BRUSELAS.- Europeos famosos, desde premios Nobel a campeones olímpicos, lucharon
por salvarlo, y finalmente se han encontrado los fondos para asegurar
la supervivencia de Erasmus, el programa de intercambio de estudiantes
universitarios que es una de las iniciativas de más éxito de la Unión
Europea.
Bautizado con el nombre del filósofo renacentista holandés Erasmo
de Rotterdam, este programa ha permitido a más de tres millones de
estudiantes de toda la UE pasar hasta un curso estudiando en otro país
de la Unión o limítrofes, permitiendo a las mentes jóvenes realizar una
inmersión total en otros idiomas y culturas.
Lo que comenzó con un puñado de estudiantes aventureros en 1987
se ha convertido en claramente el programa educativo con financiación
comunitaria más eficaz, apoyando los ideales originales de la Unión de
valores compartidos y de una mayor integración europea. En el curso
académico 2012-2013, 270.000 jóvenes europeos estudiaron en el exterior
gracias a él.
Pero en plena época de austeridad y recortes presupuestarios en
todo el continente, Erasmus afrontaba el hacha, y su presupuesto para
2012 tenía un recorte de 90 millones de euros.
Tras hacer presión con antiguos alumnos de toda la UE - entre
ellos, el chipriota Nobel de Economía de 2010 Christopher Pissarides o
la italiana campeona olímpica de esgrima Elisa Di Francisca - se ha
conseguido financiación de los fondos de desarrollo que mantendrá vivo
el programa.
Esta semana, la Comisión Europea anunció que 2.500 millones de
euros del presupuesto de desarrollo para 2014-2020 irán a educación, de
los que 1.500 millones serán para Erasmus para todos, que expandirá aún
más su alcance más allá de Europa y sus estados vecinos.
Hans Ahl, catedrático en la Universidad Mid Sweden que ha
participado en el programa durante más de una década, calificó el plan
de "propuesta sabia".
"Desde un punto de vista político y humanitario, creo que es
crucial que a diario nos relacionemos con otras culturas y modos
distintos de pensar", dijo a Reuters.
Erasmus también ha recibido mucha atención en los últimos años
como instrumento en la lucha contra el paro creciente entre los jóvenes
europeos. Varios estudios han mostrado que comparado con sus compañeros,
los participantes en el programa tienen más posibilidades de encontrar
un empleo y hacer un máster.