domingo, 16 de septiembre de 2012

Joseph Stiglitz: “Un dólar un voto expresa el fracaso de la democracia”


NUEVA YORK.- Stiglitz, economista jefe del Banco Mundial hasta 2000 y Nobel de Economía en 2001, publica en España su último libro, en el que explica las causas por las que la desigualdad crece tan rápido en EE UU y trata de anticipar su impacto económico. Una obra que nace de un artículo que escribió en Vanity Fair, un vehículo poco usual para los académicos, y cuyo título se convirtió hace un año en el lema del movimiento social de protesta Ocupemos Wall Street, recuerda 'El País'. 

“El 1% de la población tiene lo que el 99% necesita”, señala el autor. De alguna manera, este trabajo es una vuelta a su origen, ya que la desigualdad en un contexto de crecimiento económico fue el tema de su tesis doctoral. Ahora explica que los mercados no son ni eficientes ni estables y tienden a acumular la riqueza en las manos de unos pocos. Trata de lanzar un debate en torno a El precio de la desigualdad. Cómo la división social pone en peligro nuestro futuro (Editorial Taurus).
Como si tratara de inyectar moralidad al capitalismo. El día de la entrevista, la revista New York lanzaba en su portada una pregunta que, por un lado, revela la nostalgia que los estadounidenses tienen sobre su pasado y, por otro, evidencia en su respuesta la polarización actual del debate en una sociedad inmersa en una batalla ideológica constante.
¿Está América muerta? [Se ríe] Eso es una hipérbole, una exageración.
Pero ¿incita a la reflexión? Cierto, porque claramente algo no funciona.
¿No cree que hay cierta obsesión de los estadounidenses con su propio declive? Hay un consenso amplio y muchas obras escritas sobre la cuestión. Resaltan que el concepto que tiene América de sí misma –ser número uno en todo– ya no está tan claro como antes. Seguimos siendo la economía más grande del mundo, pero China lo será en breve y no hay nada que se pueda hacer contra eso. Ya no somos la economía que crece más rápido, ni tenemos la renta por habitante más alta. Somos la mayor potencia militar, pero no somos capaces de resolver ningún problema. Mi libro aborda esa preocupación general. Además del sentimiento de ser número uno, EE UU se veía como un país con igualdad de oportunidades, como una sociedad justa. Esos eran los principios básicos sobre los que pensábamos que nos distinguíamos de los demás.
La igualdad de oportunidades, la idea de llegar a lo más alto, es una de las bases del sueño americano. Es una noción muy fuerte de una sociedad justa. Fue lo que hizo que la gente emigrara hacia EE UU, buscando sus sueños. Ya no es cierto y es devastador para el concepto que los americanos tienen de sí mismos.
¿Pero el sueño americano es diferente para cada persona? ¿No significa necesariamente llegar a lo más alto? Hay varios aspectos. El esencial es que cada generación va a ser mejor que la que le precedió, que cada persona va a mejorar cada año. Y eso tampoco es válido ahora. El sueldo de un asalariado adulto en EE UU es hoy inferior al que existía en 1968. El hijo de un empleado que entonces trabajaba en una planta de ensamblaje en Detroit gana menos que su padre.
Ese problema lo tiene también España. Es cierto que otros países están en una situación similar. Pero el problema para EE UU es que esto formaba parte de su identidad. Éramos una sociedad dinámica. Pero ahora EE UU es la sociedad con menos igualdad de oportunidades entre todas las naciones avanzadas.
¿Cuándo se produjo ese cambio? El punto de inflexión, el principio del fin, fue 1989. Cuando se marchó Ronald Reagan y llegó George Bush. En lugar de una comunidad que luchó junta contra Hitler, se convirtió en cada persona luchando por sí misma. Empezaron a romperse los sindicatos. Se quitó de en medio a gente como Paul Volcker [expresidente de la Reserva Federal], que entendía las finanzas, y se puso en su lugar a Alan Greenspan, favorable a la desregulación. Se rebajaron los impuestos a los ricos. No pasó de la noche a la mañana, fue un proceso que dura hasta hoy.
La severidad de la crisis económica refuerza esta idea de declive. ¿Dónde está la voz de esa rabia? El movimiento Ocupemos Wall Street se esfumó. El gran problema que tuvo ese grupo de protesta social es que no creyó en la organización. Vieron a los partidos políticos como una fuente de los problemas actuales y no quisieron imitarlos. Es simple, no se puede cambiar la sociedad sin organización. Se distanciaron del sistema actual, y eso les hizo menos atractivos como movimiento. El momento fue también equivocado, porque con las elecciones la gente pone más esfuerzos en la esperanza de que quizá haya un cambio político, pero saben que no será así.
