miércoles, 24 de diciembre de 2014

Los mitos alemanes sobre España, Grecia y Portugal, al descubierto / Jorge Chamizo

Un periodista y un politólogo alemán se han dedicado a recopilar todos los tópicos, mitos y chovinismos publicados en la prensa alemana sobre griegos, españoles y portugueses. La obra recoge los mejores de este tipo que se han publicado en este país hasta conseguir que la opinión pública crea que los griegos, también los españoles y los portugueses, son vagos, vividores, personas que no saben ahorrar y los culpables de la crisis.
El título del libro, ¡Vended vuestras islas, griegos arruinados!, está tomado de un titular del diario Bild, el más leído en Alemania. Son todo descripciones de los pueblos, países o estados, en términos s peyorativos, pura retórica del nacionalismo. En el prólogo del libro se cita un sondeo elaborado en Alemania en el cual un 77% de los encuestados piensa que España es un país “no moderno” o “premoderno” y 4 de cada 10 alemanes opinan que “los españoles son ociosos y perezosos y no les gusta trabajar”.
Los autores son Stephan Kauffman e Ingo Stützle, ambos de la Fundación Rosa Luxemburgo. Su propósito ha sido derribar todos los estereotipos que se han vertido sobre Grecia al tiempo que se la obligaba a tomar medidas económicas que han provocado reducir el PIB del país en una quinta parte. “Una destrucción sin precedentes en tiempos de paz”, advierten en la introducción.
Una de las mentiras más llamativas, según cuenta Valenciaplaza.com, es la de que los griegos “tienen muchas vacaciones”. Los autores explican que, de acuerdo con la agencia europea Eurofound, los trabajadores griegos tenían antes de la crisis un promedio de 23 días de vacaciones por año, mientras que los propios alemanes disfrutaban de 30, los que más de toda Europa. Con las fiestas de guardar el resultado sería el mismo.
Tradicionalmente, los alemanes han criticado sobre España costumbres de antaño, como la siesta. Sin embargo, también queda al descubierto cuánto tiene de mito. Un estudio de la revista científica Neurology revelaba que los europeos que más duermen la siesta no son españoles, ni portugueses, sino alemanes. Incluso los ingleses se echan más cabezaditas después de comer que los españoles. Según este trabajo, el 22% de los alemanes asegura que duerme la siesta al menos tres veces por semana. Ahí se sitúan como líderes indiscutibles, muy por encima de los italianos, en segundo lugar con un 16%, y de los británicos, en la tercera plaza con un 15% de respuestas afirmativas. España y Portugal quedan relegados al cuarto y quinto puesto.
Otro cliché es el de la actitud hacia el trabajo. Pero la jornada laboral es más larga en España que en el resto de Europa. Las dos o tres horas de interrupción para la comida, han llevado a más de uno, y más de dos, a creer que los españoles son más vagos. El problema radica en la organización de esa jornada laboral. Desde hace meses el Gobierno trabaja para darle una solución tras la aprobación del informe para la Racionalización de los Horarios que recomienda al Gobierno implantar el horario británico en España como una de las fórmulas para acabar con los «tiempos muertos» de la jornada laboral española.  
Otro de los mitos que trata de desmontar el libro es el de las pensiones. “Estamos pagando las pensiones de lujo de los griegos” se decía en Alemania. Pero según la OCDE, antes de la crisis, la pensión media griega era el 55% del promedio de las pagadas en la zona euro. “Dos terceras partes de los pensionistas griegos llegaban a fin de mes con menos de 600 euros”.
Con el rescate todas las pensiones bajaron. Lo mismo servía para los sueldos. Grecia, siguen los autores, tenía un salario medio que era un 73% de la media de la zona euro. Una cuarta parte de los empleados griegos ganaban menos de 750 euros al mes. Los maestros, tras quince años de experiencia, ganaban un 40% que su igual en Alemania.
En cuanto al plan de rescate y la financiación de Grecia y del resto de estados que han necesitado rescate, el libro concluye que el gobierno federal alemán no toma el dinero de los rescates del contribuyente, sino que lo pide prestado a un 1 o un 3% de interés y lo envía a Grecia a un 4,2%, un 5,8% a Irlanda y un 6% a Portugal. De modo que el autor sentencia: “Sucede justo al revés. Es Grecia quien, a fin de cuentas, paga a Alemania”.

