domingo, 14 de octubre de 2012

Unos 1.500 'indignados' recorren Barcelona bajo el lema 'No debemos, no pagamos'

BARCELONA.- Unos 1.500 'indignados', según datos de los Mossos d'Esquadra', recorrieron ayer sábado las calles de Barcelona secundando una acción convocada a nivel mundial bajo el lema 'No debemos, no pagamos'.

   La protesta, bautizada como 'Global Noise' (Ruido Global) critica que los gobiernos destinen dinero público a pagar deuda soberana, que achacan a los bancos, por lo que lo consideran un uso "ilegítimo" de los recursos.
   La protesta contaba con la adhesión de 37 ciudades españolas y centenares de países, entre los que destacaba la participación de Nueva York liderada por el movimiento 'Occupy Wal Street'.
   La convocatoria de Barcelona, encabezada por los 'iaioflautas', recorrió calles como la Gran Via de les Corts Catalanes, plaza Catalunya, paseo de Gràcia, Aragó y Roger de Llúria, pasando por las sedes de la Delegación del Gobierno en Cataluña, la Bolsa y CiU, custodiadas por la policía.
   Según han explicado los Mossos d'Esquadra, algunos manifestantes habían hecho pintadas y habían tirado basura, huevos y piedras en la fachada del Deutsche Bank de la avenida Diagonal con paseo de Gràcia.
   Durante la marcha, que había comenzado a las 18.00 horas y se disolvió a las 20.45, se habrían visto pancartas a favor de una auditoría ciudadana de la deuda, lemas que reclamaban una renta básica universal y en contra de los recortes de los gobiernos español y catalán.

La marcha de los indignados impuso su voz en Colombia

BOGOTÁ.- Miles de colombianos salieron ayer las calles de esta capital para cerrar una semana en que diversos sectores de la sociedad enarbolaron reclamos a favor de la paz y contra las inequidades sociales como la pobreza, la exclusión y la crisis de la educación y la salud.

Convocada por 116 organizaciones sociales y populares, la marcha abarcó la víspera un amplio espectro en el que confluyeron campesinos, indígenas, mineros, estudiantes, profesionales y desempleados, movilizados pacíficamente en 25 de los 32 departamentos colombianos.

En Bogotá, la marea humana se encauzó, mediada la mañana, desde 10 puntos de la ciudad, entre ellos el Parque Nacional, para avanzar hacia el punto de concentración previsto, la Plaza Bolívar.

Durante el trayecto se incorporaron grupos de encapuchados, que los marchantes calificaron de infiltrados, quienes desencadenaron disturbios lanzando artefactos de fabricación casera.

Los grupos antimotines de la policía lanzaron bombas aturdidoras y gases lacrimógenos contra los manifestantes y, pese a las prohibición expresa del alcalde mayor de la ciudad, Gustavo Petro, continuaron haciéndolo en las proximidades de la Plaza Bolívar.

Líderes estudiantiles y sindicales repudiaron los ataque de los encapuchados y en varias ocasiones se arrodillaron en la vía publica gritando: "íNo con violencia!", tras asegurar que los encapuchados eran infiltrados, que cumplían funciones específicas.

En la Plaza del Rosario, en las cercanías del Museo del Oro, funcionarios distritales atendieron a varias personas afectadas por los gases, entre ellas un anciano herido en la cabeza y una fotógrafa de un medio alternativo, con una esquirla en un muslo.

Varios manifestantes, que prefirieron reservar su identidad, aseguraron a medios de prensa que los infiltrados actuaron con una intención definida: desvirtuar la naturaleza pacífica de la marcha y sus opbjetivos, mientras fuentes del gobierno persistían en asegurar que las garantías estaban dadas para el libre ejercicio del criterio.

La Alcaldía bogotana ordenó una investigación para comprobar si se registraron abusos de la fuerza pública, como lo reflejaron las cámaras e imágenes transmitidas en directo por la televisión.

Las grandes mayorías desfavorecidas de la población colombiana salieron a las calles a reivindicar sus derechos y a defender una paz con justicia social y soberanía en cuyo diálogo -próximo a concretarse entre las fuerzas guerrilleras de las FARC-EP y el ELN, y el gobierno, en Oslo, Noruega- quieren que su voz tenga también eco.