Un cambio que prometió hace cuatro años Barack Obama, utilizando precisamente la esperanza como lema. Cierto. Hay mucho pesimismo entre los jóvenes y el electorado en general, porque Obama no resolvió los problemas y ven también que tiene a gente muy cercana a la banca, en particular [Timothy] Geithner [secretario del Tesoro]. Quizá lo haga [Mitt] Romney [aspirante republicano a las presidenciales de noviembre], pero creo que es peor su alternativa porque no refleja los valores y las preocupaciones de la mayoría. Al menos, Obama dice que los millonarios deben pagar tantos impuestos como la gente que es pobre. Romney paga impuestos inferiores al 15%, como el 1% que está en lo más alto, lo que es menos que la gente que se gana la vida trabajando. Como dice Warren Buffett, eso no es justo. Para Romney, sin embargo, está bien.
LOS DADOS DEL ÚLTIMO CENSO de población en EE UU revelan que 150 millones de personas son pobres o tienen una renta por debajo de la media. Eso equivale a casi uno de cada dos habitantes. Y esto sucede mientras la paga media de los grandes ejecutivos de Wall Street subió un 20% el último año. Al inicio de su libro, el profesor Stiglitz cita la ingente fortuna de la familia Walton –propietaria de la cadena comercial WalMart– como ejemplo de esta brecha social; dicho con sus palabras: “Lo bien que están los que están más arriba y lo pobres que son los que están abajo del todo”. En este caso en concreto, la riqueza que acumulan los seis herederos, casi 70.000 millones de dólares, equivale a la del conjunto del 30% de la sociedad estadounidense con menos recursos.
Los ricos hablan de lo que devuelven a la sociedad con obras filantrópicas. ¿Qué valor tiene eso? No es suficiente, no es una alternativa. Al no pagar impuestos, no contribuyen de manera justa a la sociedad, a la educación, a las infraestructuras, a la investigación. Primero abusan de sus empleados, pagándoles bajos salarios, y después abusan del sistema público, al no dar la cobertura sanitaria necesaria a sus empleados. Es decir, usan los recursos del resto y luego dan una pequeña parte de su fortuna. Donar no es la respuesta.
Una empresa se crea para generar riqueza. Pero en ese 1% también hay muchos políticos, elegidos por el ciudadano y que no responden a sus problemas. Ese es el gran peligro del sistema político: gente muy rica usa el dinero para ser elegida y luego para asegurarse de que seguirán siendo ricos, rebajando impuestos. Hay gente, como Buffett, que dice que tenemos un sistema que está corrupto y cree que hay que cambiarlo. Desafortunadamente, hay gente que da mucho dinero a candidatos políticos que quieren mantener el poder económico y político de las élites. Eso es lo peligroso. Es una sociedad dividida que se refuerza a sí misma.
Esta desigualdad de oportunidades, ¿cómo mina la democracia de un país que pretende exportarla? Una manera de describir lo que está sucediendo en EE UU es saber precisamente lo que produce una democracia: debe haber un compromiso, y ese compromiso debe reflejar la visión del votante que está en el centro. Unos quieren más educación, otros menos. Unos quieren más gasto, otros menos. El sistema actual no refleja a la persona que está en el centro. El sistema se ha desplazado de una persona un voto hacia un dólar un voto. El político ya no va puerta a puerta para ganarse el apoyo del electorado. Lo que hace es comprar espacios publicitarios, usa una variedad de mecanismos. Los ricos invierten y después exigen un retorno. Son los que dictan la política.
Es la vía que usan los dos partidos en EE UU. Cierto. Porque quieren ganar y esa es la manera. Y ese círculo vicioso entre economía y política es el que trato de describir. Solo hay que fijarse en el electorado joven. Solo el 20% vota. ¿Por qué una proporción tan baja? Porque miran a demócratas y a republicanos y ven que son los banqueros, los grupos que manejan el dinero, los que dictan el rumbo del país. Hay, sin embargo, una diferencia. Muchos demócratas se encuentran incómodos con esto, no creen que las corporaciones representen los intereses de la gente, ni creen que deberían tener libertad ilimitada para pagar a las campañas. Los republicanos, sin embargo, sí creen que se pueden comprar votos.
Se puede criticar a los republicanos, pero es un demócrata el que está en la Casa Blanca y durante su mandato el desequilibrio social ha crecido. También es cierto, por eso el sentimiento de frustración. Pero también lo veo de otra manera. La gente a la derecha ha hecho que las cosas estén mucho peor. Los excesos de Bush, recortando impuestos a los ricos, fueron mucho peores que los de Clinton. Los jueces del Tribunal Supremo que dictaminan que las corporaciones puedan gastar el dinero que quieran son republicanos. Por eso creo que es erróneo decir que demócratas y republicanos son lo mismo. El problema es que socialistas en Europa y demócratas en EE UU han fallado. Pero para mí, al menos, tienen una visión que es injusta para alguien que hace más de un millón de dólares, y eso es todo un reto en el sistema actual.
¿Visión? ¿No cree que la gente espera resultados? Obama ha sido una decepción. Asunto por asunto, fiscal, política medioambiental, salud, se puede decir que no ha hecho tanto como me hubiera gustado. Pero con un republicano de presidente iremos hacia atrás.
Al final, EE UU es un verdadero campo de batalla de ideas. Más que de ideas, también de dinero, ideología e intereses. Si fueran solo ideas, tendría muy claro quién va a ganar las elecciones.
