jueves, 20 de octubre de 2011

Gadafi muere tras ser capturado con vida

BENGASI.- El primer ministro del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mahmud Jibril, ha confirmado este jueves en rueda de prensa la muerte del derrocado líder libio Muamar Gadafi y ha señalado que el presidente del CNT, Mustafá Abdel Jalil, anunciará hoy mismo o como muy tarde mañana la liberación del país.

   "Confirmamos que todos los demonios, además de Gadafi, se han desvanecido de este querido país. Creo que los libios deben darse cuenta de que es el momento de iniciar una nueva Libia, una Libia unida, un pueblo, un futuro", ha subrayado.

   Jibril ha adelantado que "Mustafá Abdel Jalil saldrá hoy o como máximo mañana para declarar la liberación del país y para dar detalles específicos sobre la muerte de Gadafi". La declaración de la liberación del país supondrá el pistoletazo de salida del calendario que se ha fijado el Gobierno interino y que busca instaurar la democracia tras 42 años de dictadura.

   Por otra parte, Jibril ha dicho tener información no confirmada de que Saif al Islam, el hijo más conocido de Gadafi, está siendo perseguido en las proximidades de Sirte y que su convoy ha sido atacado.

   Asimismo, ha aprovechado para pedir a la vecina Argelia que entregue a los miembros de la familia Gadafi que buscaron refugio allí en agosto. Se trata de su única hija, Aisha, que dio a luz tras llegar a Argelia, y de sus hijos Mohamed y Hannibal.

Gadafi murió hoy de un balazo en el estómago después de ser capturado

DUBAI.- El líder libio Muamar Gadafi falleció hoy como consecuencia directa de un balazo en los intestinos que recibió tras haber sido capturado con vida, según declaró el doctor Ibrahim Tika tras examinar el cuerpo sin vida del coronel.

   "Gadafi fue arrestado con vida, pero lo mataron después", explicó el doctor Taka. En el cuerpo de Gadafi fue hallada "una bala que penetró en sus entrañas y esa fue la causa principal de su muerte". También se tiene constancia de una segunda herida de bala, un disparo que atravesó limpiamente su cabeza, añadió.
   El doctor también examinó el cuerpo sin vida del hijo de Gadafi, Motassim. Las pruebas realizadas en la sangre del cadáver revelan que falleció "después de que lo hiciera su padre".
   El cuerpo de Motassim presentaba "un gran agujero encima del pecho, directamente debajo del cuello, tres heridas en la espalda, sobre la rabadilla y en la parte trasera de las piernas", así como antiguos restos de metralla alojados en su cuerpo desde hace algunos días.

Aviones franceses detuvieron el convoy que sacaba a Gadafi de Sirte

PARÍS.- El ministro de Defensa francés, Gerard Longuet, ha anunciado esta tarde que aviones de la fuerza aérea gala fueron los encargados de detener al convoy que estaba sacando a Muamar Gadafi de Sirte, su ciudad natal y uno de los últimos bastiones que le quedaban a las fuerzas gadafistas hasta hoy.

   Según ha explicado Longuet, los aviones franceses identificaron y detuvieron el convoy en el que resultó que viajaba Gadafi, quien falleció posteriormente durante los enfrentamientos que se produjeron en tierra entre sus fuerzas y las del Consejo Nacional de Transición (CNT).
   El convoy, que estaba compuesto por "varias decenas de vehículos", "fue detenido en su progresión cuando intentaba huir de Sirte, pero no ha sido destruido por la intervención francesa", ha señalado Longuet, que ha aclarado que a continuación intervinieron combatientes del CNT, que destruyeron los vehículos, de los que "sacaron al coronel Gadafi".
   Esta mañana, fuentes de la OTAN habían reconocido que aviones que participan en la operación en Libia habían llevado a cabo un bombardeo en Sirte. "Ha habido un ataque aéreo esta mañana. Pero no sabemos si era el mismo convoy en el que viajaba" Gadafi, han indicado fuentes del cuartel militar de la Alianza Atlántica.
   Posteriormente, diversos testigos citados por los medios internacionales habían apuntado a que Gadafi había sido encontrado en su escondite en Sirte. Aunque inicialmente se había informado de su captura herido, posteriormente se anunció su muerte, sin que por ahora estén claras las circunstancias.

Gadafi muere defendiendo un régimen totalitario y represivo

LONDRES.- El coronel Muamar Gadafi, que gobernó Libia durante 42 años, ha muerto defendiendo un régimen totalitario y represivo que tocó a su fin el pasado 23 de agosto, con la toma de Trípoli por parte de las fuerzas que se crearon para derrocar al dirigente por haber aplastado las protestas antigubernamentales de febrero.

   Gadafi, conocido en todo el mundo por su excentricidades --como su equipo de exóticas mujeres guardaespaldas o las jaimas que montaba en sus visitas oficiales a otros países--, huyó de la capital cuando comprobó que las fuerzas rebeldes se estaban acercando. No había rastro de él, y algunos dijeron que se ocultaba en una zona desértica del sur del país.
   El exlíder libio ha fallecido el mismo día en que las fuerzas del Consejo Nacional de Transición (CNT) --el Gobierno interino formado por los sublevados-- han anunciado la toma de las últimas posiciones que estaban en manos de los 'gadafistas' en Sirte, ciudad natal del dictador.
   Gadafi tenía un carisma que, al menos al principio de su régimen, le granjeó el apoyo de muchos ciudadanos libios. Su disposición a enfrentarse a las potencias occidentales y a Israel, tanto verbalmente como con acciones, le hizo ganar un cierto prestigio en otros Estados árabes donde la gente consideraba a sus gobernantes demasiado abúlicos.
   Aunque en países como Túnez y Egipto las revoluciones llevadas a cabo por sus ciudadanos provocaron la caída de sus respectivos regímenes con bastante rapidez, en el caso de Libia no fue así, y comenzó un conflicto en el que acabaron interviniendo varios países, luego comandados por la OTAN, para proteger a la población libia de los ataques de las fuerzas gubernamentales.
   Durante la mayor parte de los 42 años que duró el régimen, Gadafi ocupó una posición importante en la galería de 'villanos' del mundo. Mantenía un férreo control sobre el país eliminando a los disidentes y negándose a designar a un sucesor.
   El 'Guía de la Revolución', que tomó el poder en 1969 mediante un golpe de Estado militar, consiguió mejorar la relación de su Gobierno con Occidente en 2003 al renunciar a su programa para fabricar armas de destrucción masiva a cambio de la suspensión de las sanciones que le habían impuesto.
   Sus días estaban contados a partir del momento en que usó sus armas contra los manifestantes y ordenó al Ejército que limpiase la ciudad de Benghazi en febrero, lo que llevó a la comunidad internacional a iniciar una campaña de bombardeos aéreos en Libia, con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, que favoreció a las fuerzas rebeldes.
   El Tribunal Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el líder libio, su hijo Saif al Islam y el antiguo jefe de los servicios de Inteligencia Abdala al Senussi por haber planeado la represión violenta de la revuelta, que comenzó en el este del país.
   Cientos de manifestantes murieron abatidos a tiros por las fuerzas gubernamentales y, ya iniciada la guerra civil, mientras las fuerzas 'gadafistas' avanzaban hacia Benghazi, advirtió a los rebeldes de que no tendría "piedad ni compasión". Afirmó que iba a perseguirlos y atraparlos "callejón por callejón, casa por casa, habitación por habitación".
   Uno de los ataques de la OTAN acabó con la vida del hijo menor de Gadafi, Saif al Arab, y tres de sus nietos, pero ésa no fue la primera vez que los países occidentales causaban la muerte de un miembro de su familia.
   El expresidente estadounidense Ronald Reagan describió a Gadafi como un "perro loco" y envió a Libia aviones de guerra que bombardearon el complejo militar de Bab al Aziziya (en Trípoli), su base principal, en 1986, después de un atentado con bomba perpetrado en una discoteca de Berlín Occidental del que Reagan culpó a agentes libios.
   El líder libio usó el edificio bombardeado entonces, que durante 25 años no fue reparado, para pronunciar uno de los primeros discursos que dio durante la guerra. Gadafi dijo que la rebelión la habían llevado a cabo "ratas y mercenarios" que estaban bajo la influencia de drogas alucinógenas que echaban en el café y a quienes el entonces líder de Al Qaeda, Usama bin Laden, había lavado el cerebro.
   A medida que pasaban las semanas, surgían rumores de que el dirigente había muerto o resultado herido en los ataques de la OTAN. Para desmentirlo, aparecía de vez en cuando hablando en televisión, aunque sus últimos discursos fueron difundidos sin imágenes, probablemente para no dar pistas sobre su paradero. En uno de esos mensajes afirmó: "No voy a dejar esta tierra, moriré aquí, como un mártir".
   Gadafi no ocupaba cargo gubernamental alguno y era conocido como el 'Líder Hermano' y el 'Guía de la Revolución'. Se esforzó por tener influencia en África y lo hizo, en parte, siendo espléndido con otros países más pobres utilizando los ingresos obtenidos de la explotación de los recursos petroleros libios.
   En sus visitas al extranjero llamaban la atención sus excentricidades. Cuando el año pasado viajó a Italia, invitó a cientos de mujeres jóvenes a convertirse al Islam, algo que eclipsó la visita, cuyo objetivo era consolidar los vínculos entre Trípoli y Roma.
   Los cables diplomáticos estadounidenses hechos públicos por WikiLeaks revelaron otros gustos del líder libio. Uno de ellos cuenta que insistió en alojarse en la planta baja cuando fue a Nueva York en 2009 para asistir a una reunión en la sede de la ONU y que se negaba a subir más de 35 escalones.
   También se supo que tenía un equipo de cuatro enfermeras de nacionalidad ucraniana, una de las cuales era descrita como una "rubia voluptuosa".
   Muamar Gadafi, hijo de un pastor beduino, nació en 1942 en una jaima cerca de Sirte, en la costa mediterránea. Dejó de estudiar Geografía en la universidad para iniciar una carrera en el Ejército. En 1969 tomó el poder a través de un golpe militar incruento en el que derrocó al rey Idriss, y en los años 70 formuló su 'Tercera Teoría Universal', una mezcla entre el comunismo y el capitalismo, plasmada en su 'Libro Verde'.
   Mientras gobernaba, Libia se desarrolló rápidamente, aunque ahora la economía nacional está pagando el precio de la guerra y las sanciones. Una de las primeras tareas que emprendió fue reorganizar las Fuerzas Armadas, pero también gastó miles de millones de dólares en mejorar las condiciones de vida en el país, ganándose el apoyo de las clases populares.
   Invirtió en proyectos de gran envergadura como la construcción de una fábrica de acero en Misrata o el Gran Río Artificial, una red de tuberías para transportar agua desde pozos del desierto hasta localidades costeras.
   Gadafi adoptó la idea del panarabismo defendida por el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser e intentó, sin éxito, unir Libia, Egipto y Siria en una federación. Otro intento de unir Libia y Túnez tampoco tuvo éxito.
   En 1977, cambió el nombre del país, designándolo Gran Jamahiriya (Estado de las Masas) Socialista Popular Árabe Libia.
   Durante gran parte de su gobierno, sufrió el rechazo de los países occidentales, que le acusaban de tener vínculos con grupos terroristas y movimientos revolucionarios. Fue vilipendiado especialmente después del atentando con bomba perpetrado en 1988 por agentes libios en un avión de la aerolínea estadounidense Pan Am que cayó sobre la ciudad escocesa de Lockerbie. Murieron 270 personas.
   Las sanciones que impuso la ONU en 1992 para obligar a Trípoli a entregar a dos sospechosos libios paralizaron la economía, apagaron el espíritu revolucionario de Gadafi y suavizaron su postura anticapitalista y sus discursos contra Occidente.

