EL CAIRO.- El régimen cubano mantuvo en 2011 su política de silenciar a la oposición y no mejoró de forma suficiente la situación de los derechos humanos, como se pudo comprobar con la reciente muerte del disidente Wilman Villar, según denunció hoy Human Rights Watch (HRW).
La organización publicó hoy en El Cairo, en reconocimiento a la primavera árabe, su informe anual, en el que considera que el Gobierno cubano ha aumentado su dependencia de las detenciones arbitrarias y por periodos cortos para restringir los derechos de los críticos.
La directora de Comunicación de HRW, Emma Daly, aseguró que su organización no ha visto "las reformas bajo el mando de Raúl Castro" que podían esperarse "con el cambio de poder", tras asumir el liderazgo por la enfermedad de su hermano Fidel.
Daly matizó que sí se han registrado algunos movimientos del régimen en la senda correcta, como la liberación de presos políticos, pero con la muerte de Villar, el pasado jueves, se ha visto "que las cosas no han mejorado".
Para la responsable, HRW "sigue muy preocupada por la situación en Cuba", ya que "es obvio que el gobierno continúa intentando silenciar a los críticos".
Pese a la excarcelación de los últimos doce presos políticos del llamado "Grupo de los 75", HRW denunció que en 2011 otros siete disidentes fueron condenados a penas de prisión por ejercer sus derechos básicos, y todavía hay decenas de este tipo de reclusos en las cárceles.
Según el informe, que cita a una ONG cubana, quedan al menos 43 presos políticos en la isla, pero podría haber muchos casos más que no han sido documentados.
El estudio también constata que en Cuba sigue "sin haber prácticamente libertad de expresión", y destaca que los escasos periodistas o blogueros que consiguen difundir sus artículos se exponen a ser detenidos o acosados por las fuerzas de seguridad.
Cuba también impide a sus ciudadanos viajar fuera del país sin obtener previamente una autorización oficial, que en muchos casos es denegada, según HRW, que cita el caso de la bloguera Yoani Sánchez, a quien se le ha impedido en 16 ocasiones salir del país para recoger premios o reconocimientos internacionales.
Finalmente, la organización con sede en Nueva York critica el embargo estadounidense contra la isla, al considerar que "impone una dureza indiscriminada a la población y no ha conseguido mejorar los derechos humanos en el país".
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