Una crisis sin precedentes / Pablo Pardo *

Ya es oficial. La crisis de España no tiene precedentes. Con esa idea se acaba este domingo la Asamblea anual del Fondo Monetario Internacional. José Viñals, ex subgobernador del Banco de España y actual director del Departamento de Asuntos Monetarios y Financieros del Fondo, dijo el miércoles que la salida de capitales de los países de la periferia de la eurozona hacia el centro es "muy extraordinaria en una unión monetaria" ("quite extraordinary").
El país que encabeza esa salida de capitales es España. Los inversores extranjeros han retirado dinero equivalente al 27% del PIB de España entre junio de 2011 y junio de 2012. La mayor parte de esa huída de capital se produjo entre enero y junio, y no hay signos de que se haya parado.
En un país que tuviera su propia moneda, eso implicaría que la divisa se habría despeñado. Un ejemplo: en 1997 Indonesia tuvo salidas de capital algo inferiores a las que España está teniendo; en 1998, iguales. En los seis primeros meses, la rupia indonesia pasó de 2.436 unidades por dólar a 14.800. La inflación rozó el 80%. El PIB cayó un 13,5%.
El sistema bancario quebró, el país vivió una revolución y una oleada de violencia étnica contra la comunidad de origen chino. Fue rescatado por el FMI con 43.000 millones de dólares (que hoy, descontada la inflación serían casi 48.000 millones de euros). Eso, en relación al tamaño de la economía de Indonesia, sería como si España recibiera 430.000 millones de euros, que muchos creen que es lo que en realidad necesitamos (más 100.000 para los bancos).
Pero España no tiene moneda y no puede devaluar. En el último año nuestra divisa, el euro, ha caído un 7%. Pero con la mayor parte de los países europeos, que son nuestros socios, vale lo mismo. La opción sería que los españoles perdiéramos un 30% de nuestro poder adquisitivo. O sea, volver a la posguerra.
Nuestra situación es peor que la de Grecia, porque, aunque nuestro sistema político es más eficaz (lo que tampoco es un piropo en sí mismo), nuestros problemas son mayores. El ajuste no solo no ha reducido el gasto público: lo ha aumentado drásticamente, del 3,6% del PIB al 4,5% en apenas seis meses. Es decir: excluido el pago de intereses de la deuda, el agujero de nuestro Gobierno es ahora unos 10.000 millones de euros mayor en relación al inicio del año. ¿Cómo es posible? Porque los recortes del gasto y las subidas de impuestos hacen que la actividad económica caiga más de lo previsto y sepultan la recaudación fiscal.
Pero el déficit público es el síntoma, no la raíz del problema. España, como ha dejado claro el FMI, no tiene un problema de gasto público. Tiene un problema de sistema financiero. Nuestros bancos están en quiebra. BBVA y Santander pueden seguir financiándose fuera, porque su estructura legal permite a sus filiales operar de forma independiente. Pero los demás, no. Y, después de la decisión de Standard and Poor’s de bajarnos el rating, dos de las principales agencias de calificación de riesgos nos han puesto al borde de la calificación de bono-basura. Una de ellas, Moody’s, amenaza desde setiembre con darnos nota de bono-basura.

El futuro

Si dos agencias nos declaran bono-basura, la situación sería dramática. Por un lado, nadie compraría nuestra deuda pública. Pero también afectaría a las empresas, porque las agencias de calificación de riesgos siempre mantienen una correlación entre el rating de la deuda pública y la privada.
El mercado europeo de bonos que no tienen el rango de inversión (que es lo que es un bono-basura) ronda los 250.000 millones de euros. La llegada de la deuda española lo inundaría. Solo si Telefónica e Iberdrola se vieran abocadas a entrar en ese mercado, su volumen crecería en 80.000 millones, según Financial Times. Esas empresas, al contrario que los bancos, no tienen una estructura societaria que les permita a sus filiales en el extranjero captar capitales.
Los bonos-basura (aunque la traducción literal del término junk bond es más bien 'bono-trasto') presentan muchos problemas para los inversores. Una gestora de fondos suele necesitar un mandato específico de sus inversores para comprar esos activos. Y exigen una rentabilidad mucho mayor por comprarla, del 10% o más.
Ése es el gran problema de España. El Fondo Monetario Internacional —que, al contrario de lo que muchos piensan, está defendiéndonos desde el inicio de esta crisis contra Alemania y otros presuntos aliados como Finlandia y Holanda— ha sido muy claro.
Así pues, estamos en quiebra. Están en quiebra los ayuntamientos, las comunidades autónomas, las familias y gran parte del sistema financiero. Si se comparan las cifras de deuda del Fondo en abril con las de ahora, se ve que esos pasivos apenas han sido recortados. El único que no está en quiebra es el Gobierno central. Pero él será quien acabe pagando la factura de los demás. Y eso también le llevará a la quiebra.
(*) Corresponsal de 'El Mundo' en Washington

