martes, 17 de enero de 2012

El Ejército Libre Sirio pide a la comunidad internacional protección a los civiles

BEIRUT.- El comandante del Ejército Libre Sirio, Riad al Asaad, ha pedido este martes a la comunidad internacional que proteja a los civiles en su país, donde la delegación de observadores de la Liga Árabe no ha logrado poner fin a la violenta represión ejercida por el régimen del presidente Bashar al Assad contra la revuelta que comenzó el pasado marzo.

   Al Asaad ha solicitado una intervención internacional que sustituya a la misión de la Liga Árabe. "La Liga Árabe y sus observadores no han cumplido su misión y, aunque respetamos y apreciamos a nuestros hermanos árabes por sus esfuerzos, creemos que no son capaces de mejorar la situación en Siria o de resistir frente a este régimen", ha declarado.
   "Pedimos que se traslade este asunto al Consejo de Seguridad de la ONU e instamos a la comunidad internacional a intervenir porque en este momento tiene una mayor capacidad de proteger a los sirios que nuestos hermanos árabes", ha añadido el comandante del Ejército Libre Sirio, formado por militares que han desertado de las Fuerzas Armadas y otros opositores.
   La Liga Árabe tendrá que decidir dentro de poco si retira a sus 165 observadores, cuyo mandato expira este jueves, o los mantiene en Siria, aunque lo que comunicarán es que Damasco no ha aplicado totalmente el plan de paz que acordó el pasado 2 de noviembre.
   El plan del organismo regional obliga al Gobierno sirio a poner fin a la violencia, retirar al Ejército de las ciudades, liberar a los detenidos, permitir el acceso de los observadores y los medios de comunicación al país e iniciar un proceso de diálogo con la oposición.
   Qatar ha propuesto desplegar fuerzas árabes en Siria, una sugerencia ante la que el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio ha dicho estar "atónito". El Ministerio ha afirmado este martes que rechaza "totalmente" esa posibilidad.
   La Liga Árabe puede pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que actúe, pero hasta ahora la oposición de Rusia y China ha impedido incluso que se critice a Damasco. El Consejo recibió este lunes el borrador de una resolución rusa, según diplomáticos occidentales.
   Los Estados miembros del Consejo de Seguridad llevan varios meses divididos con respecto a lo que está ocurriendo en Siria, ya que los países occidentales condenan firmemente la represión ejercida por el régimen mientras Moscú intenta proteger a Damasco, aliado suyo.
   El pasado octubre, Rusia y China vetaron una resolución redactada por países europeos que amenazaba con la posibilidad de imponer sanciones a Siria. Rusia ha presentado ahora su propio texto y los países occidentales han accedido a analizarlo y discutir sobre él, pero no ha habido grandes avances.
   Más de 5.000 personas han muerto desde mediados de marzo en Siria, según la ONU. Al Assad mantiene que lucha contra "grupos terroristas armados" que han matado a más de 2.000 policías y soldados.
   La agencia de noticias oficial, SANA, ha informado este martes de que unos "terroristas" han disparado varios cohetes que han causado la muerte de un oficial del Ejército y cinco de sus hombres y han herido a otros siete en un puesto de control situado en una zona rural próxima a Damasco.
   Además, ocho personas han muerto por la explosión de una bomba junto a un minibús en la carretera que une Alepo con Idlib, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
   En el distrito de Jalidiya, en la ciudad de Homs, el Ejército ha disparado sus carros de combate después de la manifestación que se realizó anoche contra el presidente, según varios activistas. Los manifestantes ondearon la bandera siria que se usaba antes de que el Partido Baaz tomase el poder, en 1963, según se puede ver en un vídeo publicado en YouTube.
   El Observatorio, que tiene su sede en Reino Unido, ha indicado que en los incidentes violentos de Homs han muerto dos personas y otras nueve han resultado heridas.
   Varios activistas han informado también de que unos rebeldes se han enfrentado a un grupo de soldados que estaba intentando llegar a Jalidiya, un barrio donde viven suníes.
   Los carros de combate del Ejército también han disparado esporádicamente en la localidad de Zabadani, que se encuentra cerca de la frontera con Líbano y está controlada por los rebeldes. Esta localidad está siendo atacada desde el viernes pasado, según unos activistas que han añadido que varios soldados que intentaron desertar fueron asesinados.
   Por otro lado, las fuerzas gubernamentales sirias han matado a tiros a un hombre en un puesto de control en Qatana, un barrio de las afueras de Damasco, y un activista ha sido asesinado por un francotirador en la localidad noroccidental de Jan Sheijoun.
   Un diputado sirio declaró el lunes que se ha a marchado del país para unirse a la oposición porque ha perdido la esperanza de que Al Assad emprenda las reformas necesarias para acabar con la violencia.
   "Hay sangre en las calles", ha señalado Imad Ghalioun, que se refugió en El Cairo hace dos semanas. "Todo el país está sangrando. No creo que se vayan a realizar reformas porque los jóvenes ya han tomado una decisión (...). Esto es una revolución y ya no hay vuelta atrás", ha subrayado.

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