Fundado por Francisco Poveda* y un grupo de sociólogos para contribuir a la regeneración de la vida pública española con toda aquella información u opinión de interés general que sirva de motor para la inevitable catarsis del sistema tras ser carcomido por la codicia y la impostura... indignadosyporlaregeneracion@gmail.com (*) Periodista y profesor
martes, 24 de febrero de 2015
La bronca de Guindos a Varufakis que hizo enmudecer hasta a Schäuble / A.R. Mendizabal
Ya se conocía
la tirantez en las reuniones del Eurogrupo con Grecia. Hay muchos
principios y muchos intereses en juego. También sabe todo el mundo que
el ministro alemán Wolfgang Schäuble ha dirigido de hecho el cotarro,
aunque siempre se ha salvado el protocolo para que tuvieran su
protagonismo el presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker y el del
Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem. Y es notorio que España es uno de los más
duros. Pero no tanto.
Exacto,
no tanto como cuentan Nikolaos Chrysoloras y Karl Stagno Navarra en una
información de Bloomberg. Y lo que cuentan a ver con qué intención
lo han filtrado las ‘dos personas’ no identificadas que citan
como fuentes ambos periodistas. El primero es corresponsal en
Atenas y el segundo en Bruselas. El título de la información reza
así: ‘España dicen que lidera la ofensiva de la UE para imponer las
condiciones a Grecia’.
El primer párrafo relata
sumariamente algo de lo que parece ser que ocurrió el pasado
viernes. Una reunión urgente del Eurogrupo acordó cuatro meses de
extensión de rescate a Grecia y a cambio Atenas se comprometió a
presentar este lunes para su aprobación las medidas y reformas que
va a llevar a cabo. La reunión comenzó con horas de retraso y tuvo sus
más y sus menos.
Este es el párrafo: ‘Mientras los ministros
de Finanzas apretaban las tuercas a Grecia en las conversaciones del
viernes, la habitual voz cantante, el alemán Wolfgang Schäuble, fue
eclipsado por el español Luis de Guindos, según dos personas con
conocimiento directo’.
Más datos en el segundo párrafo: ‘De
Guindos adoptó la postura más dura con el ministro griego de
Finanzas, Yanis Varufakis, en tanto el bloque le forzaba a aceptar los
términos del actual rescate del país para mantener el acceso a
financiación oficial, dijeron las dos personas, que pidieron no
ser mencionadas porque las conversaciones fueron privadas. Cuando
el grupo rechazó la propuesta de Schäuble de una reunión el martes
para estudiar si los planes de Grecia cumplen esas condiciones, De
Guindos insistió y logró un acuerdo para una teleconferencia,
dijeron’.
Por supuesto, Chrysoloras y Stagno Navarra explican
el paralelismo del gobernante partido Syriza griego con Podemos y
cómo si Varufakis salía triunfante fortalecería a Podemos en su
crítica a la austeridad impuesta por Rajoy. Y subrayan otra vez la
dureza del ministro español tras un ladillo que dice ‘Gritos de
Guindos’: ‘De Guindos, alzando la voz a veces, clamó contra Varufakis
en la reunión del viernes, diciéndole que tiene que ganarse la
confianza de sus socios de la eurozona y aprender cómo se hace la
política europea, dijo una de las personas’.
En las fotos de
la reunión del viernes se vio charlando educadamente a Guindos y
Varufakis, pero la procesión parece que iba por dentro. Sólo queda
descubrir, ya que será difícil el quién o quiénes, por qué se han
ido de la lengua. Porque surge una serie de preguntas, o una sola con
muchos ingredientes concatenados:
¿Ha sido para ayudar o
perjudicar a España en defensa de las reglas y de los 26.000
millones aportados al rescate de Grecia; o al Gobierno Rajoy que se
juega electoralmente tanto este año y que saldría perjudicado si
Atenas prevalece en la pugna; o a Guindos en su afán por ser el
próximo presidente del Eurogrupo; o a Podemos que se frotaría las
manos en caso de que Tsipras se salga con la suya; o a Grecia y su
primer ministro que quiere acabar con la austeridad sin que les
corten el grifo financiero; o a Varufakis que se ha ganado en pocas
semanas infinitos pronunciamientos a favor y en contra pero que en
todo caso ha demostrado ser un ciclón mediático…?
