EL CAIRO.- Las inmediaciones del palacio presidencial
egipcio han sido escenario este martes de enfrentamientos entre
manifestantes y fuerzas de seguridad en el marco de los cuales los
agentes, pese a utilizar gas lacrimógeno, no han logrado impedir que
parte de los asistentes a la concentración saltasen el cordón policial,
según la televisión estatal.
Los choques se han saldado con al menos ocho heridos, según un
portavoz de los servicios de seguridad. Algunos de los manifestantes han
atacado un carro blindado de la Policía y han golpeado a su conductor, ha dicho esta fuente.
El presidente, Mohamed Mursi, ha abandonado el edificio a
raíz de los enfrentamientos que se estaban produciendo en los aledaños,
según dos fuentes de la jefatura de Estado consultadas por Reuters.
La movilización ha sido presentada por los organizadores como una "última advertencia"
contra Mursi. El decreto que el presidente aprobó el 22 de noviembre y
por el cual amplió sus competencias ha vuelto a sacar a miles de
personas a las calles para gritar, como hiciesen contra Hosni Mubarak, "el pueblo quiere la caída del régimen".
"Vete, vete", han gritado algunas las personas concentradas
junto al palacio presidencial, donde se han ondeado banderas en las que
aparecían escritas frases como "no a la constitución". Dos de las marchas que han confluido junto a la residencia de Mursi han partido de mezquitas de la zona norte de El Cairo.
"Muchos de nuestros líderes nacionales y jóvenes se unirán a nuestras marchas de hoy",
había advertido un portavoz de la coalición opositora, Hussein Abdel
Ghany, al informar de una manifestación que describió como "contra la tiranía".
"No variaremos nuestra posición hasta que cumplan nuestras demandas", ha advertido.
Liberales, movimientos de izquierda y cristianos, entre
otras ideologías, han acusado a Mursi de promover una nueva dictadura a
través de la constitución que ha redactado la Asamblea Constituyente
--de mayoría islamista-- y que la población votará el próximo 15 de
diciembre.
Abdelrahman Mansour, concentrado este martes en la cairota plaza Tahrir, epicentro de las revueltas contra Mubarak, ha declarado que "hoy es el día para demostrar que la oposición es una fuerza a tener en cuenta" y no "débil". En este sentido, ha instado a Mursi a "hablar y escuchar a la gente, a la oposición" que dice "no a la constitución y no a la autocracia".
El primer ministro egipcio, Hisham Kandil, confía en que "las cosas se calmen en cuanto se complete el referéndum"
constitucional, tal como ha expresado él mismo en una entrevista con la
cadena estadounidense CNN. Para Kandil, tecnócrata con afinidad
islamista, la constitución "no es de ninguna manera un texto perfecto", pero es el resultado del "consenso de la mayoría".
Los Hermanos Musulmanes y sus aliados, que salieron a las calles
del país el sábado para contrarrestar las movilizaciones contra Mursi,
esperan contar los suficientes jueces para garantizar la supervisión de
la consulta del día 15, después de que la clase judicial haya llamado al
boicot.
El coordinador del Frente de Salvación Nacional, Mohamed
ElBaradei, ha reclamado a Mursi que derogue su decreto, aparque el
referéndum y promueva una nueva Asamblea Constituyente más
representativa que redacte un nuevo texto. En un artículo publicado en
'Financial Times', el antiguo candidato a la presidencia ha advertido de
que, si los islamistas no dan marcha atrás, "se arriesgan a una erupción de violencia y caso que destruirá a la sociedad egipcia".
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