martes, 22 de enero de 2013

La corrupción pasa factura al PP en forma de insultos / Asier Martiarena

Las constantes informaciones acerca de supuestas tramas de corrupción y financiación ilegal en los partidos políticos son un lastre de consecuencias difíciles de calibrar en su totalidad. Aunque algunos dirigentes nacionales ya están empezando a notarlo en sus propias carnes.

Más allá de que la proyección de voto y las encuestas de popularidad (vía CIS o de consumo interno) estén a la baja, el día a día está marcando a algunos representantes políticos. Porque las encuestas, a veces, se pueden revertir.

Cuesta trabajo, y los resultados no son inmediatos, pero la maquinaria de los partidos suele funcionar siempre que se vislumbran elecciones en el horizonte cercano. Sin embargo el desapego social es más difícil de contener.

Así lo han confesado varios dirigentes a Carmen del Riego que en 'La Vanguardia' ha resaltado frases como: "Donde antes te paraban para que te hicieras una foto con ellos, ahora no sólo no te paran sino que te insultan".
Algunos pueden pensar que se debe a la coyuntura económica y a los recortes a los que el Gobierno se ha visto obligado a practicar por mandato de Europa, pero no es así.

"Con los recortes desaparecieron las sonrisas pero no había agresividad".
Sin embargo ahora sus paseos a pie de calle van acompañados de un molesto soniquete. El de los insultos.

La máxima 'No hay pan para tanto chorizo' que se acuñó durante el 15M se ha convertido en una especie de mantra para invocar a la reestructuración democrática.

Esta ruptura que evidencian los dirigentes del PP solo se había vivido recientemente en España por la invasión de Irak -en este caso los episodios se repitieron en varios países como Inglaterra- y por la gestión del 'Prestige'.

Dos hechos que marcaron el final de la era Aznar. Un tiempo convulso en el que incluso algunos domicilios de políticos amanecieron con pintadas en sus portales.

Todo ello ha motivado que, desde hace semanas, siempre haya una dotación policial a las puertas de la sede nacional del PP, para asegurar la integridad física de todos los que allí trabajan.

Según El confidencial digital, miembros del PP reconocen que "la situación se está convirtiendo en insostenible. No hay día en el que no escuches a algún compañero contar que ha sufrido un altercado al llegar a la sede".

La presión que están sufriendo los 'populares' ha llegado a ser tal que los principales cargos del partido están optando por entrar al cuartel general directamente por el garaje, ya que por la calle temen sufrir algún encontronazo como el vivido por Cristina Cifuentes -delegada del Gobierno en Madrid- tras las protestas del 25S.

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