sábado, 21 de abril de 2012

El suicidio económico de Europa / Paul Krugman *

La semana pasada, The New York Times informaba de un fenómeno que parece extenderse cada vez más en Europa: los suicidios “por la crisis económica” de gente que se quita la vida desesperada por el desempleo y las quiebras de las empresas. Era una historia desgarradora, pero estoy seguro de que yo no era el único lector, especialmente entre los economistas, que se preguntaba si la historia principal no será tanto la de las personas como la de la aparente determinación de los líderes europeos de cometer un suicidio económico para el continente en su conjunto.

Hace solo unos meses albergaba algo de esperanza respecto a Europa. Es posible que recuerden que a finales del pasado otoño Europa parecía estar al borde de la crisis financiera, pero el Banco Central Europeo, homólogo europeo de la Reserva Federal estadounidense, acudió al rescate. Ofreció a los bancos europeos unas líneas de crédito indefinidas siempre que presentaran bonos de los Gobiernos europeos como garantía, lo que ayudó directamente a los bancos e indirectamente a los Gobiernos, y puso fin al pánico.

La cuestión por aquel entonces era saber si esta acción valiente y eficaz sería el inicio de un replanteamiento más amplio, y si los líderes europeos usarían el oxígeno que el banco había insuflado para reconsiderar las políticas que llevaron las cosas a un punto crítico en primer lugar.

Pero no lo hicieron. En vez de eso, persistieron en sus políticas y en sus ideas que no dieron resultados. Y cada vez resulta más difícil creer que algo les hará rectificar el rumbo. Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla.

Piensen en la situación en España, que actualmente es el epicentro de la crisis. Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla, con una tasa de desempleo total del 23,6%, comparable a la de EE UU en el peor momento de la Gran Depresión, y con una tasa de paro juvenil de más del 50%. Esto no puede seguir así, y el hecho de haber caído en la cuenta de ello es lo que está incrementando cada vez más los costes de financiación españoles.

En cierta forma, no importa realmente cómo ha llegado España a este punto, pero por si sirve de algo, la historia española no se parece en nada a las historias moralistas tan populares entre las autoridades europeas, especialmente en Alemania. España no era derrochadora desde un punto de vista fiscal; en los albores de la crisis tenía una deuda baja y superávit presupuestario. Desgraciadamente, también tenía una enorme burbuja inmobiliaria, que fue posible en gran medida gracias a los grandes préstamos de los bancos alemanes a sus homólogos españoles. Cuando la burbuja estalló, la economía española fue abandonada a su suerte. Los problemas fiscales españoles son una consecuencia de su depresión, no su causa.

Sin embargo, la receta que procede de Berlín y de Fráncfort es, lo han adivinado, una austeridad fiscal aún mayor.

Esto es, hablando sin rodeos, descabellado. Europa ha tenido varios años de experiencia con programas de austeridad rigurosos, y los resultados son exactamente lo que los estudiantes de historia les dirían que pasaría: semejantes programas sumen a las economías deprimidas en una depresión aún más profunda. Y como los inversores miran el estado de la economía de un país a la hora de valorar su capacidad de pagar la deuda, los programas de austeridad ni siquiera han funcionado como forma de reducir los costes de financiación.

Lo que es realmente inconcebible es mantener el rumbo actual e imponer una austeridad cada vez más rigurosa

¿Cuál es la alternativa? Bien, en la década de 1930 —una época cuyos detalles la Europa moderna está empezando a reproducir de forma cada vez más fiel— el requisito fundamental para la recuperación fue una salida del patrón oro. La medida equivalente ahora sería una salida del euro, y el restablecimiento de las monedas nacionales. Pueden decir que esto es inconcebible, y que sin duda alguna sería enormemente perjudicial tanto económica como políticamente. Pero lo que es realmente inconcebible es mantener el rumbo actual e imponer una austeridad cada vez más rigurosa a países que ya están sufriendo un desempleo de la época de la Depresión.

Por eso, si los líderes europeos quisieran realmente salvar al euro estarían buscando un rumbo alternativo. Y la forma de dicha alternativa es en realidad bastante clara. Europa necesita más políticas monetarias expansionistas, en forma de buena disposición —una buena disposición anunciada— por parte del Banco Central Europeo para aceptar una inflación algo más elevada; necesita más políticas fiscales expansionistas, en forma de presupuestos en Alemania que contrarresten la austeridad en España y en otros países en apuros de la periferia europea, en vez de reforzarla. Incluso con esas políticas, los países periféricos se enfrentarían a años de tiempos difíciles, pero al menos existiría alguna esperanza de recuperación.

Sin embargo, lo que estamos viendo en realidad es una falta de flexibilidad absoluta. En marzo, los líderes europeos firmaron un pacto fiscal que establece de hecho la austeridad fiscal como respuesta ante todos y cada uno de los problemas. Mientras tanto, los principales directivos del banco central insisten en recalcar la voluntad del banco de aumentar los tipos a la más mínima señal de una inflación más elevada.

Por eso resulta difícil evitar una sensación de desesperación. En vez de admitir que han estado equivocados, los líderes europeos parecen decididos a tirar su economía —y su sociedad— por un precipicio. Y el mundo entero pagará por ello.

(*) Premio Nobel de Economía 2008, es catedrático de la Universidad de Princeton

Horas difíciles para la Monarquía en España


MADRID.- Se preparó toda la vida para ser Rey, pero no para pedir perdón. Los reyes no se excusan, no dan explicaciones, no se justifican, no prometen enmendarse. Si sucede, es que algo muy grave está pasando, una crisis de proporciones desconocidas. Estos días, antes y después del impacto de las imágenes del Rey con la cabeza gacha reclamando a los españoles que le den otra oportunidad, prometiendo que no volverá a equivocarse, en todos los despachos del poder político y empresarial, las preguntas se repiten: ¿Estamos ante el ocaso de don Juan Carlos? ¿Superará la Monarquía esta crisis? ¿Ha llegado el momento de pensar en una abdicación?, se pregunta 'El País'.