Hugo Chávez dejó una propuesta antineoliberal, dice un experto economista español

CARACAS.- Venezuela sigue hoy el camino trazado por el fallecido presidente Hugo Chávez que mostró a América Latina y al resto del mundo el rompimiento con ciertos dogmas neoliberales, declaró el economista español Alfredo Serrano. 

El líder histórico del actual proceso político bolivariano demostró que sí se pueden ganar las elecciones con esa fórmula que niegue a "un neoliberalismo empobrecedor de las mayorías y favorecedor de una minoría", añadió a la televisión estatal el autor del libro El Pensamiento Económico de Hugo Chávez.

Según Serrano, Chávez marcó un punto en la historia de su país y de la región por su carácter social e irreverente ante los modelos capitalistas y logró tal impacto a causa de su interés por crear un modelo de sociedad nuevo en el que la equidad fuera el centro.

Desde temprana edad, el extinto líder adquirió conciencia de la realidad política y económica de su país para formar su propia propuesta, recordó el investigador residente en Argentina y Ecuador y estudioso durante años del proceso venezolano.

Para Serrano esas experiencias de Chávez se fortalecieron "en la Academia Militar, la cárcel de Yare y la protesta popular (de las décadas de 1980 y 1990) ante las medidas económicas neoliberales aplicadas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez".

Chávez, poco a poco, quería remediar la deuda social que dejó el neoliberalismo y por eso constituyó las misiones de beneficio popular sobre todo para los pobres y trazó alianzas internacionales para enfrentar la hegemonía del poderío transnacional.

"Estableció un proyecto político que responde a la voluntad popular e hizo énfasis en la unión de la política con la economía porque para él no había disociación entre ambos conceptos y eso fue lo que marcó la diferencia y lo hacía particular", señaló el intelectual español.

De acuerdo con Serrano, Venezuela puede ser una potencia económica siguiendo los lineamientos dejados por el extinto presidente en el Plan de la Patria, documento que promueve el impulso de la economía desde la producción interna de los diversos rubros que consume o necesita el pueblo.

El mensaje del Rey y la corrupcion / Ramón Cotarelo *

El Rey inicio su mensaje de Nochebuena hablando de la corrupción. Hizo bien porque es el segundo problema de España en la percepción de los ciudadanos, solo por detrás del paro. Fue tajante en la condena (¿podía ser de otra forma?) y afirmó que hay que acabar con ella "sin contemplaciones". 

Loable intención, pero que tropieza con una realidad tan profundamente degradada precisamente por esa lacra que, si no se tiene clara conciencia de sus dimensiones, se corre el peligro de defraudar también las muy escasas esperanzas que probablemente haya despertado ese propósito real en una ciudadanía harta de palabras rimbombantes y sedienta de hechos ejemplares. Por ello y con la mejor voluntad de contribuir a a esa necesaria regeneración institucional, Palinuro ofrece algunas reflexiones a vuela pluma:

Esa aguda conciencia de corrupción proviene en gran medida del comportamiento del gobierno, carente de autoridad moral y de legitimidad a la hora de imponer sacrificios económicos a la población, muchas veces por sectarismo ideológico y de los que sus componentes y compañeros de partido se libran. Esta oligarquía autoritaria, nacionalcatólica y ahora conversa neoliberal, no cree que el Estado y su gobierno deban ser ejemplos de atención al bien común, sino solamente a los intereses de su propia reproducción y el mantenimiento de sus privilegios. Y no da un ardite por las formas democráticas y/o propias del Estado de derecho, que exigen ejemplaridad en los gobernantes. Todo lo que necesita es el BOE, una policía eficaz y, llegado el caso, un ejército que sepa defender la Patria. Es decir, el predio.

Hay una notable coincidencia de intereses entre los políticos cum imperio, esto es, con cargos públicos y los sine imperio, es decir, en la oposición, pero que aspiran a ocupar cargos a su vez. 
 
