
La
pregunta es ¿por qué las pymes y los autónomos, que constituyen el 90%
del tejido empresarial español, pueden quebrar, por miles o cientos de
miles, porque se les niega un céntimo para financiar su actividad
perfectamente rentable mientras se entregan ciegamente cientos de miles
de millones a bancos y administraciones públicas para evitar su quiebra?
¿Por qué tenemos que aguantar que se corte en gasto social y se suban
los impuestos a las familias y a la economía productiva hasta los
niveles más altos de Europa por los errores obvios que ha cometido la
banca?
La valoración de Oliver Wyman (OW) es un fraude
OW ha protagonizado la quinta reforma financiera “definitiva”, la tercera en lo que va de año. OW fue quien eligió a Anglo Irish Bank como el mejor banco del mundo; un año después había quebrado.
OW y las auditorías colaboradoras son también los mismos que durante
años firmarían “que su opinión reflejaba la imagen fiel de la realidad
económica y financiera” de numerosas entidades que ahora están
quebradas. ¿Qué credibilidad pueden tener? Obviamente, muy poquita.
¿Tienen responsabilidad por sus errores, mentiras conscientes y
manipulaciones para satisfacer al cliente? Ninguna en absoluto.
Y,
efectivamente, OW se ha ceñido estrictamente al guión, le ha dado al
Gobierno lo que quería “para no generar alarma”. Pero el mercado no se
lo ha creído, como no se lo ha creído ningún analista independiente de
este país. El lunes BNP, Nomura, Mediobanca, etc, recomendaban
infraponderar la banca española, el Royal Bank of Scotland afirmaba que
las necesidades serán más del doble de las reconocidas por OW y, lo que
es mucho más transcendente, la agencia Moody ́s también: “La cifra de OW es claramente insuficiente para mantener la estabilidad financiera y para recuperar la credibilidad en los mercados de deuda”.
Pero lo más grave en cuanto a la agencia es que amenaza con degradar el rating de España a bono basura en breve, lo que tendría repercusiones devastadoras sobre la deuda,
que ya no podría ser aceptada como colateral, y sobre las empresas, que
verían los mercados cerrados de nuevo. Y lo que es aún peor, Egan Jones,
una agencia cuya credibilidad y fama están creciendo como la espuma,
nada más conocerse el viernes las conclusiones de OW degradó a España
hasta bono basura. Además su presidente, Sean Egan, en unas declaraciones a Bloomberg remachó el clavo al decir que el problema de la banca española “no tiene solución” y que la deuda soberana necesita una quita del 50%.
En
el análisis de OW el escenario macro, absolutamente clave para la
valoración, no se corresponde en absoluto con la realidad -según Citi la
economía española caerá un 3,1% en 2013-; además, no existe correlación
lógica entre los distintos escenarios y, de forma general, las
manipulaciones puestas de manifiesto por la mayoría de analistas son
innumerables. Recojo una del magistral análisis de Tyler Durden,
de Zero Hedge, con el título de ‘Cómo ha manipulado OW el análisis del
rescate de los bancos españoles’: “Si las necesidades son las que dice
OW, ¿por qué los bancos españoles han necesitado recurrir hasta 412.000
millones de euros al BCE hasta agosto?”. La razón es clara, afirma
Tyler: “Porque el sistema bancario español está condenado por la salida masiva e ilimitada de depósitos”.
Lo único seguro al cien por cien es que ello costará decenas de miles
de millones a los contribuyentes y ni un solo euro llegará a las
familias ni a la economía productiva. Muchas de ellas no solamente han
perdido en los últimos meses su trabajo, también han perdido sus ahorros
en Bankia, Novagalicia, CAM… miles de pensionistas han perdido su
dinero en los preferentes, un producto que se les vendió como rentable y
seguro.
