sábado, 21 de junio de 2014

Baltasar Garzón vuelve a 'coquetear' con su entrada política

MADRID.- El presidente de la asociación Convocatoria Cívica, el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, ha vuelto a ‘coquetear’ con la política al anunciar su decisión de “participar activamente en el escenario político electoral español a la vez que propiciará el debate y el consenso” para aunar en una coalición a todas las plataformas que quieren “un cambio social”.

Según una información de Libertad Digital, los socios de Convocatoria Cívica, que han celebrado su última Asamblea General, han ratificado al exjuez como presidente y al exdirector de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, como vicepresidente de la asociación.

Ambos han hecho un llamamiento para que la iniciativa tenga presencia política y esté en diálogo y convergencia con otras plataformas para lograr una alternativa diferente y creíble para los ciudadanos.

Convocatoria Cívica quiere conseguir “un verdadero cambio político y social al frente al modelo de los partidos tradicionales y sus estructuras obsoletas y alejadas de los problemas reales de la sociedad, para, desde el diálogo y la colaboración, aglutinar y unir fuerzas y consensuar propuestas y objetivos, en forma participativa, proponiendo una gran coalición en la que los ciudadanos hagan que su voz sea escuchada y contribuyan a decidir su futuro".

Por ello, han anunciado que en estas semanas presentarán un documento de 20 puntos, como base del diálogo y acuerdo con quienes quieran unirse a esta iniciativa. Un escrito que se podrá ir completando con propuestas locales, autonómicas, nacionales e internacionales.

Carta a un nuevo rey / Luis del Pino

Majestad,

Permítame dirigirle estas líneas para informarle de lo que siento, en lo que concierne a su proclamación como nuevo Rey de España, con el nombre de Felipe VI.

Lo primero de todo, quiero felicitarle por su acceso al trono. Desde el punto de vista abstracto, soy más republicano que monárquico, pero pertenezco a ese numerosísimo grupo de españoles a quienes, en realidad, la forma de estado no les preocupe en exceso. La Monarquía no despierta en mí pasiones, pero tampoco me molesta. Miro alrededor, y veo numerosas repúblicas que funcionan perfectamente, como la alemana, la francesa o la americana. Pero veo también monarquías - como la inglesa, la holandesa o la noruega - que funcionan igual de bien que cualquier república. Por tanto, no seré yo quien dedique un minuto de su tiempo, habiendo problemas graves, a discutir sobre si la monarquía es mejor que la república o viceversa.

Pero aunque fuera republicano furibundo, seguiría felicitándole igual, aunque solo fuera por educación. Mientras no cambiemos nuestra actual Constitución por los procedimientos marcados en la Ley, usted es el Jefe del Estado y simboliza la unidad de la Nación. Y yo así lo acato.

Escuché con atención su discurso en las Cortes, para tratar de intuir cuál será su actuación a partir de ahora. Y he de decir que ese discurso me produjo sentimientos encontrados. Habló usted de unidad de la Nación, habló de transparencia, recordó a las víctimas del terrorismo... Todo eso está muy bien. Lo que pasa es que las palabras se las lleva el viento, y solo obras son amores, como usted mismo dejó entrever al citar aquella frase del Quijote: "no es un hombre más que otro si no hace más que otro".

Más me llamaron la atención, por tanto, los silencios que las palabras. Me llamó la atención, por ejemplo, que no hiciera usted ni la más mínima mención de carácter religioso en su discurso, dado que el 70% de los ciudadanos españoles se declaran católicos y dado que ostenta Vd. los títulos, entre otros, de Majestad Católica, Rey de Jerusalén y Canónigo honorífico y hereditario de la Iglesia Catedral de León y de la basílica de Santa María la Mayor en Roma. En los días posteriores, parece que ha compensado Vd. esa omisión, eligiendo El Vaticano como destino de su primer viaje oficial. Bien está esa compensación.

Tampoco entendí que no hiciera usted ni la más mínima mención a las Fuerzas Armadas, siendo como es Capitán General de los Ejércitos. Puedo entender que quisiera usted acentuar así la "normalidad" del relevo en la Jefatura del Estado, pero creo que una mínima mención a nuestros soldados en misiones internacionales no hubiera estado de más.

Como tampoco estaría de más que alguien se dignara a explicarnos (recuerde su promesa de transparencia) por qué ha cambiado usted el escudo de la Casa Real con tanta premura, especialmente teniendo en cuenta que hace tan solo un mes los representantes políticos de Amaiur reclamaban, precisamente, los cambios que Vd. ahora ha realizado. Tal vez un cierto sentido de la oportunidad política habría aconsejado postergar durante un tiempo esa decisión.

Pero reconozco que todo eso son detalles que no necesariamente tienen importancia. Su discurso fue el que es, y ahora toca remangarse y trabajar.