El generoso régimen retributivo de los representantes que fijan ellos a su libre y dispendioso albedrío, escandalosamente por encima de los salarios medios del país y la multiplicidad de privilegios, suplementos, complementos, subvenciones, gastos de representación de que disfrutan, convierte a esta clase política en un grupo profesionalizado y cerrado en sí mismo, a gran distancia de la gente a la que dice representar, a la que sin embargo ignora, pero de cuyos impuestos vive. 
 
En el fondo, esos índices de preocupación con la corrupción en España debieran ser mucho más altos y, si no lo son, probablemente se deberá al fatalismo tradicional de los españoles, acostumbrados a ser gobernados por personajes incompetentes, caciques y corruptos que nunca creen que deban dar explicaciones de sus actos ni aceptar sus responsabilidades.

Siempre que se trata la cuestión de la corrupción y se mencionan los casos concretos es seguro que alguien sacará a relucir el chocolate del loro y señalará la necesidad de no perderse en minucias que sirven para el populismo y la demagogia y no para aportar soluciones reales. Suelen proponer grandes planes de regeneración, ambiciosos proyectos legislativos, códigos de buenas prácticas, pactos y compromisos de Estado para acabar de una vez por todas con esta lacra. 
 
El gobierno conservador puede haber anunciado media docena de estos grandiosos programas de regeneración democrática y transparencia sin miedo alguno a que la opinión pública los tome a chirigota viendo cómo son los mismos amparadores y beneficiarios de la corrupción quienes proponen medidas de purificación. Y no les da miedo porque dan por descontado que esa misma opinión se tomará a beneficio de inventario estos propósitos. 
 
Cualquiera puede ver que, si se quiere acabar con la corrupción de verdad, no es necesario acumular leyes, sino que basta con rendir cuentas minuciosas de los propios actos y aceptar la responsabilidad por los comportamientos ilegales o inmorales de los gobernantes. Bastaría con que el padre del Rey aclarara qué hay de verdad en el informe del New York Times acerca de su supuesto fortuna en el extranjero. 
 
Y, del Rey abajo, todos los demás:debería seguir el presidente del gobierno dimitiendo por haber cobrado al parecer sobresueldos injustificables. Y luego todos los demás cargos públicos electos o no electos que hayan incurrido en actos corruptos directa o indirectamente. Mientras estas cosas no sucedan las leyes de transparencia seguirán sin servir para nada. 
 
 
Hubiera sido mejor que pusieran el vídeo pregrabado que el pequeño Nikolaus pasó a Palinuro hace un par de días con el verdadero mensaje del Rey, menos lamentable, menos patético, menos estúpido, falso y vacío.

Este joven promesa minimalista ha recitado obedientemente las falsedades y embustes que el presidente del gobierno se obstina en colocar al respetable desde hace tres años contra toda evidencia. El texto recitado respondía a los sórdidos intereses de ese individuo que dice gobernar el país que está destruyendo desde un cargo del que debiera haber dimitido hace años.

Cinco puntos tuvo el penoso alegato del Borbón y un estrambote.


1.- La corrupción. Propósito firmísimo de acabar con ella con la ayuda un gobierno presidido por su principal responsable político en el gobierno y el partido, a su vez señalado por el juez como partícipe a título lucrativo en la comisión de un delito. Si alguien  imagina un guión más absurdo, que lo presente al concurso de Ubú Rey.

2.- Crisis económica. ¿Qué crisis? Hombre, por Dios, ya es historia. Todas las magnitudes son positivas y, si bien quedan algunos rezagados, ahora de lo que se trata es de no emborracharnos con la prosperidad que el partido y gobierno más corruptos y ladrones de la historia de la democracia han traído a España.

3.- Cataluña. La unidad nacional es intangible. Formamos un piña bajo la sombra de la Constitución. Aquí las habituales mentiras y bobadas de Rajoy son palo que pinta en el juego en el que por supuesto, si el gobierno está tratando de encarcelar a Mas es solo para protegerlo de sí mismo.

4.- El Rey padre, gran servidor de España. Un ejemplo para todos, fuente nutricia del amor que este buen hombre dice haber leído en los ojos de los españoles y que le permite sobrellevar el amargo peso de una hermana presunta choriza.
 