El odio al PSOE / Ramón Cotarelo *
No
es cosa de demagogias, pero el PSOE se acerca ya a los 140 años de
existencia. Es el partido más antiguo de España, con excepción del
Partido Carlista fundado en 1833 aunque reconvertido en otra cosa. Y eso
se nota. El PSOE es parte de la historia del país. A partir del
restablecimiento de algunas libertades en 1978, ha gobernado casi 20
años, con González y Zapatero. En ese tiempo, España avanzó en
bienestar, progreso, libertades, derechos e integración europea como no
lo había hecho nunca antes. Ni durante la breve II República. Por
supuesto, su mandato (sobre todo en las dos legislaturas finales de cada
uno) también fue pródigo en elementos negativos y hasta crímenes: la
dura reconversión industrial, las privatizaciones a voleo, los GAL y la
corrupción rampante en el mandato González y la desastrosa política
económica anticrisis así como la reforma del art. 135 CE en el de
Zapatero.
Unos
gobiernos con luces y sombras, como siempre, pero globalmente positivos
para el país. Es absurdo negarlo. Y, sin embargo, se niega. Hay una
especie de voluntad cerrada de reñir todo acierto al PSOE ahora y antes,
esgrimir siempre sus aspectos negativos y ocultar los positivos, al
extremo de que, si se escucha a voceros de derecha e izquierda, casi
parecería que el responsable único del desastre y la postración actuales
de España sea el PSOE. Tanta falta de objetividad y ponderación invita a
preguntarse por su razón profunda. Los hechos, los datos, las pruebas
desmienten tan cerrada visión negativa. Quizá nazca esta de otra parte
distinta del entendimiento; por ejemplo, de la pasión. Quizá tenga poco
que ver con la razón y mucho más con el odio. Y, en efecto, uno de los
rasgos más llamativos del debate político español es el odio a los
socialistas.
Los
odian por ser el partido más antiguo, por seguir siendo un partido, por
haber ganado elecciones limpiamente, por haber gobernado, por haber
sabido perder en unos casos y triunfar en otros. Es decir, los odian por
lo que se suele odiar a mucha gente en España: por hacer cosas.
El
odio de la derecha es palpable. Es un odio histórico, de clase. Y hasta
personal. Que los aristócratas se enfrenten en política a un partido de
advenedizos fundado por un tipógrafo pero que tiene más solera y
antigüedad que todos ellos, que son los verdaderos advenedizos, los saca
de quicio, los pone enfermos. ¡Qué insolencia, los seguidores de un
tipógrafo aprobando leyes! La derecha es profundamente patrimonialista y
cree que el gobierno le pertenece como sus fincas, sus casas, sus
tierras. España entera es de su propiedad por derecho divino y no tiene
perdón que lleguen unos plebeyos a reñirles ese derecho a gobernar,
desgobernar, robar y saquear lo público que vienen disfrutando desde
hace siglos y para conservar el cual hicieron una guerra civil e
impusieron una dictadura militar de cuarenta años. El odio de la derecha
al PSOE es profundo, casi genético.
¿Y
la izquierda, los comunistas, asimilados y neocomunistas? Una falta de
objetividad muy similar y un odio todavía más acendrado. Esta izquierda
procede de la escisión comunista de 1919/1920 que nunca, en casi 100
años de historia, ha conseguido prevalecer sobre los socialistas salvo
cuando establecían dictaduras de partido y prohibían y perseguían a
estos, como hicieron en los países del bloque soviético durante buena
parte del siglo XX. No siendo mediante la dictadura, el proyecto
comunista de derrotar a los socialistas no ha triunfado en ningún país
democrático del mundo. Salvo las experiencias dictatoriales, esta
izquierda no ha gobernado nunca excepto algún brevísimo lapso de frente
popular aquí y alla. Nada.
Pero
no ha dejado de considerarse la "verdadera", la "auténtica" izquierda
frente a una socialdemocracia oportunista que se encaramaba a los
gobiernos y se aburguesaba traicionando a los trabajadores. Esos
gobiernos en España y otros países de Europa fueron los únicos de
izquierda real que hubo en el siglo XX y, dicho sea de paso, cambiaron
sustancialmente la cara del capitalismo. Tanto que hoy hasta la
"auténtica" izquierda los propone como modelos a los que hay que volver.