Y ahí precisamente es donde se centran mis preocupaciones. Como Vd. bien sabe, Majestad, España está sometida a tensiones insoportables y crecientes en el plano territorial, tensiones que amenazan esa unidad de la Nación que Vd. simboliza. Y en los medios de comunicación menudean las noticias sobre las presiones que Vd. recibe desde muy diversos sectores - los nacionalistas, el PSOE, ciertos empresarios - para que haga algún "gesto" que permita abrir una negociación entre quienes quieren romper España y quienes tienen la obligación de defender la Constitución.

En otras palabras: son muchos quienes no ocultan su intención de utilizarle a Vd. como coartada para conseguir esa ruptura de España, inmediata o a plazos, que por otros medios no consiguen. Y estoy verdaderamente preocupado por cuál vaya a ser su respuesta, Majestad. Le confieso que no tengo ni idea de si va Vd. a dejarse usar como coartada por quienes quieren destruir la Nación. Confío en que no, pero no lo sé.

Me gustaría poder darle un voto de confianza, pero me han defraudado tantas veces en estos últimos diez años, que ya no me quedan más votos de confianza que dar. No me lo tome Vd. a mal, Majestad, porque no pretendo faltarle al respeto: se trata de una simple decepción de carácter general, que no tiene nada que ver con Vd. en concreto. Me han engañado tantas veces, que no estoy dispuesto a que me engañen una más.

A eso se une una cuestión de calendario: en los próximos cuatro meses, la tensión territorial alcanzará su culmen. Si yo disminuyera ahora mi nivel de exigencia por darle un voto de confianza a Vd., podría encontrarme a la vuelta del verano con que ya todo está decidido, y en sentido contrario a los intereses de España. Y con que ya es tarde para reaccionar. Por eso, prefiero adoptar una actitud escéptica y esperar a ver cuáles son los pasos que va dando Vd. en estos primeros meses de reinado.

Déjeme decirle, Majestad, que somos muchos los españoles que estamos ya muy hartos. Hartos de ser ignorados por nuestra clase política; hartos de ser tratados como ciudadanos de segunda en amplias regiones de nuestro propio país; hartos de ver cómo nos prohíben educar a nuestros hijos en nuestro propio idioma; hartos de ver cómo los que hicieron del asesinato de españoles su negocio, se sientan ahora sonrientes en instituciones públicas; hartos de pasar estrecheces para sostener un sistema autonómico que nos arruina; hartos de ver cómo se pisotean y ningunean de manera cotidiana otros símbolos de la Nación no menos importantes que la figura de su Majestad...

Nada de eso es culpa suya, claro está. Pero sí que está en su mano ayudar ahora, desde su función moderadora constitucional, a que las cosas cambien. Y a que los "gestos" y el "diálogo" se apliquen a defender y contentar a quienes aman a España y respetan la Constitución, en vez de aplicarse, como hasta ahora, a ceder cada vez más ante quienes no asumen la Constitución y solo buscan destruir España. Somos muchos, Majestad, los españoles que no entendemos que siempre se premie al que incumple la ley y al que viola los derechos de los ciudadanos. Somos muchos los españoles que queremos dejar de sentirnos invisibles, Majestad.

Es por eso que seguiré atentamente su visita a Cataluña, programada para el próximo jueves. Tengo curiosidad por ver si en esa visita habrá algún gesto, por ejemplo, hacia todos esos catalanes que se sienten españoles y que han visto cómo el Estado les dejaba tirados hace tantos años. Tengo curiosidad por ver si en esa visita se acordará Vd., por ejemplo, de los padres que pelean infructuosamente para que les dejen educar a sus hijos en la lengua oficial del Estado. ¿Tendrá Vd. alguna palabra para ellos? ¿Les hará algún guiño? Ojalá que así fuera.

Permítame terminar, Majestad, diciéndole que, aunque me es imposible darle ya a nadie ningún voto de confianza, en realidad soy muy fácil de ganar. Y muy agradecido. Como casi todos los españoles. Sin necesidad de salirse de su papel constitucional, defienda Vd. a España y a los españoles y tendrá en mí al más leal de sus paladines.

Si no lo hace, yo no me llevaré ningún chasco: quien nada espera, ninguna decepción puede sufrir. Pero hay otros muchos españoles que sí que han saludado con ilusión su proclamación, Majestad, y que sí que sentirían de corazón ver sus esperanzas traicionadas una vez más. Le ruego que no les defraude.

Atentamente suyo
- Seguir leyendo: http://blogs.libertaddigital.com/enigmas-del-11-m/carta-a-un-nuevo-rey-13044/

Un rey para una república / Magdalena Trillo

Dicen las encuestas que si hoy se convocara un referéndum en España sobre Monarquía o República, los defensores de la Corona ganarían por veinte puntos. Dentro de diez años la situación puede ser radicalmente diferente: se habrá reducido la población mayor que arropa a la familia real de forma abrumadora (más de un 73% según un sondeo de Sigma-Dos de primeros de junio) y estarán en puestos de decisión los jóvenes que hoy ya se debaten a partes iguales entre una y otra forma de Estado.