5.- La democracia consolidada y resto de las patrañas de Rajoy. La consolidación democrática se nota en la nueva Ley Mordaza, erróneamente orientada a acallar las protestas de la ciudadanía, cuando debía dirigirse contra las memeces propagandísticas de la pandilla de inútiles que detentan los poderes del Estado. 
 
El Estado del bienestar que el gobierno del partido de los sobresueldos ha desmantelado, preservado con el mismo éxito con que flota el plomo. Y ya no hablemos del gran peso en Europa de España, gobernada por un menda al que los demás consideran el líder más incompetente de la Unión.
 
Estrambote:  vamos a regenerar la vida política, aunque nadie sabe por dónde empezar cuenta habida de que todo va de cine y, por supuesto, no se olvide, vamos a preservar nuestra unidad dentro de la pluralidad. Por si acaso.
 
Llegados a este punto descubrimos que el resto del mensaje sobraba.
 
Quieto todo el mundo.
 
(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED

El rey Felipe VI pide en su primer discurso de Navidad "cortar de raíz" la corrupción en España


MADRID.- El rey Felipe VI ha pedido en su primer discurso de Navidad como monarca constitucional "cortar de raíz y sin contemplaciones" la corrupción en España para evitar que este tipo de conductas "echen raíces" en la sociedad y se puedan reproducir en el futuro. 

Buenas noches.



Quiero, en primer lugar, daros las gracias por abrirme vuestras casas en esta Nochebuena. Un momento que es, sobre todo, de cercanía y de reencuentro; un momento para aproximarnos, para mirarnos con la voluntad y el deseo de entendernos, para transmitir a las personas que nos rodean nuestros mejores sentimientos de afecto, de paz y de alegría.



Hoy quiero estar a vuestro lado para compartir  —en el primer mensaje de Navidad que os dirijo—, unas reflexiones sobre nuestro futuro, con la mirada puesta, con confianza en el año 2015.



Estamos viviendo tiempos complejos y difíciles para muchos ciudadanos y para España en general. La dureza y duración de la crisis económica produce en muchas familias incertidumbre por su futuro; la importancia de algunos de nuestros problemas políticos genera inquietud; y las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor público, provocan, con toda razón, indignación y desencanto.



Los problemas que he mencionado han dado lugar a una seria preocupación social. Sin embargo, no debemos dejarnos vencer por el pesimismo, el malestar social, o por el desánimo; sino afrontar con firmeza y eficacia las causas de esos problemas, resolverlos y recuperar el sosiego y la serenidad que requiere y merece una sociedad democrática como la nuestra.



El pasado mes de octubre afirmé en Asturias que necesitábamos referencias morales a las que admirar, principios éticos que reconocer, valores cívicos que preservar. Decía, entonces, que necesitábamos un gran impulso moral colectivo. Y quiero añadir ahora que necesitamos una profunda regeneración de nuestra vida colectiva. Y en esa tarea, la lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable.



Es cierto que los responsables de esas conductas irregulares están respondiendo de ellas; eso es una prueba del funcionamiento de nuestro Estado de Derecho. Como es verdad también que la gran mayoría de los servidores públicos desempeñan sus tareas con honradez y voluntad de servir a los intereses generales.



Pero es necesario —también y sobre todo— evitar que esas conductas echen raíces en nuestra sociedad y se puedan reproducir en el futuro. Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para los fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública; que desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse; que no se empañe nuestro prestigio y buena imagen en el mundo.



Pocos temas como éste suscitan una opinión tan unánime. Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción. La  honestidad de los servidores públicos es un pilar básico de nuestra convivencia en una España que todos queremos sana, limpia.



También quiero hablaros de la situación económica, porque continúa siendo un motivo de grave preocupación para todos. Los índices de desempleo son todavía inaceptables y frustran las expectativas de nuestros jóvenes y de muchos más hombres y mujeres que llevan tiempo en el paro. Es cierto que nuestras empresas son punteras en muchos sectores en todo el mundo; pero también lo es que nuestra economía no ha sido capaz, todavía, de resolver de manera definitiva este desequilibrio fundamental.



No obstante, es un hecho —muy positivo— que las principales magnitudes macroeconómicas están mejorando y que hemos recuperado el crecimiento económico y la creación de empleo. Estos datos son una base nueva para la esperanza de que, en el futuro, puedan generarse de forma sostenible muchos más empleos y, especialmente, empleos de calidad.



