miércoles, 2 de abril de 2014

España recibió más de seis millones de inmigrantes entre 1990 y 2010

MADRID.- España recibió 6.106.008 migrantes entre 1990 y 2010, cuando menos de 84.000 personas emigraron desde el país, según los datos recogidos en la investigación 'Quantifying Global International Migration Flows' elaborado por los expertos del Wittgenstein Centre for Demography and Global Human Capital (Viena), Guy J. Abel, Nikola Sander y Ramon Bauer, y publicada en la revista 'Science'.

   El estudio se apoya en un gráfico interactivo (www.global-migration.info) que permite observar la intensidad de los flujos migratorios a nivel mundial entre 1990 y 2010 por países y regiones de origen y destino en plazos quinquenales. El análisis de los datos desmiente que los flujos hayan ido siempre en aumento y ve "poco probable" una migración masiva del África Subsahariana a Europa en los próximos años.
   De España, señala que entre 1990 y 2010 recibió 6.106.008 migrantes frente a las 83.981 personas que emigraron desde el país en el mismo periodo. Sólo entre 2000 y 2005 recibió más de 2,7 millones de migrantes y, en los cinco años siguientes, fueron casi 2,2 millones. En estos periodos la emigración no llegó a superar las 1.900 personas, de hecho, para el plazo 2000 y 2005 sólo figura un caso en las bases de datos del estudio difundidas por la revista Science.
Los países de procedencia de los grupos más numerosos en la migración a España ese último quinquenio analizado fueron Argentina 136.370, Bolivia 108.721, Ecuador 197.468, Reino Unido 136.846, Marruecos 265.763, Perú 136.231 y Estados Unidos, 189.955. Las migraciones desde el África Subsahariana registraron niveles mucho más bajos: el número mayor es el procedente de Senegal y fueron 36.407 personas.
   "Según nuestras estimaciones, la migración de África subsahariana a España pasó de 6.000 en 1990-1995 a 126.000 en 2005-2010, pero el aumento tuvo un impacto muy pequeño en la inmigración total de España y de Europa. En 20 años, más del 60% de todas las entradas de inmigración africana en España procedía de Marruecos, que pasó de 88.000 en 1990-95 a 280.000 en 2005-10", explica Nikola Sander.
   Una de las principales conclusiones del trabajo desmiente la "creencia común" de que los flujos migratorios han estado en continuo aumento durante las últimas dos décadas. Los autores afirman que esto no se ha producido "ni en términos absolutos ni en términos relativos", es más, se han producido reducciones en el tráfico de personas en determinados periodos del pasado reciente.
   En este sentido, destacan que el volumen de los flujos migratorios mundiales se redujo de 41,4 millones (0,75% de la población mundial) durante 1990 y 1995, a 34,2 millones (0,57%) entre 1995 y 2000, caída que los expertos relacionan con el cese de los movimientos transfronterizos provocados por los violentos conflictos en Ruanda y el final del régimen de Najibullah instalado por los soviéticos en Afganistán.
   El número de movimientos globales aumentó en 5,7 millones entre 1995-2000 y 2000-2005, y en 1,6 millones en el periodo 2000-2005 y 2005-2010, mientras que el porcentaje de la población mundial que se mueve sobre períodos de 5 años se ha mantenido relativamente estable en la última década.
   Atendiendo a las regiones de origen y destino, el estudio destaca por "llamativo" que "los inmigrantes africanos procedentes de África subsahariana (la gran mayoría de quienes se desplazan en la región) parecen haberse movido principalmente en el continente africano" y no, como pudiera parecer, con destino a Europa.
   En concreto, de 2005 a 2010, un millón de migrantes se movieron dentro de África Occidental, principalmente a Costa de Marfil, Burkina Faso y Guinea-Bissau, mientras en ese periodo fueron 277.000 los oriundos de esta zona del continente que se desplazaron a Europa occidental. Además, en este quinquenio 65.000 inmigrantes se movieron dentro de África Oriental.
   Los expertos plantean si el fuerte crecimiento de la población del África Subsahariana podría conducir a "la migración masiva de los países de bajos ingresos de África a los países de ingresos más altos en Europa y América del Norte en las próximas décadas" y concluye que es "poco probable".
   "Nuestros resultados proporcionan evidencia de una intensidad estable de los flujos migratorios a nivel mundial y una concentración de la migración africana en el continente, con sólo un pequeño porcentaje de traslados a los países más desarrollados en 1990 y 2010. Por tanto, es poco probable que si estas tendencias observadas persisten, la emigración desde África desempeñará un papel clave en la conformación de los patrones migratorios globales en el futuro", explican.
   "Nuestra investigación no sugiere un fuerte aumento de la migración desde África en el futuro. Esto se debe a las bajas tasas de crecimiento de la población en los países de origen clave en el norte de África, especialmente Marruecos, y bajos niveles de educación y el desarrollo económico en los países subsaharianos que experimentan un fuerte crecimiento demográfico", explica Sander, que ve "poco probable una ola de migración desde África a Europa en las próximas décadas".
   No obstante, indican que "el capital humano y las tendencias demográficas crean un potencial considerable para el cambio en el sistema de migración global", de modo que si el incremento de la población del África subsahariana fuese acompañado de una expansión de la educación, el aumento de una fuerza de trabajo más cualificada sí conllevaría un incremento de la migración hacia países con más recursos.
   Asimismo, el trabajo destaca que los flujos migratorios originarios de Asia y América Latina están "mucho más concentrados espacialmente" que los europeos, que "se mueven desde y hacia casi todas las demás regiones del mundo". Así, los emigrantes de Asia del Sur y Sudeste de Asia tienden a emigrar a Asia occidental, América del Norte, y en menor medida, a Europa. Mientras, los migrantes de América Latina se mueven casi exclusivamente a América del Norte y Europa del Sur.
   Por otra parte, los autores ponen de manifiesto que si bien los flujos de población más grandes se dan dentro o hacia las regiones vecinas, también hay flujos de larga distancia, que en el gráfico interactivo aparecen con la forma de líneas que cruzan el círculo. "Estos flujos de larga distancia son eficaces en la redistribución de la población de los países con niveles de ingresos más altos, mientras que los flujos de retorno son insignificantes", explican.
   Observaciones anteriores incluyen el atractivo de América del Norte como un destino de migrantes, los movimientos importantes del sur de Asia a los estados del Golfo de Asia occidental, los diversos movimientos dentro y entre las regiones europeas, y la tendencia general para las regiones más desarrolladas para registrar las ganancias netas de migración, mientras que los países menos desarrollados de Asia, África y América Latina enviaron más migrantes que recibieron de 2005 a 2010.

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