El relevo en la Monarquía se ha producido, como destaca el Gobierno, con "normalidad", pero sólo en apariencia. La Corona no está salvada. Ni Felipe de Borbón tiene garantizado el futuro de la institución, ni ha recibido un cheque en blanco como nuevo jefe del Estado ni va a poder esquivar el desgaste del caso Noos cuando su hermana se siente en el banquillo y tenga que explicar cómo una licenciada no tenía ni idea de qué firmaba ni sabía de dónde salía el dinero con el que pudo comprar un palacete en la ciudad condal. Aunque Felipe y Letizia hayan levantado un muro de contención frente a Urdangarin, el fantasma de la infanta Cristina no dejó de sobrevolar el jueves en el Congreso generando tanta incomodidad como 'molestias' provocaron quienes intentaron penetrar en un Madrid blindado con una bandera republicana.

Si la Transición que lideró Juan Carlos fue hacia la democracia y la conquista de derechos y libertades, la segunda transición a la que se enfrenta Felipe tiene mucho que ver con ese objetivo de "renovación" que ha proclamado como lema de su reinado, con un ineludible esfuerzo por "regenerar la vida pública" que sólo podrá construir desde el principio y el deber de la "ejemplaridad" y con esa buscada complicidad con los españoles que ha de pasar por llevar a la práctica la promesa de honestidad y transparencia.

Debe ser consciente el nuevo Rey de que el desafío independentista no se resuelve dando las gracias en castellano, gallego, euskera y catalán. Olvidando los anhelos de este Gobierno para "españolizar" a los catalanes, el tema lingüístico es hoy ya casi una anécdota dentro de las reivindicaciones que llegan desde una "nación" empeñada en convocar un referéndum ilegal a la vuelta del verano. No basta con no romper puentes del entendimiento; hay que actuar tendiéndolos desde Madrid. Y, aunque no sea su función, tal vez don Felipe pueda empezar a ganarse el respeto y reconocimiento de los españoles asumiendo el liderazgo y diálogo que Rajoy ni ha querido ni ha sabido ejercer.

Coincido en que la mayor preocupación de los españoles no es en estos momentos el partidista dilema entre Monarquía o República sino el paro y la salida real de la crisis, la quiebra territorial y la pérdida de derechos y libertades que estamos viviendo como consecuencia de las políticas de austeridad. Pero el problema no se va a resolver negándolo ni evitándolo. Si los grandes partidos no son capaces de afrontar una reforma amplia de la Constitución que nos permita avanzar, otras formaciones más osadas y con menos sentido de Estado aguardan ya para coger el testigo. Si de la actitud responsable de populares y socialistas no surge la iniciativa de reformar la ley de partidos y el sistema electoral para luchar contra la corrupción, para lograr mayor transparencia y profundizar en democracia, otros lo harán. Urge buscar un encaje constitucional al desafío soberanista y urge culminar con racionalidad un modelo autonómico que, lejos de ser modélico, se ha presentado demasiado costoso e ineficaz.

Todos estos retos superan las funciones de arbitrio del nuevo monarca, pero no vendría mal que diera ejemplo y moderara y abriera cauces en una España huérfana de iniciativa.

Cualquier republicano seguro que suscribiría las palabras de 'El Quijote' con que el Rey culminó su discurso ante las Cortes: "No es un hombre más que otro si no hace más que otro". Reconozcamos que Felipe de Borbón asume la jefatura del Estado sin una sola tachadura en su hoja de servicios y después de pasar toda su vida preparándose para este momento. Hoy, tal vez no haya nadie en nuestro país mejor preparado para este puesto que el hijo de don Juan Carlos, pero no olvidemos que si don Felipe fuera un 'loco', un inestable, un conflictivo o un incapaz también sería hoy Rey de España. Y lo es, además, gracias a una discriminación de género -consagrada en la Constitución- sobre su hermana la infanta Elena.

Miro el cartel de políticos y pienso cuánto hubiera ganado su proclamación si hubiera contado con la legitimidad del refrendo ciudadano. ¿Usted no lo votaría como presidente de la III República antes que a González, Aznar, Zapatero o Rajoy? Las paradojas, a veces, encierran la mayor de las coherencias. 

¿Antimonárquicos o antiespañoles? / José Antonio Sentís *

Si dejamos aparte a los republicanos en la intimidad, los que ven racional ese régimen, aunque probablemente inoportuno en las actuales circunstancias históricas, la mayor parte de los republicanos expresos de nuestros lares no están contra la Monarquía, sino contra España. Es el caso de ERC y de Amaiur, los ¿antiguos? proetarras.

A ellos se suman los comunistas de IU, que más que contra la Monarquía están por la oportunidad o por el oportunismo de colocarse como referente de la izquierda, entendiendo ahora que en el subconsciente colectivo se relaciona República con Izquierda, aunque la Historia haya demostrado que de las repúblicas también emergen fascismos. Y digo por oportunismo, porque sus mayores, los comunistas que se sumaron al Pacto de la Transición, sí que optaron por aceptar la Monarquía, aunque fuera como también oportunista peaje a la democracia (y a su supervivencia en ella).