Es evidente, por tanto, que la lucha contra el paro debe continuar siendo nuestra gran prioridad. El sacrificio y el esfuerzo de los ciudadanos durante toda la crisis económica exige que los agentes políticos, económicos y sociales trabajen unidos permanentemente en esta dirección, anteponiendo sólo el interés de la ciudadanía. Porque la economía debe estar siempre al servicio de las personas.



Por eso, debemos proteger especialmente a las personas más desfavorecidas y vulnerables. Y para ello debemos seguir garantizando nuestro Estado de Bienestar, que ha sido durante estos años de crisis el soporte de nuestra cohesión social, junto a las familias y a las asociaciones y movimientos solidarios. Algo de lo que debemos realmente sentirnos orgullosos.



Quiero referirme ahora también a la situación que se vive actualmente en Cataluña.



El pueblo español, en el ejercicio de su soberanía nacional, ratificó mediante referéndum la Constitución de 1978, que proclamó nuestra unidad histórica y política y reconoció el derecho de todos a sentirse y ser respetados en su propia personalidad, en su cultura, tradiciones,  lenguas e instituciones.

Bajo ese espíritu constitucional, hemos convivido estos años. Cada Comunidad, cada pueblo y territorio de España, cada ciudadano, han aportado lo mejor de sí mismos en beneficio de todos. Y sin duda, desde Cataluña, se ha contribuido a la estabilidad política de toda España y a su progreso económico.



Es evidente que todos nos necesitamos. Formamos parte de un tronco común del que somos complementarios los unos de los otros pero imprescindibles para el progreso de cada uno en particular y de todos en conjunto.



Pero no se trata solo de economía o de intereses sino también y sobre todo, de sentimientos.



Millones de españoles llevan, llevamos, a Cataluña en el corazón. Como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser. Por eso me duele y me preocupa que se puedan producir fracturas emocionales, desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos. Nadie en la España de hoy es adversario de nadie.



Y lo que hace de España una nación con una fuerza única, es la suma de nuestras diferencias que debemos comprender y respetar y que siempre nos deben acercar y nunca distanciar. Porque todo lo que hemos alcanzado juntos nace de la fuerza de la unión. Y la fuerza de esa unidad es la que nos permitirá llegar más lejos y mejor en un mundo que no acepta ni la debilidad ni la división de las sociedades, y que camina hacia una mayor integración.



Los desencuentros no se resuelven con rupturas emocionales o sentimentales. Hagamos todos un esfuerzo leal y sincero, y reencontrémonos en lo que nunca deberíamos perder: los afectos mutuos y los sentimientos que compartimos. Respetemos la Constitución que es la garantía de una convivencia democrática, ordenada, en paz y libertad. Y sigamos construyendo todos juntos un proyecto que respete nuestra pluralidad y genere ilusión y confianza en el futuro.



Porque necesitamos, también, ilusión y confianza.



El mes de junio pasado, España se dio a sí misma y al mundo un ejemplo de seriedad y dignidad en el desarrollo del proceso de abdicación de mi padre el Rey Juan Carlos y de mi proclamación como Rey; todo ello de acuerdo con nuestra Constitución. Y a lo largo de estos últimos meses me habéis rodeado de vuestro respeto, afecto y cariño. Sinceramente, me he sentido querido y apreciado y os lo agradezco de corazón. Y tengo que deciros también que he visto ilusión en muchos de vosotros, en vuestras miradas, en vuestras palabras, ante el inicio de una nueva época en nuestra historia.



Es cierto que vivimos tiempos complejos y difíciles. Sin duda. Pero son también tiempos que debemos afrontar con responsabilidad, con ilusión y espíritu renovador. Tiempos nuevos que se proyectan en todos los ámbitos de nuestra vida colectiva e  individual. Y ahora nos corresponde a los españoles de hoy continuar la tarea de labrar nuestro mejor futuro; que empieza ya, que ha empezado ya.



Afortunadamente, no partimos de cero, ni mucho menos, y, por ello, no debemos olvidar lo que hemos conseguido juntos con grandes esfuerzos y sacrificios, generación tras generación; que es mucho y lo debemos valorar con orgullo.