Capitalismo, por tanto, al servicio de todos. Pero la desigualdad no es exclusiva de una economía de mercado. Puedes tenerla en muchos tipos de sociedad. La hubo, y mucho, durante el comunismo y en las dictaduras. Pero el argumento es que, siendo democracias, debemos asegurarnos de que se dan las oportunidades para crear una sociedad más igual. Y lo sorprendente es que nuestras democracias, que deberían responder al ciudadano corriente, no están teniendo éxito en esto. Eso muestra lo cortos que nos quedamos en cuanto a nuestros ideales democráticos. Un dólar un voto es la máxima expresión del fracaso de nuestras democracias.
Si el poder sirve a la avaricia, ¿cómo puede romperse ese círculo vicioso del que habla? En EE UU hemos puesto el logro de ganar dinero por encima de cualquier otra cosa. En una sociedad que destaca la retribución monetaria, tenemos un mal equilibrio. En mi libro hablo de los planes de incentivos y su efecto destructivo. Mucha gente que trabaja no lo hace para ganar dinero, sino para vivir. Pero si eres el presidente de una compañía, ¿por qué no haces lo mismo? El argumento de que es porque tienen un trabajo más duro es absurdo. El trabajo hay que hacerlo bien. Los incentivos son importantes, pero no son la vía.
El ejemplo podría ser Wall Street, donde parece que se premia más el fracaso que el buen trabajo. Por eso hay que tener reglas que permitan poner freno a los abusos. Siempre habrá gente que solo piense en enriquecerse. Y en una industria que se dedica a ganar dinero, entonces esperas que esos abusos sean aún mayores. Nadie lo espera de un profesor que se dedica a educar a niños. Pero si trabajas para un banco, vas a hacer dinero, por eso hay que ser más cauto en el sector financiero.
Su Premio Nobel fue por la teoría de la información asimétrica. ¿Se puede aplicar al escándalo de Barclays por la manipulación del tipo interbancario? Totalmente. En Barclays sabían lo que hacían, manipulando el tipo de interés y ganando dinero con ello. Transparencia en el sector bancario es un sinónimo del concepto de información asimétrica. En el caso del Libor, no había transparencia, porque con transparencia hay más competencia y con competencia se reducen los beneficios. Es la avaricia.
Pero en este caso de nuevo fallaron los reguladores. Incluso el Tesoro de EE UU sabía lo que pasaba, pero se limitó a mandar una carta como respuesta en lugar de actuar. Se sabía lo que ocurría, pero no lo fácil que era manipularlo. Por eso el aspecto realmente preocupante de este caso es que el regulador tenía la competencia de investigar lo que estaba pasando más en profundidad y no lo hizo. Ni siquiera Geithner volvió a preguntar si se había corregido el problema. La admisión del secretario del Tesoro de que sabía lo que pasaba y no hizo nada, más allá de mandar un e-mail, es consistente con la visión que tiene el público de que están todos en la misma cama. Y esta es otra fuente de desigualdad: coger dinero de otro de una manera que destruye riqueza. Por eso es importante, muy importante, tener un sistema bancario del que te puedas fiar.
Usted considera que la solución a la crisis en Europa no es adecuada porque retira la demanda del sistema y no restaura la confianza. La austeridad es uno de los temas de debate también en la campaña electoral en EE UU. La austeridad va a tumbar la economía. Se está viendo en España, en Grecia, en Reino Unido. Tratar de reducir el Gobierno va a empujar a EE UU hacia el mismo experimento que está haciendo Europa, y eso será desastroso. Hasta el Fondo Monetario Internacional se dio cuenta de eso y dice que la desigualdad es mala para la economía, porque eleva la inestabilidad. Esto no se escucha decir de los líderes europeos ni de los estadounidenses, y eso que la ciencia es muy clara al respecto. Obama lo dice poco. Se ignora la cuestión públicamente. La austeridad en periodos económicos como el actual es mala por varios motivos. La gente que no tiene trabajo se empobrece. Y con un alto nivel de desigualdad, los salarios bajan. Y la austeridad lleva a cortar gasto en cosas importantes, como la educación y la salud. Por eso estos planes de austeridad acrecientan los problemas de la desigualdad, lo que a su vez es una de las razones de la debilidad económica actual.
Es un equilibrio complicado, porque, en el caso de España o de Italia, debes convencer al mercado de que estás haciendo los ajustes para que te den la financiación que necesitas. Cuando lo haces, porque lo haces. Y cuando no, porque no. La noción de que la austeridad hace feliz a los mercados es equivocada. Fitch rebajó precisamente a España tras presentar su plan de austeridad porque pensó que debilitará su economía. Y lo harán con Reino Unido por lo mismo.
Standard & Poor’s recortó la nota a EE UU porque, entre otros motivos, no hay un plan creíble de ajuste fiscal. Eso fue político. EE UU siempre paga sus deudas, por el simple hecho de que es dueña de su propia máquina de hacer dinero.

