SEGOVIA.- El actual Consejo de Administración de Caja
Segovia, constituido en julio bajo la presidencia de Rafael Encinas,
negociará con los antiguos directivos de la entidad la devolución de las
cantidades percibidas en concepto de prejubilación, que en conjunto
suman más de 32 millones de euros.
Los doce nuevos consejeros rechazan las altas cuantías asignadas y
tratarán por tanto de que los altos cargos reconsideren su postura y,
tomando como ejemplo casos de otros directivos y en base a criterios de
solidaridad y sentido común, renuncien a toda o a parte de su
indemnización.
Por el momento, descartan emprender acciones judiciales, aunque
confían en que las inspecciones de la Justicia tras las denuncias
interpuestas por UPyD y el Ministerio Fiscal finalmente deriven en un
beneficio a la entidad.
Caja Segovia, próxima a convertirse en fundación tras el traspaso del negocio financiero a Bankia,
ha visto amenazada su viabilidad tras la deuda tributaria de 6,8
millones que le ha obligado a hipotecar gran parte de su patrimonio, en
el que figura su edificio más emblemático, el Torreón de Lozoya.
Junto a éste se ofreció como garantía el Palacio de Villafáñez, el
Salón de Actos, el 50 por ciento de una nave almacén ubicada en el
Polígono de Hontoria y un local en la calle José Zorrilla en el que se
alberga uno de sus centros Si@.
Además, se vio obligada a establecer un depósito en garantía de
370.000 euros para cubrir el 70 por ciento de la valoración. El
préstamo, a diez años, supone un pago anual de 162.000 euros.
Rafael Encinas, quien ha ofrecido este miércoles junto al director
general de la entidad, Fernando Tapia, una rueda de prensa al término
de la reunión del Consejo, ha indicado que en la sesión se ha acordado
iniciar las acciones necesarias para reclamar la cuantía a Bankia, a la que traspasó todos sus activos y pasivos, o a terceros intervinientes.
El presidente ha explicado que la operación, derivada de un
desarrollo urbanístico en Asturias, está ya siendo estudiada por los
servicios jurídicos y ha garantizado que hay bastantes posibilidades de
éxito en poder liberarse de la carga.
Sin embargo, la falta de fondos ha llevado a acordar una
reorganización de la plantilla, compuesta en la actualidad por 16
trabajadores. Previsiblemente, según ha estimado Encinas, se deberá
prescindir del 50 por ciento de ellos, si bien dependerá de la actividad
de la Caja y los posibles ingresos que genere la explotación de sus
locales.
En principio, ya se ha planteado la salida mediante bajas incentivadas de cinco empleados que "por torpeza", según Encinas, no absorbió Bankia.
Otro de los puntos estudiados en la sesión ha sido el establecimiento de un marco de colaboración con Bankia y su relación con el actual Consejo de Caja Segovia, que desde su constitución ha notado "falta de calor" por parte de la nacionalizada.
La entidad segoviana pretende entablar proyectos de interés para
ambas que redunden en el beneficio de Segovia y su provincia y llegar a
acuerdos respecto a los inmuebles que ocupan en común, entre ellos la
sede principal junto al Acueducto; aquellos que albergan las oficinas de Bankia, o las obras de arte que decoran sus despachos y que son propiedad de la Caja.
De esta forma, la futura fundación pretende recopilar fondos que
favorezcan su continuidad, una misión para la que también se prevé
alquilar locales y explotar edificios, algunos con grandes
posibilidades, como el Palacio de Mansilla. Aunque hay ofertas de compra
de algunos de ellos, los responsables de la Caja han asegurado que la
intención es mantener todo el patrimonio heredado.
Encinas ha señalado que habrá una reorganización de los centros y
que los programas de la Obra Social se asumirán hasta el 31 de diciembre
de este año, pero que no habrá gastos en nuevas peticiones.
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