Aunque también tengamos la responsabilidad de corregir los fallos  y mejorar y acrecentar los activos de la España de hoy,  con la vista puesta en un futuro que nos pertenece a todos los españoles.



Somos una democracia consolidada. Disfrutamos de una estabilidad política como nunca antes en nuestra historia. Nuestro marco constitucional nos ha permitido la alternancia política basada en unas elecciones libres y democráticas. Somos, además, una nación respetada y apreciada en el mundo y con una profunda vocación universal, imprescindible para promover nuestra cultura y defender nuestros intereses en un mundo global. Hoy, más que nunca, somos parte fundamental de un proyecto europeo que nos hace más fuertes, más competitivos y más protagonistas de un futuro de integración.



Como dije en mi discurso de proclamación, todo tiempo político tiene sus propios retos. Debemos seguir avanzando en nuestra convivencia política, paso a paso, adaptándola a las necesidades de nuestro tiempo. Poner al día y actualizar el funcionamiento de nuestra sociedad democrática y conseguir que los ciudadanos recuperen su confianza en las instituciones. Unas instituciones con vigor y vitalidad, que puedan sentir como suyas.



No quiero terminar mis palabras sin transmitiros un mensaje de esperanza.



Regenerar nuestra vida política, recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones, garantizar nuestro Estado del Bienestar y preservar nuestra unidad desde la pluralidad son nuestros grandes retos. No son tareas sencillas. No son retos fáciles. Pero los vamos a superar, sin duda; estoy convencido de ello. Tenemos capacidad y coraje de sobra. Tenemos también el deseo y la voluntad. Y hemos de sumar, además la confianza en nosotros mismos.



Esa es la clave de nuestra esperanza en el futuro. La clave para recuperar el orgullo de nuestra conciencia nacional: la de una España moderna, de profundas convicciones democráticas, diversa, abierta al mundo, solidaria, potente y con empuje. Con ese mismo empuje y con el ejemplo con el que vosotros afrontáis vuestro día a día luchando ante las adversidades intentando progresar, procurando mejorar honestamente vuestra vida y la de vuestras familias. Y ahí estaré siempre a vuestro lado como el primer servidor de los españoles.



Gracias nuevamente por escucharme esta noche y muchísimas felicidades en nombre de la Reina, de la Princesa de Asturias y de la Infanta Sofía.



Feliz Navidad, Eguberri on, Bon Nadal, Boas Festas.

Mensaje de Nochebuena de S.M. el Rey / Ramón Cotarelo *

El pequeño Nikolaus, también conocido como Tiny Claus, íntimo amigo de Palinuro, le ha pasado el vídeo del mensaje que dará mañana el Jefe del Estado. Al parecer, lo ha obtenido mediante sus contactos en el CIO o Centro de Inteligencia Obtusa, aunque no ha debido de verlo entero. Esta es la transcripción en primicia para los lectores del clan McPalinuro.

Buenas noches: en este momento solemne, cuando por primera vez me dirijo a vosotros como vuestro Rey en el tradicional mensaje de la Nochebuena, quiero dedicar un emocionado recuerdo a mis antecesores. En primer lugar a mi padre quien llevado por su amor a España, abdicó en mi persona. En segundo por orden cronológico inverso y no de importancia, al general Francisco Franco, mi abuelo putativo, a cuyos Principios juró lealtad mi progenitor; lealtad que me corresponde renovar por cuanto la idea dinástica está basada en el respeto a la tradición.

Fue mi padre quien, hace dos años, aseguró aquí mismo que la Justicia en España es igual para todos. Con matices. Él, por ejemplo, goza de aforamiento vitalicio ante el Tribunal Supremo por sabia decisión del legislador. Cualquier causa en su contra, como las demadas de paternidad, el asunto de la ingente fortuna que la revista Forbes le atribuye, las acusaciones de haber cobrado mordidas por el petróleo importado del Golfo Pérsico o las hipotéticas reclamaciones tras la reciente ruptura con la señora Zu Sayn-Wittgenstein se verán en el Supremo, un tribunal animado de un excelso sentido de la Justicia y el Patriotismo al mismo tiempo.