Pero no son éstos, los de Izquierda Unida, los que puedan preocupar en relación con la estabilidad de un Régimen. Porque en el momento en que pudieran gobernar, por ejemplo en coalición con otros partidos de la órbita izquierdista (como ahora hacen en Andalucía, y lo harán en muchos ayuntamientos el año que viene), automáticamente aplazarían el debate republicano como llevan haciendo cuarenta años. O quizá ochenta, porque cuando se oponían al franquismo era por su carácter de Dictadura, no de antesala de la Monarquía.

No es Izquierda Unida el problema, por tanto. Lo que sucede es que ese grupo de comunistas reciclados se ha dado cuenta de que está a punto de sufrir el sorpasso por su izquierda, y se revuelve con la bandera tricolor como los gatos lo hacen con las uñas.

Son los otros “republicanos”, los de los grupos separatistas procedentes o no de la violencia, los que más ruido arman. Los proetarras y los de Esquerra. Con el apoyo impagable del sector indignado de Podemos, que tiene toda la razón en cabrearse porque ese grupo apenas sale en los medios de comunicación, gracias a que el sistema capitalista les tiene amordazados, como todos pueden apreciar. Tal vez esto podría corregirse si los grupos mediáticos más importantes, alrededor de Tele 5 y Antena 3, les dieran, pongamos, el cien por cien de las tertulias, y no la exigua presencia en el noventa por ciento de ellas.

Pero hablábamos de los verdaderos republicanos de nuestros días: los que dicen que quieren acabar con la Monarquía cuando lo que realmente quieren es acabar con España. Son ellos los primeros en dar un papel simbólico a los Reyes, mucho más que los descafeinados monárquicos de nuestros pagos. Y también son ellos los que dan sentido a la bandera (al rechazarla) cuando entre nosotros no existe la sacralización de ese símbolo como sucede en Estados Unidos, Francia o el Reino Unido. Son ellos los que pitan el Himno Nacional, cuando los demás apenas pueden sino tararearlo.

Pero es cierto que quienes quieren acabar con España también saben que el poder de los símbolos históricos, por adormecidos que estén, es de difícil oposición. Y así debe serlo pues, por mucha autocrítica de los españoles, lo cierto es que la Nación española es de las más antiguas del mundo y ha aguantado carros y carretas. Hasta ha aguantado a quienes en los últimos dos siglos han hecho lo posible para dinamitarla en conflictos excluyentes. Y no lo han logrado, por cierto.

España se ha hecho muy suspicaz a su simbología. Creo que la primera vez que vi banderas desplegadas fue por el anterior Mundial de fútbol (aunque también en los Juegos Olímpicos de Barcelona). Y nadie ha podido cantar el Himno, por la sencilla razón de que su letra no hubiera tenido ni jamás lograría consenso. ¿Quién escribiría ahora como símbolo nacional un canto a degollar al adversario, a animar a los batallones militares, a aplastar al enemigo religioso y a tantas lindezas más que pueblan las letras épicas que preceden a las batallas (casi todas ahora deportivas, por cierto).

Y lo mismo para la Monarquía, que en España ha evolucionado hasta la completa desconfiguración desde el feudalismo al absolutismo, y desde el romanticismo cortesano a la democracia parlamentaria, pero que inconscientemente mantiene la idea de perduración histórica, de referencia a los ancestros, de apelación genérica a la unidad.

Alguien comentó que lo más simbólico para representar la unidad de España era El Corte Inglés. Que es una forma de relativizar en la práctica una idea nacional que es difícil de explicar sólo desde la razón, pese a ser, como es, el leit motiv de pervivencia de todos y cada uno de los países del mundo. Pero, bromas aparte, lo que es relevante en términos históricos es que hay elementos comunes a una ciudadanía que sostienen a ésta como colectivo. Aquí, guste o no guste, son los tres antes mencionados, la bandera, el himno y el Rey, a los que se ha sumado otro más profundo: la democracia constitucional como forma de administrar los recursos intangibles comunes.

Todos ellos tienen defectos, por supuesto. A todos les puede faltar a veces algo de letra, que es como decir que pueden concitar poca fe. Y pueden ser mal administrados. Pero son los que tenemos y son los que algunos desean liquidar, porque saben que el obstáculo para su victoria y para su poder está justamente en eso, en la transferencia histórica del pasado al futuro.

Los separatistas catalanes y vascos no son antimonárquicos, son antiespañoles. No les gusta el Rey como no les gusta que gane un partido de fútbol la Selección Española. Y no les gustaría un presidente de la República española, como no les gusta el de la francesa. No les gustamos nada. Por eso, como los enemigos de los enemigos son los amigos, hay buenos motivos para que apreciemos, respetemos y apoyemos los símbolos nacionales. Porque si se pierden éstos, ganan ellos.

No estamos muy probablemente en un debate de politología tradicional (en el que yo mismo participo) entre Monarquía y República, donde siempre hay mucho que discutir si estuviéramos en un laboratorio. Es mucho más. Eta y sus cómplices y ahora herederos no mataron contra la Dictadura, ni contra la Monarquía. Mataron contra España. Y Esquerra Republicana no lucha por la democracia y por la libre decisión de los ciudadanos. Su guerra es también con España.

Pues bien, si su batalla es contra España, habrá que considerar hoy y ahora la idea de que puede interesar a los españoles defender su propia Historia, antes de que nos madruguen por debilidad y por inconsistencia moral. Tal vez hoy con la Monarquía parlamentaria. Tal vez mañana con una República presidencialista, cuando tal convenga. Pero con España, en cualquier caso.

La República de los separatismos no es la española, sino la negación de España. Pero algunos en la izquierda han quedado embobados por su discurso, como los roedores (ven mi elegancia: no he dicho las ratas) tras el flautista de Hamelín. Y si la izquierda filocomunista (ahora IU y Podemos) sigue así, cuando se dé cuenta se va a ver contaminada como cómplice de los enemigos de la misma España que se supone que quieren mejorar.

En todo caso, siempre será cuestión de que los ciudadanos de esta Nación se sientan concernidos. Pero no es obligatorio: todo el mundo tiene la posibilidad de quemar su propia casa. Pero, desde luego, lo que no puede pretender luego es cobrar el seguro. Por eso, solo se podrá apoyar la República (y según qué República) cuando exista la certeza de que no se lleva por delante a España.

Entretanto, nada pasa por mantener el hilo de la Historia, con sus miserias y sus glorias. Porque hoy ya no heredan los Reyes, heredan los españoles.

(*) Director general de 'El Imparcial'

Convencer para no votar a 'Podemos', la prueba de un examen de inglés en Mérida

BADAJOZ.- El sindicato STE en Extremadura ha denunciado que en el examen de inglés de los Premios Extraordinarios de Bachillerato, realizados en el IES Santa Eulalia de Mérida, se proponía como un ejercicio convencer a un amigo para que no votara a Podemos.

Según explica el sindicato en un comunicado, el examen, reproduciendo un análisis de la BBC sobre los resultados de las pasadas elecciones europeas, proponía como ejercicio convencer a un amigo para que no votara a la formación de izquierdas que lidera Pablo Iglesias.
STE-Ex considera este tipo de preguntas como "completamente improcedentes, tendenciosas y reflejo de una sociedad enferma".
Aunque "seguramente mucha gente se ha puesto nerviosa tras las pasadas elecciones europeas", añade el sindicato, es "responsabilidad del Ejecutivo de José Antonio Monago, que seguramente no esperaba tener un resultado tan malo, velar porque esto no ocurra".
Por este motivo, se solicita que dicho examen sea considerado "nulo" y se repita la prueba, con lo que se estaría reconociendo "públicamente" su carácter "inadecuado".
"Este examen es una muestra más de una ideología política que se trata de imponer en las aulas por la fuerza; es el último ejemplo, pero en estas mismas semanas se aprobó el currículo de Primaria adaptado a la LOMCE, donde las clases de religión se elevaban al máximo permitido", se indica.
Así, religión se eleva dos horas por semana y se equipara a asignaturas troncales, por lo que STE-Ex anima a seguir "luchando contra la LOMCE", una "ley injusta y reaccionaria".

´Marchas de la Dignidad´ rodean varios parlamentos autonómicos en Sevilla, Vitoria, Santiago de Compostela, Zaragoza, Valladolid y Toledo

MADRID.- Colectivos integrados en las plataformas "Marchas de la Dignidad" han rodeado hoy las sedes de varios parlamentos autonómicos para protestar contra los recortes en los servicios públicos, las desigualdades y la pobreza que llevan a muchos ciudadanos, según han dicho en sus manifiestos, a la desesperación.

