NUEVA YORK.- Civicus es una coalición de organizaciones e individuos que
busca fortalecer la acción ciudadana, particularmente en regiones donde
la libertad de asociación está limitada o amenazada. Sriskandarajah, es
el líder más joven en la historia de la entidad, ha sido nombrado esta
semana en su nuevo puesto por la junta de directores, tras la Asamblea Mundial de Civicus celebrada este mes en Montreal, Canadá. Antes se desempeñó como
director general de The Royal Commonwealth Society.
¿Qué le ofrece usted a Civicus en su calidad de nuevo secretario general?
Dhananjayan Sriskandarajah: Espero aportar un real sentido del
compromiso para apoyar y cultivar la acción ciudadana o de la sociedad
civil en todo el mundo. Ese es el propósito fundamental de una
organización como Civicus.
En medio de una crisis financiera prolongada y de ofensivas
de gobiernos contra organizaciones no gubernamentales, ¿cómo cree que
evolucionará la influencia de la sociedad civil en los próximos años?
DS.- Creo que estamos en un punto bajo de la confianza pública en las
instituciones económicas y políticas tradicionales. Con la Primavera
Árabe, con el movimiento Ocupa, con un nuevo sentido de la necesidad de
hacerse responsables de los asuntos de desarrollo mundial, no puedo
pensar en un momento más importante para la acción ciudadana. Los
gobiernos y el sistema multilateral parecen haberle fallado al público
mundial, y pienso que la sociedad civil estará en el centro de ese
proyecto.
Tengo la sensación de que también algunos de esos países que ven a la
sociedad civil como una amenaza se darán cuenta de que, en realidad,
una sociedad civil sana y vibrante es buena para su propio futuro. En
todo el mundo hay regímenes que han hecho toda clase de cosas para
limitar la libertad de asociación y la libertad de expresión. Pero
algunos países se dan cuenta de que esa es una estrategia a corto plazo
que inevitablemente se revelará contraproducente. ¿Qué mejor
demostración del poder de la voz ciudadana que lo que ocurrió en los
últimos 18 meses en Medio Oriente y el Norte de África?
Así que, si miro hacia adelante, creo que el papel de la acción
ciudadana y, más en general, de la sociedad civil, va a estar en el
centro del desarrollo político y económico en los próximos años.
Los gobiernos no abordan asuntos mundiales como el cambio
climático. En este contexto, ¿cree que la sociedad civil puede
intervenir y lograr un impacto que modifique el tablero?
DS.- Por supuesto. No sé cómo hará el sistema actual para producir
resultados tangibles en materia de cambio climático, de igualdad
económica mundial, de responsabilidad de nuestras instituciones
financieras. La lista es interminable. Y alguien tiene que ceder. Lo que
percibimos en estos movimientos sociales, incluida la movilización en
Internet, es el surgimiento de una nueva era de acción ciudadana. Creo
que nunca fue más fácil movilizarse en todo el mundo.
Lo que estamos empezando a ver es que la acción ciudadana mundial
puede ser verdaderamente mundial e increíblemente efectiva en un cambio a
gran escala en las instituciones económicas y políticas.
¿Hay algo en lo que usted centrará específicamente la mayor
parte de sus esfuerzos, o algún asunto que considera de gran importancia
para su gestión?
DS.- En los últimos años hemos visto este aumento del activismo en
Internet y cosas increíbles que logrado diferentes organizaciones. Mi
objetivo será intentar profundizar en esa movilización a fin de que, más
allá de una campaña o petición en Internet, haya instituciones de la
sociedad civil que las puedan llevar a cabo.
Tenemos movilizaciones mundiales por temas particulares, pero también
tenemos fuertes organizaciones de la sociedad civil en países de
distintas regiones que cada día trabajan para promover la democracia y
el desarrollo mucho después de que deje de circular un vídeo viral.
Mi objetivo será apoyar a los activistas que llevan adelante la lucha cotidiana para promover la democracia y el desarrollo.
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