Pero todo esto no acaba aquí: el ‘banco malo’
diseñado por el Gobierno es la peor versión del mismo; presionado por
las órdenes de la oligarquía financiera comprará los activos tóxicos de
los bancos a precios inflados -a precios de balance menos las
amortizaciones, piden los bancos con absoluta desvergüenza- y, de este
modo, el coste de la diferencia con el precio de mercado, que puede ser
enorme, lo pagarán los ciudadanos. Aproximadamente, el ‘banco malo’
comprará suelo cuyo valor real es cero con un descuento del 80% y las
viviendas, cuyo valor de mercado puede caer hasta un 65%, con un
descuento del 35%. El resto, decenas de miles de millones, lo pondrán
los españoles y sus hijos.
¿Dónde se encuentra el Estado que debe proteger los derechos de los consumidores a través de las leyes? ¿Dónde
se encuentra el Estado que permite a OW y a todas las grandes auditoras
avalar con su firma la veracidad de unos estudios financieros, por lo que cobran cantidades ingentes de dinero, que después se demuestran clamorosamente falsos?
Parece que, hoy en día, el Estado está sobre todo representado por
gobiernos que ya únicamente protegen los intereses de los bancos. En
España, la interrelación entre las oligarquías política y financiera es
sencillamente escandalosa.
Los bancos son los primeros
responsables de la crisis que estamos viviendo en Europa. Lo que parece
absurdo para la gran mayoría de la población española, y para muchos
ciudadanos europeos, es que quienes sufren la crisis tengan que pagar la
fiesta de otros. El ciudadano ha sido defraudado por los bancos.
Pero hasta ahora ha habido pocas consecuencias legales para los que
cometieron un delito de engaño consciente, como en el caso de las
preferentes y la falsa estimación de riesgo. Nadie ha sido condenado por
tan gigantescas estafas, nadie es responsable de nada.
La convivencia de las oligarquías política y financiera
Todo
el gigantesco y corrupto tinglado político de España se mantiene solo
gracias a la ayuda a la banca. En 12 meses, los extranjeros han reducido
en 100.000 millones su tenencia de deuda española, que es ya inferior a
los 190.000 millones. ¿Por qué no se frena ese círculo vicioso? Muy
simple: la casta política y, sobre todo, las comunidades autónomas necesitan a la banca, porque no se pueden financiar ya que tienen los mercados cerrados.
Esta convivencia oligarquía política-oligarquía financiera llega a
límites tan inauditos como colocar a los grandes banqueros por encima de
la Ley, algo sin parangón en el mundo civilizado y que hace palmaria la
carencia democrática que sufre España.
Ante tanto escándalo y
tan poco Estado de derecho, no sorprende que la gente salga a la calle y
proteste y grite y se organice para hacer frente a esta estafa
organizada entre el sector financiero y el político, que solamente está
autoalimentando estructuras corruptas y aboca a la clase media a ser
cada vez más pobre, mientras los culpables de esa miseria siguen con sus
Porsches, sus Mercedes y su piscina privada de lujo, muchas veces con
indemnizaciones millonarias. El pasado martes 25, las protestas ante el
Congreso marcaron el comienzo de lo que puede ser un otoño caliente,
porque todas las medidas de ajuste van contra las familias, los
parados, los jubilados, ninguna contra los inauditos privilegios de la
casta política y sus dos millones de enchufados.
El
dinero de Bruselas debería ir a los bolsillos correctos de la gente que
se ha jugado su pensión en la caja de ahorro o banco de siempre, pero no
a financiar una oligarquía política y financiera absolutamente
corruptas. No se necesita un ‘banco malo’ más, pero sí se necesita
dinero para financiar una buena formación profesional, para hacer crecer
la industria y crear nuevas empresas. No huyen solamente las
grandes fortunas de España ahora mismo, también grandes talentos. Si no
empiezan a quebrar bancos, se va a quebrar la sociedad democrática.
*Stefanie Mueller
es corresponsal en España de varios medios económicos alemanes y está
doctorada en el papel de los bancos españoles en la crisis por la
Universidad San Pablo CEU
*Roberto Centeno es catedrático de Economía de la Universidad Politécnica de Madrid
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