La de don Juan Carlos ha sido una vida acelerada, llena de sorpresas y momentos cumbre en los que todo podía salir fatal. En un país con dos repúblicas a sus espaldas, con un partido centenario como el PSOE de tradición republicana, con una izquierda y unos nacionalistas declaradamente antimonárquicos y una parte importante de la derecha que nunca quiso la Monarquía y mucho menos a este Rey, la tranquilidad estaba descartada. Pero nadie en su entorno, y mucho menos él mismo, pensó nunca que la crisis de credibilidad llegaría tan lejos precisamente en el momento más difícil, en el que sus 74 años, 36 de ellos como Rey, sus problemas de salud y sus dificultades de movimientos hacían que muchos, siempre en sordina, siempre en los cenáculos del poder en Madrid, hablaran ya de la sucesión.
El Rey, señalan los que le conocen, se quedó muy impactado al comprobar la profunda indignación que había causado una noticia que nunca se pensó como tal. Como en otras muchas ocasiones, había preparado un viaje privado destinado a ser absolutamente secreto. Como otras veces —la fotografía que se ha publicado en una cacería y que ha rematado el escándalo es de 2006— se había organizado para él una cacería de elefantes en Botsuana. Otras veces fueron búfalos, otras osos en Rumanía. Siempre en secreto, invitado por algún empresario, españoles y extranjeros. Todo con la opacidad que ha caracterizado el mundo que le rodea. Pero esta vez, además, en la peor semana de la prima riesgo española, mientras el Gobierno anunciaba recortes duros en educación y sanidad.
El Gobierno de Mariano Rajoy, una vez más, como antes el de José Luis Rodríguez Zapatero, había mirado para otro lado, como si no fuera asunto suyo. Mientras sea secreto, no hay problema, se pensaba. Rajoy, que conocía el viaje, no se animó a frenarlo, si es que en algún momento pensó que debía hacerlo. Decirle no a un Rey no es plato de buen gusto. Solo Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar lo hicieron algunas veces. Y con conflictos serios, porque don Juan Carlos, como cualquier Rey, no es un hombre acostumbrado a recibir negativas.
Algunos políticos de ambos partidos consultados señalan que con Zapatero primero y ahora con Rajoy se ha perdido mucha formalidad en las relaciones entre el Gobierno y la Casa del Rey. En teoría, el Ejecutivo debe controlar y dirigir todo lo que hace y dice el Rey. Pero en la práctica ese control se ha relajado con los años, sobre todo en lo que se refiere a sus viajes privados y relaciones con millonarios de todo tipo, por lo que algunas de las críticas plantean ahora que Rajoy debe recuperar el mando. Algunos dirigentes señalan que el presidente está “preocupado y ocupado” y sin duda tratará a partir de ahora de estar mucho más encima. Señalan que a eso se refería el presidente cuando dijo el jueves a los periodistas, en un avión entre México y Colombia, ante una pregunta sobre el perdón del Rey: “Las cosas van a ir bien en el futuro”. La Casa del Rey se muestra dispuesta a mejorar la comunicación con el Gobierno.
Lo cierto es que todo se ha aliado para formar la tormenta perfecta. El Rey se rompió la cadera en la cacería. La Zarzuela dudó durante 36 horas en los que todo se mantuvo en un secreto impensable en cualquier otra institución. ¿Qué hacer? ¿Cómo explicar lo inexplicable? Alguien incluso planteó contar oficialmente que se había caído en Madrid. Un riesgo enorme: si se desvelaba al viaje, al escándalo se sumaba la mentira. Se descartó. Al final, cuando don Juan Carlos ya estaba en un hospital español preparado para ser intervenido, se intentó una voladura controlada del escándalo, al estilo tradicional. Un día y medio después. Pero fue imposible.
Se hizo público el viaje sin muchos detalles, pero los suficientes —caza, Botsuana, elefantes— y la prensa ató rápidamente cabos: safari elitista, escapada en la peor semana para la prima de riesgo, poco después de haber dicho que el paro juvenil le quitaba el sueño y pedir a los empresarios que arrimaran el hombro. Desde ese momento, el Rey ha podido comprobar la magnitud de la crisis institucional a la que se enfrenta. Ha leído prensa, ha visto la televisión, ha escuchado la radio. Pese al evidente respaldo tanto del Gobierno y el PP como del PSOE, al menos de la dirección del PSOE, el escándalo crecía a cada hora, alentado por los detalles que iban narrando los medios de comunicación y un fenómeno con el que la Monarquía, acostumbrada a resolver las crisis en despachos, no contaba: las redes sociales.
Don Juan Carlos y sus asesores comprobaron con estupor cómo se rompía definitivamente el tabú de los viajes, las amistades y la vida privada del Rey, que resistió durante 36 años de reinado, para sorpresa de muchos observadores extranjeros, acostumbrados a que la prensa amarilla despelleje a sus monarcas. Durante cinco eternos días de crisis, el Rey llegó a una conclusión muy clara, empujado por sus asesores: o hacía algo muy radical para intentar recuperar el prestigio y el afecto de la ciudadanía, sobre todo la que no es monárquica pero respeta su figura por sus méritos durante la Transición, o podía estar frente al final de su carrera. La conclusión se perfiló hasta llegar a una idea: “O pide perdón, o está muerto políticamente”. Y lo hizo: “Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Una petición de disculpas nítida, que no ha dejado a nadie indiferente, y que ha permitido al PP y al PSOE salir de nuevo en su apoyo sin matices.
En una España en la que ya parecen rotos todos los pactos tácitos, en la que se habla de casi todo, el Rey sigue siendo, para la política y el empresariado, para el poder, una figura casi intocable. Como demuestra el hecho de que todos los consultados para este artículo —políticos del Gobierno y la oposición, empresarios— hayan pedido el anonimato para analizar la situación de fondo. Algunos han rechazado ese análisis incluso bajo la condición de anonimato, porque entienden que eso podría perjudicar de alguna manera al Rey. “He jurado mi cargo con lealtad al Rey, y eso incluye no criticarle de ninguna manera, ni siquiera off the record”, señalaba un miembro del Ejecutivo.
La preocupación está creciendo. Todas las alarmas saltaron en octubre de 2011, cuando el CIS detectó que, por primera vez en la historia, la Monarquía suspendía en valoración ciudadana, con un 4,89 sobre 10. Las encuestas de Metroscopia detectan además algo más profundo: los jóvenes por debajo de 35 años, que no vivieron la Transición ni el golpe de Estado, no comprenden la utilidad de la Monarquía.
Si en 1996 apostaban por ella el 66% de los encuestados frente a un 13% de republicanos, en 2011, ha pasado a un 49% a 37%, siempre a favor de la Monarquía. Entre los menores de 35 años hay un empate a 45%.
Pero lo más preocupante para los políticos es que encuestas recientes que se manejan estos días en los despachos indican que el deterioro de don Juan Carlos e incluso de rebote del Príncipe —aunque menos— es muy importante y que en los menores de 35 años, la república ya supera claramente a la Monarquía como preferencia, por primera vez desde 1978.
¿Qué hacer? La Zarzuela habla de mucha mayor transparencia, algunos de cambio de rumbo. Esto es, no más cacerías en plena crisis, no más silencio sobre las cuentas y los regalos del Rey. Señalan que ya empezaron esos cambios el año pasado al publicar, por primera vez, cómo repartía el Rey las asignaciones entre los miembros de su familia.
El nombramiento hace ocho meses de un nuevo jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y hace mes y medio de un nuevo responsable de comunicación, Javier Ayuso, respalda esa idea de la renovación. Ambos tienen por delante un reto difícil: adaptar una institución por definición arcaica y reservada al mundo abierto e hipercrítico de siglo XXI. Se plantean, de momento, una gran reforma de la web para dar mucha más información de todo lo que sucede en esa casa.
