de seguridad se han desplegado en Mazé", explicó el portavoz de los "comités" de oposición en Damasco, Mohamed Chami. Los comercios permanecieron cerrados en los barrios de Barzé, Qabune y Jubar (en el noroeste de la capital) y Kafar Sussé (sur), tradicionalmente opuestos al régimen, agregó la misma fuente.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, "entre 15.000 y 20.000 personas" participaron en las exequias de los manifestantes muertos el viernes en Mazé, en una ceremonia que se transformó en una manifestación contra el régimen de Asad.
Este domingo se celebraron pequeñas manifestaciones de estudiantes que corearon eslóganes en favor de la libertad en cuatro barrios de la capital, pese a que militantes opositores habían pronosticado "manifestaciones multitudinarias".
En su página de Facebook "Syrian Revolution 2011" los militantes opositores habían llamado a la "desobediencia civil" en Damasco.
Fuera de la capital, 14 personas fallecieron este domingo, entre ellas un desertor y tres soldados, según el OSDH.
Un fiscal, un juez y su chófer fueron asesinados en Idleb (noroeste) cuando viajaban en un vehículo que fue tiroteado y otros cuatro civiles murieron en Hama (centro) por disparos contra el autobús en el que viajaban, según el OSDH.
La agencia oficial SANA atribuye estos tiroteos a "bandas terroristas armadas".
Además, según el OSDH, las fuerzas de seguridad mataron a un desertor en Bab Sebaa en la ciudad de Homs, una mujer en Saneh, otro civil en Alepo (norte) y un abogado en Deir Ezzor (este). Tres soldados fallecieron en Dael (sur).
La oposición espera que el movimiento de contestación gane terreno en la capital.
En el plano diplomático, Egipto decidió el domingo retirar a su embajador en Siria, donde la represión continúa pese a las presiones internacionales, anunció el ministerio egipcio de Relaciones Exteriores.
Egipto había instado el miércoles a "un cambio pacífico y real" en Siria, y al cese inmediato de la violencia contra los civiles, aunque rechazó una intervención militar en el país.
La Liga Árabe decidió la semana pasada dar su apoyo político y material a la oposición siria, y pedir al Consejo de Seguridad la formación de una fuerza conjunta ONU-árabes para poner fin a la violencia en Siria.
También el sábado, el viceministro chino de Relaciones Exteriores Zhai Jun, de visita en Damasco, pidió "al gobierno, a la oposición y a los hombres armados que cesen de inmediato los actos de violencia".
China y Rusia vetaron, en dos ocasiones, resoluciones de la ONU que condenaban la represión del régimen, que dejó miles de muertos en los 11 últimos meses, según militantes de los derechos humanos.
Ignorando las condenas de la comunidad internacional, Asad reiteró el sábado que la crisis en Siria tenía como finalidad "dividir al país, asestar un golpe a su posición geopolítica y a su papel histórico en la región".

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