martes, 22 de noviembre de 2011

Jamis Gadafi seguiría vivo y estaría oculto en la población libia de Terhouna

PEKÍN.- El hijo más joven del ex líder libio Muamar Gadafi --asesinado por tropas rebeldes el 20 de octubre en su localidad natal, Sirte--, Jamis, estaría vivo y oculto en la localidad libia de Terhouna, según ha informado una fuente del Ministerio de Defensa del Consejo Nacional de Transición libio (CNT) a la agencia de noticias china Xinhua.

   Según estas informaciones, otro de los hijos de Gadafi, Saif al Islam --detenido cerca de la ciudad de Ubari, en el sur de Libia, el pasado 19 de noviembre--, habría indicado al CNT que Jamis sigue con vida.
   Esta misma fuente ha asegurado que las fuerzas del CNT han localizado el escondite de Jamis en Terhouna, a 90 kilómetros de Trípoli, y que esperan capturarlo en las próximas horas.
   La muerte de Jamis se ha anunciado en múltiples ocasiones desde que estalló el conflicto en el país árabe. Los combatientes del CNT anunciaron la muerte de Jamis en el sureste de la capital el 29 de agosto, información que fue posteriormente confirmada por la cadena de televisión pro gadafista siria Arrai. Las supuestas declaraciones de Saif al Islam desmentirían estos datos.
   Las confesiones de Saif al Islam tras su detención llevaron a la detención del jefe de Inteligencia del antiguo régimen (y cuñado de Muamar Gadafi), Abdulá al Senussi, que fue arrestado el 20 de noviembre. El Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió el pasado 27 de junio una orden de busca y captura contra ambos por crímenes contra la Humanidad.
Saif al Islam Gaddafi fue traicionado y entregado a sus captores por un nómada libio que supuestamente se había comprometido a ayudarle a escapar a Níger a cambio de una recompensa de un millón de euros, según informó este martes el propio nómada.
   Según sus propios testimonios, Yussef Saleh al Hotmani había contactado con los combatientes del Consejo Nacional de Transición (CNT) en el sur de Libia para informarles de que los 18 vehículos del convoy en que viajaba Saif al Islam iban a pasar por una zona concreta en la noche del 18 de noviembre.
   "Llegúe a un acuerdo con los combatientes" que capturaron a Saif al Islam "por el cual el mejor lugar para la emboscada era una parte del desierto rodeada de un amplio terreno", declaró este martes en Zintan, donde Saif al Islam estuvo escondido.
   Diez combatientes del CNT de Zintan, en las Montañas Occidentales, y otros tres de la propia tribu de Hotmani, Al Hotman, estaban al acecho. Cuando se produjo la captura, Hotmani se encontraba con miembros de la guardia personal del hijo de Muamar Gadafi en el primer automóvil del convoy, recordó.
   Ya en la zona, "bastó con medio minuto para capturar el primer automóvil", prosiguió el nómada, quien, con toda intención, había recomendado a Saif al Islam que su vehículo marchara a unos tres kilómetros de distancia del primero para dar tiempo a los asaltantes a reagruparse y al propio Hotmani a unirse a ellos.
   "Cuando llegó el segundo automóvil, empezamos a disparar de forma muy precisa, para averiar el vehículo de forma que no pudiera escapar", explicó. Saif al Islam intentó huir, pero fue capturado. "Lo tratamos como a un prisionero de guerra", declaró.
   El nómada, que se hizo llamar a sí mismo 'hijo del desierto', no quiso dar detalles sobre cuándo ni cómo contactó con los quince miembros del comando. Hotmani tampoco explicó si ya tenía previsto de antemano traicionar a Saif al Islam o si decidió hacerlo cuando le entraron dudas de que éste fuera a pagarle la cantidad prometida.
   "Estoy seguro de que su intención era matarme cuando llegáramos a la frontera", explicó. "Tenía dos pistolas, dos granadas, un cuchillo y esposas. Estaba preparado para matarme en cuanto tuviera una sola duda", agregó. En todo caso, "hice creer a Saif que confiaba en él", precisó.
Finalmente, el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Luis Moreno Ocampo, declaró este martes en Trípoli que si las autoridades libias desean realmente juzgar en su país a Saif al Islam Gadafi, hijo del derrocado y fallecido líder libio Muamar Gadafi, el propio Tribunal de La Haya podría "ayudarles a hacerlo" siempre y cuando se permita la participación de los jueces del TPI en el proceso.
   "Saif al Islam ha sido capturado y por ello estamos aquí, para garantizar nuestra cooperación", afirmó. "En mayo solicitamos una orden de arresto porque los libios no estaban en condiciones de impartir justicia en Libia", prosiguió. Si el objetivo de los libios es que se haga justicia en el país, "nosotros les ayudaremos a hacerlo, ése es el método", aseguró Moreno Ocampo ante los periodistas a su llegada a la capital libia.
   "El Tribunal Penal Internacional actúa cuando el sistema nacional no puede actuar", explicó. "Ahora han decidido actuar y es por ello que estamos aquí, para oírles y saber qué están haciendo y para cooperar", prosiguió.
   "La ley concede la primacía al sistema nacional de justicia. Si ellos deciden llevar a cabo los procesos en el país, nosotros discutiremos con ellos sobre cómo formar a los jueces y sobre cómo se deben efectuar los juicios, pero, en todo caso, nuestros jueces deben estar involucrados", precisó.
   Las autoridades libias han asegurado que Saif al Islam tendrá un juicio justo, pero el código penal del país prevé la pena de muerte, mientras que la pena máxima del TPI es la cadena perpetua. Un responsable del CNT en Zintan, Ahmed Ammar, ha explicado que un fiscal libio se reunió ayer lunes con Saif al Islam para llevar a cabo las primeras instrucciones.
   Saif al Islam fue capturado este fin de semana en el sur de Libia, un día antes de que las fuerzas del Consejo Nacional de Transición (CNT) detuvieran, también en el sur, al jefe de la Inteligencia del antiguo régimen, Abdulá al Senussi. Ambos han sido acusados por el TPI de crímenes contra la Humanidad.
   Moreno Ocampo había advertido previamente en un comunicado, con motivo de su visita a Trípoli, de que el procesamiento de Saif al Islam Gadafi y de Al Senussi "no es un asunto militar ni político, sino una obligación legal", y de que la decisión sobre dónde se celebrarán los juicios corresponde, "en última instancia", a los jueces del Tribunal de La Haya.

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