El Gobierno, en privado, también señala que está dispuesto a cambiar cosas. Pero a la hora de la concreción no hay nada claro. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría ha dejado clarísimo, antes y después del escándalo, que la Casa del Rey queda excluida de la ley de transparencia porque no es una administración pública.
Tampoco parece claro si el Gobierno está dispuesto a dar mucha más formalidad y transparencia a sus relaciones con la Casa del Rey. 33 años después de aprobar la Constitución, aún está pendiente la ley orgánica que prevé para regular la jefatura del Estado, que debería precisar entre otras cosas las labores del Príncipe en una circunstancia como la actual, cuando su padre está de baja. El Rey es inimputable, pero Don Felipe ni siquiera es aforado, nada regula sus funciones. Tampoco se ha abordado la reforma constitucional para eliminar la prevalencia de la mujer en la sucesión. Si el Príncipe tuviera un hijo varón, esta norma impediría en su día reinar a doña Leonor, su hija mayor. PSOE y PP no se animaron a sacar adelante la reforma por el temor de que se reabriera precisamente el debate sobre la Monarquía.
Lo que más preocupa ahora es la figura de don Juan Carlos. El Rey siempre ha presumido de olfato político. Y todos los que le conocen insisten en que lo tenía, y muy desarrollado. Se cuenta la anécdota de que él, con su conocida simpatía burlona, decía a veces a los íntimos: “Yo de aquí (señalando a la cabeza), no mucho, pero de aquí (señalando a la nariz) mucho”. Por eso ha sorprendido la falta de olfato y empatía con una sociedad en crisis que demostró con su viaje.
En los círculos de poder se maneja una hipótesis muy extendida. Señalan que el Rey ya no está tan pendiente de los asuntos de actualidad como antes. Que está cansado. Dicen que le afectó mucho la operación para extirparle un tumor en el pulmón en mayo de 2010. Finalmente, los médicos concluyeron que no tenía cáncer. Pero el susto fue enorme. Y desde entonces, su actitud ante la vida ha cambiado mucho, señalan distintos dirigentes. Ya no está encima de las cosas, parece incluso cansado de reinar, algo aparentemente impensable. Incluso se le ha escuchado decir, ante alguna reclamación especial, que ya no se le pueden pedir tantas gestiones como antes, que no puede acudir a tantos actos. Su ausencia en la final del Mundial de fútbol de Sudáfrica, donde le sustituyó el Príncipe, fue muy comentada. Él insiste en reclamar su derecho a vivir más intensamente su ocio en los últimos años de su vida.
Pero el Rey, eso lo tienen clarísimo todos los consultados, no quiere abdicar. No cree en esa solución. De hecho, en las brevísimas palabras que pronunció el miércoles incluyó un mensaje claro para todos los que especulan con la abdicación: “Me encuentro muy bien y estoy deseando volver a mis obligaciones”. El viernes, para rematar con gestos ese mensaje, despachó con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Como si nada hubiera pasado. Eso sí, no hubo foto.
El relevo, sin embargo, lleva mucho tiempo en preparación. Incluso los que ven razonable la abdicación saben que es prácticamente imposible, porque el Rey no quiere. La mayoría, además, no la considera oportuna. “Si llega la abdicación, será por razones naturales [esto es, por una incapacidad muy clara] y desde luego en ningún caso como reacción a un escándalo, ni por presión externa. Si no fuera así esa abdicación contaminaría el reinado de Felipe”, señala un dirigente del PP.
Sin embargo, y para preparar ese momento, el Príncipe lleva mucho tiempo trabajando todos los círculos políticos y económicos españoles e internacionales, acudiendo a las tomas de posesión de todos los presidentes latinoamericanos. De hecho, otra de las grandes preocupaciones que esta crisis ha devuelto al primer nivel es que el Rey está perdiendo, poco a poco, esa gran influencia en América Latina que tenía, que superaba a la de cualquier Gobierno.
Varios dirigentes clave de la época de Aznar recuerdan el enfado monumental entre el presidente y Don Juan Carlos porque éste quería viajar a la Cuba de Castro para restaurar las relaciones y el jefe del Gobierno no le dejó. Ahora, una nueva generación de dirigentes parece estar perdiendo el respeto al Rey. Incidentes como el “¡Por qué no te callas!” a Chávez fueron muy populares en España, pero lejos de aumentar, disminuyeron su influencia en una clase dirigente latinoamericana cada vez más alejada de la madre patria. La burla de Cristina Fernández de Kirchner sobre la similitud entre la curva de la producción de petróleo en Argentina y la trompa de un elefante han puesto en evidencia esa realidad. Las cumbres iberoamericanas, antes grandes momentos para el Rey, han ido perdiendo peso. El caso de la expropiación de Repsol, donde la mediación del Rey, que existió, ha sido infructuosa, también remata esa imagen. El monarca estaba en Botsuana precisamente cuando se estaba terminando de tomar esa decisión.
Mientras se trabaja a la nueva generación de líderes latinoamericanos, don Felipe busca la cercanía de todos los políticos españoles, sobre todo los de su generación y las siguientes. Los que mandarán cuando él sea Rey. Al heredero le preocupan especialmente los jóvenes. Sabe que su padre logró su legitimidad entre los españoles no tanto del pacto constitucional que sancionó la Monarquía, sino sobre todo de su tarea durante la transición y, especialmente, el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Y él tendrá que ganársela de otra manera, o al menos intentarlo.
El Príncipe, como antes hizo el padre, cuida especialmente a los no monárquicos, algo que indigna a la derecha extrema, que considera a los Borbón demasiado cercanos a los socialistas. Todos los políticos consultados, también los del PP, asumen que la clave para que la Monarquía aguante es que el PSOE mantenga su apoyo incondicional. Solo eso frena, señalan, que el debate Monarquía-república se instale definitivamente en la sociedad. Don Felipe está informadísimo de todos los movimientos pro-república, sabe qué pueblos gobierna Izquierda Unida, conoce a sus dirigentes, y siempre quiere saber hacia dónde va el PSOE en este asunto. Es muy distinto de su padre, señalan quienes le conocen. Muy profesional, respetuoso, atento, pero nada campechano.
Aunque la verdadera inquietud del Gobierno y del PP estos días no eran las grietas en la izquierda, sino precisamente entre los monárquicos y la derecha moderada. El artículo en El Confidencial de José Antonio Zarzalejos, exdirector de Abc, en el que planteaba que el Rey estaba tirando por la borda todo el apoyo que se le ha dado y apostaba ya por don Felipe, causó un gran impacto en el Ejecutivo y el PP.
La sucesión no es, en cualquier caso, la principal preocupación. El Príncipe ha conseguido, en el peor momento, mantener su imagen. El problema es la crisis institucional, que está lejos de ser resuelta, admiten prácticamente todos los consultados. El problema de fondo es que el viaje a Botsuana ha sido solo el final de un largo proceso de deterioro de la imagen de la Monarquía y del monarca. Ha sido el elefante que colma el vaso, ironizan algunos, pero la verdadera gota malaya que machaca cada día a son Juan Carlos y a la Monarquía es el caso Urdangarin.
Asociar a la Familia Real con uno de los casos de corrupción más conocidos de España es algo mucho más grave que una cacería. Justo en el peor momento de la crisis, mientras el Rey estaba ingresado en el hospital, se publicaron unos correos electrónicos de Iñaki Urdangarin que indicarían que el propio Don Juan Carlos, mucho después de pedir —eso es lo que se contó— a su yerno que abandonara sus negocios privados, hizo gestiones ante el presidente valenciano, Francisco Camps para favorecer al marido de su hija Cristina.
El problema, y a nadie se le escapa en los círculos del poder, es que ese asunto puede agravarse, porque el exsocio de Urdangarín, Diego Torres, enfrentado abiertamente con él, parece dispuesto a hacer pública toda la información de que dispone y amenaza con salpicar aún más a don Juan Carlos en un caso del que ha intentado alejarse separando incluso a su hija Cristina de la familia, hasta el punto de que no ha ido a visitarle al hospital. Un cortafuegos importante, rematado por el discurso de Navidad —“la Justicia es igual para todos, las personas con responsabilidad pública debemos observar un comportamiento adecuado, ejemplar”— en el que claramente se alejaba definitivamente de Urdangarin. Entonces, la política apoyó al Rey y trató de separarlo del caso. Si ahora su nombre queda asociado al escándalo, el daño puede ser mucho mayor.
Un empresario lo expresa con claridad: “Curiosamente, la magnitud de la polémica del elefante ha tapado el bosque del caso Urdangarín. Eso unido a su simpatía y tremenda popularidad le ha permitido salir del atolladero y seguir adelante como si no hubiera pasado nada, cuando posiblemente sería el momento de pensar en otras cosas, como la sucesión”.
El Rey sigue suponiendo un enorme capital político para España. No solo por su experiencia, sino sobre todo por sus contactos, labrados en casi 40 años de relaciones internacionales. Y por sus vínculos con monarquías que, al contrario que la suya, sí gobiernan y controlan los negocios de países clave, especialmente los árabes. Su papel ha sido fundamental en el estratégico contrato que un grupo de empresas españolas acaba de cerrar para construir el AVE Medina-La Meca, donde su influencia y la del Gobierno español competían con la de Nicolas Sarkozy. Son cuestiones que no llegan al gran público, pero que en el mundo del poder son bien conocidas.
El presidente de una gran compañía recuerda que “los grandes empresarios, sobre todo, le suelen pedir que interceda para allanar la expansión en el exterior o el camino para la consecución de contratos. Por tanto, que se debilite la figura es malo para la empresa española. Es evidente que este incidente ha abierto un boquete, aunque no creo que afecte a su credibilidad, sobre todo después de pedir disculpas, algo nada normal”. Otro señala que quizás debiera “explicarse más” las gestiones que hace para que las valore la ciudadanía. Varios de los consultados están muy preocupados por la posibilidad de que el Rey se desprestigie y deje de funcionar como un mecanismo para abrir puertas empresariales. Todos citan el reciente contrato del AVE en Arabia Saudí como un ejemplo claro, tanto que algunos señalan que fue a la cacería precisamente como gesto hacia quien facilitó el contrato. Y algunos están muy molestos:
“Después de decir que no dormía pensando en el alto desempleo juvenil y de haberse reunido con los principales empresarios del país pidiéndoles que se esforzaran por crear empleo y por la internacionalización de su actividad, se descubre esta faceta del safari que le deja muy mal”, enfatiza otro.
Lo que más preocupa a los políticos, aunque también a los empresarios, es el momento en el que ha llegado este escándalo. En plena crisis económica, con la política bajo mínimos, y el problema territorial, el de siempre, lejos de estar resuelto. La deriva soberanista de Convergéncia en Cataluña y la posibilidad de que en País Vasco haya una mayoría de PNV y Bildu en 2013 están ahí, fuera del primer plano porque la crisis económica lo ocupa todo, pero inamovibles.
El Príncipe, que durante estas semanas de baja médica sustituirá al Rey en actos oficiales, comprobará en breve en primera persona esas dificultades. La final de la Copa del Rey se juega el 25 de mayo, y casi con seguridad entregará él el trofeo. De nuevo, el partido es entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao, los dos equipos en cuyas aficiones tienen más fuerza los independentistas. La pitada al himno nacional y al propio Príncipe está descontada, pero esta vez se analizará aún con más detalle.
Otros políticos introducen esta polémica en la sensación generalizada de crisis que se ha instalado en España. “Se puede hablar de fin de ciclo, incluso de fin de régimen. Y esto lo apuntala. Se ha hablado mucho del aplauso que recibió el Rey cuando inauguró las Cortes el 27 de diciembre. En realidad, si lo pensamos bien, nos estábamos aplaudiendo a nosotros mismos, a las instituciones que surgieron de la Transición, a la política, al régimen establecido, del que el Rey es la pieza maestra. Es el Rey que representa el gran pacto de España, el de no mirar atrás, porque él mismo juró las leyes del franquismo y luego la Constitución sin que se le pidieran cuentas”, señala un veterano diputado.
“El problema es el cambio social. Si hace 15 años te dicen que se va a abrir una crisis institucional en España porque el Rey de ha ido a cazar elefantes a Botsuana no te lo crees. Lo ha hecho toda la vida. Siempre ha tenido relaciones con empresarios no muy recomendables. Todos recordamos muchas ocasiones en las que no era fácil saber dónde estaba el Rey. Él no ha cambiado tanto, aunque esté mayor y pueda tener menos tino. Lo que ha cambiado es la sociedad, que ahora escruta cada paso y machaca a todos los poderosos”, apuntala otro.
“Esto es como la marcha verde en 1975. Cuando se percibe que un país está débil, todo se te viene en contra. Es evidente que el Rey está perdiendo imagen no solo en España, también fuera. Y eso va a perjudicar a nuestras empresas. El Rey siempre ha estado muy vinculado a todas las grandes operaciones económicas, sobre todo energéticas, no hay más que seguir sus viajes y ver el porcentaje de países petroleros o gasísticos que visita. La crisis es de fondo, afecta a muchas más cosas de las que parece, y deberían hacer todo lo posible por resolverla pronto”, señala otro destacado dirigente.
La clave, a partir de ahora, está en ese “no volverá a ocurrir”. Se ha abierto la veda, y el Rey va a ser mirado con lupa como nunca lo ha estado. Algunos incluso piensan que puede ser un error esa promesa, porque no habrá un segundo perdón. Y el Rey, en los últimos meses, ha cometido bastantes tropiezos de imagen, como mandar callar a la Reina o enfadarse con los periodistas a los que acusó de exagerar con su salud. “Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa”, les llegó a decir.
El Rey es consciente, señalan los que le conocen, de la gravedad de la situación. Y tiene ese propósito de enmienda. Se dejará aconsejar, se analizará con mucho más detalle todo lo que hace, aunque tampoco piensa renunciar a su vida privada. Pero en cualquier caso ahora sabe que el pacto de silencio de la Transición ha quedado definitivamente roto. Si no en la alta política, sí en la sociedad. Y ya no va a volver.
Por eso algunos confían en que el perdón del miércoles indique que ha recuperado ese conocido olfato del que hacía gala. Porque a partir de ahora, y por primera vez en sus 74 años de vida, está sometido a una auténtica vigilancia de la sociedad. Un Rey que atraviesa sus horas más bajas y por primera vez en su vida, bajo examen en todas las facetas. Una situación de difícil gestión.
Al analizar la petición de excusas, algunos han recordado que el precedente más parecido —no igual, porque no pedía perdón— fue el de Alfonso XIII. En una carta publicada en el diario Abc tras la proclamación de la República, el 17 de abril de 1931, el abuelo de Don Juan Carlos admitía que había cometido errores “alguna vez” aunque “sin malicia” y reconocía, después de unas elecciones en las que arrasaron los partidos republicanos, que había perdido el “amor” del pueblo. Lo dijo el día que abandonaba España, y la Monarquía quedó en suspenso hasta que su nieto fue coronado. La práctica totalidad de los consultados cree que las cosas esta vez no llegarán tan lejos y la Monarquía sobrevivirá. El tiempo dirá si es así, y sobre todo de qué manera se supera una crisis que ya nadie niega.

