PALM SPRINGS. - Cuarenta y cuatro años después de que los velocistas
estadounidenses Tommie Smith y John Carlos revolucionaran los Juegos
Olímpicos de México con sus cabezas inclinadas y su brazos levantados
con el puño en alto en apoyo a las protestas por los derechos civiles,
no se arrepienten de su controvertido gesto.
Fueron tachados de antipatriotas y se les criticó por usar el
podio olímpico para realizar una acción política, pero ambos dicen que
su gesto fue por los derechos humanos.
Smith, el medallista de oro en los 200 metros lisos, y Carlos,
bronce, fueron expulsados de la Villa Olímpica después del incidente,
que muchos interpretaron como un saludo del "Black Power" (Poder Negro).
"No estaba allí como un hombre negro, yo sólo estaba preocupado
por la pobreza de los negros en el sur y el centro de Los Ángeles, o el
sur de Missisipi. Pensaba en la gente de color de todo el mundo que
sufría el mismo tipo de pobreza", dijo Carlos, de 67 años, en una
entrevista en el instituto donde trabaja actualmente como orientador en
Palm Springs, California.
Sólo unos meses antes de los Juegos de 1968, el líder de la lucha
por los derechos civiles, Martin Luther King, fue asesinado en Memphis y
los Estados Unidos cayeron en una tormenta política por cuestiones
raciales. Las fotografías de Smith y Carlos en el podio con sus puños
alzados enfundados en guantes negros se ha convertido en un icono del
periodo de las luchas por los derechos civiles.
"Esa imagen por sí sola dio mucha más fuerza a las personas que
ya no tenían fuerza. Les dio el coraje que ellos no sabían que tenían",
dijo Carlos.
Cuatro décadas después de la protesta, Barack Obama se convirtió en 2008 en el primer presidente negro de los Estados Unidos.
Pero Carlos cree que el país aún no ha superado el racismo por el
que protestaban él y Smith. Incidentes como el del congresista que
gritaba "¡Mientes!" a Obama cuando éste se dirigía al Congreso en 2009 y
las dudas vertidas sobre el auténtico lugar de nacimiento de Obama
muestran la falta de respeto que Carlos llama intolerancia.
"Esto da a los Estados Unidos una oportunidad de ver que los
problemas que combatíamos aún no están muertos, siguen vivos y
coleando", dijo Carlos, vistiendo una camiseta con un puño levantado y
una gorra de béisbol con un mapa de África.
Los críticos han considerado que la protesta de 1968 causó
división y algunos han culpado a Smith y Carlos por faltar al respeto a
la bandera y al himno estadounidenses.
Pero Tommie Smith, de 68 años, durante un viaje a Londres a
comienzos de mes dijo en una vídeo entrevista que él vio el
podio olímpico como un lugar apropiado para la protesta de 1968.
"Fue ideal que la gente lo viera como algo muy negativo y nos vilipendiaran por ello", dijo Smith.
"Su creencia era que los Juegos Olímpicos son sólo una
competición deportiva y no están conectados con la política. Pero los
Juegos están llenos de política", dijo.
Carlos se mostró de acuerdo con este punto de vista. Citó como
ejemplo de política en los Juegos la reproducción de los himnos
nacionales y el hecho de que los Estados Unidos tradicionalmente han
rechazado bajar su bandera antes que la de los líderes del país
organizador.
En una secuencia de una entrevista para la televisión poco
después de la protesta de 1968, Smith dijo que los guantes negros que él
y Carlos llevaban puestos en sus puños alzados representaban a los
Estados Unidos negros.
Pero Carlos dice que la protesta no sólo fue por los negros
oprimidos, sino también por el resto de la gente, como un apoyo a los
derechos humanos. "Creo que los guantes negros simbolizaban el hecho de
que nosotros éramos negros y como un todo que tenía una misión para la
humanidad", dijo.
Su protesta silenciosa en 1968 ha sido conmemorada en un mural
del instituto pintado por los estudiantes. Y aunque Carlos dijo que está
orgullosos de su trabajo, se negó a aceptar una reseña del director que
le describía como un "modelo para los niños negros".
"Tuve que enfrentarme con él por eso porque trato con todos los
niños", dijo. "Probablemente tengo a más niños blancos por aquí que me
quieren más allá de mi cargo que a niños pertenecientes a minorías".
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