La voz económica que alerta a América

Joe Stiglitz fue miembro del consejo que propone la estrategia económica del presidente de EE UU durante la Administración de Bill Clinton, entre 1993 y 1997. En la actualidad, además de ser profesor en la Universidad de Columbia, preside la International Economic ­Association, vinculada a la Unesco.

En 2001 ganó el Premio Nobel de Economía junto a George A. Akerlof y A. Michael Spence “por sus análisis de los mercados con información asimétrica”. Stiglitz nació en Gary (Indiana) en 1943, curiosamente también el lugar de nacimiento del primer Nobel de Economía, Paul Samuelson. En su nuevo libro denuncia que EE UU tiene el mayor nivel de desigualdad de las economías avanzadas y repite que en Europa hay más movilidad social.

El fascismo es ésto / Ramón Cotarelo *

En su todavía breve mandato, Cristina Cifuentes, delegada del gobierno en Madrid, ha hecho méritos suficientes para comparecer ante una comisión parlamentaria de investigación que le ayude a entender la diferencia entre una policía democrática y la de un país fascista. 
 
Desde el momento de su toma de posesión, esta mujer, cuyo marido resulta ser un prófugo de la justicia, mostró profunda hostilidad hacia el movimiento de los indignados y los intentos de la gente de ejercitar sus derechos de reunión y manifestación. De la hostilidad a la manipulación, el embuste y la provocación no hay más que un paso. Son ya reiteradas las ocasiones en que su departamento tolera que los grupos reaccionarios, ultracatólicos y fascistas (o sea, los suyos) se apoderen de la calle mientras restringe hasta intentar yugularlas las actividades de las agrupaciones y asociaciones democráticas, librepensadoras y ateas. 
 
Aplica tan escandalosa doble vara de medir que ya debería estar en los juzgados. Por ejemplo: los ateos y librepensadores no podían manifestarse en Madrid en Pascua porque había riesgo de violencia al cruzarse con las procesiones de los comecirios. Pero ayer los fascistas podían manifestarse por Madrid durante los actos de protesta contra el gobierno. ¿Su finalidad con esta provocación? Ver si, efecto se produce violencia que justifique la intervención policial y la criminalización de los demócratas a través de las acusaciones normalmente inventadas de la policía. 
 
Su finalidad, que ella cree muy astuta, es esa: provocar alteraciones de orden público para reprimir a mansalva. Y está tan segura de lo acertado de su política que hace unos días se jactaba de tener listas con los nombres de los elementos más activos en las protestas. Solo esta confesión hubiera bastado para que, en cualquier país democrático de Europa, el gobierno la hubiera expulsado del cargo de una patada en el culo. Aquí, no. Aquí, al contrario, Cifuentes tuvo hoy a la policía, empleada como fuerza de choque, guardia pretoriana o guardia de asalto, intimidando y hostigando ciudadanos pacíficos en Madrid, identificando y amenazando a la gente que, en uso de sus derechos constitucionales, estaba reunida en el Retiro. Al que se resiste lo detienen.
 
Cifuentes, digna discípula del Fraga ministro del Interior de un gobierno fascista, también piensa que la "calle es suya". La calle, la plaza, los jardines, todo espacio público debe estar cerrado a la protesta y emplearse para perseguir a la gente y aporrearla. Eso es puro fascismo.
 
Como también lo son las reformas de los ministros Wert y Gallardón en Educación y Justicia respectivamente. Un fascismo más engolado, circunspecto, aparentemente más civilizado que el de la policía Cifuentes, pero igual de siniestro y mucho más repugnante porque es hipócrita y pretende ser otra cosa. Antonio Avendaño publica hoy en digital publico.es un magnífico artículo titulado La doble traición de Wert y Gallardón en el que muestra su decepción porque estos dos ministros, que pasaban por ser parte de la derecha civilizada, hayan resultado los más carcundas, ultramontanos, reaccionarios y clericales. Que se restablezca pronto del disgusto y aprenda a no confiar más en las mentiras de estos nacionalcatólicos encubiertos que compensan la conciencia de su mediocridad con un profundo sentimiento fascista que termina aflorando siempre.
 
Que las reformas de Wert hunden la educación como servicio público gratuito de calidad en todos los niveles y que la entrega al nacionalcatolicismo más retrógrado ya no es un secreto para nadie. 
 
Más nuevo es el ataque de Gallardón a los derechos y libertades básicos de los ciudadanos. Las primeras víctimas, las mujeres, a quienes este monaguillo de la jerarquía ha negado el derecho al aborto para satisfacer el oscurantismo de la secta católica al que ajusta su comportamiento. Y detrás de las mujeres, vienen los homosexuales, a quienes reduce a ciudadanos de segunda por no tener derechos iguales que los otros y a los que en poco tiempo, empezará a perseguirse de nuevo con la entusiasta colaboración de los curas, incluidos por supuesto, los pederastas, que suelen ser los peores enemigos de la igualdad en asuntos sexuales.
 
El fascismo gallardónico emerge ahora con la proyectada reforma del Código Penal. Palinuro lo ha dicho a menudo: siempre que la derecha gobierna, lo primero que hace es actualizar las prisiones, los tribunales, la policía, el código penal. Es su mentalidad autoritaria: los problemas sociales se arreglan metiendo a la gente en la cárcelo. Esta reforma pone la justicia a los pies del ministerio del interior y al servicio de la arbitrariedad policial: tipifica como delitos comportamientos como la resistencia pasiva que no lo son en ningún país del mundo, pretende criminalizar la desobediencia civil, que es la forma más honrada y moral de protestar en democracia y negar la libertad de expresión en las redes, algo tan evidentemente fascista que hasta da reparos al propio Gallardón, quien está tratando de suavizar la censura y la persecución. 
 
Las respuestas de la oposición extraparlamentaria y parlamentaria a esta orgía de fascismo represor debe ser siempre la misma: mantener la no violencia a toda costa, no responder a las provocaciones, emplear la legalidad en legítima defensa, denunciar todas las conductas ilegales de las fuerzas de represión y recurrir por obviamente inconstitucionales las reformas de Gallardón todas ellas al servicio de la iglesia y de un gobierno que, no pudiendo responder democráticamente ante los ciudadanos, prefiere atemorizarlos, perseguirlos, amenazarlos, detenerlos arbitrariamente, abusar de ellos y condenarlos injustamente.
Fascismo.
 