Pero sin reconocer un ápice el mérito de los socialdemócratas. Al
contrario, culpándolos no solo de sus culpas sino, en un frenesí de
odio, también de las ajenas. Para esta izquierda "verdadera", que lleva
cien años hablando sin hacer nada, el verdadero enemigo no es la
derecha; es la socialdemocracia. En España, el verdadero enemigo no es
el PP; es el PSOE.
Es
el caso del reaparecido Anguita cuyo odio a la socialdemocracia está
adquiriendo los niveles psicóticos de un capitán Ahab, tan obsesionado
con Moby Dick que no le importa hundir su Pequod, IU, si con ello
extermina a su archienemigo. ¡Por fin el ansiado sorpasso! La hora de
la venganza. La posibilidad de que ese orgulloso PSOE muerda el polvo
gracias a esa organización, Podemos, que, merced a una sabia
combinación de liderazgo carismático, pragmatismo y ambigüedad
conceptual, parece haber deshecho el maleficio que lleva cien años
agarrotando a los comunistas y promete llevarlos ahora, siempre que no
se les note mucho el tinte neocomunista, a una impensada victoria.
Palinuro
lamenta que no vaya a producirse una alianza de las izquierdas, de
todas las izquierdas. En verdad, no siendo militante de partido alguno,
no se siente personalmente afectado, pero este asunto suena al más
sobado y ramplón quítate tú para que me ponga yo y, encima, con plumas ajenas, desde los nombres a las ideas y desde las ideas a los nombres.
La promesa del sorpasso que
tiene encandilados a estos novísimos "de abajo" procede del triunfo de
Syriza en Grecia.. Si los Podemos griegos se imponen a la Troika, la
Syriza española, hundirá al PSOE en la miseria de un PASOK, dejándolo en
un 4,2% del voto. Tres inconvenientes se alzan ante este rosado futuro:
Primero: es
posible que Syriza no se imponga y, al contrario, tenga que ceder ante
la UE y Alemania. Tiene toda la pinta. Eso supondrá un golpe para
Podemos que, una vez pasados los fuegos de artificio, tendrá que
recomponer su discurso con un crédito rayano en cero. Esa Estaca con la que quiere derribar el "sistema del 78" puede acabar hundida en su corazón.
Segundo
el PSOE no es el PASOK; no es una empresa familiar como la de los
Papandreu, fundada en 1974. Forma parte de la historia de España en
estos 140 años y tiene mucho eco y, sobre todo, apoyo en Europa, cosa
más fácil de rentabilizar en interés del común que todas las propuestas
bienintencionadas, sin duda, pero de una inconcreción celestial.
Tercero la repentina aparición de Ciudadanos,
un partido con una parafernalia análoga a la de Podemos, con similar
pragmatismo posmoderno, pero con un talante que se intuye más
conservador, más centrado, sin necesidad de marear la perdiz con la
izquierda, la derecha, lo de arriba y lo de abajo, apunta en un sentido
de consolidación de la opción de la derecha. Predecir coaliciones en un
contexto multipartidista (que, a veces, dependen de uno o dos escaños)
es perder el tiempo pero no es exagerado vaticinar un reforzamiento de
la derecha. O sea, del PP.
Con
estos tres datos presentes, ya da un poco igual lo que se diga. La
evolución apunta a que tampoco esta vez prosperará el intento
neocomunista del sorpasso. Lo pintoresco del asunto será ver
si, como cabe barruntar, se conseguirá mantener al PP en el poder otros
cuatro años. Algo muy español. De perdidos, todos al río. El odio nos
hará flotar.
La única parte de España en que no se observa odio al PSOE, en que no es factor de movilización porque la gente está en otros horizontes, Cataluña, tampoco parece ser tierra de promisión para Podemos. Obvio.
La única parte de España en que no se observa odio al PSOE, en que no es factor de movilización porque la gente está en otros horizontes, Cataluña, tampoco parece ser tierra de promisión para Podemos. Obvio.
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