jueves, 2 de febrero de 2012

Los sirios recuerdan la masacre de Hama 30 años después

BEIRUT.- Envalentonados por una revuelta contra el presidente sirio, Bashar el Asad, los habitantes de Hama pintaron el jueves muchas de las calles de la ciudad siria con pintura roja, para recordar por primera vez una masacre cometida hace 30 años por fuerzas leales al padre del actual presidente.

Parte de la pintura cayó al río Orontes, que recorre la antigua ciudad del centro de Siria, y en Internet podían verse vídeos de las aguas teñidas de rojo.
Los activistas dicen que la pintura simboliza la sangre derramada durante los 28 días del asalto que sufrió la ciudad en febrero de 1982, en cuando murieron 10.000 personas murieron. Hama es la cuarta ciudad más grande del país con 700.000 habitantes.
"Nuestra memoria se despertó por los crímenes que están ocurriendo ahora. Es la misma opresión, la misma tortura, el mismo estilo de matar", dijo el activista Yaser al Hamaui, oriundo de la ciudad pero que ahora vive en otro lugar.
"Se está repitiendo ahora aunque en menor medida, la gente no olvida ni perdona", dijo.
Hama se ha convertido en un símbolo de desafío contra Bashar el Asad en los 11 meses de revueltas contra su Gobierno. Hasta ahora, los vecinos no habían podido conmemorar la masacre por miedo a represalias.
La ciudad estaba paralizada el jueves, según los residentes. Escuelas y tiendas cerraron y los empleados se quedaron en casa.
Los activistas indicaron que una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad gubernamentales, con francotiradores desplegados en la ciudad, les impidió celebrar manifestaciones para conmemorar el día en el que las fuerzas leales al entonces presidente Hafez al Asad atacaron Hama.
"No lo celebramos como queríamos. La fuerte seguridad nos impidió protestar, pero al menos ahora podemos hablar de ello y es reconocido", dijo desde la ciudad el activista Mohamed abu al Jeir.
Los vídeos subidos a Internet también mostraban pintadas que según los residentes salpicaban las paredes de la ciudad, en las que decía "Hafez murió y Hama no, Bashar morirá y Hama no morirá nunca".
En 1982, Asad padre luchaba contra un alzamiento islamistas en el que los ilegalizados Hermanos Musulmanes y su brazo armado, la Vanguardia Combatiente, plantaron su última batalla en Hama. Para los sirios islamistas suníes, Hama es sinónimo de un asalto sobre su religión por parte de Asad, miembro de la minaría alauí a la que consideran herética.
Treinta años después, su hijo lucha por aplastar una revuelta que comenzó con manifestaciones masivas y ahora incluye una insurgencia armada, que Bashar el Asad tacha de 'quinta columna' islamista fundada y dirigida desde el extranjero.
Los Hermanos Musulmanes están jugando un papel destacado en la campaña por derrocar a Asad en el alzamiento actual, en el que según Naciones Unidas han muerto unas 5.000 personas. Los activistas dicen que la revuelta ha reabierto el recuerdo de muertes pasadas.
"La masacre de Hama era un tabú, la gente no hablaba de ello, ni siquiera entre ellos. A los que murieron y desaparecieron no se les volvía a mencionar, ni siquiera dentro de la familia", dijo Yaser al Hamaui. "Se refería a ello como 'los sucesos'".
Abu Ahmad, que tenía siete años cuando se produjo la matanza, recuerda cómo las fuerzas de seguridad les arrastraron a él y a su familia fuera de su casa y se llevaron a los hombres en coches del Ejército.
"No volvimos a verles, mi padre era uno de ellos. Hace treinta años se produjo una masacre de la que nadie sabe", explicó.
Otros activistas están intentando recopilar una lista de los asesinados, aunque algunas de las familias de los muertos siguen siendo reacios a hablar sobre los sucesos por miedo a represalias.
"Estamos sabiendo de barrios de los que no sabíamos antes, barrios que no sabíamos que existían, fueron arrasados", dijo Abu al Jeir.
Al Hamaui dijo que el esfuerzo por documentar los sucesos de 1982 ha reunido testimonios sobre violaciones, ejecuciones sumarias y cadáveres tirados en las calles.
"Ahora recordamos para que no vuelva a pasar nunca", afirmó.

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