El Partido del 15-M, sin relación con el movimiento de Sol, se presenta en Madrid, Sevilla, Valencia y Alicante

MADRID.- El Partido del Movimiento Ciudadano 15 de Mayo, que se presenta con las siglas 15-M y que no tiene relación con la movilización que nació en la madrileña Puerta del Sol la pasada primavera, ha presentado candidaturas a las elecciones generales del 20 de noviembre en cuatro provincias, Madrid, Sevilla, Valencia y Alicante, tanto al Congreso como al Senado.
 
   Esta formación está registrada en el Ministerio del Interior desde 2007, aunque este año ha cambiado el nombre para adoptar el actual del Movimiento Ciudadano. Su candidato al Congreso por Madrid, José María Rivera Córdoba, tiene amplia experiencia como aspirante a diputado y siempre bajo ofertas electorales de distinta denominación.
   Así, fue candidato al Congreso en 2004 por esta misma provincia como cabeza de lista del Partido de los Autónomos, Jubilados y Viudas (PAE) y cuatro años antes, en 2000, encabezó la oferta electoral del Partido de los Autónomos Españoles, Pensionistas e Independientes (PAE) también a la Cámara Baja.
   Bajo la misma denominación actual del Partido del Movimiento Ciudadano 15-M ha presentado candidaturas también en Valencia y Alicante. En el caso de las listas al Congreso, están encabezadas por Jesús Rivera Córdoba y Fernando Rivera Córdoba, respectivamente, idénticos apellidos que los del número uno por Madrid. La lista a la Cámara Baja de la provincia de Sevilla lleva de número uno a Ángel Luis Pazos.
   Tras el cambio en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, todos los partidos que se presentan a las elecciones de este año han tenido que conseguir avales equivalentes al 0,1 por ciento del censo de la circunscripción en la que quiera presentarse.
   El Boletín Oficial del Estado publicó ayer miércoles todas las candidaturas presentadas en el país a las elecciones generales convocadas para el 20 de noviembre. Se abre ahora un plazo de revisión y la próxima semana se proclamarán las candidaturas definitivas.

Arrestada Naomi Wolf por defender a los indignados de Nueva York

LONDRES.- Naomi Wolf, reconocida activista de los derechos de la mujer, ha sido arrestada en Nueva York al intentar defender a un grupo de indignados de un enfrentamiento con la Policía, según informa The Guardian

La activista de 49 años ha sido detenida después de ignorar las advertencias de la Policía y permanecer en la calle junto a los componentes del movimiento 'Occupy Wall Street' y no dentro del edificio donde se celebraba una entrega de premios en honor del gobernador del Estado, Andrew Cuomo, organizado por por la fundadora The Huffington Post, Arianna Huffington y donde Wolf es colaboradora.
Según The Guardian, Wolf se encaró a los agentes diciéndoles que "ellos (los indignados) no necesitan un permiso para usar megáfonos" y que no era cierto que estuvieran impidiendo el paso a una fiesta a la que ella misma estaba invitada. 
Los componentes de 'Occupy Wall Street' se habían reunido para pedir que los invitados al evento consideraran su negativa a dar apoyo al "impuesto para millonarios" al que el gobernador Cuomo (demócrata) se opone. 
Según el reportero de la cadena TV News Now, Ryan Devereaux, algunos indignados gritaban: "¿Dónde está Cuomo? Protegiendo al 1%?". El 1% corresponde a aquellas personas que controlan Wall Street y que según los indignados son los responsables de la actual crisis financiera.
Tras la detención de Wolf, los manifestantes marcharon a la Comisaría  donde la activista prestó declaración y fue liberada horas después entre aplausos y cantos de ánimo de los indignados.

Democracia, constitucionalismo y crisis / Gerardo Pisarello *

La agudización de la crisis ha colocado a la democracia en el centro de una áspera disputa. En Nueva York y Atenas, en El Cairo y en Madrid, en Marsella, Londres, Barcelona o Reikavik, miles de jóvenes precarios, trabajadoras y trabajadores despedidos, maestros, pensionistas, personas hipotecadas e inquilinos expuestos al desahucio, artistas, migrantes, periodistas e internautas, vecinos afectados por la privatización o el deterioro de la sanidad, la educación, el agua o el transporte, denuncian la degradación de la vida política y económica. Afirman que no quieren ser “una mercancía en manos de políticos y banqueros”. Y exigen, en un grito que atraviesa el planeta: “¡Democracia real ya!”.

Esta demanda democratizadora contrasta de manera visible con el desconcierto o la pasividad de las clases gobernantes. En su boca, la democracia continúa presentándose como el más legítimo de los regímenes políticos. Mientras tanto, el grueso de los elementos con los que ésta suele identificarse –el gobierno de las mayorías, el pluralismo político, la protección de las minorías vulnerables, la vigencia de libertades públicas amplias- se encuentra en crisis. Decisiones cruciales para la seguridad material y la autonomía de amplios sectores de la población son adoptadas por grupos privados carentes de legitimidad electoral o de control ciudadano alguno. Entidades financieras, grandes inversores, oligopolios informativos, agencias de calificación de deuda, empresas transnacionales, concentran un poder inédito, capaz de colonizar partidos, parlamentos y tribunales y de reducir consignas como las de “una persona un voto” a poco menos que quimeras.

