MADRID.- La Mesa del Congreso de los Diputados ha aprobado el presupuesto de la Cámara para 2012, que supone una reducción de un 5,2 por ciento con respecto al año anterior, lo que equivale a un recorte de casi cinco millones de euros que saldrán mayoritariamente de gastos corrientes como protocolo y viajes. En concreto, la previsión presupuestaria es de 86,9 millones frente a los 91,7 millones con los que contó en 2011.
Se trata del tercer ejercicio consecutivo en el que se rebaja el gasto y, con este nuevo recorte, el Presupuesto de la Cámara se sitúa en niveles de 2006, según se encargó de puntualizar a los periodistas la vicepresidenta primera del Congreso, la 'popular' Celia Villalobos, tras la reunión celebrada este martes por el órgano de gobierno de la Cámara.
El único capítulo que sube es el de Transferencias Corrientes, del que salen las subvenciones para el funcionamiento de los grupos parlamentarios. Esta partida se ha anotado un aumento del 2,34 por ciento debido a que en esta legislatura hay un grupo más que en la anterior, el de Unión, Progreso y Democracia (UPyD). No obstante, no se han incrementado las cantidades que se abonan en concepto de cuota por diputado y cuota por grupo.
En términos porcentuales, el apartado de Inversiones Reales es el que ha sufrido un mayor recorte, en concreto un 11,05 por ciento, pero tres de los cinco millones que se recortan saldrán del capítulo de Gastos Corrientes en Bienes y Servicios, que ha registrado un descenso del 7,14 por ciento.
Destacan la bajada significativa de partidas como las de 'Atenciones Protocolarias y representativas' (-45,69%), 'Material, suministros y otros' (-15,87%), 'Viajes de comisiones y delegaciones oficiales' (-14,55%) y 'Transportes y locomoción' (-8,32%).
El capítulo de Gastos de Personal tiene una reducción de un 4,58 por ciento, que viene determinada por la aplicación al ámbito del Congreso del primer decreto ley del Gobierno del PP, que contemplaba la eliminación durante 2012 de las aportaciones que las administraciones, entidades y sociedades públicas venían realizando a los planes de pensiones o contratos de seguro colectivos de sus funcionarios y empleados públicos, que incluyen la cobertura de la contingencia de jubilación.
En consecuencia, el pasado mes de enero, las Mesas del Congreso y el Senado decidieron también suprimir la aportación que las Cámaras realizan mensualmente al plan de pensiones privado creado para parlamentarios y funcionarios de ambas instituciones.
Asimismo, la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, ha informado de que en el marco de la política de ahorro que la Cámara inició hace cuatro años también ha decidido congelar las contrataciones y la convocatoria de oposiciones.
A ello se suma la posición adoptada por las Cortes Generales al inicio de la legislatura, cuando se resolvió no reeditar los denominados grupos de amistad con otros parlamentos que venían funcionando en las últimas décadas y que, al comienzo de la crisis económica, ya vieron reducido tanto su número como su actividad durante el mandato de José Bono al frente de la Cámara Baja.
También el Senado
También el Senado reducirá su presupuesto este año en un 3,5 por ciento, una nueva rebaja que sumada a la de años anteriores supone una contracción en los gastos de la Cámara del 13,33 por ciento, según las cifras aprobadas por la Mesa del Senado de este martes, en las que se mantendrá la partida para el pago de los traductores de las lenguas autonómicas. El total de ingresos y gastos previstos para 2012 es de 53,21 millones de euros.
El vicepresidente primero de la institución, Juan José Lucas, ha explicado que el primer presupuesto elaborado por la casa suponía una reducción del 2 por ciento con respecto a 2011, cumpliendo con el acuerdo de no disponibilidad impuesto por el Gobierno ya en enero, cuando se prorrogaron los presupuestos.
Lucas ha asegurado sin embargo que la Mesa del Senado decidió elevar ese "esfuerzo" al 3,5 por ciento. Sumado este descenso al de los ejercicios anteriores y desde 2008, el presupuesto de la Cámara Alta se ha reducido en 7,74 millones.
Por capítulos, el dedicado a los gastos de los senadores se contrae un 6,42 por ciento, a pesar de que la Cámara ha crecido en número de parlamentarios y tiene dos miembros más esta legislatura. El descenso se debe a la congelación de las retribuciones y a que se ha suspendido la aportación al plan de pensiones que tienen sus señorías.
Por estas mismas causas se reduce también un 7,9 por ciento el presupuesto para el personal eventual y en un 2,98 por ciento, el destinado al personal laboral.
Con respecto a los gastos corrientes en bienes y servicios, el capítulo se reduce un 2,91 por ciento, una bajada menor que la de otras partidas debido a que el Senado este año aún hace frente al pago de indemnizaciones por cese, que suben un 16,02 por ciento.
En este capítulo bajan todas las partidas, entre ellas, las dedicadas a los gastos de representación y protocolo (-52,92%) y los de reuniones y conferencias (-34,96%). Juan José Lucas ha confirmado que se mantiene la previsión de gasto en traductores, para que atiendan a las sesiones plenarias en las que los senadores pueden utilizar, al debatir las mociones, las lenguas cooficiales en las comunidades autónomas, aunque no ha facilitado las cifras. El coste es de unos 6.000 euros por sesión y el año pasado se presupuestaron 350.000 euros.
Otra de las bajadas que se registra en el presupuesto aprobado es la del capítulo de arrendamientos y cánones, un 66,58 por ciento, así como el de reparaciones y mantenimiento, que baja un 17,03 por ciento. También se contrae el gasto en "material, suministros y otros", por la reducción del presupuesto para material de oficial (-26,31%), para material informático (-20,90%), para material electrónico y de comunicación (-33,72%). También baja un 52,82 por ciento el gasto en publicaciones.
A cambio, otras partidas han registrado una subida, la más fuerte, la partida del gas, que crece un 185 por ciento debido a la reforma que tiene que acometer la institución del sistema de calor y frío. También crecerá este año la factura de la luz, un 11,55 por ciento, y la de los tributos, un 8,83, por el previsible aumento del IBI, entre otras partidas.
