DUBAI.- Las autoridades de Bahréin han amenazado con
aumentar la represión contra los movimientos antigubernamentales después
de que Abduljalil Jalil, líder del partido opositor Wefaq, asegurase
que el Gobierno había puesto fin a las negociaciones para acabar con las
protestas que comenzaron el pasado año.
Los medios de comunicación bahreiníes han informado de la
aprobación de un nuevo plan de seguridad que "restaure el orden". En los
últimos días, la Policía ha detenido a Nabeel Rajab, activista y
director del Centro de Bahréin para los Derechos Humanos, y ha advertido
a Isa Qassim, clérigo chií que pidió atacar a los policías que golpeen a
mujeres, de que detenga sus llamamientos a la violencia y a
manifestarse contra la monarquía de la familia Al Jalifa.
A mediados de febrero de 2011, las fuerzas de seguridad
comenzaron una represión contra las manifestaciones antigubernamentales
en las que murieron decenas de personas. El Gobierno de Manama aprobó el
estado de emergencia a mediados de marzo y pidió ayuda a Arabia Saudí,
que envió tropas para contener a los manifestantes. A pesar del
levantamiento de la ley marcial en junio y las promesas de reformas, las
protestas han continuado.
El portavoz del Ejecutivo, Abdulaziz bin Mubarak Al Jalifa, ha
señalado: "Debido a la escalada de la violencia,
buscamos a los responsables y a las personas que usan imprentas, radios y
las redes sociales para impulsar las protestas ilegales y la violencia
en el país".
"Si aplicar la ley supone realizar acciones más
contundentes, que así sea", ha añadido.
Sobre el diálogo con los grupos opositores, el portavoz ha
señalado que las formaciones deben declarar que están preparados para
mantener negociaciones sin ninguna condición.
Jalil ha señalado que "la escalada (de represión) no es buena
para el país".
"Nos llevará a tomar otra vez las plazas", ha señalado el
líder de Wefaq, que ha mantenido conversaciones con el ministro de
Asuntos Exteriores, Jaled bin Ahmed.
"Las conversaciones han terminado, por lo que las autoridades
están avanzando hacia una nueva fase sobre la seguridad", ha explicado.
"No sé si son los duros de la familia o son presiones desde fuera, pero
el resultado en la actualidad es que todo se ha detenido", ha indicado.
Jalil ha advertido además de que si el Gobierno prohíbe a
Qassim realizar sus homilías provocará masivas protestas de la población
chií e indicaría que el Gobierno "quiere quemar el país" en vez de
mantener el status quo.
Desde que comenzaron las revueltas, al menos 81 personas han
muerto, pero el Gobierno asegura que desde que se levantó el estado de
emergencia en junio de 2011, solo una persona ha fallecido en la
represión de las fuerzas de seguridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario