BARCELONA.- El Centro de Cultura Contemporánea de
Barcelona ha concedido el Premio Europeo del Espacio Público Urbano, en
su categoría de premio especial del público, a la acampada del
movimiento 15M realizada durante dos meses en la Puerta del Sol de
Madrid.
La institución concede este galardón a la acampada de Sol como
"demostración masiva de ciudadanos que reclaman la mejora del sistema
democrático a través de una acampada temporal en una de las plazas más
representativas de Madrid".
Según han señalado, el objetivo de la acampada de Sol era el
reclamo de cambios profundos en el sistema político y económico vigente.
Superando desapariciones intermitentes, el asentamiento se apoderó de
toda la plaza tras las manifestaciones del 15 de mayo.
"Obedecía a pulsiones dinámicas que le obligaban a adaptarse de
forma constante a las condiciones de cada momento. A veces adquiría la
morfología densa y compleja de una alcazaba, mientras que otras se
replegaba rápidamente sobre sí misma para dar cabida a una concurrida
manifestación", han señalado los convocantes del premio.
La acampada estaba formada por construcciones efímeras y ligeras,
ya fueran tiendas de campaña de origen comercial destinadas a pasar la
noche o estructuras artesanales, construidas 'in situ' y sobre la marcha
con materiales de desecho que adquirían funciones insospechadas.
Cuerdas, cables, lonas, plásticos y cintas adhesivas se aplicaban a
ingeniosas construcciones en las que se cobijaban requerimientos
logísticos como el de contar con servicios sanitarios o de intendencia.
También servían para levantar, con una rapidez asombrosa, carpas de gran
luz que protegían a los acampados del sol o la lluvia.
"Las construcciones reservaban, de forma eficaz y decisiva,
espacios de interés colectivo como pasillos de circulación, bibliotecas o
guarderías. Las tiendas del asentamiento se cimentaban con objetos
pesados, como bidones llenos de agua, para no infringir ningún
desperfecto en el firme de la Puerta del Sol", ha señalado el Centro de
Cultura Contemporánea de Barcelona.
"La trascendencia de esta insólita ciudad evanescente aún es
difícil de calibrar. Su condición física y al mismo tiempo dinámica la
sitúan a medio camino entre la robustez de la urbs y la contingencia de
la civitas. Pero su huella demuestra que el espacio público de las
ciudades europeas sigue cargado del sentido político que durante siglos
lo ha convertido en escenario de la disidencia", han concluido.
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