martes, 1 de mayo de 2012

El futuro del movimiento Occupy se pone a prueba el 1 de mayo


NUEVA YORK.- Occupy Wall Street ha prometido un día de manifestaciones en Nueva York y en todo Estados Unidos el martes, en una prueba crucial sobre su poder unos ocho meses después de surgir como un movimiento conra la avaricia corporativa y las desigualdades económicas.

El movimiento populista "al 99 por ciento", que comenzó como un campamento de 24 horas en el bajo Manhattan en otoño pasado y se extendió por ciudades de todo el país, se sumará a las organizaciones laboristas en las protestas del 1 de mayo.
En todo el país se esperan docenas de acciones, aunque hay algo de escepticismo sobre la concurrencia y sobre si supondrá un resurgir de Occupy. La jornada fue calificada en principio de "huelga general", pero las organizaciones laborales no quisieron rubricar ese lema.
Inspirado por la Primavera Árabe y por el movimiento de los "indignados" en España, los manifestantes de Wall Street atacaron el año pasado las políticas financieras estadounidenses, a las que responsabilizan de la brecha de ingresos entre ricos y pobres - entre el 1 y el 99 por ciento de la población, como ellos dicen.
Pero desde el otoño pasado, cuando decenas de manifestantes establecieron una vigilia en el parque Zucotti de Manhattan y Occupy se jactó de tener 500.000 dólares en el banco, las donaciones se han ido reduciendo hasta un punto en el que Occupy se quedó sin fondos a principios de este año.
También hay pruebas de fatiga mediática, dado que las menciones al término "Occupy Wall Street" han caido un 75 por ciento este mes frente al año pasado.
Chris Hedges, ex periodista y en el pasado seguidor de Occupy Wall Street, dijo que la iniciativa se ha visto plagada de problemas internos a medida que crecía. Añadió que no esperaba que el Primero de Mayo "resucitara el movimiento".
"Si miras de cerca los movimientos, no siguen un tipo de trayectoria recta y hacia adelante. Se tambalean, caen, tienen reveses - algunas veces, se derrumban", dijo. Pero Hedges advirtió contra la idea de dar por acabado Occupy en función del resultado del Primero de Mayo.
La policía no quiso decir si estaban previstas medidas de seguridad no habituales, pero la comunidad financiera de Nueva York sí se había preparado. En el edificio de Deutsche Bank en el bajo Manhattan, cuyo atrio fue usado buena parte del invierno como lugar de reunión de Occupy, dijo que el espacio en la planta baja quedará cerrado hoy.
"La gente está defendiendo la idea de que la situación en este país exige acciones desesperadas, acción significativa, que pueden realmente capturar la imaginación del país", dijo Ed Needham, miembro del equipo mediático de Occupy Wall Street.
Pero rechazó la idea de que el Primero de Mayo debería ser una prueba que indique la durabilidad del movimiento.
"Un acto no define lo que es el movimiento", dijo Needham. "Este movimiento está dirigido también por ideales, por el hecho de que estamos en una economía que ya no nos trata de forma justa, que las cartas nos las marca el uno por ciento (de la población)".
En Nueva York, el movimiento perdió fuerza en noviembre cuando se disolvió el campamento en Zuccotti Park antes del amanecer. En Oakland, California, la policía lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes, 200 de los cuales fueron arrestados.
En las últimas semanas, pequeños grupos de manifestantes neoyorquinos han acampado en diferentes puntos, entre ellos la calle del mercado de valores de la ciudad.
Occupy Wall Street tiene en la actualidad menos de 100.000 dólares de fondos. A finales del año pasado, el organismo que gestiona el grupo votó dejar ese dinero apartado para posibles gastos de defensa, lo que habitualmente se traduce en dinero para los arrestados en las protestas.
"Tuvimos una pequeña crisis de fondos para comprar comida e imprimir", dijo Christine Crowther, que ocupa el comité financiero de Occupy. Añadió que el problema se había visto aminorado por nuevas donaciones y el dinero de fianzas que les ha sido devuelto.
Pero pese a la floja respuesta a actos recientes, los observadores dicen que Occupy Wall Street ha influido ya en el discurso político, en un año en el que los votantes estadounidenses elegirán presidente en las urnas. Legisladores demócratas y el presidente Barack Obama han adoptado algo del lenguaje de Occupy Wall Street.
Mitt Romney, que se perfila como candidato presidencial republicano, ha criticado lo que dice es el mensaje de división y envidia de Occupy.
"Creo que han tenido un enorme impacto en la forma en la que el partido demócrata ha llegado a reconocer el desafío que supone la reforma fiscal", dijo Mitchell Moss, profesor de política urbana de la Universidad de Nueva York.

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