Tras el éxito de las marchas que confluyeron en Madrid el pasado 22 de marzo, los convocantes han explicado que ahora han querido rodear los parlamentos regionales para expresar que "el pueblo es soberano" y "permanece vigilante" ante las decisiones que se toman en su nombre.
Además de las celebradas esta mañana en Sevilla, Vitoria, Santiago de Compostela, Zaragoza, Valladolid y Toledo, esta tarde está convocada la de Madrid, entre otras.
En Sevilla, varios miles de personas, según los convocantes, han rodeado el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento de Andalucía, en protesta por los recortes sociales y en demanda de otra política económica.
Esta movilización ha contado con el apoyo de organizaciones como IU, los sindicatos SAT y CGT, Frente Cívico, Unidad Cívica Andaluza por la República (UCAR) o la Red Antimilitarista y Noviolenta de Andalucía, entre otras.
En la cabecera de la marcha figuraban los dirigentes del Sindicato Andaluz de Trabajadores Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo, y el coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, entre otros, y en la misma han participado la consejera de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, Elena Cortés, y varios diputados autonómicos de esta formación política.
En Vitoria, unas 300 personas han protagonizado una sentada frente al Parlamento Vasco para protestar por los "recortes, la corrupción y la represión", y para reivindicar que la Cámara autonómica y los gobiernos trabajen para el pueblo y no para los intereses financieros.
La convocatoria para rodear esta mañana el Parlamento de Galicia en Santiago de Compostela ha sido respaldada por dos mil asistentes, según los convocantes, y ha congregado a diversas organizaciones como STOP Desahucios, CGT, CUT, STEG, SLG, Frente Cívico, Sindicato Ferroviario, representantes de los bomberos de los parques privados de Galicia y colectivos feministas.
En Valladolid, más de medio millar de personas, a las que se han sumado por el camino afectados de Fórum Filatélico y Afinsa, han rodeado las Cortes de Castilla y León contra los recortes y para reclamar condiciones de vida dignas.
Por otra parte, un total de ocho columnas procedentes de distintos puntos de Zaragoza y con decenas de personas cada una han confluido junto al Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, para rodearlo contra los recortes, los desahucios, el desempleo o los abusos bancarios.
A la concentración también se han unido colectivos como Stop Desahucios, Adicae o la Federación de Asociaciones de Barrio de Zaragoza (FABZ), sindicatos como CGT o partidos políticos como CHA o IU.
En Toledo, una cadena humana formada por unas 500 personas, según la organización, y 370 según la Delegación del Gobierno, ha recorrido las calles hasta las inmediaciones del Parlamento Regional, para expresar su protesta contra la Ley Electoral de Castilla-La Mancha.

Los técnicos de Hacienda aseguran que las clases medias españolas pagarán la última reforma fiscal

MADRID.- Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) consideran que la reforma fiscal del Gobierno es "regresiva" porque serán las clases medias españolas las que amortiguen una vez más la rebaja a las grandes fortunas, atentando así contra el artículo 31 de la Constitución que establece cómo el sistema tributario debe aportar recursos suficientes para garantizar el estado del bienestar y cómo cada ciudadano debe contribuir con progresividad en función de su capacidad económica.

En un comunicado, Gestha asegura que la progresividad es la "gran perjudicada" de la reforma al simplificar de siete a cinco los tramos actuales del IRPF. A su parecer, los principales beneficiarios de la reforma no sumarán más de 73.000 contribuyentes. Por el contrario, los 11,5 millones de trabajadores y pensionistas que ganan menos de 11.200 euros anuales no se verán afectados por la rebaja fiscal propuesta por Moncloa, ya que actualmente no tributan.
"El Gobierno, al no bajar otros impuestos que soportan los ciudadanos, como el IVA o los impuestos sobre los Hidrocarburos o la Electricidad, no puede afirmar con la rotundidad que lo hace que la presión fiscal haya bajado para todos. Tampoco podemos hablar de una reforma integral del sistema fiscal sino sólo parcial", ha señalado el secretario general de Gestha, José María Mollinedo.
De hecho, Gestha explica que la rebaja en el primer tramo de la escala del IRPF y el aumento de las cuantías de los mínimos personales y familiares afectan a todos los contribuyentes por igual, por lo que los 8,8 millones de ciudadanos que cobran entre 12.450 y 33.000 euros amortiguarán el impacto de la rebaja fiscal de las grandes fortunas, con un aumento de sus tipos de entre 0,25 y 1 punto sobre la tarifa vigente.
Por otro lado, los Técnicos consideran que comparar los efectos de esta nueva reforma con la tributación de 2011 tiene "trampa" y lleva a equívoco a la ciudadanía, ya que "tapa" la mayor bajada para las rentas más altas.
Mollinedo ha criticado también que el Gobierno no haya precisado cómo se financiará la caída de ingresos y considera posible que se compense con otras fórmulas como el copago o la privatización parcial de entes públicos como AENA, que reportará unos 2.500 millones. A su parecer, y de confirmarse este último punto, se trataría de vender acciones de empresas públicas rentables para rebajar impuestos que, además, perjudican la progresividad y la suficiencia del sistema tributario.
Sobre la bajada de la tributación de rentas del capital, Gestha cree que beneficia a las mayores fortunas y afecta negativamente a la progresividad porque quien obtenga más de un millón de euros en dividendos pagará proporcionalmente igual que un trabajador o autónomo que gane 50.000 euros.
En cuanto a la rebaja de Sociedades, los técnicos dicen que sólo beneficiará a las grandes empresas que, según ha explicado, tributan a una media del 3,5%, ocasionando una pérdida recaudatoria de 26.000 millones. A su parecer, "acercar el tipo nominal al efectivo no debería hacerse bajando tipos y la reducción de las deducciones no es suficiente para compensar la caída en la recaudación. Así, piden analizar el efecto que tiene en las compañías que facturan más de seis millones.
Finalmente, considera "positiva" la publicación de la lista de deudores tributarios, siempre y cuando se complete con la lista de delitos fiscales y los nombres de la multinacionales que eluden impuestos. No obstante, echan en falta medidas adicionales para reducir la elevada tasa de economía sumergida en España, del 24,6% del PIB.
Por este motivo, apuesta por intensificar la lucha contra el fraude, centrando la investigación y persecución del fraude en las grandes empresas y fortunas, que son responsables del 72% de la evasión total, muy por encima de pymes, microempresas y particulares, a pesar de que solo concentran el 20% de los esfuerzos del fisco, tanto en plantilla como en recursos.
Al mismo tiempo, propone cambios impositivos para reducir la elusión fiscal, como un Impuesto a las Transacciones Financieras, cambios en las SICAV y en las sociedades patrimoniales, reducir la dualidad fiscal de rentas del trabajo y del autónomo respecto de las rentas del capital y más control de los paraísos fiscales. Igualmente, reclama ampliar la limitación del uso de efectivo para operaciones superiores a 1.000 euros y que quien incumpla no pueda deducir el gasto en el IRPF, Sociedades e IVA.

La proclamación de Felipe VI se siguió con relativa escasa audiencia en TVE, Tele-5 y Antena-3

MADRID.- La proclamación de Felipe VI cosechó un gran éxito de audiencia en las televisiones de España. 4.819.000 personas vieron a través de sus pantallas de televisión la ceremonia, retransmitida en las cadenas públicas y privadas.

Es tradición que en España, los grandes eventos televisivos se sigan en La 1, y la proclamación de Felipe VI no podía ser menos. En este caso, la cadena pública consiguió un share del 32,9%, con un total de 2.032.000 espectadores. Entre las privadas, el especial de Tele 5 (14,1%) y 1.060.000 de espectadores derrotó al de Antena 3 (12,7%) y 1.004.000.
LaSexta se convirtió en la cadena privada menos vista en esa franja horaria. Durante la emisión de los actos de proclamación del rey Felipe, 471.000 personas (7,1%) conectaron este canal.
Sumando los datos de audiencia de Antena 3, la ceremonia fue seguida por casi 1,5 millones de espectadores en los principales canales de Atresmedia TV.
Además de la emisión de los actos de proclamación de Felipe VI, las cadenas públicas y privadas ofrecieron antes y después de la celebración de la ceremonia una programación especial dedicada a este acontecimiento.
TVE también se convirtió en la cadena más vista durante toda la mañana. Su especial por la proclamación del rey presentado por Ana Blanco y María Casado, que emitió esta ceremonia y un análisis posterior de lo acontecido, cosechó un total de 2.032.000 espectadores. La segunda opción más seguida por los ciudadanos fue el espacio de Telecinco conducido por Jesús Cintora, Ana Rosa Quintana y Pedro Piqueras, que rozó el millón de espectadores (14,1%).
El programa especial de Antena 3 presentado por Susana Griso y Matías Prats alcanzó una media de 869.000 y un 12,7% de share. El espacio emitido en LaSexta, ‘Especial Felipe VI’, fue seguido por 619.000 personas.

 Otros programas

'Uruguay-Inglaterra': 'La Roja' se ha quedado fuera del Mundial, pero el mayor evento futbolístico sigue atrayendo la atención de un gran número de espectadores, sobre todo cuando se trata de partidos de calidad. El 'Uruguay-Inglaterra' emitido por Tele 5 fue el programa más visto del día, con 3.925.000 espectadores y una cuota de pantalla del 25,3%.
Cine en Cuatro: La competencia en el 'prime time' era dura, pero la película merecía los buenos datos que consiguió. 'Wall Street: el dinero nunca duerme', el filme que narra las aventuras y desventuras de los 'brokers' en Nueva York, logró 1.158.000 espectadores y un share del 9,1%.
'Hable con ellas': Lo tenían todo a favor, gracias al efecto arrastre del fútbol, pero está claro que 'Hable con ellas' no acaba de enganchar a la audiencia. Sus resultados de este jueves no fueron buenos. El programa de Tele 5 consiguió congregar a 969.000 televidentes, con un share del 9,9%.
'El chiringuito del Mundial': La Sexta apostó fuerte llevando el programa de Pedrerol a las 12 de la noche durante el Mundial, pero la eliminación de España le va a poner las cosas difíciles a este espacio. En su emisión de este jueves bajó nueve décimas (366.000 espectadores y 7,1% de share) respecto a la jornada anterior, día en que España había quedado eliminada.

Cifuentes dice que los arrestos de las marchas republicanas fueron por resistencia a la autoridad

SANTA CRUZ DE TENERIFE.- La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha dicho  que portar banderas republicanas "no es ilegal" y ha aclarado que las detenciones que se produjeron el jueves durante la proclamación del Rey Felipe VI no fue por este motivo, sino por "resistencia a la autoridad".