(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED, Madrid

Al menos 15 detenidos en el primer día de conmemoración del movimiento 'Occupy Wall Street'

NUEVA YORK.- Al menos 15 personas fueron detenidas anoche en Nueva York en el transcurso del primero de los tres días de marchas para conmemorar el primer aniversario del movimiento Occupy Wall Street, según estimaciones del diario 'The New York Times', todavía no confirmadas por la Policía.

   Cerca de 250 personas marcharon por la calle desde Broadway hasta el epicentro del movimiento, Zucotti Park, escoltados por la Policía de Nueva York, que intervino hasta en dos ocasiones para efectuar detenciones.
    Las primeras detenciones, según los testigos, tuvieron lugar en Broadway, cerca de la calle Cuarta Oeste. La segunda vez, fue en la calle White, mientras los manifestantes proseguían a los gritos de "Los bancos fueron rescatados, nosotros fuimos vendidos" y "Somos el 99 por ciento".
   Mañana se cumple el primer aniversario de las protestas que comenzaron en el Bajo Manhattan, cuando centenares de manifestantes instalaron sus tiendas de campaña en Zucotti Park para pedir la reforma del sistema financiero.
   Las marchas por el aniversario continuarán mañana, cuando los manifestantes intentarán rodear la Bolsa de Nueva York con una protesta multitudinaria.

Lo que pasará cuando España sea rescatada / Juan Luís Rodríguez *

 La Deuda Pública griega ascendía en 2.009 a 298.706 millones de euros. En 2.011 ascendía a 355.617 millones de euros (56.911 millones más de deuda). La Deuda Pública portuguesa ascendía en 2.010 a 161.257 millones de euros. En 2.011 ascendía a 184.291 (23.034 millones más de deuda). La Deuda Pública irlandesa ascendía en 2.009 a 104.782 millones de euros. En 2.011 ascendía a 169.264 millones de euros (64.482 millones más de deuda).


Desde la lógica del mercado es perfectamente "normal" que las instituciones económicas europeas vinculen la ayuda a la deuda y la financiación española al hecho de que España pida el rescate.

"¿Queréis nuestra ayuda? pide el rescate".

¿Por qué este interés en que España sea rescatada?. En definitiva es el eterno interés de la máquina de la deuda para convertir a las naciones en fábricas de crear riqueza ¡no para sus ciudadanos/as!, sino para los prestamistas internacionales.

La evidencias, los hechos, los datos… son en realidad los de siempre. Los han sufrido y los sufren todos los países en distinta medida.

"Está en juego el futuro del país", dice Soraya Sáenz. Es decir, advierte a la ciudadanía como si la ciudadanía fuera responsable de la atrocidad que van a cometer ellos. Echan la culpa a la ciudadanía de lo que ellos van a hacer. En esto han convertido a nuestra democracia. Incluido todo el arco parlamentario que no se echa a la calle para alertar a la población de la segunda fase del expolio que se avecina. Toda una maquinaria de partidos que silencia o suaviza lo que se está incubando.

¿A quién sirve toda esta gente que dice representar los intereses de la ciudadanía? Este asunto no admite neutralidades, ni medias tintas. Hablamos de la miseria preanunciada para cientos de miles de nuestros amigos/as, familiares, vecinos/as y conocidos/as mientras los distintos representantes políticos se reducen a convertirse en reproductores de los datos que ya conocemos por los diarios económicos, como si ellos no tuvieran nada que ver. Como si todo esto no fuera con ellos/as.

El gobierno va a ser el responsable, no la ciudadanía. Ellos son los que se hicieron con el gobierno mintiendo y ellos son los que van a poner a nuestro país al servicio de los mercados internacionales de un modo absolutamente ilegal e ilícito, puesto que quebrantan ya no solo principios constitucionales, sino la propia vida de la ciudadanía a la que debe servir dicha Constitución.

Y en este espectáculo de irresponsabilidad el ministro de exteriores, García Margallo, desde un balneario exclusivo en Chipre, dice que ¡quiere conocer las condiciones del rescate antes de pedirlo!

Este suceso deja ver que ni siquiera es ya este gobierno quien decide dicho rescate, puesto que conocer sus condiciones no debe ser solicitado, sino que debe ser una cuestión conocida de antemano por quien va a pedir un "préstamo".

