MADRID.- Ni llamadas, ni mensajes, ni tuitear, ni «wassappear». En las manifestaciones multitudinarias,
de las que sobre todo Madrid ha sido protagonista en el último mes, la
comunicación se ha tornado imposible en la era más digital. Es necesario
alejarse del barrullo lo suficiente —a una distancia en la que ya apenas se distingan las consignas— como para que tu móvil, y en concreto tu conexión a internet, vuelva a la vida, se escribe en Abc.
No faltan escépticos que elucubran sobre las posibles razones de ese «apagón tecnológico» pasajero.
Y de hecho, la teoría más extendida es la de los inhibidores de
frecuencia —también llamados perturbadores— empleados por la policía.
Según algunos manifestantes, los antidisturbios podrían emplearlos para
sabotear las comunicaciones entre los asistentes, precisamente porque
gracias a plataformas como Whatsapp, Twitter o Facebook se puede movilizar a la gente de forma gratuita, masiva e instantánea. También porque permiten informar al minuto de lo que está sucediendo —cargas policiales, detenciones— con fotos y vídeos.
Pero al parecer, nada tiene que ver con los inhibidores de frecuencia. Según explican fuentes de Telefónica, el colapso de las redes de datos —3G— se debe al «exceso de demanda de ancho de banda
en un espacio y momento concretos». Es similar a lo que ocurre en una
carretera: los coches circulan con normalidad hasta que por esa
carretera deciden circular muchos más vehículos. Entonces, se produce un
atasco.
Es por eso que los usuarios piden a los vecinos más próximos a las manifestaciones que «abran» durante unas horas sus redes wifi al público para que las líneas móviles no se saturen.
Fuentes policiales sostienen esta misma tesis y niegan
rotundamente que los inhibidores se empleen para cortar las
comunicaciones durante las concentraciones. De hecho, tampoco los
furgones policiales portan este dispositivo. «Es posible que en el
recorrido de una manifestación haya inhibidores, porque los hay en
diferentes lugares que, por seguridad, no se puede decir cuáles son». Los perturbadores se emplean para evitar ataques terroristas o espionaje,
y se colocan en determinados edificios y vehículos oficiales donde
existan estos riesgos. Así, es muy probable que en un lugar como el Congreso de los Diputados
estén instalados y puedan afectar a las transmisiones, aunque en casos
como éste el colapso se debe, fundamentalmente, a la multitud.
¿Qué es un inhibidor y cómo funciona?
Se trata de un dispositivo electrónico que impide u
obstaculiza las transmisiones radioeléctricas en un determinado nivel de
frecuencias mediante la emisión de una señal de mayor potencia que la
del emisor que quiere transmitir. Es decir, que si tratas de enviar un
mensaje, la potencia de tu señal será menor que la del inhibidor, por lo
que quedará bloqueada y no llegará a tu receptor.
Aunque en ocasiones las teorías «conspiranoicas» nos puedan
parecer excesivas, a veces están fundamentadas. La «gran manzana» de la
comunicación ya ha creado una patente que permite deshabilitar algunas
funciones de sus dispositivos en determinados lugares.
La compañía pretende que los aparatos entren en modo avión o
hibernen para que no molesten en lugares como museos, cines,
hospitales... La polémica ha llegado después de que Apple desvelase que
esta herramienta podrá ser utilizada por el gobierno o por la policía para bloquear las funciones de grabación (imagen y sonido) de los dispositivos en algunos actos como manifestaciones o concentraciones. Lo que hasta ahora era un mito podría convertirse en realidad.
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