Igual será para mi hermana, enfrentada a la cruel situación de dar cuenta de unos actos de los que, me consta, no recuerda nada; nada de nada. Como si no los hubiera realizado, pues quizá fueran obra de su cónyuge, el jugador de balonmano. La fidelidad conyugal, por la que los Borbones somos mundialmente famosos, tiene estos momentos amargos que sufrimos por nuestro amor a la familia, institución perenne de la sociedad cristiana, compuesta por un hombre, una mujer y los hijos que Dios sea servido enviarles.

El año que dejamos atrás ha sido complicado y difícil para todos. Lo sé. Pero Rajoy me ha dicho que somos una gran nación. Gracias a él y sus duras pero necesarias medidas, estamos saliendo de esta crisis tan prolongada y tan profunda y que tanto nos ha hecho sufrir. Por fortuna España es ya un jardín de brotes verdes en el que los ciudadanos empiezan a recoger los frutos de sus sacrificios y miran con confianza el año en que entramos. Los baremos del CIS dicen lo contrario, pero Arriola me asegura que los hace un gabinete de republicanos y masones y, en lugar de consultarlos, debemos leer diariamente La Razón.

La Gran Nación es una, pero plural y libre de forma que, como dije en mi discurso de entronización, hoy cada español es libre de sentirse español como mejor le venga en gana, incluso en Cataluña. Faltaba más.  Esa libre unidad plural deriva su fortaleza de la Constitución de 1978, a la que pusimos de largo como señorita de 18 años en 1996 y hoy es ya una augusta matrona que ha conservado su virginidad exceptuados dos achuchones sin importancia en 1992 y 2011. Aquí sigue ella, garante de la soberanía de los españoles y su igualdad a la hora de sentirse españoles y de la unidad de la Patria, supremo fin de las fuerzas armadas, si llega el caso. Que no llegará pues la función moderadora de la Corona asegurará el respeto a la gobernanza civil del Reino.

Ciertamente la corrupción, esa lacra de nuestro tiempo es vuestra segunda preocupación. Pero, la verdad, no se entiende bien esa reacción cuando, según la señora Cospedal, la corrupción es hoy endémica en España. Muchos políticos son corruptos; muchos funcionarios, venales; muchos empresarios, delincuentes, pero eso pasa con todos, según afirma la dicha señora entre procesión del Corpus y novenario de Santa Casilda. No me agrada la idea pero quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

Nuestra fe católica, administrada por los curas, nos protege de la desesperación y nos permite mirar con confianza el futuro. Almas perversas sostienen que la Iglesia es un Estado dentro del Estado, un enorme parásito que succiona la riqueza material e intelectual del país desde hace siglos, que su régimen de privilegios es muy superior al que tenía el clero en al antiguo régimen y contrario a la aconfesionalidad del Estado. Pero, aunque esta  Iglesia muestre algunos defectillos, ¿qué son estos y los costes que se atribuyen a este cuerpo místico en comparación con la bienaventuranza de tener una sociedad tan obediente y sumisa, que solo se manifiesta en forma de mayorías silenciosas?

El gobierno, inspirado en el espíritu de la monja fundadora, verdadera santa y guerrera, llevará al Parlamento en los próximos días unas medidas de purificación y regeneración democráticas que, sin perder su ánimo católico, dejaran chiquita la moral calvinista, demostrando cómo el puritanismo es un disfraz del más codicioso afán de lucro. Aquí, en España se impondrá la regla de San Benito. Para dar ejemplo, el presidente del gobierno, acusado de haber cobrado sobresueldos, en expiación, renunciará en público a los sobres y a los sueldos y lavará todos los días los pies a un sintecho.

Mi esposa, la Reina que, como sabéis, es periodista suele prevenirme contra los de su profesión pues dice que son chismosos, malévolos, a todo le sacan punta y capaces de vender a su progenitor por una exclusiva que los haga famosos. Pero yo soy abierto y accesible y respondo a las preguntas con la campechanía que caracterizaba a mi padre y mi mayor preparación. No ignoro que me llaman Felipe VI Preparao. El pueblo español es ingenioso y sus periodistas, su más digna representación. Un verdadero baluarte de la Corona. Admiro el espíritu con el que muchos de ellos van de tertulia en tertulia, como haciendo las estaciones de una vía áurea, batiéndose el cobre en pro de la verdad, la familia, la Corona, el orden. Dicen que cobran mucho por ello, que no son caballeros desfaciendo entuertos sino mercenarios. Pero en todo hemos de ser relativistas. ¿Cuánto puede costar una buena defensa de la familia cristiana, bien de valor incalculable?

