Ya es oficial: España es el cuarto país de la zona euro que se acoge a un rescate para salvar sus cuentas. Por mucho que el Gobierno intente disfrazar la realidad,
por mucho que sea solo un rescate financiero (como el de Irlanda, por
otra parte), la realidad es que España pierde hoy gran parte de su
soberanía. Aunque no hay condiciones explícitas para la política
económica y fiscal del país, las hay implícitas. La UE y el FMI no nos
van a regalar 100.000 millones de euros.
El propio comunicado del Eurogrupo lo deja claro:
“El Eurogrupo está convencido de que España va a hacer honor a sus
compromisos sobre el excesivo déficit y con las reformas estructurales,
con el fin de corregir los desequilibrios macroeconómicos en el marco
del semestre europeo. El progreso en estas áreasserá vigilado muy de cerca y regularmente revisado en paralelo con la asistencia financiera.. Traducido: si no se cumple con el déficit, el grifo para la banca se cierra.
En
próximas fechas, tal vez la próxima semana –hay quien dice que será
mejor que llegue antes de las elecciones griegas–, Mariano Rajoy nos
leerá a los españoles la cara oculta de esta “ayuda” exterior. Aunque el
rescate no esté formalmente condicionado, implícitamente sí lo está: el
dinero para salvar a nuestra banca no saldrá gratis para la sociedad.
Desde Alemania recetan desde hace años a España cuatro medidas para el
ajuste fiscal, para cuadrar las cuentas públicas. Cuatro grandes
recortes de los que Rajoy nos hará tomar dos tazas: pensiones,
funcionarios, IVA y prestaciones por desempleo.
El
Gobierno da dos de estos tijeretazos por seguros –subida del IVA y
recorte a funcionarios– y está intentando resistirse como puede a los
otros dos: a tocar las pensiones y las prestaciones para los parados.
“Las dos primeras están ya casi descontadas, pero las otras dos
provocarían serios problemas sociales”, asegura un alto cargo del
Gobierno.
Subida del IVA.
No se trata solo de subir otros dos puntos el tipo máximo, del 18% al
20 % o al 21%. También pasa por cambiar determinados productos y
servicios del IVA reducido al IVA normal. Por ejemplo, los hoteles y
restaurantes. En gran parte de Europa pagan el IVA normal. Aquí, por
ahora, es IVA reducido.
Recorte a funcionarios.
Con casi seguridad, se congelarán las nuevas plazas y también se
recortarán los salarios, probablemente a través de reducciones en las
pagas extras y en los complementos. La línea roja está en los despidos:
en reducir el número total de trabajadores públicos, no solo eliminando
interinos. No sería novedad en un país intervenido: ya ha pasado en
Irlanda, en Grecia y en Portugal.
Pensiones.
Es uno de los recortes que el Gobierno está intentando evitar,
consciente de su tremenda impopularidad. Hay tres ingredientes en esta
receta: elevar aún más la edad de jubilación –en Irlanda, por ejemplo,
ya están en los 68 años–, acelerar la entrada en vigor de la jubilación a
los 67 y, como última opción, recortes las pensiones que ahora mismo se
pagan.
Prestaciones por desempleo.
En dos formatos: endureciendo las condiciones para acceder al seguro de
desempleo y también reduciendo su cuantía y su duración.
Además
de estos cuatro duros recortes que se barajan, prepárense también para
la pedrea: tasas, copagos, peajes, privatizaciones… El Gobierno español
pretende pasar a la historia como el primero en Europa que afrontó una
intervención sin perder el poder y sin dar siquiera la cara –que Rajoy
no comparezca es insultante–. Después de todas sus mentiras, a pesar de
su reciente mayoría absoluta, ¿tendrán la legitimidad social necesaria
como para convencer a los ciudadanos de que acepten un ajuste así?
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