La Policía impidió que miembros del 'Yo no pago' cortaran la Gran Vía, de Madrid

MADRID.- Agentes de la Policía Nacional de Madrid han impedido que varios miembros de la concentración del movimiento 'Yo no pago' cortasen la céntrica Gran Vía, después de la concentración realizada en la Puerta del Sol en protesta del reciente aumento de tarifas en el Metro.

   La concentración ha contado con la asistencia de unas 100 personas y en ella no se han producido incidentes, ya que no han llegado a intentar colarse tal y como hicieron en alguna protesta anterior de este tipo. No obstante, alrededor de las 20 horas de esta tarde, un grupo de estos manifestantes ha intentado cortar el tráfico de la Gran Vía pero los antidisturbios lo han impedido, según ha informado  un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
   El movimiento 'Yo no pago', que ya tiene más de 15.000 seguidores en 'Facebook', surgió en Grecia el año pasado a raíz de la subida del precio del transporte y organiza acciones en el metro, las estaciones o las autopistas, donde "bloquean las máquinas de pago ante la permisividad de los empleados" o "levantan la barrera para que todo el mundo pase gratis".
   Estos grupos, como otras iniciativas sociales, se organizan por Internet y convocan acciones festivas de "resistencia a pequeña escala" y "subversivas". En Madrid ya han actuado varias veces. Aunque la primera tuvo su "éxito" en las estaciones de Metro del centro de Madrid, otras acciones se quedaron en el intento dada la fuerte vigilancia.

El distrito Centro acumula el 14% de los desahucios en Madrid

MADRID.- El distrito Centro absorbe más del 14 por ciento del total de desahucios decretados entre septiembre del año pasado y febrero de este en la capital, según los datos del Ayuntamiento solicitados por la concejala de Izquierda Unida, Raquel López. 