Naturalmente, la percepción de estos fenómenos está condicionada por la idea de democracia que se profese. Las concepciones liberal-tecnocráticas dominantes, de hecho, minimizan esta distancia entre el ideal democrático y su práctica efectiva. Para ello, suelen reducirlo a una simple técnica de recambio periódico de las élites gobernantes. Esta concepción restrictiva de la democracia, que permite descalificar como demagógica o maximalista cualquier crítica que pretenda mirar más allá de estas premisas, oculta, no obstante, su sentido histórico profundo. Y acaba por dar cobertura a regímenes que, cada vez más, operan como oligarquías isonómicas, es decir, como regímenes controlados por minorías económicas que apenas admiten, de manera selectiva, el disfrute de algunas libertades públicas.

Esta tensión entre democracia y oligarquía, o si se prefiere, entre Constitución democrática y Constitución oligárquica, no es desde luego nueva. Fue lúcidamente entrevista por pensadores como Aristóteles y atraviesa la historia de la humanidad desde la antigüedad hasta nuestros días. En ella no faltan, al igual que hoy, teorías y prácticas empeñadas en despojar al principio democrático de su componente igualitario y emancipatorio, marginándolo o reduciéndolo a una pieza inofensiva de la organización social. Estos intentos se han presentado bajo diferentes ropajes. Como necesario antídoto contra la “tiranía de las mayorías”. Como defensa de la Constitución mixta frente a la Constitución popular, siempre expuesta a los “humores de la multitud”. O simplemente como una apuesta por la democracia limitada, moderada, frente a la extremista democracia pura o absoluta. Dispuestos a ganar el sentido común, estos argumentos han intentado cubrirse con la bandera de la moderación, del rechazo a la hybris, al exceso. Pero han dado voz, invariablemente, a temores e intereses exaltados, vinculados a posiciones elitistas y a plutocracias de diverso signo.

Que para identificar esta persistente corriente antidemocrática se evoque a Termidor no es baladí. Termidor fue el mes –según el calendario revolucionario francés- en que tuvo lugar el golpe de Estado de 1794 contra el movimiento democrático que surgió de la caída de la Monarquía y de la proclamación de la República. Dicho golpe supuso la interrupción de un proceso vigoroso de lucha por la extensión de los derechos políticos y sociales de la población, comenzando por sus miembros más vulnerables. Desde entonces, Termidor ha quedado identificado con los procesos de desdemocratización realizados en nombre de la gran propiedad y del gobierno de los notables (y a veces, también, con la degradación burocrática y despótica de las reacciones contra otras tiranías o plutocracias).

De ahí su importancia en los tiempos que corren. Y es que la llamada globalización neoliberal, el capitalismo financiarizado al que ha dado lugar, también podrían considerarse el último capítulo de un largo Termidor. De una honda recomposición en las relaciones de poder que, apelando al ideal democrático, ha acabado por desnaturalizarlo en beneficio de un orden constitucional con fuertes componentes oligárquicos. Esta contrarreforma tiene una fuerza innegable. Pero no es inevitable ni irreversible. Como ocurre con otros conceptos usados en vano, la noción de democracia puede ser rehabilitada, rescatada del naufragio. Para comenzar, si se vincula a su mejor herencia histórica. La que entronca con el constitucionalismo revolucionario de los siglos XVII y XVIII, con el constitucionalismo democrático republicano de entreguerras, en el siglo XX, e incluso con experiencias como las del llamado nuevo constitucionalismo latinoamericano, ya en el siglo XXI. La que va de Efialtes y Aspasia de Mileto a Thomas Paine y Karl Marx, de Flora Tristán y Rosa Luxemburg a Patrice Lumumba y Martin Luther King. Ello nos ayudaría a verla, no ya como un simple mecanismo de renovación de élites, sino como una inveterada tradición emancipatoria. Una de las pocas quizás, capaz de abanderar hoy las exigencias de millones de mujeres y hombres a favor del autogobierno político y económico de todas las personas y pueblos y de la reproducción sostenible de la vida en el planeta. 

(*) Gerardo Pisarello, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, es miembro del Comité de Redacción de SinPermiso.