MADRID.- Mientras el rey Juan Carlos I mejoraba ayer lunes tras ser operado de la cadera a causa de una caída sufrida en Botsuana, crecía la polémica por un viaje privado que ha llevado a que en medios y redes sociales se cuestione el estilo de vida y responsabilidad del Jefe del Estado de en momentos de grave crisis económica.
El monarca, de 74 años, se marchó la semana pasada a un safari de caza mayor de elefantes a Botsuana, donde el viernes sufrió la rotura de cadera, en un viaje privado que se desconoce aún si conocía en detalle el Gobierno español como es preceptivo cuando se trata del Jefe del Estado.
Varios analistas coincidieron en señalar que el incidente devalúa la imagen del monarca en un año particularmente difícil para la Familia Real tras la imputación de Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, en un caso de corrupción que está en los tribunales.
También ocurre una semana después de que el nieto mayor del rey, Felipe Juan Froilán, de 13 años, se disparase en un pie con una escopeta de caza que no podía usar por ser menor de la edad reglamentaria.
Además, la característica cinegética del viaje de Juan Carlos I ha desatado también las críticas hacia quien es presidente honorífico de la organización conservacionista WWF España desde 1968, tras dos imágenes aparecidas en medios del monarca con rifle en mano junto a un elefante muerto y dos búfalos de agua.
WWF hizo pública el lunes una carta a la Casa Real del secretario general de la ONG en España, Juan Carlos del Olmo, en la que expresa su "profundo malestar y preocupación" por la participación del monarca en la cacería, y solicita una reunión con representantes de la corona para "analizar la situación y ofrecer una respuesta a las miles de personas que se están dirigiendo a WWF dentro y fuera de nuestro país".
"Muestra de este malestar son los numerosos socios que están solicitando su baja en WWF España y las decenas de miles de personas que ya se han manifestado a través de diferentes plataformas digitales para protestar y demandar que S.M. el Rey no continúe ostentando la presidencia de honor de WWD", señaló la organización, que denuncia "un grave perjuicio" para su credibilidad.
En redes sociales como Twitter se sucedieron durante todo el fin de semana mensajes de muchos usuarios adhiriéndose a la petición de que el Rey deje de ser presidente honorífico del Fondo Mundial para la Naturaleza en España.
El último parte médico, difundido a mediodía del lunes, dijo que la salud del monarca evoluciona muy positivamente y que su movilidad es prácticamente completa y natural.
"Actualmente además de caminar, se levanta y se sienta con autonomía", dijo el parte leído por el director gerente del hospital San José, Javier de Foz.
La reina Sofía realizó una visita de 30 minutos al centro médico tras llegar de un viaje a Londres, donde según medios acudió a celebrar la Pascua ortodoxa con su familia griega. A su salida, dijo que la evolución de Juan Carlos I era favorable y que pronto estaría recuperado.
Tanto el PP como el PSOE optaron por no comentar la agenda privada del monarca, una postura de la que se desmarcaron algunos líderes socialistas, como el madrileño Tomás Gómez, al señalar que el Rey debe asumir sus responsabilidades o abdicar, o el lehendakari Patxi López, quien invitó a Juan Carlos I a pedir disculpas.
"Ha llegado el momento de que la Casa Real se plantee, en este caso el Jefe del Estado, las obligaciones y las servidumbres de las responsabilidades públicas o una dedicación que le permita disfrutar de una vida diferente", dijo Gómez en declaraciones recogidas por los medios.
Otros líderes políticos se sumaron a las críticas del viaje real, entre ellos el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, que hablaron de "bochorno y frivolidad" y de "falta de ética y de respeto", respectivamente.
"Cuando el jefe del Estado hace el discurso (..) de apelar a la responsabilidad ante la crisis, el que se dé esta imagen me parece absolutamente criticable", dijo Urkullu.
Gregorio Peces-Barba, ex presidente socialista del Congreso y uno de los padres de la Constitución, consideró justificadas las críticas de la opinión pública al viaje del soberano, del que se tuvo conocimiento el sábado en el aniversario de la II República.
"Creo que se ha pasado en su libertad, y yo creo que eso era poco adecuado en momentos como estos", dijo Peces-Barba, catedrático de derecho constitucional, a RNE, para quien el monarca debería pedir disculpas.
La periodista y escritora especializada en la familia real Carmen Enríquez dijo que el suceso era un "despropósito" en un momento crítico para el país con una crisis económica y de confianza de los mercados, y criticó la mala gestión del incidente por la falta de transparencia informativa sobre su estado de salud, que es un asunto de Estado del que se debe de informar en el momento.
"Esto debe ser una especie de llamada de atención para que el Rey entienda que debe predicar con el ejemplo", dijo Enríquez, refiriéndose a recientes discursos del monarca sobre la "necesidad de ejemplaridad" de las autoridades y personalidades.
La institución de la monarquía, tradicionalmente muy bien valorada por los españoles, ha perdido cierto apoyo en los últimos meses, como recogió el Centro de Investigaciones Sociológicas en su barómetro del pasado octubre, en el que la monarquía recibió una nota inferior a 5 en una escala de 1 a 10 ante la pregunta sobre cuánta confianza le inspira.
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