Si España es rescatada (paquete de 300.000 mil millones de euros para aliviar durante ¡un par de años! nuestros problemas de financiación en los mercados) estas serán algunas de las consecuencias especuladas, las reales como hemos visto no las conoce ni el ministro:
  • Según distintos economistas, se pueden llegar a recortar hasta 900.000 empleados del sector público. Esto supera la propuesta de reducción en Irlanda (25.000) y la de Portugal (150.000).
  • Aumento indeterminado del IVA superreducido 4% (el que poseen los bienes de primera necesidad), lo básico para vivir.
  • Disminución del salario mínimo interprofesional.
  • Aumento de tasas universitarias.
  • Disminución de las pensiones.
  • Privatizaciones a gran escala de empresas Públicas (puertos, aeropuertos, hospitales...).
  • Aumento de los impuestos especiales.
  • Por necesidades económicas, miles de menores tendrán que abandonar prematuramente el sistema educativo.
  • Aumento del índice de pobreza de la población en general y pobreza infantil en particular.
  • Tasas judiciales (pagar por interponer una denuncia).
  • Cientos de miles de personas perderán en alguna medida algún tipo de prestación sanitaria.
  • Nuevos incrementos en los recibos de luz, agua y gas.
  • Se producirán cesiones en la soberanía de nuestro país sin precedentes en toda nuestra etapa democrática.
Según datos de Eurostat, OCDE y diarios económicos, salvando las distancias que cada especialista económico quiera puntualizar entre los distintos países, es necesario tener en cuenta esta breve relación numérica de lo que era Grecia antes y después del rescate (el primer rescate financiero griego se produjo en mayo de 2.010):
  • Prima de riesgo griega el 31 de diciembre de 2.009; 239. Actualmente está en 2.006 (1.767 puntos más).
  • PIB griego el cuarto trimestre de 2.009; 61.145 millones de euros. Actualmente en el segundo trimestre de 2.012 está en 51.524 millones de euros (9.621 millones menos de PIB).
  • Paro griego en diciembre de 2.009; 10,20%. Actualmente, en mayo de 2.012 está en un 23,10% (un 13,10% más de paro).
  • La Deuda Pública griega ascendía en 2.009 a 298.706 millones de euros. En 2.011 ascendía a 355.617 millones de euros (56.911 millones más de deuda).
No olvidemos que Mario Draghi, el actual presidente del Banco Central Europeo, era vicepresidente de Goldman Sach en Europa cuando ocurrió todo el escándalo de asesoramiento de este banco de inversiones a Kostas Karamanlis (primer ministro griego por entonces) para ocultar la verdadera suma del déficit griego.

Veamos el caso de Portugal (el 8 de abril de 2011 aparecía en los medios la solicitud de rescate por parte del gobierno portugués):
  • Prima de riesgo portuguesa el 20 de enero de 2.011; 367. Actualmente está en 659 (292 puntos más).
  • PIB portugues el cuarto trimestre de 2.010; 44.700 millones de euros. Actualmente en el primer trimestre de 2.012 está en 40.926 millones de euros (3.774 millones menos de PIB).
  • Paro portugués en diciembre de 2.010; 12,40%. Actualmente, en julio de 2.012 está en un 15,70% (un 3,3% más de paro).
  • La Deuda Pública portuguesa ascendía en 2.010 a 161.257 millones de euros. En 2.011 ascendía a 184.291 (23.034 millones más de deuda).
Y veamos el caso Irlandés (el 15 de diciembre de 2.010 Irlanda aprueba el plan de rescate de la UE y el FMI):
  • Prima de riesgo irlandesa el 20 de junio de 2.010; 196. Actualmente está en 416 (220 puntos más).
  • PIB irlandés el cuarto trimestre de 2.009; 39.025 millones de euros. Actualmente en el primer trimestre de 2.012 está en 39.748 (único dato positivo, aumenta 723 millones de euros).
  • Paro irlandés en diciembre de 2.009; 12,90%. Actualmente, en julio de 2.012 está en un 14,90% (un 2% más de paro).
  • La Deuda Pública irlandesa ascendía en 2.009 a 104.782 millones de euros. En 2.011 ascendía a 169.264 millones de euros (64.482 millones más de deuda).
Estos datos no son producto de gobiernos democráticos cuya principal función es el interés general.

Atendiendo a las cifras y datos enumerados, en España vamos a tener esto mucho más claro aún dentro de algunos meses.

Por mucho que pretendamos entretenernos con distintos productos mediáticos y tratemos en muchas ocasiones de ignorar lo que ocurre a nuestro alrededor, nosotros no vamos a ser una excepción.

  (*) Licenciado en Psicología. Especialista en Psicología Clínica y de la Salud. Técnico Superior en Navegación, Pesca y Transporte Marítimo

Portugal: «Que se fastidie la troika. Queremos nuestras vidas»

LISBOA.- El 15-S también ha sido una jornada de movilizaciones sociales en Portugal contra los recortes del gobierno de centro derecha y las imposiciones de la troika (CE, BCE,FMI). Con el lema «Que se fastidie la troika. Queremos nuestras vidas», decenas de miles de personas se han manifestado en Lisboa y otras 40 ciudades contra la última vuelta de tuerca del ajuste, que supone una reducción de salarios del 7%.
 
Las protestas fueron convocadas a través de las redes sociales por movimientos cívicos e indignados portugueses, a las que se sumaron sindicatos y partidos de izquierda en lo que ha sido una de las mayores protestas en la calle desde que comenzó la crisis.
Los organizadores anunciaron que no hay orientación política en las movilizaciones, pero si un mensaje al gobierno portugués y a las organizaciones internacionales del descontento popular con una política económica que ha profundizado en la recesión de Portugal y ha elevado el paro hasta el 3,2%.
Los inspectores de la troika han dado el visto bueno a los programas de ajuste del gobierno de Passos Coelho y acaban de conceder una prórroga de un año para alcanzar el objetivo de reducción del déficit. Sin embargo, exigen que se acentúen los recortes con más reducción del gasto público y del número de funcionarios. Con todo, la medida más rechazada es la bajada de salarios de un 7% para trabajadores públicos y privados, mediante un aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social, decidida por el ejecutivo para el año que viene.
Los portugueses viven con la sensación de que no tienen fin los sacrificios que realizan desde que el gobierno pidió un rescate a la UE y al FMI de 78.000 millones de euros para evitar la bancarrota del país. En la manifestación de Lisboa, se vivieron momentos de tensión cuando algunos participantes tiraron botellas y tomates contra la sede del Fondo Monetario Internacional, coreando la consigna «Fuera de aquí, el FMI es hambre y mseria».
Los programas de austeridad del gobierno del PSD (centro derecha) le han hecho caer en las encuestas y ahora los socialistas toman la ventaja en intención de voto. El CDS-PP, aliado del gobierno, también retrocede.