   Según explica la formación en un comunicado, en términos acumulados llegaron a ser 3.243 desahucios, con 457 en Centro, seguido de Carabanchel --con 399-- y Puente de Vallecas --con 353--.
   "Por encima de las cifras alarmantes, están más de tres mil dramas familiares que exigen de las administraciones públicas medidas urgentes y eficaces", ha afirmado el portavoz municipal de IU, Ángel Pérez.
   En este contexto recordó que ya en el Pleno de febrero el Grupo, a través de la concejala María Prado de la Mata, presentó una iniciativa en la que, entre otras cosas, "se defendía como alternativa la creación de un parque de viviendas de alquiler social de precio asequible para vecinos procedentes de desahucios de sus viviendas".
   "Desde IU también se propuso un servicio de mediación dependiente del área de Servicios Sociales que tuviera como misión intermediar entre las entidades financieras y los vecinos afectados para paralizar los desahucios y ampliar los plazos de los desalojos", ha afirmado Pérez.
   El portavoz ha indicado que en otros ayuntamientos, como es el caso de Barcelona, ya se han adoptado medidas concretas para enfrentarse a estos supuestos. En fechas recientes, el Consistorio catalán estableció un protocolo con el Colegio de Procuradores para que los desahucios se comuniquen con antelación a los servicios sociales municipales con el fin de que se prevengan las actuaciones necesarias para proteger a estas familias en una grave situación de vulnerabilidad. En principio estará en vigor a partir de mayo.

Las reformas del Gobierno español en Sanidad y Educación

MADRID.- - El Gobierno español detalló finalmente los recortes de 10.000 millones de euros anunciados hace dos semanas en las áreas de Sanidad y Educación, tradicionalmente protegidas en España. Las medidas, aprobadas en sendos decretos, requieren la participación de las comunidades autónomas, que tienen transferidas ambas competencias. El Gobierno estima en 7.000 millones el ahorro que se obtendrá en Sanidad y en 3.000 millones de euros el de Educación.

SANIDAD
* Pago de medicamentos. Se modifica el sistema de pago de los medicamentos con receta en función de edad, renta y enfermedad. Sanidad tiene previsto un ahorro de cientos de millones de euros con esta modificación.
* Lucha contra el turismo sanitario. Se aplicará una directiva europea para evitar el abuso del sistema sanitario por parte de extranjeros. El Gobierno espera ahorrar 1.500 millones de euros con ello.
* Plataforma de compras. Las Comunidades Autónomas adquirirán los fármacos de forma colectiva para reducir su precio.
* Dosis. Las farmacias distribuirán la dosis de medicamentos prescrita por el médico.
* Cartera de servicios básicos. Se establece un catálogo común de servicios básicos y otro de prestaciones suplementarias, con miras a igualar la atención de las diferentes comunidades. También se incorpora un Fondo de Garantía Asistencial al Fondo de Cohesión para garantizar la atención de pacientes que viven en zonas limítrofes entre comunidades.
* Revisión del vademécum. Se revisará la lista de tratamientos, medicamentos y terapias ofertados para retirar los que hayan quedado obsoletos o superados por productos más modernos.
* Recursos Humanos. Se fomentará la movilidad del personal médico.
* Pacto sociosanitario. Se estudiarán medidas de coordinación entre Sanidad y Servicios Sociales.
* Nuevas tecnologías. Se extenderá a toda España herramientas tecnológicas como recetas electrónicas e historiales clínicos informatizados.

EDUCACIÓN
* Se establece un margen del 20 por ciento sobre los límites de alumnos por clase en colegios e institutos.
* Los profesores impartirán más horas lectivas y se modificará la forma en que compensaban sus horas extras.
* Las bajas de docentes inferiores a 10 días se cubrirán con recursos del propio centro, y no con sustitutos.
* No se crearán más complementos retributivos para los profesores.
* Bachillerato. Los centros ya no tendrán obligación de ofertar al menos dos de las tres modalidades de bachiller
* Formación Profesional. Se aplaza al curso 2014-15 la introducción de los módulos de FP de 2.000 horas.

UNIVERSIDADES
* Matrícula universitaria. Las comunidades autónomas podrán aumentar hasta el 25 por ciento la proporción de las tasas universitarias que paga el alumno, y que hasta ahora tenían un máximo del 15 por ciento del coste real del curso.
* Los profesores universitarios que no investiguen elevarán sus horas lectivas.
* Carreras ofertadas. Se estudiará la reducción de títulos ofertados en los diferentes centros, estableciendo un mínimo de alumnos por carrera y centro.
* Las universidades tendrán que atenerse a criterios de estabilidad presupuestaria.
* Contratación de personal. Se limitará la contratación de empleados públicos.

La oposición siria denuncia la muerte de hasta 40 personas

BEIRUT.- La organización opositora siria los Comités de Coordinación Local (CCL) ha denunciado la muerte de hasta 40 personas a manos de las fuerzas de seguridad en varios puntos del país, de los cuales cinco perecieron tras haber sido torturados.

   Los CCL, una de las escasas organizaciones de la oposición radicadas en Siria, han informado de la muerte de quince personas en Daraa, en el sur del país y epicentro del comienzo de las revueltas contra el régimen de Al Assad hace más de un año. Además, las fuerzas de seguridad han abatido a una "familia entera que trataban de huir hacia Jordania".
   En Aleppo, en el noroeste de Siria, trece personas han perdido la vida. Los CCL han documentado la celebración de varias manifestaciones contra el Gobierno sirio.
   En el resto del país, seis personas han fallecido en la ciudad de Homs, en el oeste del país, fruto del recrudecimiento de los bombardeos sobre los barrios que aún continúan siendo reductos rebeldes. Homs es una importante vía de comunicación en Siria, ya que confluyen un gran número de importantes carreteras que enlazan las principales ciudades del noroeste de Siria, donde más fuerte ha sido la represión. Asimismo, en las áreas próximas a Homs, hay ingentes yacimientos de petróleo. El régimen ha denunciado en varias ocasiones atentados contra oleoductos procedentes de dichos campos petrolíferos.
   Por último, cinco personas han muerto en dos barrios periféricos de Damasco, Kafar Batna y Duma. Este último es un escenario frecuente de enfrentamientos entre el Ejército Libre de Siria (ELS), el brazo armado de la oposición, y las fuerzas de seguridad sirias. En esta nueva jornada de represión, seis miembros del ELS han perdido la vida, según los CCL.
   El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado este sábado el despliegue de 300 observadores, en el marco de la misión de evaluación de la coyuntura siria auspiciada por la ONU y por la Liga Árabe, bajo propuesta de su mediador, Kofi Annan. El plan que diseñó, conformado por siete puntos que, entre otros asuntos, exigía a Damasco que retirara las tropas y la artillería pesada de las ciudades, no ha sido acatado por el régimen de Al Assad.
   La ONU eleva los fallecidos desde el inicio de los levantamientos en más de 9.000, mientras que la oposición cifra los muertos en más de 10.000. Por su parte, el régimen sirio aseguró en marzo que más de 6.110 personas han perdido la vida en Siria a causa de los ataques perpetrados por "grupos terroristas armados".

Las fuerzas bahreiníes blindan el circuito de Fórmula 1 tras nuevas protestas contra el Gobierno

MANAMA.-   Las autoridades bahreiníes han desplegado decenas de carros blindados en la principal autopista que conduce al circuito donde este fin de semana se celebra el Gran Premio de Fórmula 1, después de que los manifestantes hayan protagonizado nuevas movilizaciones contra el Gobierno.

   Los activistas, que han llamado a los "días de la rabia" para este fin de semana, han informado también de que las fuerzas de seguridad han instalado alambres de espinas en algunas zonas de la carretera.
   La Policía utilizó ayer gases lacrimógenos para responder a grupos de jóvenes que llegaron a lanzar cócteles molotov contra los agentes para tratar de alcanzar la plaza de la Perla, símbolo de las movilizaciones que el año pasado sacaron a la calle a miles de personas.
   Los líderes opositores han aclarado que no tienen pensado convocar grandes marchas para este sábado, pero no han descartado movilizaciones puntuales a lo largo del día.
   "El Gobierno está usando la Fórmula 1 para su campaña", pero "no está saliendo como querían", ha indicado el activista Nabeel Rajab.  Umm Hussein, uno de los 10.000 manifestantes que se concentraron el viernes en Manama, ha instado a las autoridades a "arreglar el país" antes de organizar cualquier tipo de evento deportivo.
   Los manifestantes, principalmente de mayoría chií, culpan a la élite suní de marginarles e impedirles el acceso a trabajos o viviendas. El año pasado, las movilizaciones convocadas en el marco de la 'primavera árabe' y que dejaron 35 muertos, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, obligaron a cancelar el Gran Premio de Fórmula 1.
   El Gobierno espera poder utilizar este año la carrera para demostrar que la situación en el país se está normalizando, aunque tan sólo ha facilitado visados a los periodistas deportivos que cubren la Fórmula 1 y no a otros informadores que quieran cubrir el descontento social.
   Las organizaciones pro Derechos Humanos han acusado a las autoridades de seguir reprimiendo a los opositores y de no cumplir con las reformas que prometió. Según la oposición, en la última semana han sido arrestados casi un centenar de líderes de la disidencia y más de 50 personas han sufrido heridas en enfrentamientos con la Policía, que ha llegado a realizar disparos al aire como medida disuasoria.
   Abdulhadi al Jawaja, uno de los 14 hombres en prisión por organizar las manifestaciones del año pasado, lleva más de 70 días en huelga de hambre para reivindicar reformas democráticas. Su familia ha explicado que ayer dejó de beber agua y han dicho que temen por su vida.
   "Su situación es muy peligrosa", ha apuntado el activista Rajab, que también ha alertado de que si Al Jawaja muere "la gente se enfadará". Dinamarca, país del que el activista también tiene ciudadanía, se ha ofrecido a acogerle.
   El Centro de Bahréin para los Derechos Humanos asegura que Al Jawaja es una de las ocho personas que cumple penas de cadena perpetua por secundar el año pasado una movilización en favor de la instauración de una república.

La oposición denuncia la muerte de un manifestante tras enfrentamientos con la Policía de Bahréin

MANAMA.- La oposición bahreiní ha denunciado el hallazgo de un cadáver en la localidad de Shajoura que correspondería a uno de los manifestantes que participó ayer en las movilizaciones contra el Gobierno y en las que se produjeron enfrentamientos con la Policía.

   El partido Wefaq ha identificado a la víctima como Salá Abbas Habib, de unos treinta años. Habib, según la versión opositora, formaba parte de un grupo que fue golpeado por las fuerzas de seguridad durante los disturbios del viernes por la noche. Su cuerpo apareció en el tejado de un edificio, ha explicado Wefaq, la principal formación chií de Bahréin.
   Los choques coinciden con el Gran Premio de Fórmula 1, que se celebra este fin de semana en el circuito de Shakir. Las autoridades bahreiníes han desplegado decenas de carros blindados en la principal autopista que conduce al circuito, después de que los manifestantes hayan protagonizado nuevas movilizaciones contra el Gobierno durante la noche del viernes.
   Los activistas, que han llamado a los "días de la rabia" para este fin de semana, han informado también de que las fuerzas de seguridad han instalado alambres de espinas en algunas zonas de la carretera.
   La Policía utilizó ayer gases lacrimógenos para responder a grupos de jóvenes que llegaron a lanzar cócteles molotov contra los agentes para tratar de alcanzar la plaza de la Perla, símbolo de las movilizaciones que el año pasado sacaron a la calle a miles de personas.
   Los líderes opositores han aclarado que no tienen pensado convocar grandes marchas para este sábado, pero no han descartado movilizaciones puntuales a lo largo del día.
   "El Gobierno está usando la Fórmula 1 para su campaña", pero "no está saliendo como querían", ha indicado el activista Nabeel Rajab.  Umm Hussein, uno de los 10.000 manifestantes que se concentraron el viernes en Manama, ha instado a las autoridades a "arreglar el país" antes de organizar cualquier tipo de evento deportivo.
   Los manifestantes, principalmente de mayoría chií, culpan a la élite suní de marginarles e impedirles el acceso a trabajos o viviendas. El año pasado, las movilizaciones convocadas en el marco de la 'primavera árabe' y que dejaron 35 muertos, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, obligaron a cancelar el Gran Premio de Fórmula 1.
   El Gobierno espera poder utilizar este año la carrera para demostrar que la situación en el país se está normalizando, aunque tan sólo ha facilitado visados a los periodistas deportivos que cubren la Fórmula 1 y no a otros informadores que quieran cubrir el descontento social.
   Las organizaciones pro Derechos Humanos han acusado a las autoridades de seguir reprimiendo a los opositores y de no cumplir con las reformas que prometió. Según la oposición, en la última semana han sido arrestados casi un centenar de líderes de la disidencia y más de 50 personas han sufrido heridas en enfrentamientos con la Policía, que ha llegado a realizar disparos al aire como medida disuasoria.

Pasan a disposición judicial los cuatro detenidos en Barcelona por disturbios en la huelga del 29M

BARCELONA.-   Los cuatro detenidos en Barcelona por su presunta implicación en los disturbios durante la huelga general del 29 de marzo han pasado este sábado por la mañana a disposición del juzgado de guardia, han informado fuentes judiciales.

   A las 11.00 horas se ha concentrado una cincuentena de jóvenes en la Ciudad de la Justicia de Barcelona para apoyar a los detenidos, que aún no han prestado declaración.
   Los arrestados en la capital catalana son tres chicos de 24 años, 25 y 28 --los dos primeros españoles y el otro colombiano--, y una chica de 21.
   Todos están relacionados con los disturbios en la ronda Sant Pere entre la plaza Urquinaona y plaza Cataluña, donde quemó una cafetería Starbucks.
   A excepción de la chica, el resto de detenidos acumulan antecedentes policiales por desórdenes, 'okupaciones', desobediencia, daños y amenazas, entre otros, y el mayor de todos también por posesión de armas y explosivos.

La secretaria de Urdangarin constata al menos diez reuniones con Torres hasta verano de 2009

BARCELONA.- La asistenta personal de Iñaki Urdangarin, Julita Cuquerella, ha reconocido ante el juez que el duque se reunió diez o doce veces con su exsocio Diego Torres de abril de 2008 a agosto de 2009, mucho después de marzo de 2006, fecha en que el yerno del Rey aseguró que había dejado estas actividades.

   Lo ha asegurado en la Ciudad de Justicia de Barcelona en su declaración como testigo ante el fiscal y el juez de Palma José Castro, quien además, durante el interrogatorio, le ha advertido de que podía ser imputada si seguía haciendo elucubraciones y evadiendo preguntas, según fuentes judiciales.
   Además, su nombre figura en correos electrónicos incluidos en el sumario, en uno de los cuales quedó reflejada la búsqueda de trabajadores ficticios para obtener beneficios fiscales.
   También la han interrogado sobre una nota de su puño y letra que acompañaba al número de una cuenta de Suiza, y que Cuquerella asegura que se la dictó el propio Duque.
   Según fuentes judiciales, ella dice que el número de esta cuenta se lo había dado el amigo de Urdangarin y de la Infanta Cristina José María Treviño al propio Duque.
   Ella se limitó a pasarlo al administrador de una empresa de comunicación valenciana, Miquel Zorío, para que éste se lo entregara a un directivo de Aguas de Valencia, que es quien presuntamente entregó el dinero al duque.
   En este sentido, durante su declaración de más de hora y media, Cuquerella ha valorado como "normal" tener cuentas en Suiza.
   La asistenta personal de Urdangarin también ha reconocido haber incluido gastos particulares del Duque en las cuentas de la empresa Aizoon, de la que también es copropietaria la Infanta.
   Durante el interrogatorio, también le han preguntado si había hablado con Urdangarin antes de acudir a la declaración, algo que ella ha confirmado y, según fuentes judiciales, le dijo al duque que estuviera tranquilo y rezara "un Ave María".
   También ha reconocido que "por razones de seguridad" en muchas de las gestiones la propia secretaria escribía 'Ignacio Liebaert', es decir, su nombre completo y el segundo apellido del Duque.
   La secretaria fue contratada por Telefónica para asumir la "coordinación de la agenda" del Duque y la organización de sus viajes aunque no se desplazaba con él sino que trabajaba desde las oficinas de la empresa o desde la propia casa de Urdangarin, según declaró la propia secretaria en sede policial el 8 de febrero.
   También ha declarado ayer viernes por la tarde la trabajadora de Nóos Naroa Marcos, a quien las partes han preguntado si había firmado un documento que el Instituto presentó para optar al patrocinio del equipo ciclista con el nombre de 'Illes Balears' junto a otras tres empresas.
   La extrabajadora ha asegurado que ella no había firmado ese documento, como ya había sostenido en sede policial, algo que fiscal y juez han comprobado comparando su firma con la que sale en el papel, en el que también aparecen los nombres y las firmas de Urdangarin, Torres y el extrabajador de Nóos Juan Pablo Molinero, los tres, imputados.
   Ha declarado además el empresario Sergi Fernández, proveedor de Nóos, que ha asegurado que Urdangarin también se encargaba de firmar los cheques del Instituto por los trabajos realizados, incluso más allá de marzo de 2006, cuando, en teoría, ya había dejado de dirigirlo.
   Además, la coordinadora de personal del conglomerado empresarial alrededor de Nóos, Teresa Zazo, ha asegurado al juez que el yerno del Rey ejerció un papel principal dentro del Instituto junto a su exsocio Diego Torres, después de dejar su dirección por orden de Don Juan Carlos.
   Según fuentes judiciales, Zazo también ha confirmado al juez el papel principal que Urdangarin desarrollaba en la Fundación Cultura, Deporte e Integración Social (FDCIS) --puesta en marcha a principios de 2007 y teóricamente destinada a la ayuda de niños marginados, discapacitados y enfermos de cáncer pero utilizada presuntamente para evadir impuestos--, pese a que únicamente Torres figuraba como director.
   Zazo había declarado el 8 de febrero en sede policial que comenzó a trabajar con Nóos haciendo encuestas telefónicas e informes de las mismas para empresas clientas del instituto, pero que después se integró en la organización del Valencia Summit e Illes Balears Forum.