En declaraciones a los medios antes de impartir anoche una conferencia en el Real Casino de Tenerife, Cristina Cifuentes ha explicado que la prohibición de mostrar banderas republicanas durante el día de la Proclamación como rey de Felipe VI fue una decisión de la Dirección General de la Policía en base a un informe de la Abogacía del Estado.
Según la delegada, en dicho informe se entendía que existía un riesgo, ya que el que hubiera banderas republicanas en un lugar donde estaba habiendo una concentración importante de ciudadanos aclamando a los Reyes y con una determinada tendencia ideológica "podía provocar un incidente de orden público".
Añadió, además, que a dos de los detenidos se les pidió que no mostraran la bandera republicana y al tercero fue por querer saltarse el control del dispositivo de seguridad para ir hacia la comitiva.
Por otro lado, ha dicho que el balance del dispositivo de seguridad desplegado fue "muy positivo" porque se pudo abordar un acontecimiento histórico que presentaba un nivel de riesgo "muy alto" y del que todo el mundo estaba pendiente, por lo que "cualquier incidente hubiera empañado la imagen de España ante el Mundo", apostilló.
La delegada del Gobierno celebró que finalmente no se produjeran incidentes más allá de cuestiones "que no tuvieron mucha trascendencia", por lo que ha felicitado a la Policía Nacional, a la Guardia Civil, a la Policía Local y al resto de efectivos por el "impecable" trabajo llevado a cabo durante estos días.

Laurence Debray: «Si España sale de la crisis se acabará el debate sobre Monarquía o República»

MADRID.- "Felipe VI lo va a tener muy difícil para reinar". La historiadora francesa Laurence Debray, una de las personas que más ha estudiado la vida de Juan Carlos I, tiene claro que el nuevo Monarca se enfrenta a una situación muy complicada a su llegada al trono. 

Sin embargo, la hija de la escritora venezolana Elizabeth Burgos y el exministro francés Régis Debray, asegura que las manifestaciones de ciudadanos que piden un referéndum para decidir entre monarquía o república es "un falso debate" y que si España sale de la crisis "no se volverá a hablar del tema".
Así, Debray señala en su novela 'Juan Carlos de España' (Alianza editorial) que los españoles han utilizado a la monarquía "como chivo expiatorio" de una crisis global "en la que la gente necesita encontrar culpables". La historiadora, cuya tesis doctoral versa sobre el papel que jugó el rey Juan Carlos en la Transición, cree que este no es el momento de plantear un debate porque "los españoles deberían ocuparse más de cómo salir de la crisis". La autora de la biografía más reciente de Juan Carlos I explica que la monarquía española "protege como un paraguas" y conserva la unidad de España.
Precisamente la unidad del país puede haber sido uno de los problemas actuales de España por los que el rey Juan Carlos podría haber decidido dejar el testigo a su hijo. "El Rey se dio cuenta de que ya no podría servir como el símbolo fuerte que representa a España", asegura Debray. Además, según la autora, la abdicación también puede estar motivada porque "Juan Carlos ha visto que no puede ser el rey del Siglo XXI". Según la autora, todos los protagonistas de la Transición como Carillo o Suárez, junto con los que jugó un papel fundamental el rey Juan Carlos, "han muerto o ya no están en la política", por lo que es posible que el Monarca haya sentido "que debe ceder su sitio a una nueva generación".
Y es que Debray, que se entrevistó con padre e hijo seis días antes del gran anuncio, asegura que don Juan Carlos "no es un hombre que se agarre al poder, nunca lo ha hecho y eso tendría que valorarse más en España". La historiadora que narra en su libro toda la vida del Monarca, explica que don Juan Carlos "luchó mucho hasta llegar al poder" ya que tuvo que esperar que Franco le diera el título de sucesor, aguantó "muchas humillaciones", y tuvo que vivir desde los 10 años solo en España intentando restaurar la monarquía. "El Rey no es un hombre de poder, pero es un animal político", asegura la francesa.
La historiadora explica que, desde su perspectiva de extranjera, sabe que es "muy diferente" cuando el Rey llega a Francia en un viaje de Estado que cuando llega el presidente del Gobierno. "Es una sensación que solo da un rey porque está muy preparado, conoce a todos los jefes de Estado e inspira confianza", destaca Debray. Respecto al encuentro que tuvo pocos días antes de la noticia de la abdicación, la autora asegura que "no se imaginó nada" y que lo que más le llamó la atención fue la "increíble complicidad" entre padre e hijo. "Noté una gran conexión entre ellos, me marcó mucho la relación tan fuerte que vi entre ellos", señala.
"La llegada al trono de Letizia, de familia republicana, supone la reconciliación de las dos Españas que se enfrentaron durante la Guerra Civil, ella está muy conectada con la sociedad española y eso va a hacer que Felipe VI también cambie su punto de vista respecto a su padre", asegura Debray, quien recuerda que la nueva reina está sometida a mucha presión porque "todos los ojos están puestos sobre ella".