CGT convoca una huelga general laboral y de consumo en toda España para el 31 de octubre

MADRID.- La Confederación General del Trabajo (CGT) ha convocado una huelga general laboral y de consumo de 24 horas en todo el país para el próximo 31 de octubre dentro de un calendario de movilizaciones más amplio que incluye huelgas, movilizaciones y asambleas.

   Según informa el sindicato en un comunicado, la huelga está convocada contra "la política de recortes y reformas del Gobierno" que, al "servicio de los mercados financieros, los especuladores y una UE gobernada por la banca alemana", está conduciendo al país a "una auténtica situación de emergencia social".
   "Queremos un nuevo modelo social que no favorezca a una minoría de  privilegiados y no explote a la mayoría de la población. Un nuevo modelo social que se fundamente en el reparto, la libertad y la justicia social", argumentan, invitando a todas las organizaciones y asociaciones del país a sumarse a la convocatoria.
   Además, piden a los ciudadanos que ese día "no vayan al trabajo, no consuman, formen parte de los piquetes informativos y participen en las acciones y movilizaciones para visualizarse en la calle con toda la pluralidad de sus reivindicaciones".
   La convocatoria se produce el mismo día que la Cumbre Social en Madrid, donde miles de personas --incluyendo miembros de CGT-- se han manifestado contra los recortes del Gobierno convocados por más de un centenar de organizaciones, encabezadas por CC.OO. y UGT.
   Los secretarios generales de ambos sindicatos, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez respectivamente, han dejado también la puerta abierta a la posibilidad de convocar una segunda huelga general contra el Gobierno de Mariano Rajoy quien, según han dicho, tiene "la llave" para evitarlo.
   "Es el tiempo de devolver la palabra a la ciudadanía", han asegurado los líderes sindicales, afirmando también que, si finalmente se produce el "final inevitable" de que convoquen un paro general en todo el país, "la fecha no la va a poner Rajoy".

El gobierno contra el pueblo (y 2) / Ramón Cotarelo *

Si alguien está buscando una razón o motivo para manifestarse hoy en contra de la política del gobierno, no tiene más que informarse entre quienes tenemos pensado ir porque, por lo que he pedido leer, acudimos los más diversos colectivos agraviados por la acción gubernativa. Esta se caracteriza por los dos factores citados en la entrada de ayer (El gobierno contra el pueblo), esto es, el empobrecimiento general de la población a la que, con la excusa de la crisis económica y la necesidad de luchar contra ella, se despoja de sus derechos y el intento de adoctrinarla a la fuerza en los postulados ideológicos de la derecha, esto es, el neoliberalismo a la par con el más rancio nacionalcatolicismo.
 
El aumento de las tasas de la justicia pone fin de hecho al principio de la justicia gratuita. Pleitear se hace más costoso y queda fuera de los presupuestos más endebles. El ministro de Justicia, quien siempre cultivó una imagen de conservador moderado, se ha revelado como un retrógrado y un paladín de los dogmas de la iglesia e, igual que castiga el bolsillo de los justiciables, niega a las mujeres el derecho al aborto. Y, en previsión de que estas y otras medidas restrictivas e injustas de sus compañeros de gabinete provoquen reacciones airadas de los sectores afectados, ha hecho lo que los conservadores hacen siempre, endurecer el código penal, castigar, reprimir, recurriendo incluso a una figura de "prisión permanente revisable", que es una forma disimulada de cadena perpetua. Y no se reintroduce la pena de muerte porque, al menos de momento, no hay modo de disimularla.
 
Hay sectores enteros de la población directamente agredidos por medidas singulares del gobierno que faltan enteramente a la equidad. La llamada "reforma laboral" no es otra cosa que la supresión de los derechos de los trabajadores frente a los patronos. El gobierno ha adaptado las relaciones contractuales laborales a las exigencias de una de las partes en el contrato, de los empresarios, dejando a los trabajadores a su merced, que es muy poca.
 
Entre los trabajadores, los funcionarios reciben un tratamiento especialmente duro: además de rebajarles el sueldo, aumentarles la jornada laboral, retrasarles la edad de jubilación, se los somete a una campaña permanente de descrédito, tratándolos poco menos que de vagos que viven del erario público, amenazándolos con despedirlos en cuanto se pueda.
 
En materia de sanidad, que afecta a todos los ciudadanos, el desmantelamiento del servicio público está muy avanzado : el repago de los medicamentos, los recortes de prestaciones, la exclusión de grupos de población atendibles, el empeoramiento de las condiciones generales trazan un panorama desolador en cuanto al respeto del derecho a la salud.
 
Todas estas medidas restrictivas configuran al gobierno como enemigo de su propio pueblo, sobre todo cuando se observa que en su acción privilegia descaradamente a los sectores que son su fuente de legitimidad: la iglesia no ha sufrido el más mínimo recorte en sus copiosos ingresos a cuenta del erario público, cosa que se explica por el nacionalcatolicismo del gobierno y el lado ideológico de su acción. Tampoco lo han sufrido las empresas, las grandes fortunas, los bancos sino que, al contrario, se les ha beneficiado vía tratamiento fiscal benévolo (llegándose a amnistiar el fraude) o mediante aportaciones directas en miles de millones que hay para esto pero no para la educación o la sanidad.
 
