En el plano macroeconómico España goza de buenas previsiones de
crecimiento pero las percepciones de los inversores empiezan a remar en
contra de los halagos que el Gobierno ha recibido sobre sus reformas
estructurales. Todo lo ganado está muy bien, pero puede irse al garete
con relativa facilidad si Podemos consigue tocar poder o si su eclosión
supone sumir a los poderes ejecutivo y legislativo en la inestabilidad
en este año electoral, sobre todo en las legislativas de diciembre.
La
posición destacada de la economía española sobre sus vecinos europeos
está en riesgo. Entidades como Bank of America Merrill Lynch, Royal Bank
of Scotland (RBS), UBS, Black Rock o la agencia de crédito Fitch
empiezan a valorar más positivamente mercados como el portugués o el
italiano por la fiabilidad de su estructura de partidos.
El primero en dar la alerta fue Merrill Lynch al cierre del año
pasado: «El riesgo político ha regresado a escena con Grecia, por lo que
preferimos países que no presentan grandes posibilidades de vuelco
electoral el año próximo. Preferimos Portugal sobre España, e Italia
sobre España, para sortear el riesgo que puede suponer el incremento de
apoyo a Podemos», señaló en su día Ralf Preusser, director de análisis
de crédito en Europa de la entidad.
El mayor gestor de fondos del mundo, la estadounidense BlackRock, se
ha posicionado también en esta dirección en los últimos días. El
director de inversiones de renta fija europea de la entidad, Michael
Krautzberger, asegura que prefiere la deuda portuguesa de entre la
periferia europea. «Es posible que las agencias de ráting le suban la
calificación este año, y además hay más estabilidad política que en
España, al no haberse producido el auge de partidos populistas», ha
señalado.
El analista de UBS, Bosco Ojeda, indica a su vez que «en términos
relativos sin duda el escenario político va a restar a España parte de
la ventaja que tiene actualmente frente a Italia y Portugal y que se
refleja bien en una menor prima de riesgo», indica a este diario. «La
incertidumbre política es un riesgo, y mas si va de la mano de políticas
no ortodoxas como el populismo o nacionalismo regional».
La agencia de calificación de deuda Fitch se muestra igualmente más
preocupada por lo que puedan deparar en las elecciones generales en
España que las legislativas en Portugal, países con comicios a finales
de este año, por ser «mucho más previsible y estable». RBS dibuja
también una «España en riesgo», por el ascenso de Podemos.
La mayoría absoluta del PP permitió a España ir consumiendo su agenda
reformistas sin mayores resistencias que las propias del PP, mientras
que la economía portuguesa estaba rescatada e Italia sucumbía a varios
cambios de Ejecutivo por la falta de mayorías y las crisis internas de
partidos como los socialistas. Las reformas que encallaron en Roma
empiezan ahora a coger ritmo con el Ejecutivo de Mateo Renzi.
RBS lo
auditó: «La reciente implementación de las reformas en el
mercado laboral en Italia ha sido ampliamente aclamada como la evidencia
de que la eurozona finalmente está consiguiendo actuar conjuntamente en
las reformas estructurales».
La llegada al poder de Renzi ha frenado el auge populista en Italia
(Cinco Estrellas) y de hecho representó a uno de los pocos socialismos
en ascenso en las elecciones al Parlamento europeo. Portugal, pese a los
ajustes del rescate, parece tener un modelo de gobierno bipartidista a
salvo de los nuevos vientos.
¿Y España? La mayoría absoluta del PP parece derrumbarse, y el
liderazgo de la oposición pasa a Podemos, con el PSOE como tercera
fuerza, según el sondeo del CIS ya publicado. La prima de riesgo
española creció luego tres puntos hasta los 110, mientras que en
Portugal e Italia descendió ese mismo día. El diferencial español sigue
siendo por ahora el más bajo. «El riesgo existe en España y a juzgar por
la prima de riesgo posiblemente se esta infravalorando», dice Ojeda de
UBS.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, en una entrevista con
Expansión (26 de enero) admitió que «hay inquietud entre los inversores»
aunque confió en que «el ciudadano acabará valorando la estabilidad
política».
También es esta la opinión de los inversores. El analista de UBS
sostiene que «lo mas probable es que haya un gobierno de coalición que
al final lleve a cabo políticas ortodoxas de acuerdo con Bruselas y sea
capaz de controlar a los localismos regionales».
Igualmente, la agencia
de calificación Fitch señala que percibe como el resultado más probable
«una gran coalición» entre PP y PSOE tras las elecciones generales.
Mientras, los inversores seguirán atentos. Tanto a los movimientos
tectónicos internos como al oleaje, si no tsunami, del mar Adriático.
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