Protestan en Cerro de Pasco contra España por los Tesoros de Odyssey

LIMA.- Ayer sábado,  grupo de pasqueños, dirigido por Rodolfo Rojas Villanueva, activista ecológico y cultural de Patria Verde de la región de Pasco, salieron a protestar en las calles de Cerro de Pasco para expresar su indignación contra el Gobierno español de Mariano Rajoy por apoderarse de los tesoros hallados por Odyssey.

Según señaló Rojas Villanueva, más de 21 toneladas de oro y plata transformadas en monedas y objetos que fueron hallados frente a las costas de Portugal en el año de 2007, les pertenecen.

“Ellos (los españoles) cuando invadieron nuestro territorio, como la ciudad minera de Cerro de Pasco, hicieron de él su colonia y tuvo su dominio por cerca de tres siglos, cometiendo actos de genocidio, exterminando millones de nuestros antepasados indígenas”.

“En tal virtud afirmamos que esas monedas fueron hechas con sangre, sudor y lágrimas de nuestros antepasados”, agregó.

 “España tiene que entender que sus antepasados hicieron tantos daños a nuestros antepasados y como una forma de curar esas heridas que sangra en la memoria de los peruanos, tienen que devolver los tesoros hallados por Odyssey en el Perú, por eso nos sentimos indignados”.

El activista denominó a la jornada el “Día de los reclamos de los Tesoros de Odyssey”. Agregó que esta jornada crecerá día a día hasta que España devuelva el botín. “Durante la Colonia, España fue esclavizante y genocida con nuestros antepasados indígenas que trabajaron hasta su muerte en los socavones. Al reclamo peruano el mundo le dará la justa razón. Además, dicha devolución se constituirá como una micro millonésima parte de los 300 años que saquearon nuestro territorio”.
                                                                                                                                                                                                                             
“Hoy las regiones del Perú profundo, de donde se extrajeron los metales para ser acuñadas las monedas: Pasco, Apurímac, Huánuco, Cajamarca, Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cusco, Puno, Arequipa, entre otros, reclaman la devolución de sus metales”.

El 'New York Times' publica los nombres de los grandes defraudadores españoles / Vicenç Navarro *

El New York Times ha ido publicando una serie de artículos sobre Emilio Botín, presentado por tal rotativo como el banquero más influyente de España, y Presidente del Banco de Santander, que tienen inversiones financieras de gran peso en Brasil, en Gran Bretaña y en Estados Unidos, además de en España. En EE..UU. el Banco de Santander es propietario de Sovereign Bank. 
 
Lo que le interesa al rotativo estadounidense no es, sin embargo, el comportamiento bancario del Santander, sino el de su Presidente y el de su familia, así como su enorme influencia política y mediática en España. Un indicador de esto último es que ninguno de los cinco rotativos más importantes del país ha citado o hecho comentarios sobre esta serie de artículos en el diario más influyente de EE.UU. y uno de los más influyentes del mundo. 

Es de suponer que si se escribieran artículos semejantes, por ejemplo, sobre el expresidente Zapatero, tales reportajes serían noticia. No así en el caso Emilio Botín.Una discusión importante de tales artículos es el ocultamiento por parte de Emilio Botín y de su familia de unas cuentas secretas establecidas desde la Guerra Civil en la banca suiza HSBC. Por lo visto, en las cuentas de tal banco había 2.000 millones de euros que nunca se habían declarado a las autoridades tributarias del Estado español. Pero, un empleado de tal banco suizo, despechado por el maltrato recibido por tal banco, decidió publicar los nombres de las personas que depositaban su dinero en dicha banca suiza, sin nunca declararlo en sus propios países. 

