domingo, 22 de enero de 2012

Human Rights Watch insta a las democracias del mundo a comprometerse con la "Primavera árabe"

EL CAIRO.- La organización Human Rights Watch (HRW) llamó hoy a todos los países democráticos a implicarse a fondo en el proceso transformador de la primavera árabe y a abandonar su tradicional complacencia con las dictaduras en esta región.

En la presentación mundial de su informe anual, que por primera vez se realiza en El Cairo, el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, pidió que "se acabe con la indiferencia en muchos lugares hacia los derechos de las personas en Oriente Medio y el Norte de África".
Esa indiferencia está arraigada, en el caso de Occidente, en la tradicional política de contención hacia los países árabes, donde se busca una supuesta estabilidad a través del apoyo a los regímenes autoritarios, mientras que en otras regiones se promueve la democracia.
Por ello, Roth pidió acabar con la "excepción árabe" en la defensa de los valores democráticos, lo que requerirá "un alineamiento claro con los reformistas, aunque sea a costa de abandonar a los amigos autócratas".
"Reconocemos que las revoluciones han sido obra de los pueblos árabes, pero creemos que la comunidad internacional puede desempeñar un importante papel de apoyo", recordó.
En el informe, de 676 páginas, Human Rights Watch hace un recorrido por la situación de los derechos humanos en todos los países y áreas del mundo en 2011, con un especial interés por las revoluciones de la primavera árabe, de cuyo inicio acaba de cumplirse un año.
El informe documenta abusos de los derechos humanos como violaciones de las tratados de guerra en Libia o Afganistán; los asesinatos cometidos por fuerzas de seguridad en México o la India; la represión de los disidentes en Cuba o China; o la supresión de las libertades religiosas en Arabia Saudí o Indonesia.
Sin embargo, pone el acento en los países árabes, ya que, según Roth, "no hay excusas para ningún gobierno pueda tolerar la brutal represión de Bachar al Asad en Siria, cierre los ojos a la violencia contra manifestantes en Baréin, o exima al resto de monarquías del Golfo de una presión seria para emprender reformas democratizadoras".
El director de HRW también fue crítico con la reciente ley de amnistía para el presidente yemení, Ali Abdala Saleh, aprobada ayer por el Parlamento de su país con el consentimiento de Occidente, y que " envía el mensaje a su gobierno de que no pagará un precio por seguir matando a manifestantes".
La organización también se muestra decepcionada por las grandes democracias del Hemisferio Sur como Brasil, la India o Sudáfrica por mostrar tan solo "un interés esporádico" en las revueltas árabes.
Sin embargo, las palabras más duras fueron para los regímenes dictatoriales del mundo, que "tienen miedo del precedente creado en esta región de que la gente salga a la calle para reclamar sus libertades".
"China, Zimbabue, Irán, Sudán, Uzbekistán, Cuba, Etiopía y Vietnam hacen todo lo que pueden para suprimir protestas de este tipo", zanjó Roth.
Finalmente, HRW aconsejó cuatro pasos a la comunidad internacional para apoyar a la primavera árabe: ponerse de acuerdo con el islam político cuando este represente a una mayoría, defender el derecho a la libertad de expresión, luchar contra el uso de la tortura en las autocracias, y ayudar a acabar con la impunidad que permite la represión.

Bernardino León insta a la UE

El enviado especial de la UE para el sur del Mediterráneo, el español Bernardino León, ha instado a la Unión Europea a ofrecer "una nueva relación", basada en un trato entre iguales, a los países que han protagonizado en este último año la llamada 'primavera árabe'.
El ex secretario general de la Presidencia durante el último tramo del mandato de José Luis Rodríguez Zapatero ha participado en Barcelona en el seminario internacional "Guerra y Paz en el siglo XXI. La primavera árabe, un año después", organizado por el CIDOB con la colaboración de Esade y el Ayuntamiento de Barcelona.
León ha subrayado que la UE debe entender que la relación desde la "minoría de edad" con estos países se ha "acabado", y que tiene que preguntarse si está dispuesta a tomar decisiones "fundamentales", porque de ello dependerá que ejerza un rol "importante" en la región, ha alertado.
Con este argumento, ha reivindicado ofrecer a estos países una "nueva relación" que, aunque no implique una presencia institucional, sí sirva para que se sientan integrados en la región euromediterránea.
Ha asegurado que Túnez será el primero de estos países que llamará a la puerta de Bruselas, y que no se le puede ofrecer "un estatuto avanzado", sino una relación "similar" a la que tienen otros países europeos que no pertenecen a la UE, como Suiza, Islandia o Noruega.
Si se da este trato entre iguales a estas naciones, ha afirmado León, la UE no tendrá que ofrecerles luego asistencia, cooperación o ayuda al desarrollo, porque "tienen recursos suficientes para que sus economías prosperen", ha opinado.
Asimismo, el enviado especial de la UE para el sur del Mediterráneo ha asegurado que el éxito de la primavera árabe dependerá, entre otros factores, de la capacidad de cada uno de estos países de crear empleo.
En cuanto al liderazgo en la región, ha asegurado que Egipto tiene la "dimensión" para ejercerlo, pero ha concluido que esto solo sucederá si este país apuesta por un cambio en profundidad.
Por su parte, el ex alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común en Europa, Javier Solana, ha asegurado que mientras que los países del este de Europa tenían como meta en las últimas décadas entrar en la UE, los de la primavera árabe no tienen ese punto de llegada.
Solana, que ha centrado su intervención en exponer los retos que afrontan estos países más que en consideraciones políticas, ha recordado el alto grado de desempleo entre los jóvenes de estos países y ha asegurado que, para que el proceso termine "bien", hay dos factores que se deben tener en cuenta.
Por un lado, el papel de la UE, cuyo "compromiso con el proceso" ha reivindicado, y por otro el rol de los otros países árabes, en especial de los ricos, que ha opinado que deberían ser "solidarios" con los protagonistas de la primavera árabe.
El encuentro, al que ha asistido, entre otros, el ex vicepresidente español y presidente del Cidob, Narcís Serra, y el ex secretario de Estado de Exteriores Miquel Nadal, ha servido para analizar el impacto y las consecuencias de las revueltas populares en el mundo árabe, los cambios geopolíticos en la región y las repercusiones internacionales de este proceso.

No hay comentarios: