EL CAIRO.- El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha instado a los líderes árabes a abrazar la democracia, aprovechando las revueltas populares, a las que se ha referido como "una luz de esperanza" para la región. Desde la Casa de la Opera de El Cairo, primera parada de una gira que le llevará también a Túnez y a Libia, Erdogan ha urgido a sus colegas árabes a "convertirse en vectores del cambio, en lugar de resistirse" al mismo.
"La democracia y la libertad son tan básicas como el derecho al pan y al agua. El mensaje transmitido desde la plaza Tahrir se ha convertido en una luz de esperanza para todos los oprimidos en Trípoli, Damasco y Saná", ha dicho Erdogan.
En este sentido, ha recordado que "los gobiernos deben obtener su legitimidad de la voluntad de su pueblo", reprochando la actitud de los regímenes que han optado por reprimir las revueltas. "Un líder que mata a su pueblo ha perdido su legitimidad", ha aseverado.
En concreto, ha criticado la actitud del presidente sirio, Bashar al Assad, quien a pesar de la presión internacional continúa reprimiendo violentamente las manifestaciones democráticas. "Nadie puede ser amigo o confiar en una administración que dispara a su pueblo y ataca sus ciudades con tanques", ha señalado.
Estas declaraciones suponen un cambio en la actitud de Turquía respecto a los acontecimientos en Siria, ya que al principio de las revueltas intentó mediar entre el Gobierno y la oposición --especialmente la que se encuentra en el exilio-- para poner fin a los enfrentamientos.
Por otro lado, el primer ministro turco ha acusado al Gobierno de Israel de obstaculizar la pacificación de la región con políticas que ha calificado de "ilegítimas e inhumanas".
"Cualquier asentamiento judío es un muro que bloquea la paz. Esperamos que el pueblo israelí sea consciente de los muros de aislamiento que su Gobierno está construyendo para ellos", ha apuntado.
Además, Erdogan ha expresado su apoyo al reconocimiento del conjunto de los territorios palestinos como Estado soberano, decisión que se votará este mes en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Las relaciones entre Turquía e Israel se han deteriorado significativamente desde mayo de 2010, cuando tropas hebreas mataron a nueve activistas turcos en el asalto al 'Mavi Marmara', un buque perteneciente a la flotilla que se dirigía a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria.
La reciente publicación del informe de Naciones Unidas sobre este asalto ha aumentado la tensión bilateral al reconocer que Israel hizo un uso excesivo y abusivo de la fuerza, por lo que le recomienda que se disculpe con Turquía, algo a lo que Tel Aviv se ha negado en numerosas ocasiones.
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