Entre ellos había nada menos que 569 españoles, incluyendo a Emilio Botín y su familia, con grandes nombres de la vida política y empresarial (entre ellos, por cierto, el padre del President de la Generalitat, el Sr. Artur Mas; José María Aznar; Dolores Cospedal; Rodrigo Rato; Narcís Serra; Eduardo Zaplana; Miguel Boyer; José Folgado; Carlos Solchaga; Josep Piqué; Rafael Arias-Salgado; Pío Cabanillas; Isabel Tocino; Jordi Sevilla; Josu Jon Imaz; José María Michavila; Juan Miguel Villar Mir; Anna Birulés; Abel Matutes; Julián García Vargas; Ángel Acebes; Eduardo Serra; Marcelino Oreja...). Según el New York Times, esta práctica es muy común entre las grandes familias, las grandes empresas y la gran banca. El fraude fiscal en estos sectores es enorme. Según la propia Agencia Tributaria española, el 74% del fraude fiscal se centra en estos grupos, con un total de 44.000 millones de euros que el Estado español (incluido el central y los autonómicos) no ingresa. 

Esta cantidad, por cierto, casi alcanza la cifra del déficit de gasto público social de España respecto la media de la UE-15 (66.000 millones de euros), es decir, el gasto que España debería gastarse en su Estado del Bienestar (sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios a personas con dependencia, y otros) por el nivel de desarrollo económico que tiene y que no se gasta porque el Estado no recoge tales fondos. Y una de las causas de que no se recojan es precisamente el fraude fiscal realizado por estos colectivos citados en el New York Times. 

El resultado de su influencia es que el Estado no se atreve a recogerlos. En realidad, la gran mayoría de investigaciones de fraude fiscal de la Agencia Tributaria se centra en los autónomos y profesionales liberales, cuyo fraude fiscal representa -según los técnicos de la Agencia Tributaria del Estado español- sólo el 8% del fraude fiscal total. Es también conocida la intervención de autoridades públicas para proteger al Sr. Emilio Botín de las pesquisas de la propia Agencia Tributaria. El caso más conocido es la gestión realizada por la ex Vicepresidenta del Gobierno español, la Sra. De la Vega, para interrumpir una de tales investigaciones. Pero el Sr. Botín no es el único. Como señala el New York Times, hace dos años, César Alierta, presidente de Telefónica, que estaba siendo investigado, dejó de estarlo. 

Como escribe el New York Times con cierta ironía, "el Tribunal desistió de continuar estudiando el caso porque, según el juez, ya había pasado demasiado tiempo entre el momento de los hechos y su presentación al tribunal". Una medida que juega a favor de los fraudulentos es la ineficacia del Estado así como su temor a realizar la investigación. Fue nada menos que el Presidente del Gobierno español, el Sr. José Mª Aznar, que en un momento de franqueza admitió que "los ricos no pagan impuestos en España". 

Tal tolerancia por parte del Estado con el fraude fiscal de los súper ricos se justifica con el argumento de que, aún cuando no pagan impuestos, las consecuencias de ello son limitadas porque son pocos. El Presidente de la Generalitat de Catalunya, el Sr. Artur Mas, ha indicado que la subida de impuestos de los ricos y súper ricos tiene más un valor testimonial que práctico, pues su número es escaso. La solidez de tal argumento, sin embargo, es nula. En realidad, alcanza niveles de frivolidad.

Ignora la enorme concentración de las rentas y de la propiedad existente en España (y en Catalunya), uno de los países donde las desigualdades sociales son mayores y el impacto redistributivo del Estado es menor. Los 44.000 millones de euros al año que no se recaudan de los súper ricos por parte del Estado hubieran evitado los enormes recortes de gasto público social que el Estado español está hoy realizando.Pero otra observación que hace el New York Times sobre el fraude fiscal y la banca es el silencio que existe en los medios de información sobre tal fraude fiscal. 

Tal rotativo cita a Salvador Arancibia, un periodista de temas financieros en Madrid, que trabajó para el Banco Santander, que señala como causas de este silencio el hecho de que el Banco Santander gasta mucho dinero en anuncios comerciales, siendo la banca uno de los sectores más importantes en la financiación de los medios, no sólo comprando espacio de anuncios comerciales, sino también proveyendo créditos -aclara el Sr. Salvador Arancibia- "...medidas de enorme importancia en un momento como el actual, donde los medios están en una situación financiera muy delicada". De ahí que tenga que agradecer al diario que se atreva a publicarlo, porque hoy, artículos como los que publica el New York Times y el mío propio, no tienen fácil publicación en nuestro país. Es lo que llaman "libertad de prensa".

(*) Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University