Es la coexistencia de tres factores, una corrupción galopante, un sistema de privilegios escandalosos de la minoría y una política que exige sacrificios y privaciones a la mayoría la que está provocando un estado de tensión social muy fuerte.
 
(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED, Madrid

Muertos solos y abandonados / Antonio Aramayona *

El domingo pasado informaba El Periódico de Aragón de que más de veinte personas, la mayoría ancianas, han muerto solas en sus casas durante el mes de agosto y los primeros días de septiembre en Zaragoza (cabe preguntarse cuántos centenares de personas más murieron en condiciones similares solo en España). La realidad a la que alude Rajoy como culpable de la crisis no reside tanto en los mercados, la prima de riesgo o las condiciones del rescate, cuanto en el lapso entre el primero y el último estertor de esos solitarios ancianos abandonados.

No tuvieron oportunidad de pedir auxilio, de musitar un último adiós a un ser querido o sentir un quedo beso en su frente. Su último mensaje fue solo una hosca prueba de su desventura: un buzón cada vez más lleno de papeles publicitarios, unas persianas en la misma posición durante días, un mal olor harto sospechoso. Mientras leía la noticia, iba deseándoles a todos y a cada uno el final corto y dulce que apenas conocieron en vida, una gratificante centella liberadora en su conciencia, un último suspiro de alivio y descanso.

Me acordé de inmediato también de tantos politicastros que estrangulan servicios públicos de primaria necesidad, que mal gestionan la ley de dependencia con la misma futilidad que portan en sus almas. Han recortado el 21% en educación y cultura, el 25% en ayudas a la investigación, el 65% en ayuda al desarrollo, pero solo el 9% en ese desvariado eufemismo llamado “Defensa”. A cada ciudadano nos corresponden 368 euros para costear el gasto militar anual y a cada uno de los veintitantos fallecidos solos en sus casas el mes pasado en Zaragoza también le correspondía 368 euros, que aumentaron hace unos días al aprobar el Consejo de Ministros un crédito extraordinario de 1.782 millones de euros para pagar las deudas contraídas por compra de armamento (entre 27.000 y 30.000 millones de euros). Como es sabido, Pedro Morenés presidía antes de ser nombrado ministro de Defensa varias empresas de construcción y venta de armamento.

España es un país donde la muerte cruel de animales ante miles de personas se convierte en fiesta nacional o rutilantes tradiciones locales, donde histriónicos soldados pagados con el dinero de todos se declaran novios de la muerte, donde la ciudad de Zaragoza aún tiene dedicada una calle al general franquista Millán Astray, que profirió en Salamanca el “necrófilo e insensato” grito “¡Viva la muerte!”, contestado dignamente por Miguel de Unamuno, donde perviven en el escudo de Aragón cuatro cabezas degolladas de moros-.

Ese mismo domingo, leíamos en este mismo diario que Anna Soubry, ministra británica de Sanidad, pide legalizar el suicidio médicamente asistido o el derecho de cada persona a decidir libre y responsablemente el momento y la forma de acabar su vida, pues le parece “atroz, ridícula y espantosa” una legislación que obliga a una persona a tener que viajar al extranjero para ello. Sobre muchos países europeos, incluida España, sobrevuelan prejuicios ideológicos que llevan a calificar asombrosamente como triunfo leyes canijas sobre muerte digna, cautivas de los dictados morales de algunas confesiones religiosas, especialmente la católica.

Frente a ello, cabe ante todo vindicar la dignidad de toda vida y de toda muerte, incluidas las de esas veinte personas muertas solas en Zaragoza. Es difícil morir bien si se vive mal. Es un acto de hipocresía social hablar de muerte digna si no se está dispuesto a emplear todos los medios y empeñar todas las fuerzas en hacer la vida digna. De hecho, me siento indigno cada vez que se me hacen presentes las decenas de miles de seres humanos que viven y mueren cada día indignamente en el mismo planeta que habito.

Sin conciencia alguna (no solo moral, sino simplemente mental) de lo que van perpetrando diariamente, deciden nuestros gobernantes, guiados sumisamente a su vez por los señores del dinero, las finanzas, la especulación, las armas y el poder en general, que viven magníficamente en sus inmaculados fanales de la acumulación y la explotación.

La realidad de la crisis son sus consecuencias directas sobre los estratos más débiles y abandonados de la población. Mientras unos pocos hablan de salvar o no el euro, otros muchos a duras penas sobreviven en la soledad, la falta de recursos mínimos, el deterioro físico y anímico, hasta llegar a la indignidad de una vida indigente y una muerte rodeada de dolorosas incógnitas, que solo unos cuantos bomberos descubren al cabo de unos días con un espanto renovado en cada nuevo caso.

Quiero, en fin, rendir un homenaje de cariño a la memoria de esa veintena de muertos solitarios, glosando unos versos de Rudyard Kipling: que nadie viva muriendo irremediablemente, pues un ser humano solo admite vivir y morir con dignidad. Así puede también sonreír cuando llega la muerte, pues en ese momento sabrá que muere amando serenamente la vida.

(*) Profesor de Filosofía