BARCELONA.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE),
Mario Draghi, ha asegurado que entiende "perfectamente" la rabia que
sienten las personas afectadas por las medidas de austeridad,
especialmente los jóvenes, en países como España, siempre y cuando no se
conviertan en actos violentos.
"Puedo entenderlo perfectamente, pero si adquiere rasgos
violentos solo lo puedo condenar", ha afirmado tras la reunión del
Consejo de Gobierno del BCE en Barcelona.
A su juicio, la mejor respuesta de los gobernantes ante esta
indignación es garantizar que las medidas que se apliquen sean las
correctas y estar convencidos de que son las correctas: "Ser claros, ser
sinceros; con uno mismo y con los demás".
La mañana de reuniones del Banco Central
Europeo (BCE) este jueves en Barcelona se ha desarrollado sin
movilizaciones y con un fuerte despliegue policial que ha blindado los
dos puntos claves de la cita: el Centro de Convenciones del Fórum y el
Hotel Arts, donde está alojada la comitiva.
Desde primera hora de la mañana, Mossos d'Esquadra, Policía
Nacional y Guardia Civil han aislado los dos edificios, especialmente el
Hotel Arts, rodeado de decenas de furgonetas de la Policía Nacional y
vigilado por un helicóptero de la Guardia Civil.
El momento de mayor control y despliegue policial se ha producido
sobre las 14.15 horas, cuando, después de reunirse el Consejo de
Gobierno del BCE, una comitiva encabezada por el presidente del
organismo, Mario Draghi, y el gobernador del Banco de España, Miguel
Ángel Fernández Ordoñez, ha abandonado el hotel para desplazarse al
Centro de Convenciones y ofrecer una rueda de prensa.
La comitiva de tres furgonetas escoltada por la policía ha salido
del edificio sin incidencias ante la mirada de curiosos que se han
agolpado a las puertas del hotel y el sonido de los cláxones de los
turismos, impacientes por el corte de tráfico realizado por la Guardia
Urbana para facilitar la salida de los coches oficiales.
Todo este despliegue policial sin manifestantes en la zona, con
excepción de un grupo de unos cien estudiantes que, una vez se ha hecho
la concentración en contra de las subidas de las tasas universitarias,
han decidido bajar hacia el campus de la UPF, muy próximo al hotel Arts.
Entre el campus y el hotel, un fuerte despliegue de mossos
uniformados y sobre todo de agentes de paisano con el rostro cubierto y
un brazalete identificado han hecho guardia por si los estudiantes
decidían acercarse el hotel.
Sin embargo, el grupo de universitarios ha abandonado la zona
después de que el campus hubiese cerrado en torno a las 13 horas por
razones de seguridad.
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, se ha mostrado convencido
por la mañana de que todo irá bien al ser preguntado sobre la seguridad
durante la reunión, y ha considerado que en ocasiones se es más
pesimista de lo necesario: "Esta ciudad sabe actuar, sabe hacer las
cosas; se han tomado todas la medidas que deben tomarse".
Ha agregado que la gente tiene derecho a protestar y manifestarse
contra lo que quieran, pero sin violencia, con lo que ha concluido:
"Pido a todos que abandonen la violencia. La violencia no tiene lugar en
esta ciudad".