sábado, 15 de febrero de 2014

Un exconsejero de Caja Madrid cuestionó la falta de un informe externo para comprar el City National Bank

MADRID.- El exconsejero de Caja Madrid Estanislao Rodríguez Ponga ha relatado a la juez que investiga al expresidente de la entidad Miguel Blesa por la compra del City National Bank (CNB) de Florida (EEUU) que puso reticencias a la operación por la falta de una valoración externa sobre su conveniencia, aunque la apoyó porque no era obligatoria.

Rodríguez-Ponga ha comparecido como testigo ante la juez sustituta de Elpidio José Silva en el Juzgado de Instrucción nº 9 de Madrid, a la que ha insistido que, aunque hubiera preferido un informe externo de un banco de negocios, votó a favor de la adquisición porque éste no era preceptivo, han informado fuentes jurídicas.
Según las fuentes, el exconsejero ha precisado que esas reticencias las mostró en la reunión de la Comisión de Inversiones -órgano consultivo- del 11 de abril de 2008, en la que se abstuvo porque, a pesar de ellas, la valoración no era obligatoria y la operación cumplía con todos los requisitos necesarios.
Por ello, tres días después, en la reunión del Consejo de Administración, del que también formaba parte, dio su visto bueno a la compra del CNB.
Algunas de las fuentes consultadas han explicado que Rodríguez-Ponga ha afirmado que, además de haber propuesto un informe externo dada la envergadura de la operación por ser la primera vez que una caja adquiría un banco, expresó la conveniencia de controlar si cumplía con la Ley de Cajas, que obliga a pedir autorización a la Comunidad de Madrid cuando una compra supera el 5 % de recursos propios.
Pese a que el supervisor dio su conformidad, en un informe del 19 de abril de 2010 apuntaba a que la adquisición del banco se hizo de manera que "pueda eludirse el preceptivo control de la consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid" y que su precio excedió al que abonaron el Banco Popular y el Banco Sabadell en la compra de otras entidades en Miami.
La compra se fraccionó en dos partes, adquiriendo primero un 83 % por 618 millones de euros y después el 17 % restante, que ascendió a 127 millones.
Sobre ello, el propio Blesa, que está imputado por abuso de posición dominante y administración social fraudulenta, declaró el pasado 24 de enero que la compra se llevó a cabo conforme a los requisitos exigidos por el Banco de España y que no se solicitó autorización a la Comunidad de Madrid porque no era necesario al no superar el 5 % de los recursos propios de la caja.
También ha comparecido un representante legal de la Fundación Caja Madrid, que ha descartado personarse como parte perjudicada en el procedimiento, según ha informado Ausbanc, que ejerce de acusación en nombre del sindicato Manos Limpias.

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