A pesar de los brotes verdes, hemos de reconocer compungidos que, al salir de la crisis, partimos de una situación lamentable: tenemos la mayor cantidad de parados, los salarios son los más bajos, los impuestos los más altos, los peores servicios públicos, las pensiones más cutres, no nos cuidamos de los dependientes y el Estado del bienestar lleva camino de ir a parar al museo de antigüedades, junto a la rueca y el huso. Es una cita culta de Federico Engels, que me ha pasado un joven asesor recién contratado en La Zarzuela que pertenece a un círculo de Podemos.

Eso me lleva a hablaros con el corazón abierto de esa otra preocupación de nuestros conciudadanos, los políticos y los partidos. Nadie respeta más la libertad de partidos, pivote de la democracia, que la Corona. Los partidos son la garantía de la alternancia en el buen gobierno del Reino y, lógicamente, en un sistema binario o, como dicen los analistas, bipartidista. Pero los partidos son también instrumentos que canalizan las preocupaciones y los deseos de innovación y cambio del pueblo. Y la Corona, os lo aseguro, está atenta a esos anhelos. 
Por eso me fijé en cómo el lema de la última convocatoria de Podemos en Barcelona fue comença el canvi. Y, en efecto, cuando Felipe González prometió el "cambio", ganó las elecciones. Cuando lo prometió Rajoy, también las ganó. Ahora se promete el "canvi" porque los tiempos traen aires catalanes, pero es y será siempre el "cambio". Se ve cuánta razón tuve al contratar el asesor de Podemos que ahora tiene un Círculo Podemos La Zarzuela. Los de los otros partidos no saben por donde se andan. Estos están en la longitud de onda de la gente y, como la gente no sabe lo que quiere, de estos a veces no se sabe lo que dicen.

Pero otras, sí. Por eso os comunicaré hoy, en la intimidad de vuestros hogares una decisión que he tomado por mi cuenta, una sorpresa, algo que no os esperais. Habéis visto cómo los de Podemos no quieren ver banderas republicanas, ni oír hablar de la República, cual si fuera la tiranía de los Pisistrátidas. Eso los hace cercanos a mi corazón. Tampoco hablan mucho del aborto, ni de la separación de la Iglesia y el Estado. Se concentran en cambio en la soberanía, el amor a la Patria y la honradez de la vida pública. 
La verdad, no entiendo por qué salen personas avisadas, como Esperanza Aguirre, Condesa de Bornos, Grande de España y Dama Comendadora Honorífica de la Orden del Imperio Británico, diciendo que son un partido antisistema. Dentro de ese espíritu constructivo, Pablo Iglesias dijo en cierta oacsión que si el señor Felipe de Borbón quiere ser Jefe de Estado, que se presente a unas elecciones. Y aquí es donde viene mi revelación y la sorpresa que quiero daros: estos de Podemos son de mi generación, me entiendo con ellos, me fío de ellos, hablamos el mismo lenguaje.

Sí señor: he decidido presentarme a unas elecciones. Me gustaría contar con el voto de Podemos, pero no ando muy seguro con gente tan escurridiza. Si no lo consigo, tendré que fundar mi propio partido que podría llamarse, lo tengo pensado, RRR o Reagrupación Republicana Real. Este partido...
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La emision se interrumpe; hay un fundido en negro y luego aparece un comunicado del ministerio del Interior que reza: "En aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana, también llamada "Ley Mordaza", aún no promulgada pero ya en vigor, esta emisión ha sido censurada al comprobarse que se hace desde una IP sita en La Zarzuela y desde la que se efectúan continuas visitas a redes yihadistas. En breve se restablecerá la comunicación con el Palacio de La Moncloa, desde donde se impartirán las órdenes oportunas.
(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED