MANAMA.- Las autoridades bahreiníes han desplegado
decenas de carros blindados en la principal autopista que conduce al
circuito donde este fin de semana se celebra el Gran Premio de Fórmula
1, después de que los manifestantes hayan protagonizado nuevas
movilizaciones contra el Gobierno.
Los activistas, que han llamado a los "días de la rabia" para este
fin de semana, han informado también de que las fuerzas de seguridad
han instalado alambres de espinas en algunas zonas de la carretera.
La Policía utilizó ayer gases lacrimógenos para responder a grupos
de jóvenes que llegaron a lanzar cócteles molotov contra los agentes
para tratar de alcanzar la plaza de la Perla, símbolo de las
movilizaciones que el año pasado sacaron a la calle a miles de personas.
Los líderes opositores han aclarado que no tienen pensado convocar
grandes marchas para este sábado, pero no han descartado movilizaciones
puntuales a lo largo del día.
"El Gobierno está usando la Fórmula 1 para su campaña", pero "no
está saliendo como querían", ha indicado el activista Nabeel Rajab. Umm
Hussein, uno de los 10.000 manifestantes que se concentraron el viernes
en Manama, ha instado a las autoridades a "arreglar el país" antes de
organizar cualquier tipo de evento deportivo.
Los manifestantes, principalmente de mayoría chií, culpan a la
élite suní de marginarles e impedirles el acceso a trabajos o viviendas.
El año pasado, las movilizaciones convocadas en el marco de la
'primavera árabe' y que dejaron 35 muertos, incluidos miembros de las
fuerzas de seguridad, obligaron a cancelar el Gran Premio de Fórmula 1.
El Gobierno espera poder utilizar este año la carrera para
demostrar que la situación en el país se está normalizando, aunque tan
sólo ha facilitado visados a los periodistas deportivos que cubren la
Fórmula 1 y no a otros informadores que quieran cubrir el descontento
social.
Las organizaciones pro Derechos Humanos han acusado a las
autoridades de seguir reprimiendo a los opositores y de no cumplir con
las reformas que prometió. Según la oposición, en la última semana han
sido arrestados casi un centenar de líderes de la disidencia y más de 50
personas han sufrido heridas en enfrentamientos con la Policía, que ha
llegado a realizar disparos al aire como medida disuasoria.
Abdulhadi al Jawaja, uno de los 14 hombres en prisión por
organizar las manifestaciones del año pasado, lleva más de 70 días en
huelga de hambre para reivindicar reformas democráticas. Su familia ha
explicado que ayer dejó de beber agua y han dicho que temen por su vida.
"Su situación es muy peligrosa", ha apuntado el activista Rajab,
que también ha alertado de que si Al Jawaja muere "la gente se
enfadará". Dinamarca, país del que el activista también tiene
ciudadanía, se ha ofrecido a acogerle.
El Centro de Bahréin para los Derechos Humanos asegura que Al
Jawaja es una de las ocho personas que cumple penas de cadena perpetua
por secundar el año pasado una movilización en favor de la instauración
de una república.
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